Miscelánea Zen - Maestro Wuzu


Miscelánea Zen - Maestro Wuzu



La enseñanza Zen

Si  aspiras  a  convertirte  en  maestro  Zen,  debes  apartar  los  bueyes  del  arado y robar la comida del hambriento.

Cuando  separes  los  bueyes  del  arado  la  cosecha  prosperará  y  cuando  despojes al hambriento de su comida le liberarás del hambre para siempre.

Para  mucha  gente  lo  que  acabo  de  decir  carece  de  sentido.  ¿Cómo  es  posible que la cosecha florezca si dejas de arar? ¿Cómo saciarás el apetito  del hambriento si le despojas de la comida?

Para ser un verdadero maestro debes separar los bueyes del arado, robar  la comida del hambriento y dar un empujón por sorpresa para que la gente  abandone  su  modo  rutinario  de  pensar.  Diles  entonces:  “La
satisfacción  jamás es completa. Las calamidades nunca vienen solas”.

Algo indescriptible

En el mundo hay algo que no pertenece a la esfera de lo sagrado ni de lo  profano, algo que está más alla del reino de lo verdadero y de lo falso.

Alción

Cuando el cielo está despejado y las nubes no empañan su claridad, el  sol y la luna resplandecen sin dificultad.

Los generales pueden instaurar la paz, pero la paz no está hecha para los  generales.

La meta del Zen

Para  estudiar  Zen  debes  comenzar  orientándote  hacia  el  objetivo  final.  Los sonidos y las visiones están más allá de los conceptos pero ¿cuántos  saben  que  cada  noche  el  resplandor  de  la  luna  en  el
firmamento  ilumina  todas las ventanas y que su reflejo se posa en el plácido estanque?

Buscar sin encontrar

Pocos buscadores logran alcanzar  el Zen. ¿Cuándo cesarán de una vez  los juicios?   Mientras utilices conceptos para referirte a lo superior y a lo  inferior, no habrás alcanzado todavía la iluminación.

Cualquiera puede llegar

Hay un camino muy fácil para alcanzar la vacuidad. Cuando arribes a él  descubrirás  que  su  delicioso sabor  es  permanente,  que  el  terreno  de  la  mente no produce plantas estériles y que el cuerpo resplandece de manera  natural.

Hablando del Zen

Hablar constantemente del Zen es como ponerse a pescar en el lecho de  un río seco.


La escencia del Zen
Edición de Thomas Cleary

Maya - Avatamsaka Sutra


El sueño de Maya - British Museum


Entonces Sudhana vio a la Dama Maya en este mundo y comprendió el método del logro mágico de la iluminación a través de producir el conocimiento desde la compasión.

“Este mundo” simboliza el reino abrazado por la gran compasión, sin distinciones de cerca o lejos y de interior o exterior. La Dama Maya representa la gran compasión sin esfuerzo que está siempre en el mundo. El hecho de que ella es la madre del Buddha simboliza la gran compasión produciendo mágicamente el conocimiento.

Una diosa de la ciudad llamada Ojos de Joya exhortó a Sudhana a vigilar el reinado de la mente, una diosa llamada Loto Espiritual elogió a la Dama Maya, las luces entraron en la cabeza de Sudhana, y un duende vigilando el salón de la enseñanza instruyó a Sudhana para que viera el cuerpo y la mente como sueños o reflexiones a medida que buscaba a los maestros. El nombre Ojos de Joya representa el ojo del conocimiento en la compasión, las luces simbolizan la enseñanza, y el duende representa los venenos de la ignorancia. Estos tres principios constituyen los expedientes en el umbral de la etapa undécima, que le introducen a uno a la gran práctica del Bien Universal.

Cuando Sudhana puso en práctica esas enseñanzas, vio la joya de un loto surgir de la tierra, con Maya sentada sobre él manifestando encarnaciones incontables en conformidad con las acciones de los seres sintientes. Esto ilustra la ausencia de identidad inherente del cuerpo y la mente – esto es ver los cuerpos producidos mágicamente por la compasión y el conocimiento.

Maya dijo que su cuerpo, aunque en su estado natural, contenía océanos de seres iluminados que viajaban libremente en su vientre, cruzando un universo de un millón de mundos en un solo paso. Esto significa que el océano de las prácticas de la gran compasión del Bien Universal es infinitamente vasto como el espacio.

Maya dijo que era la madre de todos los buddhas de todos los tiempos, significando que el conocimiento para ayudar espontáneamente a los seres surge completamente de la madre de la gran compasión. 

Maya dijo también, que había logrado previamente esta liberación de la magia del conocimiento, en eones inconcebibles, clarificando que no es posible calcularlo en términos relativos ordinarios – es necesario que el cálculo se olvide, que los sentimientos terminen, y que el conocimiento llegue a manifestarse antes que uno sepa cuando tiempo ha habido desde que ella obtuvo esta liberación. Por lo tanto, solo los buddhas pueden conocer cuantos eones han pasado.

Avatamsaka Sutra

Petición a Avalokiteshvara


Petición a Avalokiteshvara


Me prosterno ante el todopoderoso bodhisattva Chenrezig.


