Miscelánea Zen - Pai Chang (720-814)


Los criterios internos y externos 

Aferrarse a la idea de que uno mismo es Buda, el zen o el camino, considerándolo de ese modo, se conoce como aferrarse a un criterio interior. Opinar que la realización se alcanza a través de causas y condiciones, de la práctica y la comprensión, se conoce por criterio exterior. El maestro Pao-chi dijo: «Tanto el criterio interior como el exterior son falsos».


La búsqueda

Un buda es alguien que no busca. Si buscas algo, te alejas de ello. El principio es el principio de no buscar; cuando buscas algo, lo pierdes.

Si te apegas a la idea de no buscar, es lo mismo que buscar. Si te aferras a la idea de no esforzarte por algo, es lo mismo que esforzarte.

De ahí que la escritura del Diamante diga: «No te apegues a la verdad, no te apegues a la falsedad, ni tampoco te apegues a lo que carece de falsedad».

Dice también: «La verdad que hallan los budas está ausente de realidad o de irrealidad».


La liberación en cualquier lugar 

No persigas a Buda, ni las enseñanzas, ni una comunidad. No persigas virtud, conocimiento, comprensión intelectual o cosas similares. Cuando ceses de abrigar sentimientos de confusión o de pureza, no te aferres a ese no buscar ni consideres que es lo correcto. No mores en ese punto final, ni ansíes alcanzar los cielos o sientas temor por los infiernos. Cuando la esclavitud o la libertad dejan de importarte, esto se llama la liberación de la mente y del cuerpo en cualquier lugar.


Un método para el despertar

En primer lugar deja a un lado todos los asuntos y preocupaciones; no recuerdes o rememores nada, sea bueno o malo, mundano o trascendental. No te dejes llevar por los pensamientos. No te apegues al cuerpo o a la mente, déjalos en libertad.

Cuando la mente es como un trozo de madera o una piedra, cuando no intentas explicar nada y la mente no se dirige a ningún lugar, es como si la base de la mente se convirtiera en el espacio, en el cual el sol de la sabiduría aparece de modo natural. Es como si las nubes dejaran un claro y apareciera el Sol.

Pon fin a los vínculos que te encadenan, a los sentimientos de codicia, odio, apego, confusión o pureza, acaba con ellos. Manténte imperturbable ante los deseos internos y a las influencias externas, sin permitir que la percepción y la cognición sean un obstáculo, sin dejarte confundir por nada, dotado de modo natural con todas las virtudes y el inconcebible uso de las capacidades espirituales, esto es ser alguien libre.

Cuando tu mente está más allá de la agitación o la serenidad en presencia de cuanto la rodea, sin concentrarse ni distraerse, percibiendo cualquier sonido o forma sin apego u obstrucción, a esto se llama ser un caminante.

No caer en la dualidad de lo bueno o lo malo, lo correcto o lo incorrecto, no aferrarse a nada ni rechazar nada, se llama ser miembro de la gran caravana.

No estar esclavizado por lo bueno o lo malo, la vacuidad o la existencia, la confusión o la pureza, el esfuerzo o el desinterés, la mundanidad o la trascendencia, la virtud o el conocimiento, se llama sabiduría iluminada.

Una vez la afirmación y la negación, el deseo y la aversión, la aprobación y la desaprobación y toda la diversidad de opiniones y sentimientos cesan de surgir y no consiguen atarte, serás libre, dondequiera que estés. Serás un bodisatva en el momento de la inspiración, cuando asciende al estado de la Budeidad.


Esa caudalosa luz

Tu atesoras un bien espiritual: no se trata de algo que puedas hacer, ni tampoco describir. En tu ser no está Buda, ni el nirvana, ni un camino que practicar, ni una doctrina que actualizar. El camino no está en la existencia o en la no-existencia. Entonces ¿qué método debería uno practicar? Esa caudalosa luz, dondequiera que estés, en cualquier situación, es el gran camino.



Fuente: Thomas Cleary, Las enseñanzas del Zen


De lo que se dice y se recita en la oración del difunto


Dijo An-Nawawi: Se dice: “allahu akbar” cuatro veces;
Después de la primera vez se dice: ‘audhu billahi mina shaitani rayim’ y a
continuación se reza el Fátiha.
Después se da el segundo “allahu akbar” (takbir) y a continuación se reza
la oración del Profeta diciendo:
¡Allah bendice a Muhammad y a su familia como bendijiste a Ibrahim y
a su familia!
Después se da el tercer takbír y se pide por el difunto y los musulmanes.
A continuación el cuarto takbír y es preferible aquí abundar en las peticiones.
Las peticiones serán en la forma y contenido que veremos en los hadices
a continuación, si Allah quiere.


HADIZ
1. 940
Se transmitió de Abu Abdurrahmán Auf Ibn Málik, Allah esté complacido con él, que dijo:

“El Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, hizo la oración del difunto y memoricé las siguientes peticiones:
¡Allahumma agfir lahu wa arhamhu, wa áfihi wafu anhu, wa akrim nuzulahu, wa wassia mudjalahu; wa agsilhu bil mai wa az zalyi wa al barad; wa naqqihi minal jataya kamá naqqaita az zaub al abiad min ad danas; wa abdilhu daran jairan min dárihi, wa ahlan jairan min ahlihi, wa zauyan jairan min zauyihi; wa adjilhu al yannah, wa aidhhu min adhabi al qabri wa min adhabi an nar!’.

(¡Allah, perdónale y ten misericordia de él. Ponlo a salvo de todo daño y perdónalo de sus faltas. Borra sus faltas, concédele una buena recompensa y expande su tumba!
¡Oh Allah, lávalo y purifícalo de sus faltas con Tu compasión y misericordia. De la misma forma que se nota la limpieza en la ropa blanca de toda suciedad!
¡Oh Allah, cambia su casa en dunia por una mejor en el Ajira. Y cambia su familia por otra mejor y su esposa por otra mejor!
¡Oh Allah, hazle entrar en el Jardín y refúgialo del castigo de la tumba y el Fuego!)

Dijo el transmisor del hadiz:
‘Me llenaron tanto sus peticiones que desee ser yo el difunto’.”
Lo relató Muslim.

2. 941
De Abu Huraira, Abu Qatada y Abu Ibrahím Al Ashhalí que transmitió de su padre, Allah esté complacido de todos ellos, y éste del Profeta, Allah le bendiga y le dé paz:

“Rezando la oración del difunto dijo:
¡Allahumma igfir li haiyina wa maiyitina; wa saguirina wa kabirina; wa dhakarina wa unzana; wa shahidina wa gaibina; allahumma man ahiaitahu minna fa ahihi ala al islam, wa man tawaffaitahu minna fa tawaffahu ala al imán. Allahumma la tahrimna ayrahu wa la taftinna baadahu!’

(¡Allah, perdona tanto a nuestros vivos como a nuestros muertos, a nuestros pequeños y a nuestros mayores, a nuestros varones y a nuestras hembras, a los presentes y a los ausentes. Allah, a quien de nosotros diste la vida, házsela vivir en el Islam. Y a quien hiciste llegar la muerte, hazlo morir en la fe.
Allah no nos prives de la recompensa y no nos hagas caer en desgracia!).”

Lo relató At Tirmidí.

3. 942
Y de Abu Huraira, Allah esté complacido de él se transmitió que oyó decir al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

“Cuando hagáis la oración del difunto, pedid a Allah por él de forma sincera.”

Lo relató Abu Daud.

4. 943
Y del mismo se transmitió, que dijo el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, en una oración de difunto:

“¡Allahumma anta rabbuha, wa jalaqtaha, wa anta hadaitahá lilislam; wa anta qabadta ruhahá, wa anta aalamu bi sirrihá wa aalaniyatihá; wa qad yinaka shufaa lahu, fagfir lahu!

(¡Oh Allah, Tú eres su Señor y Tú lo creaste; Tú lo dirigiste al Islam y Tú has tomado su espíritu; Tú sabes su secreto y lo que manifiesta; y hemos venido para pedirte por él! ¡Perdónalo!).”

Lo relató Abu Daud.

5. 944
Se transmitió de Wázila Ibn Al Asqai, Allah esté complacido con él, que dijo:

“Hizo de imam para nosotros el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, en una oración de un difunto musulmán, y le oí decir:

‘Oh Allah, fulano hijo de fulano está amparado por Ti, protégelo de la prueba de la tumba y del castigo del Fuego; Tu eres el dador de gracias, oh Allah, perdónalo y ten misericordia de él. Tu eres, realmente, el Perdonador, el Compasivo.”

Lo relató Abu Daud.

6. 945
Se transmitió de Abdallah Ibn Abu Aufá, Allah esté complacido de él que:

“Hizo de imam en la oración para su difunta hija y después de haber dado los cuatro ‘takbirat’, pidió el perdón para ella e hizo peticiones a Allah por ella. Y a continuación dijo:

‘Así solía hacerlo el Mensajero de Allah, que Él le bendiga y le dé paz.”

Y en otro relato:

“Hizo los cuatro ‘takbirat’ y permaneció un tiempo que pensamos que daría un quinto takbir. Después saludó a su derecha y a su izquierda. Y cuando hubo terminado, le preguntamos:

‘¿Qué significa eso?’

Dijo: ‘¡No he añadido más de lo que he visto hacer al Mensajero de Allah! que Él le bendiga y le dé paz’.”

