Meng Zi - Fragmentos



Meng Zi - Fragmentos
Meng Zi

p.147] 3. «Si el rey se pregunta ¿Cómo puedo beneficiar mi reino? Los grandes señores se preguntarán ¿Cómo puedo beneficiar mi casa? Los caballeros y los plebeyos se preguntarán ¿Cómo puedo beneficiarme a mí mismo? Los superiores y los inferiores lucharán por el beneficio y el reino peligrará. En un reino que tiene diez mil carros, el que asesine a su soberano tendrá mil; en un reino que tiene mil carros el que asesine a su soberano tendrá cien. Apoderarse de mil carros entre diez mil y de cien entre mil no es poco, pero si se pone antes el beneficio que la rectitud, no se contentarán si no es con todo.»

p.147] 5. «Si el rey habla de amor a los hombres y de rectitud, ¿para qué tendrá necesidad de hablar de beneficio?»

[pp.151-153] l. El rey Xuan de Qi preguntó: «Se pueden saber las noticias referentes a Huan de Qi y Wen de Jìn. Mencio respondió: «Ninguno de los discípulos de Confucio habló de los asuntos de Huan y Wen, por lo que no se han transmitido a las generaciones posteriores. Yo no los he oído nunca. Si no hablamos de esto, podemos hablar sobre la forma en que deben gobernar los soberanos.»

2. Dijo el rey: «¿De qué forma se puede practicar la virtud para ser un buen rey?.» Mencio respondió: «El que protege a sus súbditos es rey y no se puede impedir que lo sea.»

3. «¿Acaso mi humilde persona», dijo el rey, «es capaz de proteger al pueblo?» Mencio contestó: «Sí.» A lo que el rey objetó a su vez: «¿Cómo sabe el maestro que yo sería capaz?» Mencio dijo: «He oído contar a Hú Hé que su majestad, en una ocasión en que, sentado en el trono, vio pasar por el fondo de la sala a un hombre que arrastraba una vaca, al preguntar para qué era la vaca y recibir la contestación de que era para consagrar una campana con su sangre, dijo: liberadla, no puedo sufrir su aspecto asustado, como el de un hombre sin culpa al que llevan al suplicio. A esto le contestaron: ¿Debe pues ser abandonada la consagración de la campana? Su Majestad dijo: ¿Cómo podría abandonarse?, usad un cordero en lugar de la vaca. Yo no sé si esto es o no verdad.»

4. El rey dijo: «Sí, es cierto.» Mencio prosiguió: «Esta bondad de corazón le permite a su majestad llegar a ser un verdadero rey. El pueblo en general pensó que su majestad quería ahorrar una vaca, pero yo sé que el rey no podía aguantar aquella visión.»

5. El rey dijo: «Lo que el pueblo veía parecía ser la verdad, pero si bien Qi es un país pequeño, ¿cómo podría yo querer ahorrar una vaca? No es esto, sino que no pude soportar su aspecto de miedo, como el de un hombre sin culpa al que llevan al suplicio. Por eso se usó el cordero para la consagración.»

6. Mencio dijo: «Su majestad no debe extrañarse de que el pueblo haya pensado que quería ahorrarse una vaca, ya que al cambiar un animal grande por uno pequeño, ellos ¿cómo podían saberlo? Si su majestad se dolía del que era llevado a la muerte sin culpa, ¿por qué elegir entre una vaca y un cordero?» El rey respondió riendo: «¿Cómo podía ser éste mi verdadero pensamiento? Yo no quería ahorrar riquezas, pero como cambié la vaca por el cordero, es normal que el pueblo pensara que yo era un avaro.»

7. Mencio dijo: «No hay mal en esto, se trata de un artificio de benevolencia. Su Majestad había visto la vaca y no el cordero. El hombre superior en su relación con los animales, si los ha visto vivos no puede soportar verlos muertos, si ha oído sus sonidos de agonía no puede comer su carne. Por ello, el hombre superior se mantiene alejado de sus cocinas.»

[p.154] l2. «Después de pesar se conoce la ligereza y el peso de las cosas, midiendo se conoce su longitud. Así es para todo. El medir nuestro pensamiento es muy importante. Pido que Su Majestad considere esto.»

[p.157] «Supongamos que: El rey tiene hoy música aquí y a las gentes que oyen el sonido de campanas y tambores y el ruido de las flautas les produce una gran alegría y, con aspecto de satisfacción, se dicen unos a otros: Nuestro rey no tiene enfermedad alguna, pues si no, ¿cómo podría escuchar música? Si el rey va de caza y a las gentes que oyen el ruido de carros y caballos, que ven la belleza de plumas y estandartes, les produce una gran alegría, y con aspecto de satisfacción se dicen unos a otros: Nuestro rey no puede tener enfermedad alguna, pues si no, ¿cómo podría cazar? Esto y no otra cosa es alegrarse junto con el pueblo.» 

8. «El que se alegra junto con el pueblo es un verdadero rey.»

[p.160] 6. Hoy día no es lo mismo: los señores viajan y se comen los graneros, los que tienen hambre no comen y los que trabajan no descansan. Todos maldicen y miran de través. En consecuencia, el pueblo hace el mal, las órdenes son desobedecidas y se oprime a las personas, los alimentos se despilfarran como agua y sobrevienen el dejarse llevar, el ir contra corriente, la devastación y la perdición que entristecen a los nobles.

[p.161] 3. El rey dijo: «¿Puedo oír cómo era la política de los reyes antiguos?» Mencio respondió: «Antiguamente, cuando el rey Wén gobernaba Qi, se cultivaba la novena parte de la tierra para el estado, los descendientes de caballeros recibían un salario; se inspeccionaban pasos y mercados, pero no se ponían impuestos, no había prohibiciones para pesas y medidas; no eran castigadas las familias de los criminales; los viudos viejos, sin esposa, las viudas ancianas, sin esposo, los viejos solitarios, sin hijos, y los huérfanos, son las cuatro clases de personas más miserables del mundo y no tienen a quien dirigirse. El rey Wén practicó una política, unas leyes y un humanitarismo que hacían de estas cuatro clases necesariamente las primeras.

[p.164] l. El rey Xuan de Qi preguntó: «¿No es verdad que Tang depuso a Jié y que el rey Wû marchó contra Zhou?» Mencio respondió: «Así está en los anales.» 
2. El rey dijo: «Entonces, ¿puede un súbdito atentar contra su soberano?» 
3. Mencio respondió: «Al que delinque contra la virtud de humanidad se le llama ladrón, al que delinque contra la justicia se le llama bandido. A los ladrones y bandidos se les llama simplemente sujetos. He oído decir que ejecutaron a un sujeto llamado Zhou, pero no que se atentara contra un soberano.»

[p.166] 3. «En nuestros días, el soberano de Yan oprimía a su pueblo, Su Majestad marchó contra él y le venció. El pueblo creía que iba a ser sacado de en medio del agua y del fuego y las gentes vinieron con cestas de comida y jarras de bebida a recibir al ejército de Su Majestad. Pero, si se mata a sus padres e hijos, se aprisiona a sus nietos y hermanos menores, se destruye el templo de los antepasados y se saquean sus vasos de pesado bronce, ¿qué se pensará de ello? Todo el mundo teme la fuerza de Qi. Ahora, con doble territorio, Su Majestad no pone en práctica un gobierno benevolente, esto es lo que pone en movimiento a los soldados de todos los reinos.»

[p.166] l. Los estados de Zou y Lû tuvieron una escaramuza, el duque Mu de Zou preguntó: «Treinta y tres de mis oficiales han muerto y el pueblo no hizo nada para salvarlos, si los condeno a muerte no podré ejecutar a tantos, si no los condeno, ahí quedará su malvada mirada sobre la muerte de sus superiores a los que no salvaron. ¿Qué se puede hacer?»
2. Mencio respondió: «Los años malos y los de hambre, los súbditos de Su Majestad, viejos y débiles, que flotaban en fosos y canales y los fuertes esparcidos por los lugares más lejanos, sumaban varios miles, pero los graneros de Su Majestad estaban llenos. Los funcionarios no decían nada y, así, eran negligentes para con los superiores y dañinos para con los inferiores. Zengzi dijo: ¡Cuidado! ¡cuidado! Lo que de ti sale a ti volverá. Ahora el pueblo ha devuelto lo suyo a estos funcionarios. Majestad, no le maldigáis.»
3. «Si el soberano pone en práctica un gobierno benevolente, el pueblo le amará más que a todo y morirá por sus jefes.»

[p.167-168] l. El duque Wén de Téng preguntó: «Téng es un país pequeño, aun esforzándose al máximo para servir a los países grandes, no se podrá evitar que éstos nos ataquen. ¿Qué se puede hacer en este caso?» Mencio respondió: «Antiguamente, el rey Tài vivía en Bin y los bárbaros Dí le atacaron, les sirvió con pieles y sedas y no evitó sus ataques; les entregó perros y caballos y no evitó sus ataques, les dio perlas y jades y no evitó sus ataques. Reunió entonces a sus ancianos y les dijo: Lo que quieren los Dí es todo mi territorio. He oído decir que el soberano no usa de lo que sirve para alimentar a su pueblo para perjudicarle(1) Hijos míos, ¿qué daño hay en que no tengáis soberano?(2) Yo partiré. Entonces se marchó de Bin, pasó la montaña Liáng y construyó una ciudad al pie del monte Qi en la que habitó. Los habitantes de Bin se dijeron: "Este es un hombre bueno, no podemos perderle", y le siguieron en tan gran número como el de las gentes que acuden al mercado.»

[pp.179-180] l. Mencio dijo: «Todos los hombres tienen un corazón incapaz de soportar los sufrimientos de los otros.»

l80] 2. «Los reyes antiguos tenían el corazón compasivo, por ello practicaban una política igualmente compasiva. Cuando con un corazón compasivo se practica una política igualmente compasiva, el gobierno del mundo es tan fácil como hacer girar algo en la palma de la mano.»
3. «Por ejemplo: si unos hombres ven de pronto que un niño se cae a un pozo, todos sentirían miedo y compasión y esto no sería por ganar el agradecimiento de sus padres, ni porque así ganasen fama entre sus amigos y parientes, ni por miedo a adquirir mal renombre.»
4. «De esto se deduce que, el que no siente compasión, no es hombre, que el que no siente vergüenza y desagrado no es hombre, que el que no siente gratitud y modestia no es hombre y que el que no tiene sentimientos de aprobación o desaprobación no es hombre.»
5. «El sentimiento de compasión está en la base del amor al prójimo. El sentimiento de vergüenza y desagrado está en la base de la rectitud. El sentimiento de gratitud y modestia está en la base de la corrección y los sentimientos de aprobación y desaprobación están en la base de la sabiduría.»
6. «Los hombres tienen estas cuatro bases como tienen sus cuatro extremidades y el que dice que no es capaz de desarrollarlas, es como el que se roba a sí mismo, y el que declara la propia incapacidad al príncipe, es como si estuviera robando al príncipe.»
7. «Todos los hombres poseen estas cuatro bases en su yo, si saben cómo desarrollarlas y llevarlas a su plenitud, serán como el fuego que empieza y toma cuerpo o como la fuente que brota y aumenta su caudal. Si las completan, bastan para proteger el universo; si no las completan, no podrán proteger ni a sus propios poderes.»


