Varón y Hembra


Varón y Hembra


El Rabino Simeón se dirigió a Tiberiades y con él estaban el Rabino Yose, el Rabino Judah y el Rabino Hiyya. En él camino, vieron al Rabino Phineas que venía a su encuentro. Todos desmontaron y se sentaron al pie de la montaña, bajo un árbol. El Rabino Phineas habló: Mientras estamos aquí sentados me gustaría oír algunas de esas maravillosas ideas que constituyen su discurso cotidiano. 

Luego, el Rabino Simeón habló, y comenzó con el texto: 

"Y durante sus jornadas desde el Sur, fue desde Beth-el hasta el lugar donde había estado su tienda en un principio, entre Beth-el y Ai" [Gen. I:3: 3]. Dijo: Aquí podríamos haber esperado encontrado la palabra "jornada"; pero en vez de esto, leímos "jornadas", que pretende significar que, durante la jornada, con él estaba la Divina Presencia. Corresponde al hombre ser siempre "varón y hembra", para que su fe permanezca estable y para que la Presencia nunca lo abandone. Y preguntarán ustedes: ¿Cómo podrá hacer eso el hombre que, lejos de su mujer, realiza una jornada y deja de ser "varón y hembra"? Tal ser, antes de comenzar la jornada y mientras aún es "varón y hembra", deberápedir a Dios que lleve hasta él la Presencia de su Maestro. Después de que haya rezado y dado gracias y una vez que la Presencia descanse en él, entonces podrá irse, pues en virtud de su unión con la Presencia ahora es varón y hembra en el campo, tal como era varón y hembra en la ciudad; está escrito: "El bien [zedek, femenino de zaddik] deberá ir delante de él y le abrirá el paso" [Salmos 85: 14]. 

Nótese lo siguiente. Durante todo el tiempo de su viaje, el hombre debe tener mucho cuidado con sus actos, con objeto de que la sagrada unión no se rompa y él se tome imperfecto, privado de la unión con la hembra. Si se sentía la necesidad del bien cuando él y su esposa estaban juntos, ¿cuánto mayor sería ésta cuando la pareja celestial estuviera con él? Y, más aún, ciertamente, si esta pareja celestial actúa como su guardián constante durante el viaje hasta su regreso a casa, incluso es obligación del varón, una vez de vuelta en el hogar, dar placer a su mujer, ya que gracias a ella, él obtuvo la unión celestial. 

Existen dos razones para esta obligación de cohabitar. Primero, este placer es religioso, da alegría también a la Divina Presencia y es un instrumento de paz en el mundo, tal como está escrito: "Y tú sabrás que tu tienda está en paz y visitarás tu habitación y no pecarás" [Job 5: 24]. 

(Preguntarán: ¿Es pecado que él no pueda penetrar a su esposa? Es pecado, pues en su impotencia, él es indigno del honor de ser compañero celestial, que le fue dado gracias a su esposa.) Segundo, si su esposa concibiera, la Divina Presencia confiere al niño un alma sagrada, pues este pacto es conocido como el pacto del Ser Supremo, bendito sea. 

Por tanto, el hombre debe ser tan celoso al gozar de este placer como al gozar del placer del Sabbath, en cuyo tiempo se consuma la unión de los sabios con sus esposas. Así, "sabrás que tu tienda está en paz", pues la Presencia te acompaña y habita en tu casa y, por esta razón, "visitarás tu habitación y no pecarás", al llevar a cabo con alegría la obligación religiosa de tener relaciones conyugales ante la Presencia. 

Así es que los estudiosos de la Torah, lejos de sus esposas durante los seis días de la semana que le dedican al estudio, se encuentran en este lapso unidos a un compañero celestial, y no dejan de ser "varón y hembra". Y con el advenimiento del Sabbath, a ellos corresponde alegrar a sus mujeres en honor de la unión celestial, y tratar de hacer la voluntad de su Maestro, como se ha establecido.

De igual modo, cuando la esposa de un hombre está en sus días de separación, en esos días, mientras él la espera, el hombre tiene consigo al compañero celestial y continúa siendo "varón y hembra". Cuando la esposa queda purificada, el hombre tiene la obligación de agradarla en la gozosa satisfacción de una obligación religiosa. Las mismas razones que hemos dado, se aplican a este caso.

De acuerdo con la doctrina secreta, los místicos han de ofrecer toda su mente y propósito al Uno [el Shekhinah]. Podría objetarse que, a la luz del argumento anterior, un hombre está en un estado de mayor honor durante un viaje que cuando está en casa, pues el compañero celestial está con él. Esto no es verdad. En casa, la esposa es el fundamento del hogar del hombre, ya que gracias a ella, la Presencia no se aleja de ahí. 

Así, el verso "e Isaac la llevó a la tienda de Sarah, su madre" [Gen. 24: 67], según la interpretación de nuestros maestros, significa que la Divina Presencia vino a la casa de Isaac junto con Rebecca. De acuerdo con la doctrina secreta, la Madre Suprema está junto con el varón sólo cuando la casa está lista, y en ese momento el varón y la hembra están unidos. En un momento así, la Madre Suprema les manda bendiciones. 