Lo relató Al Hakim (Hadiz Hasan Sahih


Imam An Nawawi
El jardín de los justos
Traducción: Zakaría Maza Vielva

Lie Zi - De la emoción


Un hombre nacido en Yan se había criado en Chu, donde había vivido toda su vida. Viejo ya, emprendió el regreso a su país natal. Al llegar a Jin, otros viajeros que seguían su mismo camino lo engañaron. Indicándole las murallas le dijeron: "Ésas son las murallas de Yan." El hombre de Yan se puso triste. Señalándole un templo consagrado a los espíritus de la tierra (she), le dijeron: "Ése es un templo de los espíritus de la tierra de tu país". El hombre de Yan suspiró profundamente. Le señalaron una casa y le dijeron: "Ahí tienes la morada de tus antepasados". El hombre de Yan se echó entonces a llorar llevado por la emoción. Le indicaron unos montículos y le dijeron: "Ésas son las tumbas de tus antepasados". El hombre de Yan, sin poder contenerse, estalló en sollozos. Entonces sus compañeros de viaje riendo a carcajadas le dijeron: "Te hemos estado engañando todo el tiempo: esto es Jin". El hombre de Yan se sintió avergonzado. Cuando efectivamente llegó a su país natal, al ver sus murallas, sus templos de los espíritus de la tierra, las cabañas y tumbas de los antepasados, la emoción que experimentó fue mucho menos intensa.




En Lie Zi, El libro de la perfecta vacuidad, Zhou Mu Wang: El rey Mu de Zhou, Barcelona, Kairós, 2002


Llegada del buen ladrón al Paraíso




1. Y mientras Enoch y Elías así hablaban, he aquí que sobrevino un hombre muy miserable, que llevaba sobre sus espaldas el signo de la cruz.

2. Y, al verlo, todos los santos le preguntaron: ¿Quién eres? Tu aspecto es el de un ladrón. ¿De dónde vienes, que llevas el signo de la cruz sobre tus espaldas?

3. Y él, respondiéndoles, dijo: Con verdad habláis, porque yo he sido un ladrón, y he cometido crímenes en la tierra. Y los judíos me crucificaron con Jesús, y vi las maravillas que se realizaron por la cruz de mi compañero, y creí que es el Creador de todas las criaturas, y el rey todopoderoso, y le rogué, exclamando: Señor, acuérdate de mí, cuando estés en tu reino. Y, acto seguido, accediendo a mi súplica, contestó: En verdad te digo que hoy serás conmigo en el Paraíso. Y me dio este signo de la cruz, advirtiéndome: Entra en el Paraíso llevando esto, y, si su ángel guardián no quiere dejarte entrar, muéstrale el signo de la cruz, y dile: Es Jesucristo, el hijo de Dios, que está crucificado ahora, quien me ha enviado a ti. Y repetí estas cosas al ángel guardián, que, al oírmelas, me abrió presto, me hizo entrar, y me colocó a la derecha del Paraíso, diciendo: Espera un poco, que pronto Adán, el padre de todo el género humano, entrará con todos sus hijos, los santos y los justos del Cristo, el Señor crucificado.

4. Y, cuando hubieron escuchado estas palabras del ladrón, todos los patriarcas, con voz unánime, clamaron: Bendito sea el Señor todopoderoso, padre de las misericordias y de los bienes eternos, que ha concedido tal gracia a los pecadores, y que los ha introducido en la gloria del Paraíso, y en los campos fértiles en que reside la verdadera vida espiritual. Así sea.



Evangelio de NIcodemo, capitulo XXVII
Fuente: Los Evangelios Apócrifos, por Edmundo González Blanco

Un hijo afortunado


Ziqi tenía ocho hijos. Cierto día los reunió y, llamando a Jiufang Yin, le dijo: -"Examina los rostros de mis hijos y dime cuál de ellos será afortunado".

-Kun será el mas afortunado -dijo Jufang Yin.

¿De qué manera? -Preguntó admirado Ziqi.

Kun comerá con un príncipe hasta el final de sus días - Le respondió Jufang Yi.

Al oír esto, Ziqi, afligido y con los ojos llenos de lágrimas, exclamó:

-¿Por qué este hijo mío tiene que llegar a ese extremo?

Cuando alguien come con un príncipe -dijo Jufang Yin-, el honor se extiende a sus tres parentescos y sobre todo a sus propios padres; ¿cómo es que te echas a llorar?. Eso es rechazar la dicha.

Yin -dijo Ziqi-, ¿cómo sabes que Kun será verdaderamente afortunado? Sólo sabes que el olor del vino y los manjares llegarán a su nariz y a su boca, pero ¿puedes saber de qué manera le han de venir?. Yo no soy pastor, y ha nacido un cordero en el límite sudoeste de mi casa; tampoco soy cazador, y en el límite nordeste de mi casa nacieron codornices. Mi hijo y yo nos movemos en libertad, y andamos por Cielo y Tierra. No estamos asociados en negocios mundanos, ni conspiramos juntos, ni hacemos juntos nada extraordinario. Vivo con él conforme a la realidad del Cielo y de la Tierra, y no dejo que lo aflijan las cosas del mundo. Dejamos los dos que todo siga su curso, y yo procuro que su mente no se ocupe de la conveniencia de obrar o no. Y fíjate ahora, de que forma nos recompensa el Cielo. Donde hay señales extrañas, no puede sino haber hechos extraños; eso es peligroso, pero no será mi culpa ni la de mi hijo, sino algo impuesto por el Cielo. Por eso lloro.

Poco tiempo después, enviaron a Kun al estado de Yan, y en el camino fue secuestrado por unos bandidos. Como les resultaría difícil venderlo intacto, le cortaron un pie. Más tarde lo vendieron en el estado de Qi. Allí quiso la fortuna que llegara a ser portero mayor del duque Qu.

Kun comió carne hasta el final de sus días.

Zhuang Zi – Libro XXIV, capítulo XI
Versión de Iñaki Preciado

Amnesia


Un hombre llamado Hua zi que vivía en Yang li, en Song, cayó en un estado de amnesia a mitad de su vida. Por la tarde olvidaba lo que había tomado por la mañana; a la mañana siguiente olvidaba lo que había dado la tarde anterior. Cuando iba a algún sitio, se le olvidaba caminar; en casa, se le olvidaba sentarse. Si ahora no recordaba lo que acababa de hacer poco antes, al cabo de un rato tampoco iba a recordar lo que ahora estaba pasando. Su familia estaba amargada. Todo fue inútil. Ni los adivinos pudieron descubrir con sus cábalas la causa de la enfermedad, ni liberarle de ella las invocaciones de un brujo, ni dominarla los remedios de un médico.

Un letrado de Lu se ofreció para curarlo. La mujer y los hijos de Hua zi le prometieron la mitad de su hacienda si lo conseguía. El letrado les dijo: "Se trata de un caso que no se puede remediar ni con cábalas, ni con invocaciones, ni recurriendo a las medicinas. Yo lo que hará será intentar modificar su mente, cambiar sus pensamientos. Así, puede que se reestablezca".

Acto seguido dispuso una serie de pruebas. Hizo que lo desnudaran y el reclamó la ropa; lo tuvo sin comer y exigió comida; lo dejó a oscuras y pidió luz. Entonces el letrado dijo satisfecho a los hijos de Hua zi: "Se puede curar la enfermedad. Sin embargo, mi método es algo secreto que no se puede divulgar." Despidió a todos y se quedó a solas con el enfermo durante siete días.

Nadie supo qué hizo éste con el enfermo, mas el hecho fue que una enfermedad acumulada a lo largo de los años desapareció una mañana.

Al recobrar la plena conciencia, Hua zi se puso furioso. Recriminó a su mujer, castigó a sus hijos y, con una lanza en la mano, salió corriendo detrás del letrado. Las gentes de Song lo sujetaron y le preguntaron por qué se comportaba de aquella manera. Hua zi les explicó: "Antes, sumido como estaba en un estado de amnesia, en mi profunda indiferencia ni siquiera sabía si existen o no el cielo y la tierra. Al recobrarme ahora, surgen en mi mente en caótica confusión todos los logros y pérdidas, éxitos y fracasos, penas y alegrías, amores y odios, de los últimos decenios. Y mucho me temo que en el futuro volverán a turbar mi mente nuevos logros y pérdidas, éxitos y fracasos, penas y alegrías, amores y odios. ¿Podré volver al estado que acabo de perder?".

Zi Gong quedó sorprendido al enterarse de esta historia, y se la contó a Confucio. Éste le dijo: "Es algo que tú no puedes comprender." Y dirigiéndose a Yang Hui: "No lo olvides".


Lie Zi - Libro de la Perfecta Vacuidad, El rey Mu de Zhou, capítulo VII
Traducción Iñaki Preciado

De la identidad


La palabra no es como el soplar del viento. El que habla expresa razones. Estas razones no son algo permanente. ¿Habla realmente? ¿O es que acaso no habla? Imagina que sus palabras son diferentes del sonido de un pájaro ¿Se distinguen? ¿O acaso no se distinguen? ¿Còmo ha podido ocultarse el dao hasta el punto de aparecer la distinción entre lo verdadero y lo falso? ¿Como ha podido ocultarse la palabra hasta el punto de aparecer la distinción entre el “es” y el “no es”? ¿Serà imposible la palabra? El dao se oculta bajo los pequeños logros y la palabra en la abundancia de recursos. Y así es como surgen las controversias entre los letrados confucianos y los discípulos Moístas. Cada una de estas escuelas afirma lo que la otra niega. Si queremos afirmar lo que los otros niegan y negar lo que los otros afirman, nada mejor que una mente iluminada. * Todo ser es otro y todo ser es él mismo. Esto no se ve desde el otro, sino que se sabe desde uno mismo. El otro surge del sí mismo, aunque también éste depende de aquel. Nacen ambos al mismo tiempo y, aun así, hay que decir que nacer es morir y morir es nacer, y que el poder es no poder y lo imposible posible. Razones para afirmar son razones para negar. Uno mismo es también el otro. El otro tiene su propio si y tiene su propio no. Y uno mismo también tiene su afirmación y su negación. Pero, ¿hay diferencia verdadera entre el otro y uno mismo? ¿no hay realmente diferencia entra ambos? Que el otro y el yo no se contrapongan: a eso nombran el eje del dao. Sólo  alineándose a ese eje se puede penetrar en el círculo y así corresponder a las innumerables transformaciones. Los cambios del “es” son infinitos, e infinitos los cambios del “no es”.