1 Es decir, la tierra, que sirve para alimentar al pueblo, no debe ser motivo de que éste muera luchando por ella.

2 Quiere decir que, marchándose él, los Dí dominarán el territorio y pondrán otro soberano, con lo que el pueblo se ahorrará la lucha.


Pensamiento chino
Universidad de Granada


Padma Sambhava - La visión desnuda


Padma Sambhava - La visión desnuda


Afortunada criatura, escucha:

Mente -aunque esa gran palabra es bien conocida- es desconocida para la gente, conociéndola equívoca y parcialmente; y por la falta de comprensión de su realidad, surgen inconcebibles declaraciones filosóficas.

El individuo común y alienado, al no comprenderlo, al no comprender su propia naturaleza, sufre vagando a través de las seis formas de vida en los tres reinos. Esta es la consecuencia de no realizar esta realidad de la mente.

Discípulos y ermitaños proclaman la realización de una parcial carencia de yo, pero no lo saben con exactitud, aumentando las proclamaciones desde sus tratados y teorías, no contemplan la clara luz transparente.

Discípulos y ermitaños se niegan la entrada al aferrarse a sujeto y objeto, los Centristas se niegan la entrada por extremismo hacia las dos realidades, Tantristas Rituales y de Ejecución, por extremismo en servicio y práctica, y Grandes y Generalizados Tantristas, por aferrarse a la dualidad de reino e inteligencia.

Se equivocan al permanecer dualistas en la no dualidad.

Por no comulgar sin dualidad no se despiertan.

Toda vida y liberación son inseparables de sus propias mentes, pero todavía vagan en el ciclo de la vida en vehículos de elección y descarte.


En La liberación natural mediante la visión desnuda y la inteligencia identificativa
Padma Sambhava, budista.

Lie Zi - La hoja de jade



Lie Zi - La hoja de jade


Un hombre de Song talló en jade, para su soberano, una hoja de moral. Tres años tardó en completar su trabajo. Los bordes y la punta de la hoja, así como su tallo y nervadura, estaban trabajados con tal perfección y minuciosidad que si la hoja se mezclaba entre verdaderas hojas de moral era imposible distinguirla. En adelante, este hombre gracias a su habilidad, vivió a expensas del estado de Song. Cuando el maestro Lie Zi se enteró del caso, dijo: "Si el cielo y la tierra, en su producción de los seres, necesitaran tres años para terminar una hoja, muy escasos serían los seres dotados de hojas. Ésa es la razón por la que el hombre verdadero se basa en el principio transformador del dao y no en la sabiduría y la habilidad".



Lie Zi, Libro de la perfecta vacuidad, Shuo Fu: Descifrar el mensaje, capítulo 6
Versión de Iñaki Preciado

Evangelios apócrifos - Últimos momentos de Jesús


Evangelios apócrifos - Últimos momentos de Jesús


V 1.Y era mediodía, y las tinieblas se apoderaron de toda la Judea, y ellos estaban turbados, y se preguntaban con inquietud si el sol se habría ocultado ya, considerando que él vivía aún, y que está escrito para ellos que el sol no debe ocultarse sobre un hombre puesto en suplicio mortal.

2. Y uno de ellos dijo: Dadle a beber hiel con vinagre. Y, habiendo hecho la mezcla, se la dieron a beber.

3. Y consumaron todas las cosas, y acumularon sobre sus cabezas sus pecados.

4. Muchos circulaban con lámparas encendidas, pensando que era ya de noche, y se ponían a la mesa.

5. Y el Señor clamó, diciendo: Mi potencia, mi potencia, me has abandonado. Y pronunciadas estas palabras perdió la vida.

6. Y, en aquella misma hora, el velo del templo de Jerusalén se rompió en dos.

VI 1.Entonces los judíos arrancaron los clavos de las manos del Señor y lo pusieron en tierra. Y la tierra entera tembló y un gran temor se esparció entre el pueblo.

2. Mas el sol volvió a brillar, y se encontró que era la hora de nona.

3. Los judíos se regocijaron de ello, y dieron a José el cuerpo del Señor, para que lo sepultase. Porque José había sido testigo de todo el bien que el Señor había hecho.

4. Habiendo, pues, tomado al Señor, lo lavó, y lo envolvió en un lienzo, y lo transportó a su propia tumba, llamada el huerto de José.

5. Y los judíos y los ancianos y los sacerdotes comprendieron el mal que se habían hecho a sí mismos, y comenzaron a lamentarse y a exclamar: ¡Malhayan nuestros pecados! El juicio y el fin de Jerusalén se aproximan.

VII 1.Cuanto a mí, me afligía con mis compañeros y, con el espíritu herido, nos ocultábamos, porque sabíamos que los judíos nos buscaban, como malhechores y como acusados de querer incendiar el templo.

2. A causa de todo esto, ayunábamos, y permanecimos en triste duelo, y llorando, noche y día, hasta el sábado.


Evangelios apócrifos
(Fragmento griego de Akhmin)

Popol Vuh - Tales fueron nuestros primeros padres



Popol Vuh - Tales fueron nuestros primeros padres
Hunahpu - Códice de Dresden


He aquí el comienzo de cuándo se celebró consejo acerca del hombre, [de] cuándo se buscó lo que entraría en la carne del hombre(1). Los llamados Procreadores, Engendradores, Constructores, Formadores. Dominadores poderosos del Cielo, hablaron así: "Ya el alba se esparce, la construcción se acaba. He aquí que se vuelve visible(2) el sostén, el nutridor, el hijo del alba, el engendrado del alba. He aquí que se ve al hombre, a la humanidad, en la superficie de la tierra", [así] dijeron. Se congregaron, llegaron, vinieron a celebrar consejo en las tinieblas, en la noche. Entonces aquí buscaron, discutieron, meditaron, deliberaron. Así vinieron, a celebrar Consejo sobre la aparición del alba: consiguieron, encontraron, lo que [debía] entrar en la carne del hombre. Ahora bien, poco [faltaba] para que se manifestasen el sol, la luna, las estrellas; encima, los Constructores, los Formadores.

En Casas sobre Pirámides, en Mansión de los Peces, así llamadas, nacían las mazorcas amarillas, las mazorcas blancas. He aquí los nombres de los animales que trajeron el alimento: Zorro. Coyote, Cotorra. Cuervo, los cuatro animales anunciadores de la noticia de las mazorcas amarillas, de las mazorcas blancas nacidas en Casas sobre Pirámides, y del camino de Casas sobre Pirámides. He aquí que se conseguía al fin la sustancia que debía entrar en la carne del hombre construido, del hombre formado: esto fue su sangre: esto se volvió la sangre del hombre: esta mazorca entró en fin [en el hombre] por los Procreadores, los Engendradores.

Se regocijaron, pues, de haber llegado al país excelente, lleno de cosas sabrosas; muchas mazorcas amarillas, mazorcas blancas; mucho cacao [moneda], cacao [fino]; innumerables los zapotillos rojos, las anonas, las frutas, los frijoles, los zapotes matasanos, la miel [silvestre]; plenitud de exquisitos alimentos [había] en aquella ciudad llamada Casas sobre Pirámides [cerca de la] Mansión de los Peces. Subsistencias de todas clases, pequeñas subsistencias, grandes subsistencias, pequeñas sementeras, grandes sementeras, [de todo esto] fue enseñado el camino por los animales. Entonces fueron molidos el maíz amarillo, el maíz blanco, y Antigua Ocultadora hizo nueve(3) bebidas. El alimento se introdujo [en la carne], hizo nacer la gordura, la grasa, se volvió la esencia de los brazos, [del los músculos del hombre. Así hicieron los Procreadores, los Engendradores, los Dominadores, los Poderosos del Cielo, como se dice. Inmediatamente fue [pronunciada] la Palabra de Construcción, de Formación de nuestras primeras madres, [primeros] padres; solamente mazorcas amarillas, mazorcas blancas, [entró en] su carne: única alimentación de las piernas, de los brazos del hombre. Tales fueron nuestros primeros padres, [tales] fueron los cuatro hombres construidos: ese único alimento [entró] en su carne.


1. El hombre no es ya una obra de arte, modelada, esculpida; su alimento hará su carne; ¿cuál alimento?: indudablemente, el maíz.


2. Visible para el espíritu.


3. Nueve, número sagrado, más especialmente de las cosas nocturnas, ocultas, misteriosas.

Popol Vuh, Libro del Consejo de los indios Quichés, cap.25

La naturaleza del Nirvana


La naturaleza del Nirvana


El rey Milinda tomó nuevamente la palabra: “Te concedo, Nagasena, que el Nirvana es la absoluta tranquilidad, y que sin embargo uno no puede señalar su forma o aspecto, su duración o medida, ni por analogía, ni por explicación, ni por razonamiento o argumentación. Pero tal vez posea alguna cualidad que comparta con otras cosas que permitiera una explicación metafórica.”

“Su forma, oh rey, no puede ser elucidada por símiles, pero sus cualidades si pueden.”

“¡Agradable y propicio es oír eso, Nagasena!, ¡Te exhorto a hablar prontamente y pueda así obtener aun una explicación sobre los aspectos del Nirvana!, ¡Calma la fiebre de mi corazón con la fresca brisa de tus sabias palabras!”

“El Nirvana comparte una cualidad con el loto, dos con el agua, tres con la medicina, diez con el espacio, tres con la joya otorgadora de deseos y cinco con la cima de una montaña. Así como el loto no es impregnado por el agua, de igual forma el Nirvana nunca es mancillado por ninguna mácula. Así como la frescura del agua alivia el calor febril, así el Nirvana es fresco y alivia la fiebre de todas las pasiones. Además, como el agua quita la sed de hombres y bestias exhaustas, deshidratadas, sedientas y subyugadas por el calor, así el Nirvana quita la sed por los disfrutes sensuales, la sed por el devenir futuro, la sed por la cesación del devenir futuro. Como la medicina nos protege de los tormentos de los venenos, así el Nirvana nos protege de los tormentos de las ponzoñosas pasiones. Asimismo, como la medicina pone fin a la enfermedad, el Nirvana pone fin a los sufrimientos; además ambos, el Nirvana y la medicina, proveen seguridad. Y éstas son las diez cualidades que el Nirvana comparte con el espacio: Ninguno de los dos nace, ni crece, ni mengua, ni muere, ni renace, ni son domeñables, ni pueden ser robados, ni están apoyados en nada, son caminos para el viaje de aves y Arhats respectivamente, son inobstruidos e infinitos. Como la joya otorgadora de deseos el Nirvana concede todo lo que uno pudiera desear, trae alegría y derrama luz. Como la cima de una montaña es elevada y exaltada, de la misma manera es el Nirvana, así como no puede sacudirse la cima de una montaña, de igual modo el Nirvana es estable, como el pico de una montaña es inaccesible, así el Nirvana es inaccesible a todas las pasiones, como las semillas no pueden germinar en el pico de una montaña, así las semillas de la pasión no pueden medrar en el Nirvana y, finalmente, como la cúspide de una cordillera está libre de cosas extrañas que la alteren y mancillen, así el Nirvana está libre de todo deseo de agrado o desagrado.”