De igual modo, la Madre Inferior se encuentra junto al varón sólo cuando la casa está lista y él y la hembra se unen; entonces, las bendiciones de la Madre Inferior caen sobre ellos. Por lo tanto, dos hembras, su Madre y su Esposa, deben agradar al hombre en su casa. Hay referencia a esto en el verso: "En [ad] el deseo de los montes eternos" [Gen. 49: 26]. Este ad es el objeto deseado de los "montes eternos", lo cual significa la hembra suprema que debe arreglarse para él y hacerla dichoso y bendecirlo y también la hembra inferior, que deberá reunirse con él, unirse a él y recibir apoyo de él. 
No de otra manera en el mundo inferior, el deseo de los "montes eternos" es para el hombre cuando se casa y dos hembras, una del mundo superior y otra del inferior, habrán de darle dicha -la del mundo superior haciendo llover sobre él todo tipo de bendiciones, y la del mundo inferior recibiendo apoyo de él y uniéndose a él. Así sucede con el hombre en la casa. Pero cuando está de viaje, mientras la Madre Suprema todavía se halla con él, la esposa del mundo inferior permanece atrás; y por tanto, a su regreso, corresponde a él hacer aquello que establezca la armonía entre él y dos hembras, tal como lo hemos explicado. 


En El Zohar 
Selección y edición de Gershom Scholem 


Frágil y huidizo


Frágil y huidizo


Todo momento es frágil y huidizo.
Por hermosos que sean, no pueden conservarse los momentos del pasado.
Por gozosos que sean, no pueden guardarse los momentos del presente.
Por deseables que sean, no pueden atraparse los momentos del futuro.
Pero la mente se desespera por fijar el río en un lugar: poseída por las ideas del pasado, preocupada por las imágenes del futuro, pasa por alto la simple verdad del momento.
Quien pueda disolver su mente descubrirá de repente el Tao a sus pies, y tendrá la claridad a mano.


Hua Hu Ching, atribuído a Lao Zi

Qingjing Jing


Qingjing Jing


El Gran Tao no tiene forma;
es la madre del cielo y la tierra.
El Gran Tao no tiene sentimientos;
regula el curso del sol y la luna.

El Gran Tao no tiene nombre;
cría y nutre la miríada de seres.
No conozco su nombre-
por eso lo llamo Tao.

El Tao puede ser puro o turbio, movedizo o tranquilo.
El cielo es puro, la tierra es turbia;
el cielo es movedizo, la tierra tranquila.
El hombre es movedizo, la mujer tranquila.

Descendiendo desde el origen,
fluyendo hacia el final,
la miríada de seres nacen.

La pureza - la fuente de la turbiedad.
El movimiento - la raíz de la tranquilidad.

Sé siempre puro y tranquilo;
El cielo y la tierra
vuelven a lo primordial.

El espíritu humano ama la pureza,
pero la mente lo confunde.
La mente humana ama la tranquilidad,
pero los deseos se entrometen.

Deshazte de los deseos para siempre,
y la mente estará calmada.
Purifica tu mente,
y el espíritu será puro.

De un modo natural los seis deseos no surgirán,
los tres venenos son destruidos.
Quienquiera que no pueda hacer esto
todavía no ha purificado su mente,
sus deseos todavía no son disipados.

Aquellos que han abandonado sus deseos:
Observa tu mente por introspección-
Y nota que no hay mente.

Luego observa el cuerpo,
Mírate desde el exterior-
Y nota que no hay cuerpo.

Luego observa a los otros echando un vistazo en la distancia -
Y nota que no hay otros.
Una vez que has experimentado estas tres,
¡observa el vacío!

Usa el vacío para observar el vacío,
y nota que no hay vacío.
Cuando incluso el vacío no es tal,
Tampoco hay no-vacío.

Sin siquiera la existencia del no-vacío
Solo hay serenidad,
profunda e imperecedera.

Cuando la serenidad se disuelve en la nada-
¿Cómo podría haber deseos?
Cuando los deseos no surgen
has encontrado la verdadera tranquilidad.

En la verdadera tranquilidad,
fluye con la existencia;
En la verdadera permanencia, realiza la naturaleza interna.
Siempre fluyendo, siempre tranquilo-
Esto es pureza permanente, tranquilidad duradera.

En la pureza y la tranquilidad,
penetra gradualmente en el verdadero Tao.
Cuando el verdadero Tao es penetrado,
es alcanzado.

Aunque hablamos de "alcanzado",
En realidad no hay nada que conseguir.
Más bien hablamos de penetración
Cuando alguien empieza a transformar a la miríada de seres.

Solo quien ha entendido esto apropiadamente
es apto para trasmitir el Tao de los sabios.

El caballero superior no lucha;
El caballero inferior ama luchar.
La Virtud superior no tiene Virtud;
La Virtud inferior se apega a la virtud.

Todos los apegos y ataduras
no tienen nada que ver con el Tao o la Virtud.