Zhuang Zi Libro II  capitulo 3

Ciclo de las siete estancias


P. Chester Beatty I


Papiro Chester Beatty I
(Imperio Nuevo, Ramsés V)





Principio de los dichos de la gran felicidad

¡La Única, la hermana sin igual,
la más hermosa de entre todas!
Es como la primera estrella de la mañana
al inicio de un año feliz.
Brillo resplandeciente, blanca de piel,
Hermosa la mirada de sus ojos
Dulces las palabras que emanan de sus labios,
Ella no dice una palabra de más.
Cuello erguido, pecho radiante
su cabello como verdadero lapislázuli;
(Sus) brazos rebosan oro
(Sus) dedos (son) como capullos de loto.
Muslos robustos, estrecha cintura,
Sus piernas pasean su belleza
Con elegante paso va caminando,
conquista mi corazón con sus movimientos.
Consigue que los cuellos de los hombres
Se giren para admirarla.
¡Afortunado aquél a quien ella abrace
es igual que el primero de los hombres!
Cuando ella se aleja parece
Como ese otro Único.


Segunda Estancia

Mi hermano atormenta mi corazón con su voz,
hace que la enfermedad se apodere de mí:
¡Vive próximo a la casa de mi madre
y no puedo acudir a él!
Mi madre hace bien en solicitarle de esta manera:
Accede a verla!
Mi corazón se angustia pensando en él,
Estoy poseída por su amor.
Realmente, es un necio,
Pero me parezco a él;
Desconoce mi deseo de abrazarle,
O hubiese escrito a mi madre
¡Hermano, estoy prometida a ti
Por La Dorada de las mujeres !
Ven a mí para que contemple tu belleza,
Mi Padre, y mi Madre, se alegrarán
Toda mi gente te aclamará al unísono
Ellos te aclamarán, ¡Oh, mi hermano!


Tercera Estancia

Mi corazón idea cómo contemplar su belleza
Mientras está sentada en su casa.
En el camino encuentro a Mehi en su carro
Con él están sus hombres jóvenes.
Desconozco cómo evitarle:
Debería acelerar para pasarle?
Pero el río era la carretera y
No encuentro lugar para mis pies.
Mi corazón, eres muy necio,
¿Por qué abordas a Mehi?
Si paso antes que él
Le contaré (conocerá) mis movimientos
Aquí, soy tuyo, le digo,
Entonces él gritará mi nombre
Y me designará como el primero...
Entre sus sucesores.


Cuarta Estancia

Mi corazón palpita precipitadamente
Cuando pienso en mi amor por ti:
Él no me permite actuar como una persona
brinca en su sitio.
No me permite vestirme,
Ni envolver mi pañuelo a mi alrededor;
No me pinto los ojos,
Ni tan siquiera estoy ungida.
“No esperes, ve hacia allí” , me dice,
tan pronto como pienso en él;
Mi corazón, no actúes tan estúpidamente,
¿Por qué te haces el tonto?
Permanece quieto,
El hermano viene hacia ti
Y muchas personas te observan
No dejes que la gente diga de mí:
“¡Una mujer ha fracasado en el amor!”
Permanece tranquilo cuando pienses en él,
¡Mi corazón, no palpites!


Quinta Estancia

Alabo a la Dorada, adoro a su majestad,
Ensalzo a la Señora del Cielo;
Adoro a Hathor,
¡Alabanzas a mi Señora¡ (Loada sea mi Señora)
Yo la llamé, ella escuchó mis plegarias,
Ella me envió a mi amada,
Ella vino a verme,
¡Oh, qué gran milagro me sucedió!
Yo estaba feliz, exultante, eufórico,
Cuando me dijeron: “¡Mira, ella está aquí!”
Al llegar, los jóvenes se inclinaron ante ella,
Llevados por un gran amor hacia ella.
Oré a mi diosa
Que me concedió a mi hermana como un regalo;
¡Hoy hace tres días que rezo a su nombre,
Cinco días desde que ella vino a mí!


Sexta Estancia

Pasé ante su casa,
Encontré su puerta entornada;
Mi hermano estaba con su madre,
Y todos sus hermanos con él.
Su amor conquistó el corazón
De todos aquellos quienes se recorrían el camino;
¡Espléndido joven sin igual,
Hermano excepcional en virtudes!
Él me miró cuando pasé,
Y yo me regocijé;
¡Cómo mi corazón estaba exultante de felicidad,
Mi hermano, a tu vista!
Si tan sólo la madre conociera mi corazón,
Ella me comprendería ahora;
¡Oh, Dorada, ponlo en su corazón,
entonces iré rápidamente hacia mi hermano!
Le besaré ante sus compañeros,
No lloraría ante ellos;
Me regocijaría por su comprensión
Que tú me has reconocido!
Prepararé una fiesta para mi diosa,
Mi corazón palpita,
Déjame ver a mi hermano esta noche,
¡Oh, felicidad pasajera!


Séptima Estancia

Siete días desde que vi a mi hermana,
Y la tristeza me invade;
Soy fuerte en todos mis miembros,
Mi cuerpo me ha abandonado.
Cuando los físicos vienen,
Mi corazón rechaza sus remedios;
Los magos se muestran impotentes,
Mi enfermedad no se percibe.
¡Decirme “Ella está aquí” me reviviría!
Su nombre me animaría;
Su mensajero yendo y viniendo,
¡Eso reavivaría mi corazón!
Mi hermana es mejor que todas las prescripciones,
Ella hace más por mí que todas las medicinas;
Su venida hacia mí es mi amuleto,
¡Su aparición hace que me sienta bien!
Cuando ella abre sus ojos mi cuerpo es joven,
Sus palabras me hacen fuerte;
Abrazarla aleja mi enfermedad –
¡Siete días desde que ella me abandonó!




Traducción: Teresa Soria Trastoy
Vía

Los dos pastores



Así habla el Señor mi Dios: apacienta las ovejas destinadas al matadero, aquellas que sus compradores matan impunemente, mientras los vendedores dicen: “Bendito sea el Señor mientras yo me hago rico”, y los pastores no tienen compasión de ellas.

Entonces apacenté las ovejas destinadas al matadero por los traficantes de ovejas. Tomé dos bastones, a uno lo llamé Favor y al otro Vínculo. Me puse a apacentar las ovejas, y eliminé tres pastores en un mismo mes.

Pero yo perdí la paciencia con ellas, y ellas también se hartaron de mí.

Me dije: no las apacentaré más; la que quiera morir que muera. La que quiera perderse que se pierda. Y las que queden, que se devoren entre sí.

Después tomé mi bastón Favor, y lo quebré para romper mi pacto, el que yo había establecido con todos los pueblos. El pacto quedó roto ese día y los traficantes de ovejas, que me miraban, reconocieron que esa era una palabra del Señor.

Yo les dije: si les parece bien páguenme mi salario y si no, déjenlo. Ellos pesaron mi salario: treinta siclos de plata.

Pero el Señor me dijo: echa al tesoro del Templo ese lindo precio en que he sido cotizado por ellos.

Yo tomé los treinta siclos de plata y los eché en el tesoro de la Casa del Señor. Después quebré mi segundo bastón Vínculo, para romper la fraternidad entre Judá e Israel.

Zacarías 11:4-14
Traducción: Armando J. Levoratti y Alfredo B. Trusso

En aquel día


Por eso, yo la seduciré,
la llevaré al desierto
y le hablaré a su corazón.

Desde allí, le daré sus viñedos
y haré del Valle de la Desgracia
una puerta de esperanza.

Allí, ella responderá
como en los días de su juventud,
como el día en que subía del país de Egipto.

Aquel día -oráculo del señor-
tú me llamarás Mi Esposo
y ya no me llamarás Mi Baal.
Le apartaré de la boca
los nombres de los Baales,
y nunca más serán mencionados por su nombre.

Yo estableceré para ellos, en aquel día,
una alianza con los animales del campo,
con la aves del cielo
y los reptiles de la tierra;
extirparé del país el arco, la espada
y la guerra,
y haré que descansen seguros.

Aquel día yo responderé
-oráculo del Señor-
responderé a los cielos y ellos
responderán a la tierra;
y la tierra responderá
al trigo, al vino nuevo y al aceite fresco,
y ellos responderán a Izreel.

yo la sembraré para mí en el país;
tendré compasión de No Compadecida
y diré a No es Mi Pueblo: ¡Tú eres Mi Pueblo! 
y él dirá: ¡Dios Mío!

Oseas 2:16-25
Traducción: Armando J. Levoratti y Alfredo B. Trusso

El Supremo Camino de Joshû


Instruyendo a la asmblea, Joshû dijo: “El camino Supremo no es dificultoso, simplemente no admite distinciones; pero con sólo pronunciar una palabra ya estamos “distinguiendo” o adhiriéndonos a la “claridad”. Este viejo monje no habita en la claridad. Ustedes, monjes, ¿quieren controlar esto firmemente o no?”