“¡Bien dicho, Nagasena; a tal punto bien dicho que lo acepto!”

En Las preguntas del rey Milinda

Zohar - Exilio y redención


Zohar - Exilio y redención


Una vez, mientras el Rabino Aha y el Rabino Judah caminaban juntos, el Rabino Judah dijo: Sabemos que la virgen de Israel * está bendita siete veces; sin embargo, las Escrituras dicen respecto de ella: "Y tú, oh hijo del hombre, tomas acaso un lamento por la virgen de Israel" ;** y peor aún: "La virgen de Israel ha caído, ya nunca se levantará [Amos. 5: 2]. Este último verso, ciertamente, ha sido interpretado por todos los Compañeros como un mensaje de consolación.*** Pero eso no es probable; el profeta en persona se refiere a él como un lamento. 

A esto respondió el Rabino Aha: La misma dificultad me ha torturado a mí también. Yo vine antes que el Rabino Simeón y me veía tremendamente atormentado. El insistió: Tu rostro revela que algo atormenta tu mente. 

Dije yo: En verdad, mi mente está tan abatida como mi rostro. 

Él me preguntó: ¿Qué ocurre entonces? 

Yo hablé: Está escrito: "La virgen de Israel ha caído y ya no se levantará jamás". Si la mujer de un hombre lo deja debido a la ira de él sobre ella, ¿ acaso ella no regresará jamás? Entonces, ¡pobres de los niños que deberán ir con ella!

Él me contestó: ¿Acaso no es suficiente con la explicación que los Compañeros han dado? 

Yo respondí: He escuchado lo que dicen, que es un mensaje de consolación, pero no me contenta. 

Él dijo: La explicación de los Compañeros es correcta en lo que dice, pero hay aún más que decir. Desdichada la generación a la que le faltan pastores, cuando las ovejas se desperdigan y no saben a dónde ir. Este verso, en verdad necesita entendimiento, pero al mismo tiempo, es clarísimo para todo aquel que pueda interpretar la Torah con propiedad. Ven a ver. Todos los otros exilios de Israel tuvieron un periodo establecido y cuando terminaba, Israel regresaba a Dios, la virgen de Israel regresaba a su lugar. Pero este último exilio es diferente, y ella no regresará como hasta ahora, lo cual queda indicado en el verso: "La virgen de Israel ha caído y no se levantará jamás". Nótese que no se ha escrito: "No la levantaré jamás". 

Hay que pensar en un rey que, molesto con su reina, la expulsó de su palacio por un cierto tiempo. Ese tiempo pasó, ella inmediatamente regresó al rey. Esto pasó en varias ocasiones. Entonces, sin embargo, vino un tiempo cuando fue expulsada del palacio del rey por un tiempo largo. El rey dijo: Ahora no es como antes, cuando ella regresaba a mí. Esta vez, iré con todas mi flores a buscarla.  Y cuando la encontró, ella estaba en el polvo. Viéndola pisoteada de esta manera y deseándola de nuevo, el rey la tomó de la mano y la levantó y la llevó de regreso al palacio y juró que nunca más la alejaría de ahí. 

Así con la Comunidad de Israel: cuando previamente estaba en el exilio, en el tiempo indicado, estaba habituada a regresar al Rey. Ahora, en este exilio, el Ser Supremo, bendito sea, irá, la llevará de la mano y la levantará y le dará consuelo y la traerá de regreso a su palacio. Así está escrito: "Ese día levantaré el tabernáculo de David que ha caído" [Amos. 9: 11]; y el "tabernáculo de David" es lo mismo que la virgen de Israel. 

Dijo el Rabino Judah: En efecto, tú me has consolado y me has alegrado y ésta es la verdadera concepción. Me pone en mente una idea similar que había olvidado, algo que el Rabino Yose dijo, que el Ser Supremo, bendito sea, en un día futuro proclamaría en relación con la Comunidad de Israel lo siguiente: "Sacúdete el polvo; levántate y ten paz, Oh Jerusalén" [lsa. 52: 2], como un hombre que toma la mano de su vecino y dice: Ven acá, sosiégate. 

El Rabino Aha le dijo entonces: El mismo tipo de discurso utilizan todos los profetas. Así está escrito: "Levántate, brilla, pues tu luz ha llegado" [Isa. 60: 1] que significa que el Rey está ahí para ofrecerte reconciliación. y también: "He aquí a tu rey que viene hacia ti" [Zac. 9: 9] y significa: Él vendrá a ti a levantarte y a consolarte, para recompensarte, para llevarte a su palacio y desposarte para siempre, como está escrito: "Y yo te desposaré para siempre" [Has. 2: 21]. 


* La Divina Presencia como la corporización mística de la Comunidad de Israel.

** Este verso, que no se encuentra en nuestras Escrituras, es aparentemente una paráfrasis de Ezequiel 19: 1: "Levanten un lamento por los  príncipes de Israel".

*** En el Talmud, Berakhot 4b, el verso se interpreta así: "Ella ha caído, pero no lo hará más; levántate, Oh, virgen de Israel".



El Zohar, El libro del Esplendor
Selección y edición de Gershom Scholem
Traducción de Pura López Colomé



Kokuan – Los diez toros del zen


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1. La Búsqueda el Toro.


Recorro interminablemente los pastos de este mundo en busca del toro.
Atravieso innumerables ríos, perdido en impenetrables perfiles de distantes montañas.
Fallece mi fortaleza y se agota mi vitalidad, no encuentro el toro.
En la noche sólo oigo el chirriar de las cigarras a través del bosque.

Comentario:  
El toro nunca se ha perdido. ¿ Qué necesidad hay de buscar?
Sólo a causa de la separación de mi verdadera naturaleza, fracaso en encontrarlo.
En la turbación de mis sentidos pierdo incluso mi camino.
Lejos de mi hogar, veo muchas encrucijadas, pero desconozco el verdadero sendero que me lleve a mi casa.
Me enzarzo entre la concupiscencia y el temor, la bondad y la maldad.


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2. Descubrir sus Huellas.


!Junto a la rivera bajo unos árboles, descubro huellas!
Incluso sobre el fragante pasto veo sus pisadas.
Están en lo profundo de las montañas remotas.
Este rastro no puede ocultarse a ninguna nariz que apunte al cielo.

Comentario:

Comprensión de la enseñanza, veo las huellas del toro.
Ahora aprendo que, así como de un metal se forjan muchos utensilios, de mi mismo surgen miríadas de paisajes.
A menos que yo discrimine, ¿como diferenciaré lo cierto de lo falso?
Aún no he atravesado la puerta, pero he intuido el camino.


3. Encontrar al Toro.


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Oigo la canción del ruiseñor.
El sol es cálido, la brisa suave, los sauces verdean a lo largo de la ribera,
Aquí ninguno toro puede ocultarse!
¿ Qué artista podría dibujar tan soberbia cabeza, cornamenta tan majestuosa?

Comentario:

Al oír la voz, podemos sentir su fuente.
Tan pronto como emergen los seis sentidos, atravesamos la puerta.
Dondequiera que uno entre, uno ve la cabeza del toro!
Esta unidad es como la sal en el agua, como el color en los tintes.
Lo más sutil no esta separado de mi mismidad.


4. Apresar al Toro.


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Lo apreso con feroz lucha.
Su gran poder y voluntad son inagotables.
Desde la colina embiste a la inalcanzable nube lejana,
O permanece en un barranco impenetrable.

Comentario:

!Permaneció mucho tiempo en el bosque, pero hoy lo he apresado!
La bravura de la lucha interrumpe su camino.
El toro ya esta lejos de su anhelado pasto verde.
Su mente todavía es terca y sin freno.
Mi deseo de someterle me obliga a alzar el látigo.


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5. La doma del Toro


Preciso el látigo y la soga,  
De lo contrario, se escaparía por caminos polvorientos.
Si está bien domesticado, llega a ser dócil con naturalidad.
Entonces, sin herraduras, obedecerá a su dueño.

Comentario:

Cuando aflora un pensamiento, otro le sucede.
Cuando el primer pensamiento brota desde la iluminación, cuantos le siguen son verdaderos.
A través de la ilusión, se convierte todo en falsedad. La ilusión no esta producida por la objetividad; es el resultado de la subjetividad.
Amárralo fuerte por el anillo de la nariz y no dudes ni un instante.


6. Montándolo hasta casa.


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Monto el toro, lentamente regreso a casa.
El son de mi flauta endulza la tarde.
Marco con palmas la armonía que me acompaña, y dirijo el ritmo eterno.
Quien oiga esta melodía se unirá a mí.

Comentario:

La lucha ha terminado, se han equilibrado pérdida y ganancia.
Canto la canción del leñador de la aldea, y entono melodías infantiles.
A horcajadas sobre el toro, contemplo las nubes en el cielo.
Recorro mi camino, sin importarme quien desde atrás me llame.


7. Trascendiendo al Toro.


A horcajadas sobre el toro, llego a mi hogar.

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Estoy sereno.
El toro también puede reposar.
Empieza a amanecer.
En el plácido descanso, bajo el techo de mi morada, abandono el látigo y la soga.

Comentario:

Todo sigue una ley, no dos.
Unicamente nosotros hacemos del toro una realidad temporal.
Es como la relación entre el conejo y la trampa, los peces y la red.
Es como el oro y la merma, o la luna que aparece tras la nube.
Una sucesión viajes fugaces y arduos a través de un tiempo interminable.


8. Ambos, el toro y mi mismidad, trascienden.


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Látigo, soga, mismidad, y toro, todo llega a "no-ser".
Este cielo tiene tal amplitud que ningún término puede abarcarlo.
¿ Como puede existir un copo de nieve en un fuego ardiente?
Aquí hay huellas de patriarcas.

Comentario:

La mediocridad ha desaparecido.
Mente libre de limitación.
No busco ningún estado de iluminación.
Tampoco hago nada, permanezco donde no existe ninguna iluminación.
Desde que deambulo sin condición alguna, las miradas no me pueden ver.
Aunque mil pájaros alfombraran con flores mi camino, la alabanza no tendría sentido alguno.


9. Alcanzar la Fuente.


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Demasiados pasos se han dado para regresar a la raíz y la fuente.
!Mejor hubiera sido sordo y ciego desde el inicio!
Morar en la propia intimidad, indiferente a lo de fuera.
Las aguas del río fluyen plácidas y las flores son rojas.