La gente falla en realizar el Tao
porque tienen mentes contaminadas.
La contaminación en la mente
significa que el espíritu esta asustado.

Con el espíritu alarmado
hay apego a las cosas.
Con el apego a las cosas,
hay búsqueda y codicia.

Con la búsqueda y la codicia,
hay pasiones y aflicciones.
Pasiones, aflicciones, contaminación, y fantasías
Angustian y molestan la mente y el cuerpo.

Entonces uno cae en la turbiedad y la vergüenza,
felicidad y tristeza, vida y muerte.
Siempre inmerso en el mar de miseria,
Uno está para siempre perdido para el verdadero Tao.

El Tao de la verdadera permanencia
llegará de un modo natural a aquellos que comprenden.
Aquellos que se dan cuenta del discernimiento del Tao
descansarán para siempre en la pureza y la tranquilidad.

Anónimo - Qingjing Jing

El “Buen día” de Unmon


El “Buen día” de Unmon


Dando instrucción a los monjes, Unmon les dijo: “Yo no les pido nada acerca de antes del decimoquinto día. Denme una frase acerca de después del decimoquinto día”. Sin esperar la respuesta de los monjes, Unmon se respondió a sí mismo: “Cada día es un buen día”.


Hekiganroku, Crónicas del Acantilado Azul, caso 6

El libro del viviente y la crucifixión




Apareció en las escuelas, profirió la Palabra como un maestro. Se le aproximaron los sabios, según propia estimación, para probarlo. Pero los confundió, porque eran vanos. Ellos lo odiaron, puesto que no eran sabios verdaderamente. Después de todos éstos se aproximaron a él también los niños, a quienes pertenece el conocimiento del Padre. Fortalecidos, aprendieron los aspectos del rostro del Padre. Conocieron y fueron conocidos; fueron glorificados y han glorificado.

Se manifestó en su corazón el libro que vive del Viviente, el que está escrito en el Pensamiento y el Intelecto del Padre y que antes del establecimiento de la Totalidad estaba en su Incomprensibilidad, el que nadie podía tomar, puesto que está reservado para el que lo tomara para ser inmolado. Ninguno hubiera podido manifestarse de cuantos creyeron en la salvación si no hubiera aparecido ese libro. Por ese motivo el compasivo, el fiel, Jesús, aceptó con paciencia los sufrimientos hasta que tomó este libro, puesto que sabe que su muerte es vida para muchos. Del mismo modo que en un testamento se ocultan antes de abrirse los bienes del dueño de la casa fallecido, así sucede con la Totalidad, que permanece oculta en tanto que el Padre de la Totalidad era invisible, siendo un ser engendrado por sí mismo, del que provienen todos los intervalos. Por este motivo apareció Jesús, revistió aquel libro, fue clavado en un madero, y publicó el edicto del Padre sobre la cruz. ¡Oh sublime enseñanza! Se humilló hasta la muerte, aunque la vida reviste eterna. Después de despojarse de estos harapos perecederos, se revistió de la incorruptibilidad que nadie puede sustraerle. Habiendo penetrado en las regiones vacías de los terrores, las atravesó por los que estaban desnudos a causa del olvido, siendo conocimiento y perfección, proclamando lo que hay en el corazón, enseñando a sus discípulos. Pero los discípulos son el Viviente, los que están inscritos en el libro del Viviente. Reciben la enseñanza sobre sí mismos, la reciben del Padre, y se vuelven de nuevo hacia Él.

Evangelio de la Verdad

Sin tu nada y sin tu ser




Más te vale buscarte defectos escondidos
que intentar descubrir
las cosas invisibles que te están veladas.

Allah no está velado:
en tus ojos está el velo,
pues para velar a Allah habría que cubrirle
y cubrirle es contenerle y abarcarle:
"Pero Allah domina
por encima de Sus servidores" (Qur'an, 6, 18).

Para mantenerte siempre atento
a la llamada de Allah
y cerca de Su presencia,
suprime de tu humanidad todo atributo
contrario a tu condición de servidor.

Estar satisfecho de sí mismo:
tal es la raíz de toda desobediencia,
de todo descuido y de toda pasión.
Pero no estar nunca contento de ti
es la fuente de toda obediencia,
de toda vigilancia y de toda pureza.
Toma por compañero a un ignorante,
descontento de sí:
¡verás cómo para ti vale más
que un sabio satisfecho de sí!
Además, ¿de qué vale la ciencia
de un sabio contento de sí?
Y ¿sigue siendo ignorante
el que no está satisfecho de sí mismo?

El rayo de tu mirada interior
te permite ver Su cercanía;
la realidad de tu mirada interior
te hace ver que no eres nada ante Su ser;
la verdad de tu mirada interior
te permite ver Su ser
sin tu nada y sin tu ser.

Allah era, y nada era con El:
¡Y ahora es como era entonces!