En ese momento un moje preguntó: “Dices que no moras en la claridad, entonces ¿qué es lo que hay que controlar con firmeza?” Joshû contestó: “Eso tampoco lo sé”. El moje repuso: “Si tú, Maestro, no lo sabes ¿cómo dices que no habitas en la claridad?” Joshû contestó: “Ya preguntaste demasiado. Inclínate y retírate”

Ahmad Ibn Ata'Illah - Aforismos III


16. Agota toda ignorancia quien pretende que en el
instante actual suceda cosa distinta de la que Allah
manifiesta.

17. Aplazar tus obras para cuando seas libre es hacer
sacrificios a las inclinaciones del alma.

18. No pidas a Allah que te saque de un estado para
utilizarte en otro. Si quisiera te utilizaría sin cambiarte
de estado.

19. Jamás buscador alguno detuvo su ambición en lo que
ya le había sido revelado sin oír al momento las voces
de la verdad: ¡El que tú buscas está aún más allá! Y
aunque la apariencia de las criaturas te deslumbre con
la magia de sus lentejuelas, su realidad profunda te
grita al instante: "Somos una tentación, no seas
perjuro" (Qur'an, 2, 102).

20. Pedirle algo es pensar mal de El. Buscarle es estar en
Su ausencia. Buscar a otro es carecer de pudor para
con El. Y pedir a otro ¡ya es estar muy lejos de El!

21. No exhalas un soplo sin que en ti se cumpla uno de Sus
decretos.

22. No estés esperando a que cesen (en ti) las alteraciones,
pues entonces, en el estado en que El te pone, no
estarías atento a El sólo.

23. ¡Nada de lo que pretendes obtener por tu Señor es
imposible! ¡Nada de lo que quieres obtener por ti
mismo es fácil!

24. Mientras permanezcas en este bajo mundo, que no te
extrañen las tribulaciones: sencillamente revelan qué
atributos se merece y cómo se le debe calificar.

25. Este es signo del éxito final: regresar al Allah en los
principios. Aquél cuyos principios sean iluminados,
iluminado también será su final.

26 Lo que ha sido depositado invisible en las conciencias,
se transparenta en el testimonio de las apariencias.

Kitab Al-Hikam, cap. 3

De la correcta educación en el recostarse y dormir



(Así como la forma de sentarse en la reunión y diversas 
consideraciones de ésta. De los sueños)



HADIZ
1. 817

De Al Bará Ibn Azib, Allah esté complacido de los dos, se transmitió que dijo:

“Cuando el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, regresaba a su aposento para dormir, se echaba sobre su costado derecho y después hacía la petición: 

‘¡Allahumma, aslamtu nafsí ilaika; wa wayyahtu wayhí ilaika; wa fawadtu amrí ilaika; wa alyatu dahrí ilaika, ragbatan wa rahbatan ilaika; la malyaa wa la manyá minka illa ilaika.
Amantu bikitábika alladhí anzalta wa nabiyika alladhí arsalta!

(¡Oh Allah a Ti me he entregado. A Ti he dirigido mi rostro. En Ti he confiado mis asuntos y hacia Ti he ido a buscar refugio, deseoso y temeroso de Ti.
No hay refugio ni salvación, excepto en Ti.
He creído en el Libro que Tú has revelado y en el Profeta que has enviado!).”

Lo relató Al Bujari.


2. 818
De Abu Umara Al Bara Ibn Azib, Allah esté complacido con los dos que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

“Cuando regreses a tu lecho haz la ablución como si fueras a hacer la oración y después te acuestas sobre el costado derecho y dices:

‘Allahumma aslamtu nafsi ilaika; wa wayyahtu wayhi ilaika; wa fawadtu amri ilaika; wa alya’tu dhahri ilaika, ragbatan wa rahbatan ilaika; la malyaa wa la manyá minka illa ilaika; amantu bi kitabik alladhi anzalta; wa bi nabyyika alladhi arsalta.’
(¡Oh Allah, a Ti me he entregado; en Ti me he complacido y hacia Ti he dirigido mi rostro; a Ti he confiado mis asuntos; en Ti y en todas las posiciones de dormir me he refugiado, deseoso y temeroso de Ti. Y no hay refugio ni salvación excepto en Ti. He creído en el Libro que Tú has revelado y en el último Profeta que Tú has enviado!)’
Si mueres esta noche, mueres en la fitra*. Y si amaneces, amaneciste con bien. Y que sea eso lo último que digas antes de dormir.”

Lo relataron Al Bujari y Muslim.


3. 819
De Aisha, Allah esté complacido de ella, se transmitió que dijo:

“Rezaba el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, en la noche once rakas, recostándose después sobre el lado derecho, hasta que venía el almuédano a dar la llamada para la oración obligatoria.”

Lo relataron Al Bujari y Muslim.


4. 820
De Hudaifah, Allah esté complacido con él, se transmitió que dijo:

“Cuando el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, cogía la posición para dormir por la noche, ponía la mano derecha bajo su cara y después hacía la petición:
‘¡Bismika allahumma ahiá wa amút!’.”
(¡Oh Allah, en Tu nombre muero y vivo!)
Y cuando se despertaba decía:
‘¡Alhamdulillahi alladhí ahiana baada ma amátana wa ilaihinnushúr!’.”
(¡Alabanzas a Allah, Aquel que nos ha despertado después de habernos dormido. Y a Él será el regreso! Lit. Aquel que nos ha resucitado, después de habernos hecho morir).”

Lo relató Al Bujari.


5. 821

Se transmitió de Yaísh Ibn Tijfa Al Guifarí, Allah esté complacido de los dos que dijo su padre:

“Estando yo acostado en la mezquita con el estómago hacia abajo, pegado al suelo, me movió un hombre con su pie y dijo:
‘¡Esta postura no le complace a Allah sino que la detesta!’
Miré al hombre y era el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz.”

Lo relató Abu Daud.



6. 822

Se transmitió de Abu Huraira, Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, ÉL le bendiga y le dé paz:

“Quien se siente en un lugar y no recuerde a Allah en él, obtendrá de Él la desaprobación. Y quien se acueste en un lugar sin recordar a Allah en él, también obtendrá de Él la desaprobación.”

Lo relató Abu Daud (Hadiz Sahih).


*Fitra.- Representa un estado de pureza primigenia o la naturaleza propia de cada 
ser. Y en un sentido más amplio quiere decir, la facultad innata de reconocer la 
existencia y la unicidad de Allah.




Imam An Nawawi
El jardín de los justos, cap. 127


Huang Po - Ciudad de la Ilusión



El octavo día de la décima luna, me dijo el maestro:

-Lo que se llama Ciudad de la Ilusión contiene los Dos Vehículos, las Diez Etapas del Progreso del Bodhisattva y las dos formas de Completa Iluminación.

Todo esto constituye una poderosa enseñanza para estimular el interés de las gentes; pero todavía forma pate de la Ciudad de la Ilusión. Lo que se llama El Lugar de las Preciosidades, es la Mente Verdadera, la Esencia búdica original, el tesoro de nuestra naturaleza propia y verdadera. Estas joyas no pueden valorarse ni acumularse. Mas, puesto que no hay Budas, ni seres sensibles, ni sujeto ni objeto, ¿Dónde puede hallarse el lugar de las preciosidades? Si se pregunta, será mucho lo que pueda decirse de la Ciudad de la Ilusión; pero ¿Dónde esta el lugar de las preciosidades? Es un lugar para el cual no puede darse instrucción alguna; pues, si se pudiera señalar en su dirección, existiría en el espacio; de aquí que no pueda ser un verdadero Lugar de Preciosidades. Todo lo que podemos indicar, es que esta muy cerca. No es posible describirlo exactamente; pero cuando tengáis una comprensión tácita de su sustancia, allí estará puesto que es la Mente verdadera.


Ahmad Ibn Ata'Illah - Aforismos II



123. Si el velo de Su bondad
no cubriese tus acciones,
ninguna merecería ser admitida.

124. Más necesitas Su clemencia
cuando Le obedeces
que cuando Le desobedeces.

125. De la desobediencia hay una doble manera
de librarse durante la acción,
por miedo a quedar desacreditados
ante los demás.
Pero los Privilegiados
quieren librarse antes aún,
por temor a resultar despreciables
a ojos del Rey Verídico.

126. El que te honra,
honra en verdad el velo de Su bondad.
Es a Él a quien tienes que dar las gracias
y no al que te honra o te enaltece.

127. El verdadero compañero es el que sabe tus defectos y,
sin embargo, sigue contigo.
Pero esto sólo es cierto
de tu Señor el Generoso,
pues tu mejor amigo
es el que te busca por ti mismo
y no por lo que vaya a obtener de ti.

128. Si brillase la luz de la certidumbre,
verías al otro mundo demasiado cerca de ti
para emprender éxodo hacia él
y verías ya el eclipse de la aniquilación
cubriendo las bellezas de este mundo.

129. No es que coexiste con Allah
un ser que le oculta de ti:
¡nada coexiste con Él!
Tuya es la ilusión
de que algo coexiste con Él
y ella es la que Le oculta.

130. Si no hubiera Su transparencia
en las cosas creadas,
ninguna sería visible.
Pero si aparecieran Sus atributos,
Sus criaturas desaparecerían.

131. Porque está escondido
hace Él aparecer todas las cosas,
pero Él, que es el Evidente,
recubre el ser de todas las cosas.

132. Te ha permitido considerar
lo que hay en las cosas creadas
pero no que te apegues ellas:
"Di: considerad lo que hay en los cielos"
te ha abierto la puerta del entendimiento.
Pero no dice "considerad los cielos"
para no orientarte hacia la existencia
de los astros.