Comentario:

La verdad es clara desde el inicio.
Equilibrado por el silencio, observo la producción y desintegración de formas.
Quien no esta vinculado a las "formas", no precisa ser "re-formado".
El agua es esmeralda, la montaña es añil, y observo la generación y la descomposición.


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10. En el Mundo.


Descalzo y con el pecho al descubierto, me mezclo con la muchedumbre.
Mis ropas son andrajosas y polvorientas, y siempre mantengo la placidez.
No uso magia alguna para prolongar mi vida;
Ahora, ante mí, los árboles muertos aparecen vivos.

Comentario:

Adentro, tras mi puerta, mil sabios no me reconocen.
La belleza de mi jardín es invisible.
¿Por qué deber uno busca las huellas de los patriarcas?
Voy al mercado con mi odre de vino y regreso a casa con mi báculo.
Visito la bodega y el mercado, sobre quienes poso mi mirada, se convierten en iluminados.


Lie Zi – Demasiados senderos


Lie Zi – Demasiados senderos


Un vecino de Yang Zi, que había perdido una oveja, mandó a todos sus hombres a buscarla y le pidió al sirviente de Yang Zi que se uniera a ellos.

         - ¡Qué! – exclamó Yang Zi –. ¿Necesita Ud. a todos estos hombres para encontrar una oveja?

         - Son muchos los senderos que puede haber seguido – explicó el vecino. Cuando regresaron, Yang Zi preguntó al vecino:

- Bueno, ¿encontraron la oveja?

         Este contestó que no. Entonces Yang Zi preguntó por qué habían fracasado.

         - Hay demasiados senderos – respondió el vecino –. Un sendero conduce a otro, y no supimos cuál tomar; así es que regresamos.

         Yang Zi se quedó hondamente pensativo. Permaneció silencioso largo tiempo y no sonrió en todo el día.

         Sus discípulos estaban sorprendidos.

         - Una oveja es una nadería – dijeron –, y ésta no era ni siquiera suya. ¿Por qué tiene Ud. que dejar de hablar y sonreír?

         Yang Zi no respondió, y sus discípulos se llenaron de perplejidad. Uno de ellos, Mengsun Yang, fue a contarle a Xindu Zi lo que ocurría.

         - Cuando hay demasiados senderos – dijo Xindu Zi –, un hombre no puede encontrar su oveja. Cuando un estudiante se dedica a demasiadas cosas, malgasta su tiempo y pierde su ruta. Usted es discípulo de Yang Zi y aprende de él; sin embargo, parece que no ha llegado a comprenderle nada. ¡Qué lástima!


Lie Zi – Libro de la Perfecta Vacuidad

Zohar - Aquel que suela entrar, entre


Aquel que suela entrar, entre

El Rabino Simeón alzó los ojos, vio al Rabino Isaac y, ante él, corriendo y bailando, al Ángel de la Muerte; el Rabino Simeón fue hasta la puerta caminando y, tomando al Rabino Isaac de la mano, le dijo: Declaro que aquél que suela entrar, entre, y aquél que no, no entre. Luego, el Rabino lsaac y el Rabino Judah entraron, y el Ángel de la Muerte se mantuvo afuera.

Zohar, El libro del esplendorMoisés de León 

El nacimiento de Krishna



El nacimiento de Krishna


Vasudeva era un descendiente de Yadu, de la dinastía Lunar; estaba casado con Rohini, hija del rey Rohan, y también a él Kans le entregó su propia hermana, Devaki. Inmediatamente luego del matrimonio una voz celestial fue oída anunciando: «Oh Kans, tu muerte llegará por la mano de su octavo hijo.» Kans entonces resolvió matar a Vasudeva inmediatamente, y al ser disuadido de ello, lo que en realidad hizo fue matar uno por uno a sus hijos hasta que seis estuvieron muertos. En el séptimo embarazo de Devaki la serpiente Shesh, o Manta, sobre quien Narayana descansa, cogió un nacimiento humano. Para salvar a su hijo de Kans, Vishnu creó una forma que pensara de su mismo modo y la envió a Mathura. Cogió el bebe del útero de Devaki y se lo dio a Rohini, quien había tomado refugio con los rebaños en Gokula, y fue cuidado por Nand y Yasoda, buena gente que vivía allí, quienes no tenían hasta ese momento un hijo propio. El niño nacido de Rohini fue posteriormente llamado Balarama. Luego de transferir al niño, el enviado de Vishnu volvió a Devaki y le reveló el asunto en un sueño, y Vasudeva y Devaki le dieron a entender a Kans que el niño había sido abortado.

Entonces Shri Krishna mismo nació en el útero de Devaki, y el enviado de Vishnu en Yasoda, de modo que ambas tenían niños. Cuando Kans supo que Devaki estaba otra vez embarazada, envió una fuerte guardia alrededor de la casa de Vasudeva para matar al niño en el momento en que naciera, dado que, por mucho que temía a la profecía, no se atrevía a incurrir en el pecado de matar a una mujer. Finalmente Krishna nació, y todos los cielos y tierras se llenaron con signos de alegría: los árboles y los bosques florecieron y fructificaron, las charcas estaban llenas, los dioses hacían llover flores y los gandharvas tocaban tambores y flautas. Pero Krishna se paró frente a su padre y a su madre y ésta era su apariencia: gris nuboso, cara de luna, ojos de loto, vistiendo una corona y joyas y traje de seda amarilla, con cuatro brazos sosteniendo una concha y un disco, una maza y una flor de loto. Vasudcva y Devaki se inclinaron ante él, y Shri Kríshna les dijo: «No temáis, dado que he venido a quitar vuestros temores. Llevadme adonde está Yasoda, traed a su hija y enviadla a Kans.» Entonces se volvió a convertir en un niño humano, y la memoria de su naturaleza divina abandonó tanto al padre como a la madre, y ellos sólo pensaron «tenemos un hijo» y cómo podían salvarlo de Kans.

Devaki, con las manos unidas, dijo a su marido: «Llevémoslo con Gokula, donde viven nuestros amigos Nand y Yasoda y tu esposa Rohini.». En ese mismo instante los grilletes cayeron de sus pies, las puertas se abrieron y los guardias se durmieron rápidamente. Entonces Vasudeva puso al niño en una cesta sobre su cabeza y partió para Gokula. No sabía cómo cruzar el Jamna, pero, absorto en pensamientos hacia Vishnu, penetró en el agua. El agua se hizo más y más profunda hasta que alcanzó su nariz; pero cuando Krishna vio el peligro y estiró sus pies el agua bajó. Así Vasudeva cruzó el río y llegó a la casa de Nand, donde Yasoda había tenido una hija; pero Dcvi había hecho caer el olvido sobre ella de modo que no recordaba nada de ello. Vasudeva cambió el niño y volvió a Mathura; y cuando volvió adonde estaba Devaki los grilletes y las puertas se cerraron, los guardias despertaron y el niño lloró. Se avisó a Kans, y éste, presa del terror, fue, espada en mano, a la casa de su hermana. Una voz le anunció: «El enemigo ha nacido y la muerte es segura.» Pero encontrando que una niña había nacido, puso en libertad a Vasudeva y Devaki, y les pidió perdón por las pasadas muertes y les trató bien. Pero Kans estaba enfurecido más que nunca contra los dioses por lo mucho que le habían engañado y por haberle hecho vigilar en vano a Devaki, y ahora añoraba especialmente matar a Narayana, esto es a, Vishnu. Para este fin sus ministros aconsejaron matar a todos los que servían a Vishnu: brahmanes, yoguis, sannayasis y a todos los hombres santos. Kans dio órdenes para esto, y envió a sus rakshasas para matar vacas y brahmanes y a todos los adoradores de Hari.

A. Coomaraswamy - Mitos y leyendas hindúes

Hécate, la Gran Madre


Hécate, la Gran Madre

Hecate es la Gran Madre o Vida del universo, la Magna Mater o Madre de los Dioses y de todas las criaturas. Es la Esposa de la Mente y, simultáneamente, Madre y Esposa de la Mente de la Mente, por esto se la considera centrada entre ambas. En medio de los Padres gira el centro de Hecate.

Ella es la Madre de las almas, el Aliento de la vida. Se han conservado tres versos, muy poco claros, en relación a esta «revitalización», «aceleración» o «animación» cósmica, (psychosis), como la llama Proclo:

De repente, de los huecos debajo de las costillas de su lado derecho estallaba y se derramaba a chorros la Fuente del Alma Original, llenando de alma la Luz, el Fuego, el Éter, los Mundos.

Si «los huecos debajo de las costillas» fuera la traducción correcta -pues parece que los griegos no eran muy precisos, independientemente de la licencia poética de la metáfora- Hecate, la Gran Madre, o Alma del Mundo, estaría representada por la figura de una mujer. Como hemos señalado anteriormente, Hecate no es su nombre original (nomen barbarum), sino el mejor equivalente que los griegos encontraron en su panteón humanizado, una sociedad bourgeoise comparada con las majestuosas, imponentes y misteriosas Divinidades de Oriente.

De esta manera representaban a la psychosis cósmica; así, de acuerdo al tratado hermético La Virgen del Mundo, la mezcla de las almas individuales poseía una naturaleza algo más sustancial y flexible, como era lógico esperar.

En este tratado se lee:

No se derritió cuando se le prendió fuego (porque estaba hecho de Fuego), ni se congeló cuando una vez trataron de congelarlo (porque estaba hecho de Aliento), sino que mantuvo la composición especial de su mezcla, la cual era de un tipo particular, de una mixtura peculiar -cuya composición, sabedlo, Dios llamó psychósis- y fue a partir de este coágulo que Él forjó una miríada de almas.

Probablemente, el poeta que escribió los Oráculos tuvo la intención de poner en boca de la Gran Madre las siguientes líneas:

Debes saber que Yo, el Alma, moro detrás de los pensamientos del Padre, haciendo vivir todas las cosas a través del Calor.

En el misterio de la regeneración, tan pronto como tiene lugar la concepción a partir del Padre -es decir, la implantación de la Chispa de Luz o germen del hombre espiritual-, el alma del hombre se vuelve sensible a la pasión de la Gran Alma, de la Sola y Única Alma, y él mismo se siente pulsar en la apasionada red de las vidas.

Con respecto a esto podría preguntarse lo siguiente: ¿Por qué la gran corriente de la vida provendría del lado derecho de la Madre? Los fragmentos que poseemos no lo manifiestan, pero el original presumiblemente contenía alguna descripción del Cuerpo de la Madre, ya que dice:

En el lado izquierdo de Hecate hay una Fuente de Virtud, que permanece completamente dentro, que no emite su virginidad pura.

Por lo tanto, debemos comprender este simbolismo en un contexto mucho más vital del que las expresiones figurativas naturalmente sugieren.

de ambos lados de la espalda de la Diosa pende una Naturaleza ilimitada.