Ahmad Ibn Ata'Illah
Kitab al-Hikam, capítulo 5

El nombre del Padre es el Hijo


El nombre del Padre, empero, es el Hijo. Es Él el que en el Principio dio un nombre al que ha salido de sí, que era Él mismo y al que engendró como Hijo. Le ha dado su nombre, el que le perteneció; es aquel al que le pertenece todo lo que existe en torno al Padre. Suyo es el nombre; suyo es el Hijo. Es posible para éste verlo. Pero el nombre es invisible porque sólo él es el secreto del Invisible que viene a los oídos que están completamente llenos de él por él. Porque, realmente, el nombre del Padre no es dicho, sino que se revela por medio del Hijo. Entonces y siendo así ¡grande es el nombre! ¿Quién, entonces, podrá pronunciar un nombre para Él, el gran nombre, salvo Él solo al que pertenece el nombre y los hijos del nombre, en los que descansó el nombre del Padre, los que a su vez descansaban en su nombre? Puesto que el Padre es inengendrado, Él solo es el que lo engendró como nombre para sí mismo antes de producir los eones, para que el nombre del Padre estuviese sobre sus cabezas como Señor, el que es el nombre verdadero, firme en su autoridad por la potencia perfecta. Porque el nombre no pertenece a las palabras ni su nombre forma parte de las denominaciones sino que es invisible. Se dio un nombre para sí solo, puesto que Él solo se contempla y solo tiene capacidad para darse un nombre. Porque el que no existe carece de nombre. Pues ¿qué nombre se puede dar al que no existe? Pero El que es, es asimismo con su nombre, y el único que le conoce y el solo que sabe darle un nombre es el Padre. El Hijo es su nombre. Por lo tanto no lo ha ocultado, sino que ha existido y en cuanto es el Hijo, sólo Él dio un nombre. El nombre, por lo tanto, es del Padre, igual que el nombre del Padre es el Hijo. Puesto que ¿en dónde la misericordia encontraría este nombre, si no es junto al Padre? Pero seguro que alguno dirá a su vecino: «¿Quién dará un nombre al que existía antes que él, como si los niños no recibieran un nombre de los que los han engendrado?» Primero, entonces, nos conviene entender acerca de este tema: «¿qué es el nombre?». Éste es el nombre auténtico; por lo tanto no es el nombre que deriva del Padre, puesto que es el nombre propio. No ha recibido, por consiguiente, el nombre en préstamo como los demás, según el modo como cada uno es producido, sino que éste es el nombre propio. No hay ningún otro al que se lo haya dado. Pero él es innominable e indescriptible, hasta el momento en que éste, que es perfecto, sólo lo expresó. Y él es el que tiene el poder para proclamar su nombre y contemplarlo. Por consiguiente, cuando le ha parecido bien que su nombre amado sea su Hijo y le dio el nombre a él, este que salió de la profundidad, expresó sus realidades, sabiendo que el Padre es carente de mal. Por esto también lo ha enviado para que hablase del lugar y de su lugar de reposo desde el que ha venido y glorificase al Pleroma, la grandeza de su nombre y la dulzura del Padre. 

Evangelio de la Verdad

Retribuciones definitivas




Aunque el Buddha fuera omnipotente, le era imposible: 1. – salvar a los seres vivos incondicionados; 2. – poner fin al mundo de los seres vivos; 3. – transfigurar un karma definitivo. «Karma definitivo» significa: una retribución, buena o mala, obtenida por actos causales buenos o malos, cometidos en una vida anterior. A pesar de su poder, ni el Buddha ni Bodhisattva pueden modificar una tal retribución, definitiva, de los actos cometidos en una vida anterior. Belleza o fealdad de una silueta, grandeza o fragilidad de la dicha, longevidad o brevedad de la vida, pertenencia a la clase noble o a la plebeya, todos son karmas definitivos, que corresponden a los actos causales cometidos en una vida anterior. Tchonang-tsen y las gentes de su escuela pensaban que pobreza, riqueza, nobleza y plebeyez eran las cuatro naturales porque no sabían que dependen de los actos causales cometidos en una vida anterior. En el Buddhismo no se piensa así. Si aquel que ha obtenido el mal fruto de una mala causa proveniente de una vida anterior, no comete malas acciones en esta vida con conocimiento de esta verdad, no dejará de obtener el buen fruto en el porvenir. Pero rarísimamente se cumplen acciones que serán causas de bien en el porvenir, mientras que se busca por toda especie de maneras modificar la retribución actual inmutable. ¿Acaso no es necio esto?. Eso se parece a un campesino que hubiera cultivado su arrozal de la manera siguiente: en la primavera lo dejó, omitiendo ponerle abonos, regarlo, y sembrar en él. Llegado el otoño, le es difícil cosechar ni siquiera paja, a pesar del semblante de arroz que ha brotado, ¿podrá, con mayor razón, cosechar arroz?. En esa hora, aunque el campesino, presa de lamentos, se ponga a regar y a echar abonos por primera vez, eso no podría tener ninguna eficacia. Así pues, es necio ocuparse ahora del arroz cuando es otoño diciéndose: «si por azar... si por azar». Ahora bien, si cultiva mejor al año que viene, sabiendo que es únicamente por no haberse cuidado en el momento requerido de la cultura de primavera por lo que no ha sacado ningún provecho en el momento de la cosecha de otoño, no tendrá ya nunca pérdidas semejantes a las de ese otoño.