133. Los universos se afirman
porque Él les da firmeza
y se desvanecen
ante la unicidad de Su esencia


Kitab Al-Hikam, cap. 21

Dogen - Bendowa (extractos) VI



[Alguien] pregunta: “¿Aun en el mundo actual, tan corrupto, de este último Dharma, es posible todavía realizar el estado de la experiencia verdadera cuando llevamos a cabo esta práctica?”

Digo: “Los filósofos se han entretenido con semejantes conceptos y formas, pero en la verdadera enseñanza del Gran Vehículo, sin discriminar entre ‘Dharma correcto’, ‘Dharma imitativo’ y ‘Dharma último’, decimos que todos los que practican alcanzan el estado de la verdad. Además, en este Dharma correcto, transmitido directamente, tanto al entrar en el Dharma como al materializarlo en nuestro cuerpo, recibimos y utilizamos el tesoro que está dentro de nosotros. Aquellos que están practicando pueden saber de forma natural si han alcanzado el estado de la verdadera experiencia o no, al igual que las personas que utilizan el agua pueden decir por ellas mismas si el agua está fría o caliente.

[Alguien] pregunta: “Se dice que en el Buda-Dharma una vez que hemos claramente comprendido el principio que la mente aquí y ahora es buda, incluso si nuestra boca no recita los sutras y si nuestro cuerpo no practica la Vía del Buda, no carecemos en absoluto del Buda- Dharma. Sólo el saber que el Buda-Dharma reside desde siempre en cada uno de nosotros es haber alcanzado totalmente la verdad (Vía). No se necesita buscar nada más de otras personas. ¿Para qué preocuparnos entonces de perseguir la verdad en zazen?”

Digo: “Estas palabras son muy poco fiables. Si es como lo dice usted, ¿cómo podría cualquier persona inteligente no comprender este principio una vez que se le hubiese explicado? Recuerde, estudiamos el Buda-Dharma a partir del momento en que abandonamos las opiniones de sujeto y objeto. Si el saber que nosotros mismos somos sólo buda pudiera llamarse alcanzar la verdad, Shakyamuni no se habría preocupado de enseñar la vía de la moralidad en el pasado. Me gustaría ahora demostrar esto con el sutil ejemplo (criterio) de los antiguos patriarcas:

Hace mucho tiempo, había un monje llamado Prior Soku en la Sangha del maestro Zen Hogen. (prior tiene el sentido de encargado de una responsabilidad importante en el templo. El maestro Hogen Bun-eki (885-958) sucesor de Rakan Keishin, suc. de Gensha Shibi, y fundador de la escuela Hogen.) El maestro Zen Hogen le pregunta:

“Prior Soku, ¿desde hace cuánto tiempo estás en mi Sangha?”

Soku dice: “Sirvo en la Sangha del maestro desde hace tres años ya.”

El maestro Zen dice: “Eres un miembro reciente de la Sangha. ¿Por qué no me has preguntado por el Buda-Dharma?”

Soku dice: “No quiero decepcionarle, Maestro. Antes, cuando estuve en la Sangha del maestro Seiho, realicé el estado de paz y felicidad en el Buda-Dharma.”

El maestro Zen dice: “¿Con qué palabras has podido entrar?”

Soku dice: “Una vez pregunté a Seiho: ¿Quién es el yo del estudiante? (¿Quién soy?). Seiho dijo: Los hijos del fuego vienen buscando el fuego.

Hogen dice: “Bonitas palabras. Pero me temo que no hayas comprendido.”

Soku dice: “Los hijos del fuego pertenecen al fuego. [Entonces] comprendí que ellos, al ser fuego que al mismo tiempo buscaba el fuego, me representaban a mi propio ser que me buscaba a mi mismo.

El maestro Zen dice: “Ahora sí que sé que no habías comprendido. Si el Buda-Dharma fuera así nunca se podría haber transmitido hasta ahora.”

Oyendo esto, Soku se volvió avergonzado y angustiado, y se levantó [para irse]. [Pero] en el camino pensó: “Este maestro zen es [respetado] a lo largo de todo el país [como] un buen consejero, y es un gran maestro que guía a quinientas personas. Seguramente debía tener algún valor su critica de mi equivocación.”

[Soku] vuelve al maestro Zen para disculparse y se prosterna. Luego pregunta: “¿ Qué es este estudiante que soy yo? (¿Quién soy?)”

El maestro Zen dice: “Los hijos del fuego vienen buscando el fuego.”

Bajo la influencia de estas palabras, Soku realiza el Buda-Dharma ampliamente. Evidentemente, nunca se entiende el Buda-Dharma mediante la comprensión intelectual de que nosotros mismos somos sólo buda. Si la comprensión intelectual de que nosotros mismos somos sólo buda fuera el Buda-Dharma, el Maestro Zen no habría podido guiar [a Soku] utilizando las palabras anteriores, y no habría amonestado [a Soku] como lo hizo. Exclusiva y directamente, desde el primer encuentro con un buen consejero, debemos preguntar por las normas de la práctica, y debemos perseguir la verdad sentados en zazen, sin desviarnos, y sin permitir que no permanezcan en nuestra mente ni un solo reconocimiento ni la mitad de una comprensión. Entonces el sutil método del Buda-Dharma no se practicará en vano.”





Destreza inconcebible



En ese momento, vivía en la gran ciudad de Vaisali un cierto Licchavi, de nombre Vimalakirti. Habiendo servido a los antiguos Buddhas, él había generado las raíces de virtud por honrarlos y hacerles ofrendas. Él había obtenido tolerancia así como elocuencia. Él actuaba con el gran súper conocimiento. Él había obtenido el poder de los encantamientos y de la no-temeridad. Había conquistado a todos los demonios y oponentes. Había penetrado el profundo camino del Dharma. Él fue liberado a través de la trascendencia de la sabiduría.

Habiendo integrado su realización con la habilidad en técnica de liberación, era experto en conocer los pensamientos y acciones de los seres vivos. Conociendo la fuerza o debilidad de sus facultades, y siendo dotado con elocuencia sin rival, enseñaba el Dharma apropiadamente a cada uno. Habiéndose aplicado a sí mismo enérgicamente al Mahayana, lo comprendía y completaba sus tareas con gran finura. Él vivía con el comportamiento de un Buddha, y su inteligencia superior era tan vasta como un océano. Él era elogiado, honrado y recomendado por todos los Buddhas y era respetado por Indra, Brahma, y todos los Lokapalas. Para desarrollar a los seres vivos con su habilidad en técnica de liberación, vivía en la gran ciudad de Vaisali.


Su riqueza era inagotable con el propósito de mantener a los pobres y los desamparados. Observaba una moralidad pura para proteger a los inmorales. Mantenía la tolerancia y el auto control para reconciliar a los seres que estaban enojados, crueles, violentos y brutales. Él resplandecía con energía para inspirar a la gente que era perezosa. Mantenía la concentración, presencia mental, y la meditación para apoyar a los mentalmente problemáticos. Él obtuvo la sabiduría decisiva para apoyar a los tontos.

Él vestía las ropas blancas de los laicos, sin embargo vivía impecablemente como un devoto religioso. Vivía en su hogar, pero permanecía apartado del reino del deseo, del reino de la materia pura, y del reino de lo inmaterial. Tenía un hijo, una esposa, y asistentes femeninas, sin embargo siempre mantenía la continencia. Parecía rodeado de sirvientes, sin embargo vivía en soledad. Parecía estar adornado con ornamentos, sin embargo siempre estaba ornamentado con los signos y marcas auspiciosos. Parecía comer y beber, sin embargo siempre tomaba nutrientes del sabor de la meditación. Hacía su aparición en campos de deporte y casinos, pero su meta era siempre madurar a aquella gente que estaba apegada al juego y al deporte. Visitaba a los maestros heterodoxos de moda, sin embargo siempre mantenía lealtad inmodificada hacia el Buddha. Comprendía las ciencias mundanas y trascendentales y las prácticas esotéricas, sin embargo siempre obtenía placer en las delicias del Dharma. Se mezclaba en todas las multitudes, sin embargo era respetado como el más distinguido de todos.

Para estar en armonía con la gente, se asociaba con los ancianos, con aquellos de edad mediana, y con los jóvenes, sin embargo siempre hablaba en armonía con el Dharma. Se comprometía en toda clase de negocios, sin embargo no tenía interés en ganancias o posesiones. Para entrenar a los seres vivos, aparecería en las encrucijadas o esquinas de la calle, y para protegerlos participaba en el gobierno. Para alejar a la gente del Hinayana y comprometerlos en el Mahayana, aparecía entre los oyentes y maestros del Dharma. Para desarrollar a los niños, visitaba todas las escuelas. Para demostrar los males del deseo, incluso entraba en los burdeles. Para establecer a los borrachos en la presencia mental correcta, entraba en los cabarets.

Era honrado como hombre de negocios entre los hombres de negocio porque demostraba la prioridad del Dharma. Era honrado como el terrateniente entre los terratenientes porque renunciaba a la agresividad de ser propietario. Era honrado como guerrero entre los guerreros porque cultivaba la resistencia, la determinación y la fortaleza. Era honrado como aristócrata entre los aristócratas porque suprimía el orgullo, la vanidad y la arrogancia. Era honrado como oficial entre los oficiales porque regulaba las funciones del gobierno de acuerdo al Dharma. Era honrado como el príncipe de los príncipes porque revertía su apego a los placeres reales y al poder soberano. Era honrado como eunuco en el harén real porque enseñaba a las mujeres jóvenes de acuerdo al Dharma.

Era compatible con la gente ordinaria porque apreciaba la excelencia de los méritos ordinarios. Era honrado como el Indra entre los Indras porque les mostraba la temporalidad de su señorío. Era honrado como el Brahma entre los Bramas porque les mostraba la excelencia especial de la gnosis. Era honrado como el Lokapala entre los Lokapalas porque fomentaba el desarrollo de todos los seres vivos. Así vivía el Licchavi Vimalakirti en la gran ciudad de Vaisali, adornado con un conocimiento infinito de destrezas en técnicas de liberación.