¡Arya Chenrezig, el gran compasivo!
¡Vuestro perfecto cuerpo del color de una concha inmaculada,
embellecido con un puro y luminoso disco de luna
cual millar de rayos solares en el cielo brillando,
que opaca la brillante luz de los dâkas!
¡Renombrado cual maestro y guía de los seres de los tres reinos de existencia,
sóis el amigo único de todos los migradores!
¡Deidad protectora, compasión amorosa, por favor atendedme!

He, desde tiempo sin comienzo,
errado en la cíclica existencia, por senderos equivocados y ruinosos,
errando debido a equivocaciones y no virtudes del pasado:
¡Me arrepiento y apeno profundamente por todas mis malas acciones!

Por la fuerza de mis acciones egoístas
me hundo en el océano del sufrimiento cíclico;
el fuego llameante de la ira quema mi mente,
y la acumulada tiniebla de ignorancia mi sabiduría oscurece.

Mi consciencia sumergida está en el océano del apego,
la montaña del grande orgullo me obliga a los reinos inferiores;
los turbulentos vientos de la codicia me distraen en el samsâra:
atado estoy por los fuertes nudos de la vista egoísta.

Caído en este foso del deseo -cual pozo de ardientes carbones-,
cual lluvia cae el lodo del violento sufrimiento;
el elemento fuego, el sol quemante, arde arriba,
el elemento agua, la humedad de la tierra, enfría abajo;
afuera, el tenaz frío quema:
furiosos vientos me aterrorizan hasta lo más profundo de mi corazón.

¡Este sufrimiento es intensamente difícil de soportar!
¿cómo podéis conteneros?
(Con) todo este sufrimiento que he enfrentado
sin jamás abandonar aspirante fe en vos, arya Supremo,
Noble protector, ¿cómo podríais no pensar en beneficiar a los seres?

Amoroso Protector, ¿por qué no querríais mostrarme compasión?
Miserable en razón de mi nacimiento, del karma cansado estoy;
aunque menguado por el cansancio, la fuerza del karma es extremadamente dificil de revertir:
estas penas son difíciles de narrar.

Mi cuerpo, habla y mente, vienen bajo el mando de la no virtud
por la fuerza del fiero quemante fuego del karma negativo:
surje el miserable resultado de la consciencia.
Si el agregado -este cuerpo de ilusión- no puede soportar esto,
¿Amoroso Protector, Chenrezig, lo podéis soportar vos?

Cuando busco mirar el rostro del Compasivo
-luminoso cual el sol, lustroso cual la luna-
ver no puedo con ojos afligidos
por la enfermedad ocular de la ignorancia sin comienzo;
Protector del mundo, ¿dónde estás ahora?

Incapaz de tolerar este sufrimiento terrible,
tambaleante del pánico de extremo terror y miedo,
grito esta lamentación fervorosa:
una desesperada, mísera llamada de auxilio.

Protector amoroso, Chenrezig, ¿cómo podéis soportarlo?
Cuando en el momento de la muerte cambie de cuerpo,
apartado seré de amigos y parientes,
asido por el Amo de la muerte.

Mis parientes mundanos no querrán soltarme,
pero debido al poder del karma seré preso solo;
si en ese momento no existe refugio para mí,
¿me despediréis al samsâra, amoroso Protector?

Un ser como yo, oprimido por el karma
debido a plegarias erradas desde tiempo sin principio,
no ha sido librado aún de los tres reinos -el lugar del samsâra-
tantas veces como he tomado renacimiento por incontables eras;
tomando incontables cuerpos que caen a pedazos
-si juntase la carne y huesos llenarían la tierra,
si juntase la sangre y pus igualarían al grande océano-
Pero si considero lo que de mi karma queda, es más allá del pensamiento, inefable.

A pesar de que he pasado a través de los tres reinos incontables veces,
todas mis acciones han sido un desperdicio insensato;
si de entre todos mis posiblemente existentes renacimientos incontables
hubiese tan sólo uno en el cual
hubiese cumplido una sola acción hacia el propósito insuperable de la Iluminación,
por el sólo haberle ejecutado habría habido algún sentido;

Karma es poderoso y debido a la gran fuerza de las aflicciones
los seres toman cuerpos de carne y sangre, y erran en el samsâra.
Atrapado en la lamentable penuria de la prisión de la existencia,
debido a mis malas acciones todo este feroz inextinguible sufrimiento surje de mis propios actos:
¡Os suplico que con vuestra gran compasión cortéis este continuo,
y destruyáis los vientos de karma y aflicción.

Conforme erro perpetuamente en la tiniebla de la ignorancia
por el poder de los vientos del karma y la aflicción,
¿no podéis ver (acaso) con los rayos de vuestra lámpara de sabiduría?
Puesto que no puedo tolerar los resultados de mis acciones equivocadas,
¿no ejecutaréis vuestra compasiva actividad iluminada?
Puesto que sufro la enfermedad de los tres venenos, tan difícil de soportar,
¿no me curaréis con la diestra medicina de la compasión?
Puesto que caigo del risco de las vistas erradas,
¿no me atraparéis con vuestra compasiva mano?
Puesto que ardo en el gran fuego de sufrimiento del karma,
¿no permitiréis caer sobre mí el refrigerante continuum del agua de vuestra compasión?