Musō Soseki
Diálosgos en el sueño

La división entre lo divino y lo demoníaco

El Bienaventurado Señor dijo:

  1-3. ¡Oh, Bharata! El tesoro del hombre dotado de naturaleza divina es el siguiente: intrepidez, pureza, constancia en el yoga del conocimiento, bondad, dominio de sí, resignación, conocimiento de los libros sagrados, templanza, dulzura, rectitud, benevolencia, sinceridad, santidad, abnegación, tranquilidad, carencia de conocimiento destructor, caridad, largueza, mansedumbre, modestia, inmutabilidad, fuerza, misericordia, paciencia, sencillez, generosidad.

  4. Por el contrario, ¡oh, Partha!, los atributos del hombre dotado de naturaleza demoníaca son: orgullo, pedantería, soberbia, cólera, maldad e ignorancia.

  5. Los dones divinos originan la liberación; los males demoníacos, la esclavitud. Mas, ¡oh, hijo de Pandu!, no tienes por qué entristecerte, pues tu naturaleza es divina.

  6. Dos clases de seres existen en el mundo: los divinos y los demoníacos. Yo ya he descrito, ¡oh, Partha!, con profusión la naturaleza divina. Ahora te expondré la demoníaca.

  7. Los hombres demoníacos carecen del conocimiento de la acción y de la inacción. No conocen la verdad, la obra pura ni el cumplimiento recto.

  8. Para ellos el mundo existe sin Dios. No hay nada verdadero y todo se origina por una mutua concatenación, por el deseo, única causa existente; para ellos el mundo es producto del azar.

  9-20. Los hombres demoníacos, con esta falsa concepción del mundo pierden su alma y su razón y son el instrumento de una actuación violenta, dura, demoníaca, destructora, semilla de violencia y de maldad. Llenos de un deseo inagotable, orgullosos y soberbios, estas almas descarriadas persisten en su error y no cesan hasta conseguir los profanos deseos que han surgido en ellos. Para ellos el deseo y el placer son el único objeto de la vida; la ansiedad y los deseos insaciables y desmedidos hacen presa en ellos hasta que mueren. Como están rodeados por centenares de cadenas, llenos de cólera y avaricia, corriendo continuamente para conseguir injustos beneficios que den satisfacción a su placer y les sirvan de regocijo, conciben estos pensamientos: «Hoy he saciado tal deseo; mañana saciaré otro; hoy tengo tanto dinero, mañana tendré más; he matado este enemigo mío, mañana mataré otros. Soy dominador y rey de los hombres. Soy perfecto, fuerte, feliz, dichoso. Entre los que gozan en el mundo, no hay nadie comparable conmigo. Soy rico y de noble familia. Nadie puede comparárseme. Por lo tanto, estoy lleno de alegría y de regocijo». Se precipitan en el horror de su propio vicio, llenos como están de múltiples egoísmos y entregados únicamente a conseguir la realización de sus deseos. Sacrifican y regalan no con un espíritu de caridad, sino por vana ostentación, por soberbia y guiados por un orgullo vacío y estúpido. Odian, menosprecian y quieren abatir al Dios que se oculta en ellos, guiados por el espejismo de su fuerza y su poder, por la violencia de su cólera y su orgullo, pero Yo hago renacer constantemente con nuevas existencias demoníacas a estos seres soberbios llenos de odio hacia Dios, malvados, faltos de caridad y que son los seres más despreciables de la Tierra. Renaciendo en nuevos seres demoniacos nunca me encuentran y vagan enlodados en la más abyecta naturaleza de un alma.

  21. Tres son las causas que destruyen un alma: el deseo, la cólera y la codicia. Deben evitarse por todos los medios.

  22. Quien ha rechazado, ¡oh, Kaunteya!, estas tres causas, alcanza el Supremo Bien y la más alta felicidad.

  23. Por el contrario, quien no cumple las reglas prescritas por la más alta sabiduría y solamente quiere satisfacer sus deseos, no alcanzará nunca ni la perfección ni la felicidad, ni llevará su alma al estado más elevado.

  24. Así pues, en todo momento debe atenerse a la Suprema Sabiduría y determinar conforme a ella lo que debe hacerse y lo que hay que evitar. Tu actividad en el mundo debe regirse por las reglas de la Suprema Sabiduría.


Bhagavad-Gita
Traducción: José Barrio Gutiérrez

El humanitarismo y la equidad


Cada uno en el mundo arriesga su vida por algo. Si la arriesga por humanitarismo y equidad, luego la costumbre lo llama un caballero; si la arriesga por bienes y riqueza, la costumbre lo llama un hombre pequeño. El riesgo es el mismo, y sin embargo, aquí tenemos un caballero, allí un hombre pequeño. En cuanto a la destrucción de sus vidas y al arruinar su naturaleza innata, el Ladrón Chih y Po Yi eran de la misma clase. ¿Cómo puede distinguirse al caballero del hombre pequeño en tal caso?