En ese momento, fuera de esta verdadera destreza en técnica de liberación, Vimalakirti se manifestó a sí mismo como si estuviera enfermo. Para preguntar por su salud, el rey, los oficiales, los señores, los jóvenes, los aristócratas, los dueños de casa, los hombres de negocio, la gente de pueblo, y miles de otros seres vivos vinieron de la gran ciudad de Vaisali y llamaron al inválido. Cuando llegaron, Vimalakirti les enseñó el Dharma, comenzando su discurso desde la realidad de cuatro elementos principales:

"Amigos, este cuerpo es tan impermanente, frágil, inmerecedor de confianza, y endeble. Es tan insustancial, perecedero, de corta vida, doloroso, lleno de enfermedades, y sujeto a cambios. Entonces, mis amigos, como este cuerpo es sólo un recipiente de muchas enfermedades, los hombres sabios no se fían de él. Este cuerpo es como una bola de espuma, incapaz de soportar mucha presión. Es como una burbuja de agua, no permanece por mucho. Es como un espejismo, nacido de los apetitos de las pasiones. Es como el tronco de un plátano, sin tener esencia. He aquí! Este cuerpo es como una máquina, un nexo de huesos y tendones. Es como una ilusión mágica, consistente en falsificaciones. Es como un sueño, siendo una visión irreal. Es como un reflejo, siendo la imagen de acciones anteriores. Es como un eco, siendo dependiente de los condicionamientos. Es como una nube, siendo caracterizada por la turbulencia y la disolución. Es como un un relámpago, siendo inestable, y decayendo a cada momento. El cuerpo es sin dueño, siendo el producto de una variedad de condiciones".

"Este cuerpo es inerte, como la tierra; sin yo, como el agua; sin vida, como el fuego; impersonal, como el viento; y no sustancial, como el espacio. Este cuerpo es irreal, siendo una instalación de cuatro elementos principales. Es vacío, no existiendo como un yo o como auto poseído. Es inanimado, siendo como la hierba, árboles, paredes, terrones de tierra, y como las alucinaciones. Es insensato, siendo manejado como un molino de viento. Es mugriento, siendo una aglomeración de pus y excrementos. Es falso, siendo destinado a ser roto y destruido, a pesar de ser cuidado y masajeado. Es afligido por las cuatrocientas cuatro enfermedades. Es como un anciano, constantemente abrumado por la edad. Su duración nunca es cierta – sólo es cierto su final en la muerte-. Este cuerpo es una combinación de agregados, elementos, y sentidos, que son comparables a criminales, serpientes venenosas, y a una ciudad vacía, respectivamente.

Por consiguiente, tal cuerpo debería ser debería ser repulsivo para ti. Deberías perder la esperanza en él y despertar tu admiración por el cuerpo del Tathagata".

"Amigos, el cuerpo de un Tathagata es el cuerpo del Dharma, nacido de la gnosis. El cuerpo de un Tathagata es nacido de almacenes de mérito y sabiduría. Es nacido de moralidad, de meditación, de sabiduría, de las liberaciones, y del conocimiento y visión de la liberación. Es nacido del amor, la compasión, el gozo y la imparcialidad. Es nacido de la caridad, disciplina, y auto control. Es nacido del camino de diez virtudes. Es nacido de la paciencia y suavidad. Es nacido de las raíces de virtud plantada por esfuerzos sólidos. Es nacido de las concentraciones, las liberaciones, las meditaciones, y las absorciones. Es nacido del aprendizaje, la sabiduría, y la técnica liberadora. Es nacido de las treinta y siete ayudas para la iluminación. Es nacido de la quiescencia mental y el análisis trascendental. Es nacido de los diez poderes, las cuatro no temeridades, y las dieciocho cualidades especiales. Es nacido de todas las trascendencias. Es nacido de las ciencias y el súper conocimiento. Es nacido del abandono de las cualidades malas, y de la colección de todas las buenas cualidades. Es nacido de la verdad. Es nacido de la realidad. Es nacido de la conciencia conocedora."

"Amigos, el cuerpo del Tathagata es nacido de innumerables buenos trabajos. Hacia semejante cuerpo deberías tornar tus aspiraciones, y, en función de eliminar la enfermedad de las pasiones de todos los seres vivos, deberías concebir el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi".

Mientras Licchavi Vimalakirti así enseñaba el Dharma a aquellos que habían venido a preguntar acerca de su enfermedad, muchos cientos de miles de seres vivos concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi.


Vimalakirti Nirdesa, capítulo 2


Jesús en medio de los leones



XXXV 1. Hay un camino que sale de Jericó, y que va hacia el Jordán, en el lugar por donde pasaron los hijos de Israel, y donde se dice que se detuvo el arca de la alianza. Y Jesús, siendo de edad de ocho años, salió de Jericó, y fue hacia el Jordán.

2. Y había, al lado del camino, cerca de la orilla del Jordán, una caverna en que una leona nutría sus cachorros, y nadie podía seguir con seguridad aquel camino. Jesús, viniendo de Jericó, y oyendo que una leona tenía su guarida en aquella caverna, entró en ella a la vista de todos. Mas, cuando los leones divisaron a Jesús, corrieron a su encuentro, y lo adoraron. Y Jesús estaba sentado en la caverna, y los leoncillos corrían aquí y allá, alrededor de sus pies, acariciándolo y jugando con él. Los leones viejos se mantenían a lo lejos, con la cabeza baja, lo adoraban, y movían dulcemente su cola ante él. Entonces el pueblo, que permanecía a distancia, no viendo a Jesús, dijo: Si no hubiesen él o sus parientes cometido grandes pecados, no se habría ofrecido él mismo a los leones. Y, mientras el pueblo se entregaba a estos pensamientos, y estaba abrumado de tristeza, he aquí que de súbito, en presencia de todos, Jesús salió de la caverna, y los leones viejos lo precedían, y los leoncillos jugaban a sus pies.

3. Los parientes de Jesús se mantenían a distancia, con la cabeza baja, y miraban. El pueblo permanecía también alejado, a causa de los leones, y no osaba unirse a ellos. Entonces Jesús dijo al pueblo: ¡Cuánto más valen las bestias feroces, que reconocen a su Maestro, y que lo glorifican, que vosotros, hombres, que habéis sido creados a imagen y semejanza de Dios, y que lo ignoráis! Las bestias me reconocen, y se amansan. Los hombres me ven, y no me conocen.

XXXVI 1. Luego Jesús atravesó el Jordán con los leones, a la vista de todos, y el agua del Jordán se separó a derecha e izquierda. Entonces dijo a los leones, de forma que todos lo oyeran: Id en paz, y no hagáis daño a nadie, pero que nadie os enoje hasta que volváis al lugar de que habéis salido.

2. Y las fieras, saludándolo, no con la voz, pero sí con la actitud del cuerpo, volvieron a la caverna. Y Jesús regresó cerca de su madre.

Evangelio del pseudo Mateo


Nacer por el Dharma



Subuthi, ¿qué piensas? Si un hombre llenara los Tres mil Grandes Miles de Mundos con los Siete Tesoros y los entregara como ofrenda, ¿este hombre tendrá mucha suerte y virtud?

Subuthi dijo:

- Sí, demasiada, Honrado por el Mundo. Porque este mérito y virtud no son de la naturaleza de suerte y mérito. Por eso el Tatagatha dice que hay mucha bendición y virtud.

Si hubiera un hombre que recibiera y retuviera cuatro frases de este Sutra y que se lo explicara a otros, esa bendición sería aun mayor. Porque, Subuthi, todos los Buddhas practican el Dharma de Anuttara Samyak Sambodhi que surge de este Sutra.

Subuthi, el Dharma de Buddha no es el Dharma de Buddha.


Miscelánea Zen - Maestro Xuedou (China: 980-1052)



El sentido real del Zen

Cuando alguien preguntó a Xuedou: “¿Cuál es el sentido real del Zen?”, éste respondió: “Las montañas son altas; los océanos, profundos”.


Cómo alcanzarlo

Alguien preguntó a Xuedou: “Se dice que ningún sabio ha transmitido el único camino que conduce más allá. Entonces ¿Cómo llegar hasta él?

Xuedou respondió: “Creía que eras un practicante Zen”.


La experiencia del despertar

Cuando gira la rueda de las espadas, el sol y la luna pierden su fulgor. Cuando retumba el cetro de diamante, los cielos y la tierra palidecen. Esta experiencia cercena la garganta de los demonios y abre los ojos de los sabios.


La percepción iluminada

Cuando tu percepción se ilumine, tus ojos serán como mil soles y nada escapará a tu mirada. Normalmente nunca somos tan observadores, pero no debes deprimirte ni subestimarte por ello.


La verdad y la sabiduría

El sabio comprende la verdad apenas la escucha. Si vacilas un solo instante, perderás la cabeza.


La enseñanza Zen

En cierta ocasión preguntaron a Xuedou: “¿Cuál es tu método de enseñanza?”. Este respondió: “Apenas lleguen los invitados, debemos darnos cuenta”.


Estropear el caldo

En cierta ocasión, un anciano maestro no abrió la boca en todo un retiro. Uno de los participantes dijo: “!Qué manera de perder el tiempo! No esperaba que el maestro enseñara totalmente el Budismo, pero hubiera bastado con que dijera un par de palabras: Verdad Absoluta”.