Esto sugiere que la Naturaleza es la Ropa o el Manto de la Diosa Madre. Los intérpretes bizantinos confieren el poder de dar vida a cada miembro de la Madre; cada miembro y cada órgano eran una fuente de vida. También eran así considerados el cabello, las sienes, la parte superior de la cabeza y los costados del cuerpo; y aún el vestido, el cinturón y los velos u otro atuendo que pudiera llevar en la cabeza. Desconocemos si el texto original justifica esta interpretación. Kroll la considera «fraus aperta»pero sería lícito pensar que la Madre de la Vida debe ser, naturalmente, Todo Vida. Con relación a esta interpretación uno de los versos que aún se conservan dice:

Su cabello semeja una melena de luz de agudas cerdas.

Damascio, hablando de la corona de la Madre, sostiene que posiblemente se simbolizaba como una corona en forma de muro o como la diadema en forma de torre de Cybele (Rhea), en cuyo caso representaría las «Paredes de Fuego» de la tradición estoica. El cinturón, en cambio, era simbolizado como una serpiente de fuego. Rhea es otro de los nombres que los Oráculos otorgan a La Gran Madre, como lo demuestran los siguientes tres versos:

Rhea es, en realidad, al mismo tiempo la Fuente y el Torrente de los benditos Sabios; porque ella es quien primero recibe los Poderes del Padre en sus incontables Senos, y derrama nacimiento [y muerte], sobre todas las cosas que giran como una rueda.

Los «Sabios» son las Inteligencias o Pensamientos Gnósticos del Padre. Ella es la Madre de la Génesis, la Rueda o Esfera del Reconvertirse. Según Proclo, los Oráculos la llaman «maravillosa e imponente diosa», en el intento de definir uno de sus aspectos.

G.R.S. Mead, Oráculos caldeos

Takuan - Misterios de la sabiduría inmóvil


Takuan - Misterios de la sabiduría inmóvil



1. INSCIENCIA, CIRCUNSCRIBIR EL ESPÍRITU A ALGÚN LUGAR Y PASIONES

La insciencia designa lo que no está “claro”, es decir el yerro. “Circunscribir el espíritu a algún lugar” se expresa en japonés mediante la palabra jûji. Jû significa “habitar o morar” y ji “la tierra, la etapa o el nivel”. El budismo divide el ejercicio en cincuenta y dos etapas. Entre ellas hay una mediante la cual se circunscribe el espíritu a cada cosa y se llama jûji. Habitar o morar significa circunscribir el espíritu a una cosa, sea cual fuere. Tomemos como ejemplo la esgrima, vuestra especialidad. Si, a la vista del sable de vuestro adversario que intenta daros una estocada, queréis parar el golpe, vuestro espíritu estará paralizado por el sable adversario y careceréis de actividad. De ese modo fácilmente recibiréis la estocada de vuestro adversario. Eso es lo que yo llamo “circunscribir el espíritu a algún lugar”. Por más que veáis acercarse el sable, no paralicéis en él vuestro espíritu. Adaptaros al ritmo del sable de vuestro adversario, no penséis en alcanzarle, no reflexionéis ni hagáis conjeturas. Tan pronto como veáis el sable que alza vuestro adversario, aprovechad la situación, tal como se presenta, sin circunscribir en absoluto a ella vuestro espíritu y aferraros al sable adversario que se prepara para daros una estocada y, por el contrario, podréis darle la estocada a él.

En la escuela del Zen se llama a eso: “Tomar la lanza de un adversario para atravesarle a él”. Eso significa que se arrebata al adversario su lanza, su alabarda o su sable y se le hiere con ellos. Es lo que llamáis “sin sable”.
Si circunscribís vuestro espíritu, aunque sólo sea un poco, al ataque de vuestro adversario, a vuestro propio ataque, al hombre que ataca, al sable atacante, a la distancia o al ritmo, vuestro trabajo carecerá de efecto y seréis alcanzados por vuestro adversario. Si os oponéis a vuestro adversario, vuestro espíritu será ocupado por él. No debéis pues colocar vuestro espíritu por encima de vuestro cuerpo. Mantener la atención en el movimiento de vuestro cuerpo sólo es apto para las primeras lecciones, cuando somos unos novicios. Si actuamos de ese modo, nuestro espíritu será acaparado por nuestro sable. Si circunscribimos el espíritu al sable, nuestro espíritu será acaparado por él. En cualquiera de estos casos, el espíritu está circunscrito a algún lugar y nosotros nos convertimos en botín. Sin duda, esto lo sabéis por propia experiencia. Yo he explicado vuestra esgrima adaptándola a la Ley (Verdad) del Buda. En la Ley (Verdad) del Buda a este espíritu circunscrito se lo llama “extravío”. He aquí por qué se dice que: “Insciencia: espíritu circunscrito a algún lugar y pasiones”.



2. SABIDURÍA INMÓVIL DE LOS BUDAS.

Yo digo “inmóvil”, pero eso no significa que se es una naturaleza inerte como la piedra o la madera. Por más que el espíritu actúe, según su voluntad, delante, a izquierda, a derecha, en todas las direcciones, jamás está circunscrito, ni siquiera un instante. A este espíritu se le llama “Sabiduría inmóvil”.

Contemplad una representación del “Guardián inmóvil” en el budismo. Tiene una espada en la mano derecha y una cuerda en la izquierda. Enseña los dientes y su mirada es furibunda. Bien plantado sobre sus piernas, está ahí para vencer a los demonios que perturban la Ley del Buda. Pero eso no significa que un genio semejante se oculte en cualquier parte del mundo. Está presente entre los seres vivos personificando la protección de la Ley del Buda y dotado de esta Sabiduría inmóvil. Esta representación de Genio inmóvil tiene tres significados, según el nivel alcanzado por los hombres:

1. El profano, totalmente ignorante, tiene miedo de este genio y promete no oponerse a la Ley del Buda.

2. Los que se han puesto en contacto con el Despertar comprenden perfectamente que se trata de la Sabiduría inmóvil y de este modo se liberan de todos los extravíos.

3. Los que han esclarecido la Sabiduría inmóvil y han practicado ellos mismos, lo mismo que el Genio inmóvil, esta verdad espiritual, comprenden, al amparo de esta representación, que los demonios no existen.

Así pues, aunque se hable de “Genio inmóvil”, de hecho se trata de un estado inmóvil del espíritu único del hombre o, dicho de otro modo, permanecer “sin conturbarse”. “Sin conturbarse”significa “no detenerse en cada cosa”. A la vista de una cosa no circunscribir a ella el espíritu, eso es lo “inmóvil”. Porque si el espíritu se circunscribe a una cosa, al amparo de toda suerte de diferenciaciones en el espíritu, se imagina multitud de cosas y el espíritu se conturba. Ahora bien, incluso si el espíritu circunscrito se mueve, en el fondo no se mueve en absoluto.

Por ejemplo, supongamos que diez personas intentan, una tras otra, heriros con un sable; si paráis el primer sablazo, si no os quedáis en eso, si lo olvidáis y os ocupáis del siguiente, seguro que reaccionaréis ante cada una de las diez personas. Por más que vuestro espíritu reaccione diez veces ante esas diez personas, si no permitís que vuestro espíritu quede circunscrito a alguna de ellas, podréis ocuparos de cada una y podréis actuar con toda seguridad. Si circunscribís vuestro espíritu a una persona, por más que hayáis podido parar el sablazo de la primera persona, no podréis reaccionar al sablazo de la segunda.

Contemplad a Avalokitesvara (en japonés Kannon, “Señor que ha mirado hacia abajo”) con sus mil brazos. ¿Qué significan esos mil brazos? Si su espíritu quedara circunscrito al brazo que mantiene el arco, los novecientos noventa y nueve brazos restantes serían inútiles para él. Por el contrario, si no circunscribe su espíritu a un solo lugar, todos los brazos le serán útiles. Incluso Avalokitesvara, ¿por qué necesita mil brazos pese a su cuerpo único? Sus representaciones tienen por objeto enseñar a la gente que cuando se alcanza la “Sabiduría inmóvil”, aunque se tengan mil brazos, todos le son útiles a un cuerpo.

Por ejemplo, supongamos que estamos frente a un árbol. Si nos fijamos en una sola hoja roja, no veremos ninguna de las demás hojas, pero si no nos fijamos en ninguna hoja y miramos todo el árbol sin intención, todas las hojas entran en el ámbito de nuestra vista. Si nos fijamos en una sola hoja, no podremos ver las demás. Si no nos fijamos en una sola, podremos ver todos los millares de hojas. Los que comprenden esta verdad son el Avalokitesvara de mil brazos y de mil ojos.

Pero los profanos totalmente ignorantes creen sin la menor duda que posee realmente mil brazos o mil ojos y le veneran. Y los que le conocen superficialmente se burlan diciendo: “¿Para qué sirven mil ojos en un cuerpo? Eso no es más que mentira.” Si se conoce un poco mejor el budismo se sobrepasará el nivel de los profanos crédulos y el de los superficiales burlones. Se le venerará y la razón nos llevará a creer en él. La Verdad del Buda se expresa totalmente en un objeto.

Todas las Vías son semejantes. Personalmente, pienso que el shintoismo sigue esta Vía. Los que creen en esas apariencias son profanos; pero negar las apariencias en la que creen, burlándose de ellas, es aún peor. Existe una razón para su credulidad. Hay diferentes Vías, ésta o aquella, pero el fin es el mismo.

Ahora bien, si se comienza el ejercicio partiendo del nivel de novicio, que circunscribe su espíritu a algún lugar, y se consigue llegar al nivel de la “Sabiduría inmóvil”, se volverá, por el contrario, al nivel del principiante que circunscribía su espíritu a algún lugar. Expliquemos esta filosofía mediante vuestra especialidad, la esgrima.

El novicio no sabe nada de la forma de proteger su cuerpo ni de la mantener correctamente el sable. Por lo tanto su espíritu no está circunscrito a su cuerpo. Cuando su adversario le golpea, reacciona sin reflexión. Pero aprende muchas cosas: posiciones del cuerpo, del sable, del espíritu, etc. Su maestro le enseña multitud de cosas y su espíritu se halla circunscrito por doquier. Incluso si quiere golpear a alguien, no puede hacerlo sin reflexionar. De hecho no es libre, pero a medida que prosigue constantemente su ejercicio durante días, meses y años, termina por no pensar ya en la posición de su cuerpo ni en la del sable que esgrime y vuelve de nuevo a los tiempos en que era un principiante que no sabía nada y que estaba vacío. El principio se vuelve a encontrar al final, lo mismo que se vuelve a encontrar la cifra 1 cuando se ha contado hasta 10. Lo mismo sucede con las notas musicales: el tono más bajo está al lado del tono más alto.