Una vez que haya purificado mi karma en los tres reinos de la cíclica existencia
y obtenido mi meta,
a esa hora vuestra gran compasión no me será de ayuda alguna.
Si despreciáis las propensiones kármicas de los seres sensibles,
¿hacia quiénes actuará vuestra grande compasión?
A Vos, domador supremo de los seres, dotado del poder de la compasión:
¡Por favor, no seáis descuidado, indiferente o perezoso!
¡Vencedor Compasivo, desde vuestro corazón, miradme!

Chandrakîrti.



No es la mente, no es el Buda, no son las cosas


No es la mente, no es el Buda, no son las cosas


Un monje preguntó a Nansen: “Existe alguna enseñanza que ningún maestro haya predicado antes?”
“Si, existe” dijo Nansen.
“¿Cuál es?” preguntó el monje.
“No es la mente, no es el Buda, no son las cosas” replicó Nansen.

Comentario de Mumon:
Con esta pregunta, Nansen agoto todo su tesoro y no se confundió ni un poco (*... y sufrió una partida de mala suerte).

Verso:
Nansen fue muy amable y perdió su tesoro,
Verdaderamente las palabras no tienen poder alguno.
Incluso si una montaña se trasforma en un mar azul,
Nansen lo haría comprensible para ti.


Mumonkan 27

Miscelánea zen – Hsuan-sha (siglos IX-X)


Miscelánea zen – Hsuan-sha (siglos IX-X)


Tu propia experiencia

Cada realidad es eterna, cada esencia es tal como es: no la busques en el exterior. Si tienes una gran fe, los budas son sólo estados de tu propia expe­riencia, estés andando, de pie, sentado o tendido, no hay diferencia alguna.

Esto que te estoy diciendo ya es un modo de cons­treñir lo que es libre. ¿Estás de acuerdo con ello? ¿Y qué significado le das al hecho de estar de acuerdo o de no estarlo?

La inaprensibilidad

E1 budismo es inaprensible, puede dar vida a la gente, pero también puede arrebatársela. Perci­bir la naturaleza esencial y la Iluminación va más allá del tiempo.

La realidad de la mente

La tierra y el cielo están formados en su totalidad por la mente, pero ¿cómo puedes explicar el principio de que estén constituidos por la mente? ¿Y cómo puedes explicar la realidad de la mente sin for­ma que impregna las diez direcciones? No hay nada que no surja de la compasión que genera conocimien­to, ni nada que no surja del conocimiento que activa la compasión, ni nada que no proceda de la compa­sión y del conocimiento que iluminan por igual el océano de la naturaleza esencial, impregnando la to­talidad del universo, en completa fluidez y libertad. Cuando se conoce la luz y la oscuridad, la materia y la vacuidad, cuando la compasión y el conocimien­to están unidos por igual en el umbral donde se con­centra la bondad, se manifiesta la recompensa, la res­puesta y la realidad; libre e independiente la mente beneficia ampliamente al mundo. Tanto la tierra como el vasto espacio son manifestaciones del umbral don­de se concentra la bondad. Por eso se dice que la rea­lidad de la mente sin forma impregna las diez direc­ciones.

Completamente espaciosa

La actividad de los budas es completamente espa­ciosa, sin límites. La puerta de la vacuidad es la entrada a la liberación; si deseas ayudar a los demás no albergues intención alguna. Trasciende el pasado, el presente y el futuro, así no podrás elevarte ni caer; los proyectos se oponen a la realidad, porque ésta no pertenece al reino de lo creado.

Muévete, y producirás la raíz del nacimiento y de la muerte; permanece en la quietud, y te embriagarás en la tierra del olvido. Si ambas, actividad y quietud, son erradicadas, te sumergirás en una vacía aniquila­ción. Si renuncias al movimiento y a la quietud, creerás haber alcanzado la naturaleza búdica.

Ante los objetos y las situaciones debes ser como un árbol muerto o como las frías cenizas, actuando de forma responsable, acorde con el momento, sin per­der el apropiado equilibrio. Un espejo refleja infini­dad de imágenes sin empañar su brillo; los pájaros vuelan a través del cielo sin alterar su color.

La gran tarea

En tanto no hayas realizado la gran tarea y no estés íntimamente unido con el linaje de la fuente, de­bes evitar memorizar sentencias y vivir de la concien­cia conceptual. ¿Acaso no se ha dicho: «Los conceptos actúan como ladrones, la conciencia se convierte en olas»? Todo el mundo ha sido arrastrado y ahogado por ellas. Sin libertad alguna.

Si no has aprendido la gran tarea, nada hay com­parable al aquietamiento, en el sentido de sereno cese, de purificar y calmar el cuerpo y la mente. Evi­ta en cualquier momento obsesionarte por cosas, y te será fácil descubrirla.

Las enseñanzas del Zen
Edición de Thomas Cleary

Discusión entre Satanás y la Furia en los infiernos


Discusión entre Satanás y la Furia en los infiernos


XXI 1. Y, mientras todos los padres antiguos se regocijaban, he aquí que Satanás, príncipe y jefe de la muerte, dijo a la Furia: prepárate a recibir a Jesús, que se vanagloria de ser el Cristo y el Hijo de Dios, y que es un hombre temerosísimo de la muerte, puesto que yo mismo lo he oído decir: Mi alma está triste hasta la muerte. Y entonces comprendí que tenía miedo de la cruz.