Al escucharlo el anciano replicó: “¿Por qué te quejas? Es imposible decir una sola palabra sobre la Verdad Absoluta”. Luego, rechinando los dientes, agregó: “Hasta lo que acabo de decir es absurdo”.

En la habitación contigua, un anciano que había escuchado casualmente la conversación exclamó: “Una exquisita olla de caldo echada a perder por los excrementos de dos ratas”.

¿Qué caldero no contiene uno o dos excrementos de rata?


El río del Zen

Incluso en pleno oleaje, el río del Zen fluye en calma. El agua de la estabilidad es transparente por más agitada que se halle.


Thomas Cleary - La escencia del Zen


Mumonkan - Prefacio



El budismo hace de la mente su cimiento y de la no-entrada su entrada.

Ahora, ¿como atraviesas esta no-entrada?

Es dicho que las cosas que pasan la entrada nunca podrán ser tu propio tesoro. Lo que es ganado por circunstancias externas terminara deteriorándose.

Sin embargo, tal dicho levanta olas cuando no hay viento. Esta cortando piel manchada.

En cuanto aquellos que tratan de entender a través de las palabras de otro, están golpeando a la luna con un palo; rascando su zapato mientras que es su pie el que les pica. ¿Que incumbencia tienen ellos con la verdad?

En el verano del primer año de Jotei, Ekai (Mumon) estaba en el templo Ryusho como monje encargado, trabajando con los demás monjes, usando los casos de los antiguos maestros como ladrillos para golpear la  entrada y llevar a los discípulos a sus respectivas capacidades.

El texto fue escrito bajo ningún plan u orden. Es solo una colección de 48 casos.

Es llamado Mumonkan, “La Entrada sin Puerta.”

Un hombre con determinación, sin cobardía se presionara hacia delante en su camino, sin importarle los peligros.

Entonces ni siquiera Nata con sus ocho armas podría molestarlo.

Hasta los cuatro Sietes del oeste y los dos Tres del este rogarían por sus vidas. (Los Patriarcas hindúes y chinos)

Si no se tiene determinación, entonces será como vislumbrar vagamente a un caballo que atraviesa galopando por una ventana: en un pestañeo se habrá ido.

Verso:

La Gran Via no tiene entrada,
Miles de caminos la penetran.
Una vez que se atraviesa La Entrada sin Puerta
Caminas libremente en el universo.




Mumonkan, La entrada sin puerta


Función y acción



Lao Tse dijo:

Una ballena fuera del agua es vencida por las hormigas, un gobernante que ha cedido lo que debería mantener y lucha con los ministros sobre los asuntos [de gobierno] es controlado por los funcionarios. Cuando se mantiene el liderazgo sin estratagemas, entonces los funcionarios obedecen las órdenes para obtener aprobación, y los subordinados ocultan su conocimiento y no lo utilizan de manera rebelde, trabajando así de todo corazón por quien dirige.

Si los gobernantes no delegan la autoridad en quienes son capaces y se inclinan por hacer las cosas por ellos mismos, entonces su conocimiento se tensará día a día, y serán ellos mismos quienes soportarán la culpa. Cuando los cálculos son frustrados en lo básico, es imposible expresar la razón; cuando las acciones se han convertido en posiciones, es imposible mantener el control.

Cuando no es suficiente el conocimiento para gobernar y no es suficiente la autoridad para administrar las leyes, entonces no hay manera de interactuar con la plebe. Cuando las emociones toman forma en el corazón y los deseos son visibles externamente, los funcionarios se desviarán de la rectitud y alabarán a sus superiores, mientras que los funcionarios torcerán la ley y se inclinarán en la dirección desde la que sople el viento.

Si las recompensas no corresponden a los logros y los castigos no se ajustan a los crímenes, entonces quienes están arriba y quienes están abajo serán extraños entre sí, los gobernantes y los gobernados sentirán resentimiento mutuamente, todo el aparato del gobierno estará descompuesto, y el conocimiento será incapaz de llegar a una resolución.

Cuando el rechazo y el halago llegan a un punto en el que es imposible la clarificación de los hechos, y los dirigentes son culpados por aquello que no es falta suya, los dirigentes se sobreexcitan gradualmente, mientras que los ministros se vuelven cada vez más irresponsables. A esto es a lo que se llama cortar madera en lugar del carpintero; es raro que quienes cortan madera en lugar del carpintero no se corten las manos.

Si corres con un caballo, puedes ejercitarte hasta el punto de romperte los tendones, pero nunca lo dominarás. Si te metes en un carro y tomas el control de las riendas, el caballo morirá bajo el yugo; si se escoge a un caballo por un experto y éste lo entrena, un gobernante inteligente puede montar en él mil leguas sin tomarse la molestia de escoger o entrenar al caballo. Esto es aprovecharse con habilidad de los talentos de la gente.

La manera de actuar de los dirigentes humanos no implica estratagemas, sino que implica seguir. Implica una plantilla de seguidores, pero no implica favoritismo. Cuando hay estratagema, hay discusión; cuando hay favoritismo, hay adulación, cuando hay discusión, es posible la usurpación; cuando hay adulación, la seducción es posible.

Quienes controlan al pueblo por medio de tinglados no pueden mantener una nación. Por ello, cuando se dice que un buen tinglado no puede eliminarse, significa que el tinglado no tiene forma. Únicamente es imposible de vencer a aquéllos que gobiernan mediante la influencia espiritual.

Cuando los deseos no surgen dentro, a esto se le llama reducir al silencio; cuando la falsedad no entra adentro desde afuera, a esto se le llama cerrarse del todo. Cuando estás reducido al silencio por dentro y cerrado del todo por fuera, ¿qué asunto puede estar fuera de control? Cuando estás cerrado por dentro y reducido al silencio por fuera, ¿qué empresa puede dejar de tener éxito? Así, sin explotación ni estratagema hay función y acción.


Wen Tzu (atribuído a Lao Tse), capítulo 150
Versión de Thomas Cleary


La lápida del Maestro Nacional



El emperador Shokusô preguntó al Maestro Nacional Chû: “¿Qué me aconsejarías hacer dentro de cien años?”.El Maestro Nacional le respondió: “Haz una lápida perfecta para este viejo monje”.El emperador replicó: “Me gustaría preguntarte, Maestro, por su diseño”. El Maestro Nacional permaneció en silencio durante mucho tiempo hasta que dijo: “¿Entendiste?”. El emperador contestó: “No entendí nada”. El maestro dijo: “Ya tengo un sucesor en el Dharma; es mi discípulo Tangen, quien está bien enterado de este asunto. Llámalo y pregúntale acerca de esto”.

Cuando el Maestro Nacional se hubo retirado, el emperador llamó a Tangen y le preguntó sobre el significado de lo dicho por el maestro. Tangen le contestó:

Al sur del río, al norte del lago:

(Setchô comentó: “Una sola mano no suena sin razón”.)

En medio del oro que llena la tierra.

(Setchô comentó: “Un bastón recién cortado del bosque de la montaña.”)

Bajo el árbol sin sombra, todos en un bote;

(Setchô comentó: “El mar está en paz, el río es claro.”)

En el palacio de cristal no hay nada que saber.

(Setchô comentó: “Terminó el discurso”.)”.


Hekiganroku, Crónicas del Acantilado Azul, caso 18

Ahmad Ibn Ata'Illah - Aforismos

189.

Hay luces a las que se ha permitido llegar
(al corazón)
y otras a las que se ha permitido entrar
(en el corazón).
A veces las luces afluyen sobre ti, pero
al encontrar tu corazón
rebosando imágenes de lo creado,
se vuelven, por donde habían venido,
a su punto de origen.
Vacía tu corazón de lo creado.
Él te lo llenará de conocimiento
y de secretos.

190.

¿Te parece que tarda Él mucho
en dar por terminada tu aflicción?
¡Mira pues con cuánta lentitud
te vuelves tú hacia Él!

191.

Lo que está prescrito para cada tiempo
se puede cumplir
pero, con las exigencias de cada tiempo
¿cómo corresponder?
Pues cada nuevo tiempo que viene
renueva también lo que Allah te exige
y refuerza Su mandato.
¿Cómo podrías cumplir
deberes de tiempos pasados
cuando hay que ocuparse de los del presente?

192.

Lo que has perdido de tu vida
es insustituible
pero inestimable es
lo que has ganado de ella.

193.

¿Deseas una cosa?
¡De ella eres su esclavo!
Y de nadie sino de Él
quiere Allah que lo seas.

194.

Ni tu obediencia Le favorece
ni tu desobediencia Le perjudica.
Si te impone aquélla y te prohibe ésta,
es por lo que una u otra te van a dar a ti.
Darse a Él no añade nada a Su poder,
alejarse de Él no lo disminuye en nada


Kitab Al-Hikam, cap. 21

El peso de los actos





Si el muerto no reconoce la verdad debido a su mal karma, a pesar de la ayuda que haya recibido para la visión penetrante, se le llama por su nombre, diciendo:

«Noble hijo, ¡escucha! Tienes que padecer estos sufrimientos porque son el fruto de tus propios actos. Ruega a los Tres Raros y Sublimes que te han de proteger. Y si no sabes rezar de esa manera, si no sabes meditar sobre el Gran Símbolo, y si no te concentras sobre tu Yi-dam divino, verás a tu buen genio, nacido simultáneamente contigo, contar tus actos benéficos con guijarros blancos, y simultáneamente vendrá tu genio malo, que contará con piedras negras todos tus actos perjudiciales. Sentirás un gran miedo, una angustia y un disgusto que te harán temblar y mentir, diciendo: "No he hecho nada malo." Entonces (el dios de la muerte), Yama dirá: "Voy a consultar con el espejo de tus actos", y, mirando el espejo, aparecerán nítida y claramente el bien y el mal. ¡Tu mentira será absurda! Entonces, Yama te atará una soga al cuello y te arrastrará. Te degollará, te arrancará el corazón y te desgarrará las entrañas, lamiendo tus sesos, bebiendo tu sangre, devorando tu carne, royendo tus huesos.