Lo más alto y lo más bajo se hacen similares. Cuando se profundiza en la Ley (Verdad) del Buda, se hace uno como un ignorante que no conoce ni al Buda ni la Ley (Verdad). No se manifiesta ni pedantería ni pretensión ante el saber que los demás pueden observar. De este modo, el nivel de la insciencia y de las pasiones en que se estaba al principio y en el que nuestro espíritu estaba circunscrito a algún lugar y el de la Sabiduría inmóvil que se alcanza después no forman más que uno. Se pierde el trabajo de la sabiduría y se establece uno en el nivel sin pensamiento ni reflexión. Cuando se llega al nivel último, las manos, las piernas y el cuerpo aprenden por sí mismos y los pensamientos no intervienen en absoluto. Se puede llegar a ese nivel. El maestro nacional del Zen, Bukkoku (1256-1316), de Kamakura, compuso esta poesía:

Un espantapájaros
En un pequeño campo de la montaña.
No vigila a nadie
De una manera consciente.
Pero no es inútil.

Todo sucede según esta poesía. El espantapájaros en un campo de la montaña tiene forma humana, con su arco y su flecha. Los pájaros y los animales huyen al verlo. Este espantajo carece de conciencia, pero los cuervos tienen miedo de él y huyen. Por lo tanto es útil y no superfluo. Esta es una parábola que se utiliza en todas las Vías para explicar las acciones del hombre que ha llegado al más alto nivel. Sus manos, sus piernas y su cuerpo actúan y su espíritu no se circunscribe ni siquiera un instante. Los demás no pueden adivinar dónde se halla su espíritu. Se halla sin pensamiento ni reflexión y alcanza el nivel del espantapájaros en el campo de la montaña.

El profano ignorante carece de sabiduría y por lo tanto está no le inquieta. Del mismo modo, los que ya han alcanzado un nivel muy profundo no se sienten tampoco turbados por la sabiduría, porque su sabiduría es muy elevada. A nosotros nos turba la sabiduría porque conocemos superficialmente. ¡Es ridículo!

La observación de los ritos por los monjes de hoy en día también es superficial, por lo que les encontraréis ridículos. ¡Me avergüenzo de ello! Se separa el ejercicio en dos partes: la una, teórica, y la otra, práctica. Tal como he explicado antes, por “teoría” entiendo el estado supremo en el que uno no se ocupa de nada y el abandono de cada pensamiento. Ya lo he explicado detalladamente, pero sin el ejercicio “práctico”, ni el cuerpo ni las manos funcionan pese a la acumulación de las teorías. Para explicar el ejercicio práctico, tomemos vuestra esgrima. Tenéis que aprender cinco posturas del sable, el Único que emplea libremente estas cinco lecciones y otras más. Aunque estéis versados en las teorías, hay que actuar libremente en el ámbito de los hechos. Aunque adoptéis buenas posturas y manejéis bien el sable, no debéis ignorar importantes teorías. La práctica y la teoría deben ser como una rueda.



3. TIEMPO DE MOVIMIENTO REFLEJO QUE NO MIDE NI EL GROSOR DE UN CABELLO

Voy a explicar este principio tomando como ejemplo vuestra esgrima. Ni siquiera un cabello puede pasar entre dos cosas superpuestas. Por ejemplo, cuando aplaudimos se produce inmediatamente un sonido. Ese sonido lo produce el choque de las manos en un lapso de tiempo no mayor que el grosor de un cabello. El sonido no reflexiona unos instantes antes de dejarse oír como consecuencia del choque de las manos. El sonido se deja oír inmediatamente al choque. Si el que hace esgrima mantiene su espíritu en el sable adversario que le golpea, el intervalo de tiempo interviene y carece de reflejos. Si el espacio de tiempo entre el sable adversario y el suyo no es mayor que el grosor de un cabello, el sable adversario se convertirá en el suyo. Hay diálogos del Zen que se hacen en este espíritu. El budismo desaconseja circunscribir el espíritu a un objeto y quedar atado a él –lo que se llama “pasiones”. Si se lanza un balón en un torrente, corre sin pararse y no se detiene ni siquiera un instante. Nosotros apreciamos el espíritu que se halla en este estado.



4. OBRAR COMO UNA CHISPA

Esta expresión se refiere también al estado del alma tal como acabo de explicarlo. Cuando se frotan dos piedras, surge una chispa. Entre el frotamiento y la chispa no hay ni intervalo ni intermedio. Estas dos expresiones se utilizan para figurar nuestro espíritu que no se circunscribe a ninguna parte. Es un error entender esto solamente de la rapidez. Lo esencial es no circunscribir el espíritu a una cosa. Es menester no circunscribir el espíritu incluso a la rapidez. Si nuestro espíritu está circunscrito, está atado a otro. Si se actúa rápidamente teniendo como fin la rapidez, , el espíritu está entonces atado a la intención de la rapidez. Una prostituta de Eguchi, barrio de Osaka, respondió al poeta Saigyô (1118-1190) con la poesía siguiente:

He oído decir
Que no os gusta la vida en sociedad;
Os aconsejo pues
No circunscribir vuestro espíritu
A un albergue provisional.

En esta poesía está mi filosofía. Tratad de comprender estos dos versos:

Os aconsejo pues
No circunscribir vuestro espíritu

He aquí un buen tema de reflexión. En la escuela del Zen, si se pregunta: “¿Quién es el Buda?”, el interrogado levantará el puño. O si se pregunta: “¿Cuál es la Verdad última de la Ley del Buda?”, se responderá incluso antes de que la pregunta haya concluido: “Una rama de ciruelo”; o bien: “Un ciprés en el jardín.” No se trata de objeto bueno o malo, pero el Espíritu que no se circunscribe a ninguna parte no queda mancillado ni por el color ni por un perfume. Lo sustancial de este Espíritu impoluto es venerado como una divinidad, respetado como un Buda. Se lo llama Espíritu del Zen o Verdad última. Incluso en el caso de una palabra de oro o de una frase maravillosa, si se pronuncian tras una reflexión, ya es “circunscribir el espíritu a algún lugar” y “pasiones”.

“Obrar como una chispa” es la instantaneidad del relámpago que brilla súbitamente. Por ejemplo, alguien llama: “¡Uemon!” Se responde: “Sí”. Eso es la Sabiduría inmóvil. Pero si alguien llama: “Uemon”, y después de haber reflexionado de qué puede tratarse se responde: “¿Qué pasa?”, eso es “circunscribir el espíritu a algún lugar” y “pasiones”. Si se circunscribe el espíritu a algún lugar de tal forma que uno se sienta conturbado y perdido por las cosas, entonces se dice del espíritu que está “circunscrito y pasión”, y se es un profano. Por el contrario, si tras haber llamado alguien: “Uemon”, se responde: “¡oh!”, es la sabiduría de los Budas. Los Budas y los seres vivos no son dos, lo mismo que tampoco lo son las divinidades y los hombres. Si se tiene esta Sabiduría inmóvil, se le puede llamar a uno “divinidad” o “Buda”.

Aunque haya diversas Vías: shintoismo, Vía de la poesía, confucianismo, todas ellas son el esclarecimiento de este Espíritu único (Sabiduría inmóvil). Expliquemos este Espíritu único mediante palabras. Los otros y yo las tenemos. Día y noche se hace el bien y el mal, tras las peores acciones se aleja uno de la familia o se destruye el Estado. Cada uno, según su nivel, hace el bien y el mal y ambas son acciones del espíritu. ¿Hay alguien en el mundo que no conozca el espíritu? Pero me parece que son raros aquellos para quienes está bien claro. De igual modo, es difícil llevar a la práctica lo que se conoce. Incluso aunque se pueda explicar bien este Espíritu único, eso no significa que se le ha esclarecido. Aunque se explique el agua, la boca no se mojará. Aunque se explique bien el fuego, la boca no se calentará. Sin tocar el agua verdadera y el fuego real no se pueden conocer. No se puede conocer la realidad únicamente mediante explicaciones comentadas. Aunque se expliquen bien los alimentos, no se puede mitigar el hambre. Mientras no se es más que un comentador, no se puede conocer la realidad. Observemos el mundo. El budismo y el confucianismo explican ambos el espíritu, pero si no se obra según la explicación, no se puede conocer claramente el espíritu. Mientras no se conozca profundamente el Espíritu único, innato en cada uno, no se podrá esclarecer el espíritu. Ni siquiera los que estudian el Zen pueden siempre esclarecer el espíritu. Aunque los investigadores del Zen sean numerosos, todos ellos han dirigido mal su espíritu. ¿Cómo esclarecer este Espíritu único? La respuesta vendrá mediante una reflexión profunda.



5. DONDE SITUAR EL ESPÍRITU

¿Dónde situar el espíritu? Si se le sitúa en un movimiento físico del adversario, se aferra a él. Si se le sitúa en el sable adversario, se aferra a él. Si se le coloca en la voluntad de atacar al adversario, se aferra a ella. Si se le coloca en nuestro sable, se aferra a él. Si se le sitúa en la postura del adversario o en la nuestra, se aferra a ellas. En cualquier caso, no hay ningún lugar donde situar el espíritu.

Alguien me ha preguntado: “Si yo sitúo mi espíritu en cualquier otra parte, se aferrará al lugar hacia el que se dirige y yo seré vencido por mi adversario. Por lo tanto, vale más encerrar mi espíritu por debajo del ombligo sin soltarle en otra parte y actuar adaptándome a las maniobras del adversario.”

Es cierto, pero desde el punto de vista del nivel elevado de la Ley (Verdad) del Buda, “encerrar el espíritu por debajo del ombligo sin soltarle en otra parte” es un nivel bajo. Este nivel no es elevado y corresponde al grado del estudio y del ejercicio. En este grado se está atento y, como decía Meng-tseu, hay que “buscar pensamientos sueltos”. No es un nivel elevado, sino más bien aquel en que se siguen atenta y escrupulosamente las lecciones. En cuanto a “buscar pensamientos sueltos”, ya he escrito acerca de ello en otro libro. Leedlo. Si se encierra el espíritu por debajo del ombligo para no soltarlo, se verá uno atado a esta idea fija de no soltar, se carecerá del despliegue de actividades sucesivas y no se será libre en absoluto.

Alguien ha preguntado: “Si se encierra el espíritu por debajo del ombligo para impedirle que vaya a otra parte, no se es libre y se carece de actividad. ¿Dónde, pues, situar el espíritu en nuestro cuerpo?

Si le situáis en la mano derecha, la mano derecha os aferrará y careceréis de actividad. Si le situáis en los ojos, los ojos os aferrarán y careceréis de actividad. Si le situáis en el pie derecho, vuestra atención quedará aferrada por ese pie derecho y careceréis de actividad. Si le situáis en un lugar, sea cual fuere, careceréis de actividad en los demás. “Así pues, ¿dónde situar el espíritu?”

Yo respondí: “Si no lo situáis en ninguna parte, llenará todo vuestro cuerpo y se extenderá por todo él. De este modo, si tenéis necesidad de las manos, podréis serviros de ellas; si tenéis necesidad de los pies, podréis serviros de ellos; si tenéis necesidad de los ojos, podréis serviros de ellos. Es omnipresente en cada lugar de que se trate, y por lo tanto puede servirse de él según las necesidades. Si circunscribís el espíritu a un lugar, quedará aferrado en ese lugar y careceréis de actividad. Si reflexionáis, quedaréis aferrados por esa reflexión. Así pues, no hagáis funcionar ni la reflexión ni la diferenciación. Haced que el espíritu sea omnipresente en vuestro cuerpo, no lo circunscribáis a u lugar, sino más bien utilizadlo convenientemente en cada lugar.