2. Y añadió: Hermano, aprestémonos, tanto tú como yo, para el mal día. Fortifiquemos este lugar, para poder retener aquí prisionero al llamado Jesús que, al decir de Juan y de los profetas, debe venir a expulsarnos de aquí. Porque ese hombre me ha causado muchos males en la tierra, oponiéndose a mí en muchas cosas, y despojándome de multitud de recursos. A los que yo había matado, él les devolvió la vida. Aquellos a quienes yo había desarticulado los miembros, él los enderezó por su sola palabra, y les ordenó que llevasen su lecho sobre los hombros. Hubo otros que yo había visto ciegos y privados de la luz, y por cuya cuenta me regocijaba, al verlos quebrarse la cabeza contra los muros, y arrojarse al agua, y caer, al tropezar en los atascaderos, y he aquí que este hombre, venido de no sé dónde, y, haciendo todo lo contrario de lo que yo hacía, les devolvía la vista por sus palabras. Ordenó a un ciego de nacimiento que lavase sus ojos con agua y con barro en la fuente de Siloé, y aquel ciego recobró la vista. Y, no sabiendo a qué otro lugar retirarme, tomé conmigo a mis servidores, y me alejé de Jesús. Y, habiendo encontrado a un joven, entré en él, y moré en su cuerpo. Ignoro cómo Jesús lo supo, pero es lo cierto que llegó adonde yo estaba, y me intimó la orden de salir. Y, habiendo salido, y no sabiendo dónde entrar, le pedí permiso para meterme en unos puercos, lo que hice, y los estrangulé.

3. Y la Furia, respondiendo a Satanás, dijo: ¿Quién es ese príncipe tan poderoso y que, sin embargo, teme la muerte? Porque todos los poderosos de la tierra quedan sujetos a mi poder desde el momento en que tú me los traes sometidos por el tuyo. Si, pues, tú eres tan poderoso, ¿quién es ese Jesús que, temiendo la muerte, se opone a ti? Si hasta tal punto es poderoso en su humanidad, en verdad te digo que es todopoderoso en su divinidad, y que nadie podrá resistir a su poder. Y, cuando dijo que temía la muerte, quiso engañarte, y constituirá tu desgracia en los siglos eternos.

4. Pero Satanás, el príncipe de la muerte, respondió y dijo: ¿Por qué vacilas en aprisionar a ese Jesús, adversario de ti tanto como de mí? Porque yo lo he tentado, y he excitado contra él a mi antiguo pueblo judío, excitando el odio y la cólera de éste. Y he aguzado la lanza de la persecución. Y he hecho preparar madera para crucificarlo, y clavos para atravesar sus manos y sus pies. Y le he dado a beber hiel mezclada con vinagre. Y su muerte está próxima, y te lo traeré sujeto a ti y a mi.

5. Y la Furia respondió, y dijo: Me has informado de que él es quien me ha arrancado los muertos. Muchos están aquí, que retengo, y, sin embargo, mientras vivían sobre la tierra, muchos me han arrebatado muertos, no por su propio poder, sino por las plegarias que dirigieron a su Dios todopoderoso, que fue quien verdaderamente me los llevó. ¿Quién es, pues, ese Jesús, que por su palabra, me ha arrancado muertos? ¿Es quizá el que ha vuelto a la vida, por su palabra imperiosa, a Lázaro, fallecido hacía cuatro días, lleno de podredumbre y en disolución, y a quien yo retenía como difunto?

6. Y Satanás, el príncipe de la muerte, respondió y dijo: Ese mismo Jesús es.

7. Y, al oírlo, la Furia repuso: Yo te conjuro, por tu poder y por el mío, que no lo traigas hacia mí. Porque, cuando me enteré de la fuerza de su palabra, temblé, me espanté y, al mismo tiempo, todos mis ministros impíos quedaron tan turbados como yo. No pudimos retener a Lázaro, el cual, con toda la agilidad y con toda la velocidad del águila, salió de entre nosotros, y esta misma tierra que retenía su cuerpo privado de vida se la devolvió. Por donde ahora sé que ese hombre, que ha podido cumplir cosas tales, es el Dios fuerte en su imperio, y poderoso en la humanidad, y Salvador de ésta, y, si le traes hacia mí, libertará a todos los que aquí retengo en el rigor de la prisión, y encadenados por los lazos no rotos de sus pecados y, por virtud de su divinidad, los conducirá a la vida que debe durar tanto como la eternidad.


Entrada triunfal de Jesús en los infiernos

XXII 1. Y, mientras Satanás y la Furia así hablaban, se oyó una voz como un trueno, que decía: Abrid vuestras puertas, vosotros, príncipes. Abríos, puertas eternas, que el Rey de la Gloria quiere entrar.

2. Y la Furia, oyendo la voz, dijo a Satanás: Anda, sal, y pelea contra él. Y Satanás salió.

3. Entonces la Furia dijo a sus demonios: Cerrad las grandes puertas de bronce, cerrad los grandes cerrojos de hierro, cerrad con llave las grandes cerraduras, y poneos todos de centinela, porque, si este hombre entra, estamos todos perdidos.