El que aplica su naturaleza al humanitarismo y a la equidad puede ir tan lejos con ella como Tseng y Shih, pero yo no lo llamaría un experto. El que aplica su naturaleza a los cinco sabores puede ir tan lejos con ella como Yü Erh, pero yo no lo llamaría un experto. El que aplica su naturaleza a las cinco notas puede ir tan lejos con ella como el Maestro de música K’uang, pero yo no llamaría a esto escuchar bien. El que aplica su naturaleza a los cinco colores puede ir tan lejos con ella como Li Chu, pero yo no llamaría a esto buena visión. Mi definición de habilidad y destreza no tiene nada que ver con el humanitarismo y la equidad; significa ser experto respecto de su Naturaleza, eso es todo. Mi definición de habilidad y destreza no tiene nada que ver con el humanitarismo y la equidad; significa seguir la verdadera forma de su naturaleza innata, eso es todo. Cuando hablo de escuchar bien, no me refiero a escuchar a los otros; quiero decir simplemente escucharse a sí mismo. Cuando hablo de buena visión, no me refiero a mirar a los otros; quiero decir simplemente mirarse a sí mismo. El que no se mira a sí mismo sino a los otros, el que no se sostiene a sí mismo sino que se sostiene de los otros, eso es obtener lo que obtuvieron los otros y dejar de obtener lo que él mismo tiene. Ese encuentra felicidad en lo que le da felicidad a los otros, pero no encuentra felicidad en lo que le da felicidad a él mismo, entonces, ya sea un Ladrón Chih o un Po Yi, se encuentra en el mismo estado de engaño y perversión. Tengo un sentido de vergüenza ante el Tao y su Naturaleza, y por esa razón no oso elevarme con actos de humanitarismo y equidad, ni rebajarme con prácticas de engaño y perversión.


Zhuang Zi, capítulo 8

Por esta joven que los burló a todos


Cuando Supremo Maestro Mago, Principal Maestro Mago, llegaron ante Supremo Muerto. Principal Muerto. “¿Dónde está mi tabaco, dónde está mi pino, que se os llevaron ayer noche?”, [les] fue dicho. “Los acabamos, oh jefes”. “Muy bien. Ahora acabaremos vuestros días, moriréis; seréis perdidos, seréis cortados ; aquí vuestra faz será escondida; seréis sacrificados”, dijeron Supremo Muerto, Principal Muerto. Entonces se les sacrificó, se les enterró en el Juego de Pelota de los Sacrificios, así llamado. Se cortó la cabeza de Supremo Maestro Mago, y el primogénito fue enterrado con el segundón. “Que se ponga su cabeza en el árbol que está en el camino”, dijeron Supremo Muerto, Principal Muerto. Cuando se fue a colocar la cabeza en medio del árbol, entonces el árbol dio frutas; no había frutas antes de que fuera puesta la cabeza de Supremo Maestro Mago en medio del árbol. Ahora bien, esta cabeza es la que llamamos ahora Cabeza de Supremo Maestro Mago, como se dice. Supremo Muerto, Principal Muerto, consideraron asombrados las frutas del árbol, frutas enteramente redondas. No se veía en dónde estaba la cabeza de Supremo Maestro Mago, fruta idéntica a las frutas del calabacero. Toda Xibalbá vino a mirar, a ver aquello. Grande se volvió en su espíritu el carácter de aquel árbol a causa de lo que se había súbitamente hecho en él cuando se había colocado en medio de él la cabeza de Supremo Maestro Mago. Entonces los Xibalbá se dijeron entre sí: “Que ninguno coja sus frutas. Que ninguno venga al pie del árbol”; [así] dijeron todos los Xibalbá, vedándose mutuamente, prohibiéndose mutuamente. Desde entonces la cabeza de Supremo Maestro Mago no se descubrió ya más; no formó más que un todo con las frutas del árbol llamado Calabacero.

Pero una joven oyó ese gran relato, y he aquí, pues, que contaremos su aventura.