Pero tú no puedes morir, aunque estés despedazado, y te volverás a levantar. Y siempre vuelto a despedazar, tendrás que soportar grandes sufrimientos, pero nada temas cuando se cuenten los guijarros blancos. No tengas miedo, no mientas, no temas a Yama, puesto que no eres más que un cuerpo mental, no puedes morir realmente, aunque te despedacen y te corten en trocitos.

Como tu naturaleza en realidad consiste en vacuidad, no tienes nada que temer.

»En efecto, los diferentes emisarios de la muerte son tus propias proyecciones, tus ilusiones; su forma está vacía. En cuanto a ti, tu cuerpo mental que manifiesta las acciones de tus tendencias latentes, es vacuidad. La vacuidad no puede perjudicar a la vacuidad. Lo que no tiene ninguna característica  no puede perjudicar a lo que carece de toda característica.

»Fuera de tus propias ilusiones, no existe ningún emisario de la muerte, ningún genio bueno o malo, ningún ogro de cabeza de buey que venga del exterior. Reconócelo. Reconoce que todo eso es el bardo. Súmete en la contemplación del Gran Símbolo. Medita. Si no sabes sumirte en esa meditación, busca entonces a ver quién tiene miedo y date cuenta de que no consiste en nada, de que no es más que vacuidad. Se le llama el Cuerpo de Vacuidad. Pero esa vacuidad no es una nada en sí. Es en este caso el pensamiento "Tengo miedo", y el conocimiento de ese pensamiento es el Cuerpo de Gozo que es lucidez deslumbrante. Vacuidad y lucidez no son dos cosas separadas. La vacuidad es lucidez y la lucidez es vacuidad. Ahora se descubre, y permanece en su estado increado la indisociabilidad de la lucidez y de la vacuidad, el conocimiento desnudo. Es el Cuerpo Esencial. Su propia energía natural se eleva en toda su posibilidad, hace aparecer todo. Es la compasión del Cuerpo de Emanación.

»Noble hijo, imira sin distraerte! Reconoce esto realmente, y con toda certeza te convertirás en Buda en la perfección de los cuatro Cuerpos. ¡No te distraigas! En eso reside el límite entre el despertar de los Budas y la ilusión de los seres vivos. Como este momento es de suma importancia, si te distraes, te encontrarás hundido para siempre en la ciénaga de los sufrimientos sin poder liberarte jamás. Este instante puede cambiarlo todo, este instante es el que puede hacer de ti un Buda. He aquí lo que ocurre ahora.

»Si bien todas las apariciones del estado intermedio han surgido ante ti, no has podido reconocer la verdad a causa de tu eterna distracción. Por esta razón has tenido que padecer este miedo y esta angustia. Si sigues aún distraído, se romperá el hilo de la compasión y llegarás a un lugar en el que no existe ninguna probabilidad de liberación. ¡Estáte, pues, vigilante! »


Padma Sambhava
Bardo Thodol, Libro tibetano de los muertos

Bahiya Sutra



Esto he oído. En cierta ocasión el Ensalzado moraba cerca de Sávati, en la arboleda de Jeta, en el parque de Anathapindika. En esa ocasión Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, moraba en Supparaka en la costa, y era apreciado, honrado, tenido en gran estima, adorado, y era objeto de deferencia. Tenía hábitos y donativos de comida en abundancia, cama, asiento, alivios y medicinas para las enfermedades. Así que esta consideración surgió en la mente de Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol: “Me pregunto si seré yo uno de esos en el mundo que son arahantes o han alcanzado el sendero del arahant.”

Entonces, un deva, que había sido anteriormente un pariente de Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, por compasión y por deseo por su bienestar, sabiendo por sí mismo la consideración en su mente, fue a donde se encontraba y le dijo a Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol: “Bahiya, ni eres arahant ni has alcanzado el sendero del arahant. No es el tuyo el curso por el cual puedas tú ser arahant o alcanzar el sendero del arahant”.

-Pero, respondió Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol ¿Quiénes en el mundo con sus dioses son arahantes o han alcanzado el sendero del arahant?

- Hay una ciudad, Bahiya, llamada Sávati, en las lejanas regiones. Allí mora ahora el Ensalzado, quien es arahant, aquel correctamente Despierto. Bahiya, Él es verdaderamente arahant y enseña el dhamma por el que se alcanza la arahantidad.

Entonces, Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, conmovido por ese deva, dejó Supparaka y, descansando sólo una noche durante el viaje, llegó a donde moraba el Ensalzado, cerca de Sávati, en la arboleda de Jeta, en el Parque de Anthapindika.

En esa ocasión un gran número de bikkhus paseaba al aire libre. Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, fue a estos monjes y les dijo:

-Señores, os ruego ¿Dónde está ahora el Ensalzado, aquel que es arahant, aquel correctamente Despierto? Deseo ver a ese arahant, aquel correctamente Despierto.

-El Ensalzado, Bahiya, se ha ido por las casas para pedir comida.

En seguida, Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, se dio media vuelta rápidamente, dejó la arboleda de Jeta y entró en Sávati, donde vio al Ensalzado andando por Sávati pidiendo comida; con bella apariencia, un placer era contemplarlo, con los sentidos calmados, la mente tranquila, en perfecto logro de compostura por medio del control de la maestría, (como) un elefante perfectamente entrenado, amaestrado y alerta. Al verlo, fue a él, se tendió con la cabeza a sus pies y dijo esto al Ensalzado:

-Señor, ¡Que el Ensalzado me enseñe el dhamma! ¡Que el Bienhechor me enseñe el dhamma para que sea en mi provecho y para mi felicidad por mucho tiempo!

A estas palabras el Ensalzado dijo a Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol:

- Has llegado en momento inoportuno, Bahiya, hemos empezado a pedir la comida.

Entonces, por segunda vez, Bahiya, el de las vestiduras de corteza de árbol, dijo al Ensalzado:

-Señor es difícil saber que peligro hay para la duración de la vida del Ensalzado o para la mía ¡Que el Ensalzado me enseñe el dhamma! ¡Que el Bienhechor me enseñe el dhamma para que sea en mi provecho y para mi felicidad por mucho tiempo!

Por segunda vez el Ensalzado dijo:

- Has llegado en momento inoportuno, Bahiya, hemos empezado a pedir la comida.

Aun por tercera vez, , Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, dijo al Ensalzado:

-Señor es difícil saber que peligro hay para la duración de la vida del Ensalzado o para la mía ¡Que el Ensalzado me enseñe el dhamma! ¡Que el Bienhechor me enseñe el dhamma para que sea en mi provecho y para mi felicidad por mucho tiempo!

-Entonces, Bahiya, así has de entrenarte: En lo visto habrá sólo lo visto, en lo oído sólo lo oído, en lo imaginado sólo lo imaginado, en lo percibido sólo lo percibido. De modo que así no tendrás “por ser de ese modo...” Así es como has de entrenarte. Ahora bien, Bahiya, cuando en lo visto haya para ti sólo lo visto en lo oído sólo lo oído, en lo imaginado sólo lo imaginado, en lo percibido sólo lo percibido. Entonces Bahiya, como no tendrás “por ser de ese modo...”, no tendrás “por lo tanto”. Como no tendrás “por lo tanto” se concluye que no tendrás “aquí” ni “más allá” ni “lo que está entre ambos”. Eso es el final del mal.

En seguida, Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, gracias a esta enseñanza concisa del dhamma del Ensalzado, por no apegarse, a partir de ese momento liberó su mente de los males. De modo que el Ensalzado tras aconsejar a Bahiya con esta enseñanza concisa, se marchó.

Poco después de que partiera el Ensalzado, un becerro atacó a Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, y le causó la muerte. El Ensalzado, tras andar por Sávati mendigando comida, volvió de mendigar comida y después de comer, cuando dejaba la ciudad con un gran número de monjes, vio a Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, cuya vida había quedado concluida. Al verlo dijo a los monjes:

-Monjes tomad el cuerpo de Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, traed una litera, llevároslo, quemadlo y levantad un montículo.

Si señor, respondieron esos monjes al Ensalzado, y tomaron el cuerpo, trajeron una litera, lo colocaron sobre ella y lo quemaron, cuando hubieron levantado un montículo, fueron a donde estaba el Ensalzado, lo saludaron y se sentaron a un lado.

Entonces, estando sentados a un lado esos monjes dijeron esto al Ensalzado:

-Señor, el cuerpo de Bahiya , el de la vestidura de corteza de árbol, ha sido quemado y se ha levantado un montículo. Os rogamos Señor, ¿Para adónde ha ido? ¿Cuál es su destino futuro?

-Un sabio, monjes, era Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol. El se fue en acuerdo con el dhamma, y no me molestó en el asunto de la enseñanza del dhamma. Bahiya, el de la vestidura de corteza de árbol, ha logrado la liberación total.

En seguida, el Ensalzado viendo el significado de ello pronunció este verso inspirador:

Donde el agua, la tierra, el fuego, el aire no encuentran donde posarse,
Allí no brilla estrella alguna, no se muestra ningún sol allí,
Allí no reluce ninguna luna, no se ve allí oscuridad.
Luego cuando el sabio, el brahmán, por la sabiduría
de su propio ser ha penetrado (en la verdad),
de la forma y de la no-forma, del placer y del dolor él está libre.

Este verso inspirador fue también dicho por el Ensalzado, así lo oí yo.