Se dice que circunscribir el espíritu a un lugar es: “caer hacia un solo lado”. Mientras que la autenticidad es la omnipresencia. El espíritu auténtico consiste en extender el espíritu a todo el cuerpo sin circunscribirlo unilateralmente. Si el espíritu está circunscrito a un lugar y está ausente de los demás, es el “espíritu unilateral”. Hay que evitar la unilateralidad. En cualquier cosa, si uno está fijado o circunscrito, es que ha caído en la unilateralidad, lo que hay que evitar mediante la práctica de la Vía.

Si no se piensa dónde situar el espíritu, éste se extiende, abarca el conjunto y está omnipresente. No hay que colocar el espíritu en ninguna parte y, según la maniobra del adversario, dirigir el espíritu adaptándose a cada situación. Si el espíritu se extiende a todo el cuerpo, cuando tengáis necesidad de utilizar las manos, podréis utilizar el espíritu que se halla en las manos. Cuando tengáis necesidad de utilizar los pies, podréis utilizar el espíritu que se halla en los pies. Si circunscribís el espíritu a un lugar, os veréis obligados a sacarlo de allí y, por consiguiente, careceréis de actividad por culpa de esta circunscripción. Si atáis el espíritu a vuestro cuerpo como se ata un gato con una cuerda, para que el espíritu no vaya a otra parte, éste se verá circunscrito por el cuerpo. Si abandonáis el espíritu en el cuerpo, el espíritu no irá a otra parte. No circunscribir el espíritu a un solo lugar, todos los trabajos en este sentido son ejercicio. Al no atar el espíritu en ninguna parte, existirá por doquier. Lo mismo sucede cuando se trata de situar el espíritu fuera del cuerpo. Si se sitúa el espíritu en una dirección, le faltarán las otras nueve direcciones. Sin embargo, si no se sitúa el espíritu en una sola dirección, llenará las diez direcciones.



6. EL ESPÍRITU INNATO Y EL ESPÍRITU ILUSORIO

El Espíritu innato es el que se expande por todo el cuerpo y por todas partes sin circunscribirse a un lugar, mientras que el espíritu ilusorio es el que se circunscribe a un lugar mediante cualesquiera ideas fijas. Cuando el Espíritu innato se circunscribe a un lugar, se convierte en lo que se llama el espíritu ilusorio. Si se pierde el Espíritu innato se carece de actividad unas veces aquí y otras allá. Así, pues, procurad no perderlo. Por ejemplo, el Espíritu innato es como el agua, que no se detiene en un lugar, mientras que el espíritu ilusorio es como el hielo con el cual no se pueden lavar ni las manos ni la cabeza; hay que dejar que el hielo se funda, transformarlo en agua par que pueda correr por doquier y se puedan así lavar las manos, los pies o lo que sea. Si el espíritu se circunscribe a un lugar y queda fijo en una cosa es como un bloque de hielo que no se puede utilizar libremente. Con el hielo no se pueden lavar las manos ni los pies. Hay que dejar que el espíritu se funda para que pueda expandirse a todo el cuerpo, como el agua, para que pueda utilizarse en cada lugar que se desee. Eso es el “Espíritu innato”.



7. EL ESPÍRITU CON CONCIENCIA Y EL ESPÍRITU SIN ELLA

El espíritu con conciencia y el espíritu ilusorio son una misma cosa y significan que el pensamiento está fijado de una parte en cualquier aspecto. Cuando en los pensamientos surgen la diferenciación y la reflexión, eso es el “espíritu con conciencia”.

Lo que se llama “Espíritu sin conciencia” es parecido al Espíritu innato del que acabo de hablar. El “Espíritu sin conciencia” no está fijado desde el origen, carece de diferenciación, de reflexión y de cosa parecida, recubre todo el cuerpo y se extiende a todo. Se le llama el “Espíritu sin conciencia”. Este espíritu no se halla en ninguna parte. No es como una piedra o un trozo de madera. Sin fijación equivale a “sin conciencia”. El espíritu, si se fija, tiene alguna cosa; si no se fija, no tiene nada y eso se llama Espíritu sin conciencia, no se ata uno a una cosa ni se la falla. Se es como el agua que siempre se extiende y se satisfacen las necesidades que se presentan.

El espíritu que se circunscribe y se fija a un lugar no trabaja libremente. La rueda puede girar porque no está fija. Si se la fijara a un lugar, no podría girar. Lo mismo sucede con el espíritu; si está fijo en un lugar, no puede trabajar. Cuando se piensa en algo, no se oye lo que alguien dice. Es porque el espíritu se fija en un pensamiento, está inclinado hacia un lado y cuando está inclinado hacia un lado, no oye ni ve. Es porque el espíritu tiene algo. Tener algo es tener un pensamiento.

Si se elimina este algo, el espíritu está sin conciencia, trabaja sólo cuando es necesario y lo hace bien. Si se piensa en arrojar eso del espíritu, este pensamiento mismo se convierte en algo en el espíritu. Si no se piensa, este algo se va por sí mismo y uno se convierte en sin conciencia con toda naturalidad. Obrando siempre así, se alcanzará a solas el nivel de “sin conciencia” sin ni siquiera percatarse de ello. Si se intenta hacerlo con rapidez, no se conseguirá. He aquí una poesía antigua:

Si pensáis
En no pensar
Eso ya es pensar en algo.
No hay que pensar
Ni siquiera en no pensar.



8. SI SE PRESIONA SOBRE UNA CALABAZA EN EL AGUA, ESTA NO PUEDE FIJARSE EN NINGUNA POSICIÓN

Arrojad al agua una calabaza vacía y presionad sobre ella. Se desplazará inopinadamente hacia un lado. No puede mantenerse fija en ningún lugar. De ese mismo modo el espíritu de los santos no puede mantenerse jamás, ni siquiera un instante, en una cosa. Es como una calabaza que se quiere hundir en el agua.



9. HAY QUE SUSCITAR EL ESPÍRITU SIN CIRCUNSCRIBIRSE A NINGUNA PARTE.

En cualquier clase de acción, si surge el pensamiento de hacer algo, el espíritu se circunscribe a ello. Por eso hay que suscitar el espíritu sin circunscribirse a ninguna parte. Si no surge un pensamiento, las manos no hacen nada. Pero cuando ellas hacen algo, el espíritu está allí circunscrito. Al hacer cualquier cosa, a la vez que se producen pensamientos, no hay que circunscribirse a ella. He ahí el espíritu en cada Vía. El espíritu que ata nace de este espíritu que se circunscribe y del mismo modo la trasmigración. Este espíritu que se circunscribe se convierte en el garrote de la vida-y muerte. A la vista de las flores y de los arces, surge el espíritu que los ve, pero no se circunscribe a ellos. Eso es lo esencial.

El reverendo Jien (1155-1225), de la escuela Tendai, compuso esta poesía:

Las flores se abren y embalsaman
A la puerta de las enramadas.
¡Dejémoslo, dejémoslo!
Pero yo las contemplaba,
¡Qué mundo tan deplorable!

Las flores embalsamaban sin conciencia, pero yo las contemplaba circunscribiéndome a ellas. Jien lamenta el que su espíritu se haya atado a las flores. Ya se tratase de ver o de oír, es menester no fijar el espíritu en un lugar. Ese es el punto más esencial.

La palabra “respetar” u “honrar” se ha tomado por un confuciano en el sentido de “mantener el espíritu en un solo punto y no aflojar”. Eso significa que se fija el espíritu en un lugar sin llevarle a otras partes. En el caso de vuestra esgrima, cuando desenvaináis el sable y atacáis a vuestro adversario, no soltéis vuestro espíritu hacia el atacado. Este es el punto importante. Sobre todo, cuando oís las palabras de vuestro señor, mantened el espíritu en el estado de “honrar” o de “respetar”. El budismo insiste también en la importancia del espíritu de honrar o de respetar. “Haced resonar el gong para expresar el respeto.” Después de haber hecho resonar tres veces el gong, el budista junta las manos, se inclina respetuosamente y pronuncia primero “el Buda”. “Espíritu de expresión del respeto”, “mantener el espíritu en un solo lugar y no aflojar” y “con toda el alma sin perturbación”: estas tres expresiones tienen el mismo sentido.

No obstante, desde el punto de vista de la Verdad del Buda, este espíritu del “respeto” no es el nivel más alto. No es más que una verdad para el estudio y un ejercicio para novicios que intentan evitar la perturbación del espíritu fijándolo. Cuando se repite este ejercicio a lo largo de meses y de años, uno es libre de soltar el espíritu donde sea. Se puede llegar a este nivel, que se llama: “Sin mantenerse en ninguna parte” y es el más alto de todos los niveles. El espíritu de “respeto” consiste en atar el espíritu que puede irse a otras partes. Se suele pensar que si se suelta el espíritu, éste será perturbado, y se intenta no soltarlo, atarlo sin cesar, sin la menor negligencia. Este es el nivel de los novicios. Esto es bueno de manera provisional para no distraerse. Si se permanece siempre atado, no se es libre.

Por ejemplo, cazáis un gorrión y atáis el gato con un cordel para que no le ataque. Si permanecéis como ese gato, siempre atados en una situación inhabitual, carecéis de libertad y no podéis comportaros como quisierais. Educad más bien al gato y dejadle ir adonde sea, en lugar de atarlo con un cordel. Aunque se halle en la misma sala que un gorrión, ¡que no le entren tentaciones de cazarlo! Hay que educarlo hasta ese extremo, ése es el sentido de la frase: “Hay que suscitar el espíritu sin circunscribirse a ninguna parte.” Hay que liberar el espíritu abandonando las ataduras, como ese gato. El espíritu va donde quiera que sea, donde quiera, pero no se circunscribe adonde va, ése es el modo de tratar al espíritu.

Expliquemos esto mediante vuestra esgrima. No fijéis el espíritu en las manos que manejan el sable. Olvidadlas completamente y manejadlas de este modo. Atacad al adversario, pero no circunscribáis a ello el espíritu. Los demás están vacíos, yo también estoy vacío. Hay que comprender que las manos y el sable que atacan están vacíos. Pero no os atéis al vacío. El maestro del Zen Magaku (Magaku significa sin estudio) (1226-1286) de Kamakura fue detenido por soldados mongoles cuando aún estaba en china. A punto de ser decapitado compuso la estrofa siguiente:

No hay lugar en el universo donde enderezar la caña solitaria.
Me alegro del vacío de los hombres y también del vacío de los fenómenos.
Saludo el sable del soldado mongol del gran Yuan.
El sable rasga la brisa primaveral, ¡el tiempo de un relámpago!