Y he aquí la historia de una joven, hija de un jefe llamado Reúne Sangre. Y he aquí que una joven, hija de un jefe, oyó. Reúne Sangre, [era] el nombre de su padre. La de la Sangre, [era] el nombre de la joven. Cuando oyó la historia de las frutas del árbol, que le fue contada por su padre, se maravilló grandemente de tal relato. “¿Por qué no iría yo a ver ese árbol del cual se habla? Por lo que oigo decir, esas frutas son verdaderamente agradables”, se dijo ella. Entonces partió sola, [y] llegó al pie del árbol plantado en medio del Juego de Pelota de los Sacrificios. “¡Ah, ah! ¿Son ésas las frutas del árbol? ¡Cuan agradables las frutas de ese árbol! ¿Moriré, me perderé si cojo algunas?”, dijo la joven. Entonces el hueso que estaba en medio del árbol habló. “¿Qué deseas? Estas bolas redondas en las ramas de] árbol no son más que huesos”, dijo la cabeza de Supremo Maestro Mago, hablándole a la adolescente. “¿Las deseas todavía?”, añadió. “Ése es mi deseo”, dijo la joven. “¡Muy bien! Extiende solamente el extremo de tu mano”. “Sí”, dijo la adolescente, alargando su mano que extendió ante el hueso. Entonces el hueso lanzó con fuerza saliva en la mano extendida de la joven; ésta, al instante, miró con mirada curiosa el hueco de su mano, pero la saliva del hueso ya no estaba en su mano, “En esa saliva, esa baba, te he dado mi posteridad. He aquí que mi cabeza no hablará ya más; ya no es más que un hueso descarnado. Así son igualmente las cabezas de los grandes jefes. Sólo la carne vuelve buena la cara, de donde [proviene], cuando mueren, el terror de los hombres a causa de las osamentas. Lo mismo pasa con los hijos, cuyo ser es como la saliva, la baba, la cual, sea de hijos de jefes, sea de hijos de Sabios, de oradores, no se pierde sino que se extiende, se continúa, sin que se extinga, sin que se aniquile la faz del jefe, del Varón, del Sabio, del Orador. Tal como pasa con los hijos que vienen, así he hecho contigo. Sube, pues, a la tierra sin morir. Que en ti penetre mi Palabra . Que así sea”, dijo la cabeza de Supremo Maestro Mago, Principal Maestro Mago. Ahora bien, esta Magia la habían hecho ellos por la Palabra de Maestro Gigante [Relámpago], Huella del Relámpago, Esplendor del Relámpago.

La joven volvió entonces a su casa, habiéndole sido hechas numerosas advertencias . Y al instante, solamente por la saliva, sus hijos nacieron en su vientre. Tal fue el engendramiento de Maestro Mago, Brujito. La adolescente llegó a su casa. Seis lunas se acabaron. Entonces ella fue examinada por su padre; Reúne Sangre, nombre de su padre. Después del examen de la joven por el padre, éste vio que allí había un hijo. Entonces los jefes Supremo Muerto, Muerto Principal, juntaron toda su sabiduría con la de Reúne Sangre. “Oh, jefes, he aquí que por fornicación mi hija tiene un hijo”, dijo Reúne Sangre, al llegar junto a los jefes. “¡Y bien! Cava su boca . Si no habla que se la sacrifique, que se vaya a sacrificarla lejos de aquí”. “Muy bien, oh grandes jefes”, respondió él. Entonces [le] preguntó a su hija: “Oh, hija mía, ¿cuál es el posesor del hijo [que hay] en tu vientre? ”. Ella respondió: “Oh, padre mío, ahí no hay hijo; no hay ningún hombre del cual yo conozca la faz”. Él respondió: “¡Perfectamente! ¡Verdaderamente! ¡Oh fornicadora!” “Que se la lleven. Oh Consejeros de los Varones, sacrificadla, recoged su corazón en una copa. Volved hoy al lado de los jefes”, dijo él a los Búhos.

Entonces [los] cuatro [Búhos] fueron a coger la copa, caminaron, transportando a la adolescente en sus brazos, llevando el Blanco Pedernal para sacrificarla. “Oh mensajeros, no haríais bien en matarme, pues sin fornicación [concebí] lo que está en mi vientre, que se engendró cuando fui a admirar la cabeza de Supremo Maestro Mago, que está en el Juego de Pelota de los Sacrificios. Así, pues, no me sacrifiquéis, oh Mensajeros”, dijo la adolescente, “hablándoles. “¿Qué pondremos en cambio en tu corazón? Nos ha sido dicho por su padre: «Recoged su corazón, volved al lado de los jefes; cumpliréis, [y] después manifestaréis el cumplimiento; traed prontamente en una copa, colocad en el fondo de la copa el corazón». ¿No nos habló así? ¿Qué presentaremos, pues, en la copa? Sin embargo, desde luego, queremos que no mueras”, dijeron los mensajeros. “Muy bien. Este corazón no puede ser de ellos. Vuestra casa no puede tampoco estar aquí. No solamente tendréis poder sobre la muerte de los hombres, sino que, en verdad, vuestros serán los verdaderos fornicadores . Míos serán en seguida Supremo Muerto, Principal Muerto. Que sólo la sangre del Drago esté ante sus rostros. Este corazón no será quemado ante ellos. Poned el fruto del árbol”, dijo la joven. Y, roja, la savia del árbol salió y fluyó en la copa; se hinchó allí y se volvió bola en reemplazo del corazón. Brotante salió la savia del árbol rojo; semejante a sangre; la savia salió en cambio de la sangre; entonces la sangre, la savia del árbol rojo se formó en bola; semejante a sangre, apareció brillante, rojiza, en bola, en la copa. Entonces el árbol se volvió célebre a causa de la adolescente; fue llamado Árbol Rojo de Cochinilla; fue pues llamado Sangre a causa de la sangre del Drago, así llamado. “Allí pues seréis amados, y lo que está en la superficie de la tierra será vuestro”, dijo ella a los Búhos. “Muy bien, joven. Partimos, vamos a dar cuenta. Sigue tu camino. Vamos a presentar ante los jefes la imagen, el sustituto, de tu corazón”, respondieron los mensajeros.