4. Y, oyendo estas grandes voces, los santos antiguos exclamaron: Devoradora e insaciable Furia, abre al Rey de la Gloria, al hijo de David, al profetizado por Moisés y por Isaías.

5. Y otra vez se oyó la voz de trueno que decía: Abrid vuestras puertas eternas, que el Rey de la Gloria quiere entrar.

6. Y la Furia gritó, rabiosa: ¿Quién es el Rey de la Gloria? Y los ángeles de Dios contestaron: El Señor poderoso y vencedor.

7. Y, en el acto, las grandes puertas de bronce volaron en mil pedazos, y los que la muerte había tenido encadenados se levantaron.

8. Y el Rey de la Gloria entró en figura de hombre, y todas las cuevas de la Furia quedaron iluminadas.

9. Y rompió los lazos, que hasta entonces no habían sido quebrantados, y el socorro de una virtud invencible nos visitó, a nosotros, que estábamos sentados en las profundidades de las tinieblas de nuestras faltas y en la sombra de la muerte de nuestros pecados.


Espanto de las potestades infernales ante la presencia de Jesús

XXIII 1. Al ver aquello, los dos príncipes de la muerte y del infierno, sus impíos oficiales y sus crueles ministros quedaron sobrecogidos de espanto en sus propios reinos, cual si no pudiesen resistir la deslumbradora claridad de tan viva luz, y la presencia del Cristo, establecido de súbito en sus moradas.

2. Y exclamaron con rabia impotente: Nos has vencido. ¿Quién eres tú, a quien el Señor envía para nuestra confusión? ¿Quién eres tú, tan pequeño y tan grande, tan humilde y tan elevado, soldado y general, combatiente admirable bajo la forma de un esclavo, Rey de la Gloria muerto en una cruz y vivo, puesto que desde tu sepulcro has descendido hasta nosotros? ¿Quién eres tú, en cuya muerte ha temblado toda criatura, y han sido conmovidos todos los astros, y que ahora permaneces libre entre los muertos, y turbas a nuestras legiones? ¿Quién eres tú, que redimes a los cautivos, y que inundas de luz brillante a los que están ciegos por las tinieblas de sus pecados?

3. Y todas las legiones de los demonios, sobrecogidos por igual terror, gritaban en el mismo tono, con sumisión temerosa y con voz unánime, diciendo: ¿De dónde eres, Jesús, hombre tan potente, tan luminoso, de majestad tan alta, libre de tacha y puro de crimen? Porque este mundo terrestre que hasta el día nos ha estado siempre sometido, y que nos pagaba tributos por nuestros usos abominables, jamás nos ha enviado un muerto tal como tú, ni destinado semejantes presentes a los infiernos. ¿Quién, pues, eres tú, que has franqueado sin temor las fronteras de nuestros dominios, y que no solamente no temes nuestros suplicios infernales, sino que pretendes librar a los que retenemos en nuestras cadenas? Quizá eres ese Jesús, de quien Satanás, nuestro príncipe, decía que, por su suplicio en la cruz, recibiría un poder sin límites sobre el mundo entero.

4. Entonces el Rey de la Gloria, aplastando en su majestad a la muerte bajo sus pies, y tomando a nuestro primer padre, privó a la Furia de todo su poder y atrajo a Adán a la claridad de su luz. 


Evangelio de Nicodemo

Lamentación por el rey de Tiro - Ezequiel 28:11-19


Lamentación por el rey de Tiro - Ezequiel 28:11-19


La palabra del Señor me llegó en estos términos:

Hijo de hombre, entona una lamentación sobre el rey de Tiro. Tú le dirás: Así habla el Señor:

Eras un modelo de perfección,
lleno de sabiduría
y de acabada hermosura.
Estabas en Edén, el Jardín de Dios,
recubierto de piedras preciosas
de todas las especies:
sardo, malaquita, y diamante,
crisólito, ónix y jaspe,
zafiro, topacio y esmeralda.
Llevabas adornos labrados en oro
y encajes preparados para ti
el día en que fuiste creado.

Yo había hecho de ti
un querubín protector,
con sus alas desplegadas;
estabas en la montaña santa de Dios
y te paseabas entre piedras de fuego.
Eras irreprochable en tus caminos
desde el día en que fuiste creado,
hasta que apareció tu iniquidad:
a fuerza de tanto traficar,
tu interior se llenó de violencia
y caíste en el pecado.

Por eso yo te expulso
como algo profanado
lejos de la montaña de Dios;
te hago desaparecer, querubín protector,
de entre las piedras de fuego.
Tu corazón se llenó de arrogancia
a causa de tu hermosura;
corrompiste tu sabiduría
a causa de tu esplendor.
Pero yo te arrojé por tierra
y te expuse como espectáculo
delante de los reyes.

Con tus numerosas culpas,
con tu comercio venal,
profanaste tus santuarios.
Pero yo hago brotar de ti mismo
el fuego que te devora.
Te reduciré a cenizas sobre el suelo
delante de todos los que te miran.
Todos los pueblos que te conocen
están consternados por ti;
te has convertido en un motivo
de espanto
y no existirás nunca más.