El soldado mongol se fue abandonando el sable. He aquí el sentido de esta estrofa de Magaku: en el momento en que el mongol levanta el sable, éste brilla como el relámpago y, en ese instante, no hay ni pensamiento ni reflexión. El sable que va a herir no tiene pensamiento, el que va a herir no tiene pensamiento, yo (el monje) que voy a ser herido no tengo pensamiento. Quien hiere está vacío, el sable también está vacío y yo (el monje) que voy a ser herido, también estoy vacío. Por consiguiente, el que va a herir no es un hombre, el sable que va a herir no es un sable, yo (el monje) que voy a ser herido soy como la brisa primaveral. El sable va a rasgar la brisa primaveral en un relámpago de tiempo. Todo esto nos indica el espíritu que no se circunscribe a ninguna parte. El sable, al rasgar la brisa, ni siquiera lo percibirá.

Hay que hacer todas las cosas haciendo desaparecer totalmente los pensamientos. Esto pertenece al nivel del experto. Cuando se practica la danza, se toma un abanico en la mano y los pies siguen el ritmo. Si se piensa en hacer bien esos movimientos de pies y manos, o en danzar bien, en la medida en que no se pueden olvidar totalmente esos pensamientos, no se puede pretender poseer totalmente este arte. Si el espíritu está aún atado a los movimientos de las manos y de los pies, la danza aún no es perfecta. Todos los juegos hechos sin abandonar totalmente los pensamientos son malos.



10. NO SOLTAR EL ESPÍRITU.

Esto lo dijo Meng-tseu y significa que hay que buscar al espíritu distraído y hacerlo volver en sí mismo. Por ejemplo, si vuestro perro, vuestro gato o vuestra ave se os va lejos, los buscaréis y los volveréis a casa. Lo mismo sucede con el espíritu que es vuestro señor. Si el espíritu se va por el camino del mal, hay que buscarlo y reconducirlo a casa. Meng-tseu os pregunta por qué no lo hacéis. Y tiene razón.

Por el contrario, un confuciano de la China de los Song, Chao K’ang-tsie, ha dicho: “Hay que soltar el espíritu.” Es completamente diferente. Expliquemos el sentido. Si se ata el espíritu en el interior, se cansará. Es como un gato atado con un cordel. No se puede obrar libremente. Así pues, vale más educar bien el espíritu hasta el punto en que no sea circunscrito y mancillado por los objetos. Abandonadlo y soltadlo donde sea.

“El espíritu es mancillado y circunscrito por los objetos; conservadlo, pues, sin mancilla ni circunscripción; buscad el espíritu relajado y volved a vosotros mismos.” Este consejo es bueno para los novicios que comienzan su estudio. Pero yo aconsejo ser como un loto que no se mancilla aunque crezca en el fango. No sufre menoscabo ni siquiera en medio del lodo. Una alhaja de cristal bien labrada no se mancilla ni siquiera en el fango. Sed vosotros así y dejad que el espíritu vaya donde quiera. Si constreñís el espíritu, perdéis la libertad. Estar en tensión está bien en la etapa de novicios. Si se queda ahí toda la vida, no se alcanzará el nivel superior y se acabará en el nivel inferior.

En la etapa del ejercicio, las palabras de Meng-tseu, “no soltar el espíritu”, son un buen consejo, pero en la etapa última “hay que soltar el espíritu” como decía Chao K’ang-tsie. El preceptor Chong-fong (1263-1323) (en japonés Chûhô) decía: “Preparaos para soltar el espíritu.” El sentido es el mismo que el de las palabras de Chao K’ang-tsie. Quiere decir que no hay que circunscribir el espíritu para atarlo a un lugar. El preceptor Chong-fong dice también: “Preparaos para no retroceder.” Eso quiere decir que hay que mantener el espíritu inmutable en lugar de retroceder. Para todos el combate o el ejercicio va bien una o dos veces, pero cuando uno se ha cansado, no se suele ser constante. Chong-fong aconseja, pues, mantener el espíritu sin retroceder.



11. CUANDO SE ARROJA UN BALÓN A UN TORRENTE NO SE DETIENE NI SIQUIERA UN INSTANTE

Si se arroja un balón a una corriente de agua muy rápida, éste va sobre la olas saltando sin detenerse ni un instante.



12. CERCENAD LO QUE PRECEDE Y LO QUE SIGUE

El mal consiste en no rechazar los pensamientos precedentes y en conservar más tarde restos del pensamiento actual. Cercenad el intervalo entre el precedente y el presente; cortad los términos anterior y siguiente. Eso significa no circunscribir el espíritu.



13. ME PEDÍS LOS CONSEJOS QUE GUARDO EN MI CABEZA. NO SÉ QUE HACER, PERO APROVECHANDO ESTA OCASIÓN, VOY A ESCRIBIR A PLENO RENGLÓN LO QUE HE OBSERVADO

Desde el punto de vista de la esgrima sois un experto incomparable en la actualidad y e el pasado, gozáis pues actualmente de un rango elevado como funcionario, una buena remuneración y una reputación social. No olvidéis ese gran favor, ya estéis dormido o despierto, y desde el alba hasta el ocaso no penséis sino en responder a ese favor y a dar testimonio de vuestra lealtad. ¿Qué es dar testimonio de lealtad? Ante todo, rectificad vuestro espíritu, comportaros bien, jamás traicionéis a vuestro señor, no guardéis rencor ni hagáis reproches a los demás, id a trabajar cada día sin pereza. En lo que atañe a vuestro hogar, demostrad en él una gran piedad filial para con vuestros padres, no seáis en absoluto indecente en vuestra relación conyugal, tened buenos modales, no corráis tras las concubinas, renunciad a la lujuria, seguid rigurosamente la Vía entre los padres y los hijos, emplead a vuestros subordinados sin parcialidad, colocad a hombres de bien junto a vos, corregid vuestros defectos. Ajustad la política de vuestro país y alejad de vosotros los hombres de mal. De ese modo, los hombres de bien progresarán cada día, los hombres de mal quedarán influidos por la buena voluntad del señor, abandonarán el mal y se inclinarán hacia el bien.

De esta forma, el señor y los vasallos, los hombres superiores e inferiores serán buenos, su codicia será mínima y si abandonaran el lujo, el país prosperará y el pueblo vivirá en paz en la abundancia. Si los vasallos son como los niños que aman a sus padres o ayudan al señor como los miembros de un mismo cuerpo, el país se gobernará fácilmente. Es el comienzo de la lealtad. Si os servís en cada circunstancia de estos soldados sin perfidia y henchidos de una lealtad sólida como el oro o el hierro, podréis utilizarlos como queráis, incluso si se trata de millares de hombres. Es como el Kannon de mil brazos al que he aludido antes. En él el espíritu es justo y por consiguiente todos sus mil brazos son útiles. Así sucede con la esgrima. Si vuestro espíritu es justo en la esgrima, obrará libremente y vos podréis hacer obedecer a vuestro sable incluso a millares de enemigos. ¿No es eso la gran lealtad?

Cuando vuestro espíritu es justo, no tenéis necesidad de ser conocido desde el exterior por otros. Cuando surge un pensamiento, aparecen el bien y el mal. Reflexionad en la raíz de ambos, el bien y el mal, y practicad el bien, no el mal, entonces el espíritu será justo y recto de forma natural. Si, conociendo el mal, no se cesa de practicarlo, es porque se sufre una enfermedad de atracción, de preferencia. O se prefiere el amor, o se es ciegamente orgulloso. El espíritu trapacero actúa según su conveniencia. De ahí que, incluso si halla que alguien es bueno, si no le agrada, no lo emplea. Incluso si alguien es un ignorante, con tal que a él le agrade, lo recluta y lo utiliza preferentemente. Así, aunque haya no pocos hombres de bien, es como si no existieran, porque nadie los emplea. Por eso, de entre millares de personas, nadie es útil al señor en la vida ordinaria. Los hombres malos, ignorantes y bisoños que han agradado una vez al señor, son pérfidos y trapaceros desde siempre. De ahí que jamás estén dispuestos a sacrificar su vida en un caso extremo. Jamás he oído que los hombres pérfidos sean útiles al señor. He oído decir que concedéis el ascenso a vuestros discípulos según vuestra preferencia. Encuentro ese repugnante.

Todo es dolencia provocada por vuestra lamentable preferencia y no sabéis que habéis caído en el mal. Pensáis que los demás no lo saben pero, como dice un proverbio: “Nada hay más claro que lo calamitoso”. Lo mismo que lo sabéis vosotros, lo saben también el cielo, la tierra, los espíritus, las divinidades y todo el mundo. Si un país se mantiene así, ¿no es esto peligroso? Yo pienso, pues, que es una gran infidelidad a la corona. Por ejemplo, pese a todo el celo que ponéis en ser leal a vuestro señor, sin armonía entre los miembros de vuestra familia y si el pueblo de las villas de vuestro feudo Yagyûdani os traiciona, todo será contrariedad para vosotros. Un proverbio reza así: “Si se quiere saber de alguien lo que tiene de bueno o de malo, es fácil lograrlo a la vista de sus más íntimos allegados o de los amigos que frecuenta.” Si el señor es bueno, sus vasallos más cercanos son todos buenos. Si el señor no es recto, sus vasallos y sus adeptos no son rectos. Siendo esto así, todos se burlarán y los países vecinos lo despreciarán.

Todo esto se expresa en el proverbio: “Cuando se es bueno, todo el mundo es bueno.” Y también :”Los hombres de bien son el tesoro del país.” Tratad de reconocerlos bien. Los demás saben todo, corregid, pues, vuestras injusticias, alejad de vos a los ruines y preferid a los sabios. Si sois diligente en seguir este camino, la política de vuestra provincia será cada vez más justa y vos seréis el vasallo más justo. Sobre todo, en lo que respecta al comportamiento de vuestro hijo, si le reprocháis lo que ha hecho mal sin ser recto vos mismo, la situación se convierte en la inversa. Si os comportáis correctamente y hacéis reprimendas a vuestro joven hermano Nai-zen, éste se corregirá según el comportamiento de su hermano mayor y será recto. De este modo, el padre y el hijo serán buenos ambos y yo les felicito por ello.

Un proverbio nos dice: “La adopción y el abandono se hacen de acuerdo con la justicia.” Ahora vos sois un vasallo preferido del shôgun, recibís gratificaciones importantes de los señores y habéis olvidado la justicia por codicia. Todo eso no debiera ser así.

Os gusta la danza y estáis orgulloso de vuestro juego de Nô. Vais sin invitación a casa de otros señores y les pedís que bailen el Nô. Creo sinceramente que eso es una enfermedad. Oigo decir que tomáis el canto de vuestro señor (shôgun) por el de un bufón. Me da la impresión que intercedéis no poco ante el shogun en favor de los señores que os ven con buenos ojos. Tenéis que reflexionar seriamente en esto. Me acuerdo de una antigua poesía:

El espíritu
Hace que se pierda
El espíritu.
¡No soltéis
vuestro espíritu!