Cuando llegaron ante los jefes, todos esperaban ansiosamente. “¿Se acabó?”, dijo entonces Supremo Muerto. “Se acabó, oh jefes. He aquí ahora el corazón en la copa”. “Muy bien. Que yo vea”, dijo Supremo Muerto. Entonces él levantó aquello. La savia rojiza se esparció como sangre. “Animad bien el resplandor del fuego. Poned esto en el fuego”, agregó Supremo Muerto. Después de que se le hubo puesto en el fuego, los Xibalbá comenzaron a oler [el olor], todos comenzaron a estar aturdidos, pues verdaderamente agradable era el perfume que olían del humo de la sangre. Mientras que permanecían [así], los Búhos, advertidos por la adolescente, subieron numerosos a la cavidad sobre la tierra, adonde subió también su [dadora de] aviso . Así fueron vencidos los jefes de Xibalbá por esta joven que los burló a todos.

Popol Vuh 12-13
Traducción: Miguel Ángel Asturias y José María González de Mendoza

Los extravíos del sabio


El Sr. Rengo Jorobado Sin Labios le habló al Duque Ling de Wei, y el Duque Ling estaba tan encantado con él que cuando miró a los hombres normales pensó que sus cuellos lucían demasiado delgados y huesudos. El Señor Tamaño de Jarra habló con el Duque Huan de Ch’i, y el Duque Huan estaba tan encantado con él que cuando miró a los hombres normales pensó que sus cuellos lucían demasiado delgados y huesudos. Por lo tanto, si la virtud es preeminente, el cuerpo será olvidado. Pero cuando los hombres no se olvidan de lo que puede olvidarse, sino que se olvidan de lo que no puede olvidarse, esto puede denominarse el verdadero olvido.

Estos son los extravíos del sabio. Para él, el conocimiento es una aberración; las promesas son goma de encolar; los favores, un remiendo; y la habilidad, un vendedor ambulante. El sabio no empolla planes; ¿qué uso le daría entonces al conocimiento? No talla la madera; ¿qué uso le daría entonces a la goma de encolar? No sufre ninguna pérdida, ¿qué uso le daría entonces a los favores? No almacena mercaderías, ¿qué uso le daría entonces al comerciar? Estos cuatro se llaman los Cereales del Cielo. Los Cereales del Cielo son el alimento del Cielo, y si él ya recibió alimento del Cielo, ¿qué uso sería para los hombres? Tiene la forma de un hombre pero no sus sentimientos. Como tiene la forma de un hombre, se junta con otros hombres. Como no tiene los sentimientos de un hombre, el bien y el mal no lo alcanzan. Pequeño e insignificante, se queda con el resto de los hombres. Inmenso y grandioso, perfecciona su Cielo solo.

Zhuang Zi
Capítulo 5

El peligro de ser útil


Tzu-ch’i de Nan-po estaba paseando por la Colina de Shang cuando vio un árbol enorme, diferente del resto. Mil carros con sus caballos podrían haberse refugiado bajo su copa y su sombra los habría cubierto a todos. Tzu-ch’i dijo: —¿Qué árbol es éste? ¡Ciertamente debe de tener alguna utilidad extraordinaria! Pero, al mirar hacia arriba, vio que las ramas más pequeñas estaban deformadas y torcidas, inservibles para vigas y machimbre, y al mirar más abajo, vio que el tronco estaba carcomido y podrido y no podía usarse para ataúdes. Al lamer una de sus hojas se le llagó e inflamó la boca. Aspiró su olor y era suficiente para dejar a un hombre borracho por tres días.

—Se convierte en un árbol completamente inutilizable —dijo Tzu-ch’i—, así es como ha podido llegar a semejante tamaño. ¡Ajá! ¡Es de esta inutilidad que se sirve el Hombre Santo! La región del Ching-shih en Sung es buena para cultivar catalpas, cipreses y moreras. Pero los que llegan a medir más de una o dos brazas de grosor son talados para la gente que quiere ramas para monos; las que superan las tres o cuatro se cortan para los postes de techos altos; y los de siete u ocho se talan para las familias de los nobles o de los ricos mercaderes que quieren laterales para sus ataúdes. Entonces nunca llegan a vivir los años que el Cielo les ha dado, sino que son cortados por hachas a mitad del viaje. Este es el peligro de ser útil. En el sacrificio Chieh, los bueyes con frentes blancas, los cerdos con los hocicos hacia arriba y los hombres con hemorroides no pueden convertirse en ofrenda para el río. Esto es algo que saben todos los chamanes, y por lo tanto son consideradas criaturas pocos propicias. Por la misma razón, el Hombre Santo las considera altamente auspiciosas.

Zhuang Zi
Capítulo 4