Han Shan - El himno del portaestandarte


Han Shan -  El himno del portaestandarte


Desde los días cuando Da Hui revivió los métodos de Lin Ji y trasmitió su Doctrina Chan en la Cueva del Dharma en la Montaña de Jin Shan, cada generación nueva que recibió la Doctrina desarrolló y elevó nuestra secta hasta las alturas reverdecidas de los logros. Tristemente, esta gran tradición ha declinado. El camino a la Cueva del Dharma se ha llenado de matojos y yerbas malas y está ahora escondido a la vista.

Aquellos que practican el Chan deben unirse en la espesura, lejos de la guía de Da Hui. Sin un maestro, ellos caen en el error. Muchos piensan que su primera experiencia de iluminación les ha traído la seguridad hasta el final de la lucha. No teniendo Maestro para corregir esta suposición, ellos persisten en mirar esta sola experiencia como la corona de sus logros. No removerá su corona para inclinarse al Dharma. Pero una sola experiencia no es una corona, es un chiste. ¡Por lo tanto un poco de conocimiento es muy peligroso cuando éste atrae al creyente hacia la servidumbre de la ignorancia! Verdaderamente se dice que es más fácil caminar sobre un terreno espinoso que virar la cara para no ver la luz de la luna.

Aquellos que logran el éxito a través de los destellos luminosos de la oportunidad no pueden reclamarle a la sabiduría. El discernimiento ganado llega a ser un juguete, una sombra diminuta para jugar con ella en la memoria. Ellos cesan de practicar, no encontrando necesidad para eso. En su descanso, caen en los caminos mundanos, llamando a otros para que los sigan.

Para corregir su error, prevenirlos del peligro e inducirlos a que se mantengan firmes en la persecución de esa meta distante y esa verdad, he escrito El Himno del Portaestandarte:

¡Ruin! ¡Anunciador Falso! ¡Mentiroso y Padre de Mentiras! Ese gran estandarte pesa tanto en tus brazos que no puedes ni pensar, pero continuas sosteniéndolo. Ni siquiera has notado los grilletes en tus tobillos.

Luchas por un momento de claridad; pero cuando llegas ahí, anuncias tu llegada con una banderola tan grande que no puedes ver lo que hay frente a ti. Consecuentemente otras personas pueden ver tu proclama, pero obstruyes tu propia visión.

Todo lo que puedes ver es la parte vacía de atrás. En su vacío tu imaginación dibuja miles de cosas. Diseñas un edificio y piensas que estás caminando hacia el palacio de Deva. Ves relámpagos en un cielo claro. Ya sea que tus ojos estén abiertos o cerrados, no ves nada sino ilusión.

¡Suelta tu estandarte! ¡Estás cargando un renacuajo podrido! ¡No puedes vender ojos de pescados por perlas!

Ese banderín es un yugo en tu cuello. Estás preso y no llegarás a ninguna parte hasta que te liberes a ti mismo de esas ataduras que te aprisionan.

Una vez que estés libre, puedes seguir un buen camino. El camino es fácil y tan simple y nivelado como el platillo de la balanza. No te detengas a entretenerte en el camino y no entres en ningún momento y de ninguna forma en la Ciudad Imperial.

¡Sigue caminando! ¡Continúa! Tus piernas te llevarán. No necesitas renacer como caballo, camello o burro.

¡Suelta ese estandarte pesado! Es una vela abierta que obedece al viento. Tienes que poner toda tu energía en controlarla.

Es un espejo inmenso que solamente refleja las cosas mundanas. Suéltalo y destruye la gran tierra, las montañas y los ríos. En pedazos rotos encontrarás también a tu Yo Búdico. Entonces, cuando mires otra vez, todas las piezas reflejarán ese Yo, una imagen producida infinitamente. Busca al Infinito y dirige tu espalda hacia el Portón de la Muerte.


En Autobiografía y máximas del maestro Han Shan

Milagros de Krishna


Milagros de Krishna


Cuando Krishna tenía cinco años de edad llevó el ganado a pastorear a los bosques; ese día Kans envió un demonio con la forma de grulla, y éste fue a Brindaban y se sentó en la orilla del río como si fuera una montaña. Todos los pastores se atemorizaron; pero Krishna fue hasta la grulla y le permitió llenar su enorme pico. Entonces Krishna se hizo a sí mismo tan caliente que la grulla le permitió salir, y entonces él abrió sus mandíbulas y las separó desgarrándolas. Luego recogiendo los becerros, los pastores volvieron todos a casa con Krishna, riendo y jugando.

Otra vez Kans envió un dragón llamado Aghasur; éste fue y se escondió en los bosques con la boca abierta. Los pastores pensaron que este agujero abierto era una cueva en la montaña, y se acercaron y miraron dentro. Justo cuando el dragón aspiró para respirar, todos los gopas y becerros fueron barridos con su aliento dentro de sus fauces y sintieron el caliente y venenoso vapor, gritando desesperados. Krishna oyó eso y saltó también dentro de las fauces del dragón, y entonces éstas se cerraron. Pero Krishna se hizo más y más grande hasta que el estómago del dragón estalló y todos lo pastores y becerros salieron fuera ilesos.

Otra vez Krishna y los gopas estaban festejando y riendo y hablando en los bosques, llevando a los becerros a pastorear, cuando Brahma vino y les robó los becerros. Krishna fue a buscarlos y no los encontró, pero hizo otro rebaño igual que ése. Entonces volvió al sitio de reunión y encontró que los niños no estaban e hizo otros similares y fue a casa al atardecer con los niños y becerros sustitutos, y nadie salvo Krishna sabía que los niños reales y los becerros habían sido escondidos por Brahma en una cueva en la montaña. Mientras tanto pasó un año; fue sólo un momento según le pareció a Brahma, pero fue un año para un hombre. Brahma recordaba sus acciones y fue a ver lo que había sucedido. Encontró a los niños y los becerros allí dormidos en la cueva; entonces fue a Brindaban, y encontró los niños y los becerros allí también. Y Krishna había hecho a todos los pastores con el parecido de dioses, con cuatro brazos y la forma de Brahma y Rudra e hidra. Viendo esto, el Creador se quedó pasmado; inmóvil como un cuadro, se olvidó de sí mismo y sus pensamientos divagaron. Estaba afligido como una piedra no adorada, no honrada. Pero Krishna, cuando vio a Brahma así de temeroso, volvió todas esas formas ilusorias dentro de sí mismo, y Brahma cayó a los pies de Krishna y rogó su perdón, diciendo: «Todas las cosas están encantadas por tu ilusión; pero ¿quién puede desconcertarte a ti? Tú eres el creador de todo, en cada uno de cuyos cabellos hay muchos Brahmas como yo. Tú, que eres compasivo con los humildes, perdona mi error.» Entonces Krishna sonrió, y Brahma restituyó a todos los pastores y becerros. Cuando ellos despertaron no sabían nada del tiempo que había transcurrido, sino que sólo agradecieron a Krishna que encontrara a los becerros tan rápidamente; luego todos fueron a sus casas.


En Mitos y leyendas hindúes y budistas
Ananda K. Coomaraswamy

Lo que una vez fue - Tao Te King, capítulo XIV

Lo que una vez fue - Tao Te King, capítulo XIV


Porque el ojo lo mira fijo y no puedo captar vislumbre de ello,
Se llama elusivo.
Porque el oído escucha pero no puede oirlo,
Se llama lo rarificado.
Porque la mano lo tienta pero no puede hallarlo,
Se llama lo infinitesimal.
Estos tres, porque no pueden escrutarse más,
Se mezclan en uno solo.
Su surgimiento no aporta luz;
Su hundimiento no aporta oscuridad.
Interminable la serie de cosas sin nombre
En su camino de regreso adonde no hay nada.
Se llaman formas amorfas;
Formas sin forma;
Se llaman vagas semejanzas.
Ve hacia ellas y no podrás ver frente;
Ve tras ellas y no podrás ver detrás.
Empero, asiéndote al Camino que era
Podrás montar las cosas que ahora son.
Pues conocer lo que una vez fue en el Principio,
Esto se llama la esencia del Camino.

Tao Te King - Versión Arthur Waley

Muso Kokushi - Tres clases de discípulos


Muso Kokushi - Tres clases de discípulos


Tengo tres clases de discípulos: aquellos que, despojándose de todas las circunstancias que confunden, y con simplicidad de pensamiento, se contraen al estudio de sus propios asuntos (espirituales) son de la primera clase. Aquellos que no se concentran tanto en el estudio, sino que, al dispersar su atención, son afectos a la erudición libresca, son de la segunda clase. Aquellos que, cubriendo su propio brillo espiritual, sólo se ocupan de la sucesión de los Budas y Padres, se llaman de la clase más baja. En cuanto a aquellas mentes intoxicadas por la literatura secular y dedicadas a establecerse como hombres de letras, son simplemente laicos con las cabezas rapadas; no pertenecen siquiera a la ínfima clase. En cuanto a aquellos que sólo piensan en complacerse con la comida y el sueño, entregándose a la indolencia, ¿pueden llamarse miembros del Manto Negro? Verdaderamente, como los designara un viejo maestro, son estantes de ropa y bolsas de arroz. En la medida en que no son monjes, no debe permitírseles que se llamen discípulos míos ni que tampoco entren al monasterio y las criptas; hasta una estada temporaria ha de prohibírseles, para no hablar de su ofrecimiento como monjes-estudiantes. Cuando un hombre viejo como yo habla así, podéis pensar que le falta amor omniabarcante, pero lo principal es dejarlos que conozcan sus propias faltas y que, reformándose, se conviertan en plantas que crezcan en los jardines patriarcales.


En Ensayos sobre budismo Zen, primera serie
Daisetz Teitaro Suzuki


Miscelánea Zen: Maestro Fenyang


Miscelánea Zen: Maestro Fenyang


La función del maestro

Alguien  preguntó  a  Fenyang:    “¿Cuál  es  la  función  de  un  maestro?”  Fenyang  respondió:  ¿”Guiar de  manera  desapasionada  a  aquéllos  con  los  que tiene cierta afinidad.”

La luna y las nubes

La naturaleza búdica se halla presente en todos los seres vivos como la  luna  brillante  en  el  cielo  nocturno.  Son  las  densas  nubes  lo  único  que  enturbia su presencia.

El conocimiento independiente

Deberías distinguir por ti mismo lo sagrado de lo profano y lo correcto  de lo incorrecto sin dejarte influir por las opiniones ajenas. ¿Cuánta gente  ha sido manipulada por buscar sutilezas? ¿Cuántos persiguen como idiotas  las sensaciones materiales?

A tiempo y a destiempo

¿Cuándo dejarás de luchar? Antes de lo que crees la primavera se tornará  otoño,  caerán  las  hojas,  emigrarán  los  gansos  y  todo  se  cubrirá  de  fría  escarcha. Si tienes ropa y calzado, ¿qué más necesitas?

El Buda, el diablo y la mente

Cuando la conoces, la mente es Buda; cuando la ignoras se transforma en  el diablo. El Buda es la Realidad y el diablo la locura. Pero tanto el Buda  como el diablo son creaciones de tu mente.

Señalando directamente a la mente original

Pocos creen que la esencia de la mente sea  Buda. La mayor parte de las  personas  no  toman  esto 
en  serio  y  parecen  disfrutar  de  la  caverna  de  la  ignorancia. Es por ello por lo que permanecen atrapados en la ilusión, la  ansiedad, el resentimiento y otras aflicciones.

El despertar súbito

Cuando  realices  tu  verdadera  naturaleza  descubrirás  un  cofre  lleno  de  joyas.   Los   cielos   y   la   tierra   te   rendirán   homenaje   y   ni   siquiera   te  identificarás con el gozo de la meditación. La esencia que contiene todos  los sabores constituye la suprema felicidad y es más valiosa que diez mil  onzas de oro puro.

El contacto con la fuente

Cuando te sientas confundido, ni mil libros sagrados podrán resolver una  sola  de  tus  dudas,  pero  cuando  despiertes  a  la  comprensión,  una  sola  palabra será excesiva.

El Zen no se transmite mediante la palabra escrita sino de una manera  personal por medio del reconocimiento mental.

Resumen de la práctica del Zen

Cuando  te  afiances  en  el  Zen,  las  distracciones  mundanas  dejarán  de  afectarte y tu mente alcanzará la serenidad. Entonces entrarás en la esfera  de  la  iluminación  y,  aunque  te  halles  en  plena  actividad,  trascenderás  el  mundo cotidiano.

La comprensión del camino

Cuando realices la vacuidad universal dominarás con naturalidad todas  las situaciones, te hallarás en comunión perfecta con lo que está más allá  del mundo y abrazarás los reinos más profundos de la existencia.

Si olvidas la esencia del Zen, no te preocupes. Después de todo el Zen  carece de esencia. Para gozar de los efectos del Zen sólo debes armonizarte  con él.

El camino de la “no-mente” no es una enseñanza para gente mediocre.


En La escencia del Zen
Thomas Cleary


Hsu Yun - El Sermón de la Flor del Buda


Hsu Yun - El Sermón de la Flor del Buda


Un buen profesor es mejor que los libros más sagrados. Los libros contienen palabras, y el Chan no se puede transmitir únicamente con palabras. Supongo que estarán pensando, "Bueno, si este anciano dice que las palabras no tienen utilidad, ¿por qué habla tanto?" La religión tiene muchos misterios, y el porqué los profesores dicen que las palabras nunca pueden ser suficientes, y después hablan una y otra vez hasta que las orejas de sus estudiantes se petrifican, es quizás el mayor misterio de todos. El Buda se encontraba junto a un lago en el Monte Grdhakuta, y estaba preparado para dar un sermón a los discípulos que allí se reunieron para oírlo hablar. 

Mientras el Santo esperaba a que sus estudiantes se acomodaran, se fijó en un floreciente loto dorado en las fangosas aguas cercanas. Sacó del agua la planta – la flor, el largo tallo y la raíz. Entonces la sostuvo en alto para que sus estudiantes pudieran verla. Durante un tiempo se quedo ahí, sin decir nada, sosteniendo en alto el loto y mirando a las palidecidas caras de su audiencia. 

De repente, su discípulo Mahakashyapa sonrió. ¡Había comprendido!  ¿Qué comprendió Mahakashyapa? Todo el mundo quiere saberlo. Durante siglos todo el mundo se pregunta, "¿Qué mensaje le dio el Buda a Mahakashyapa?" 

Algunos dicen que la raíz, el tallo y la flor representaban los Tres Mundos: el infierno, la tierra y el cielo, y que el Buda estaba diciendo que podía sostener a toda la existencia en la palma de su mano. Puede ser. 

Algunos dicen que estaba invirtiendo el Gran Mantra, "Mani Padme Hum" La Joya está en el Loto. Cuando el Buda sostenía la flor en su mano, el Loto estaba en la Joya. Hummm. 

Algunos dicen que la raíz, el tallo y la flor representaban la base, la espina y la corona de lotos de mil pétalos del sistema Chakra Yoga, y que levantando la planta estaba defendiendo esa disciplina. Otros dicen que podía estar sencillamente indicando un resultado de esa disciplina, el cumplimiento Trinitario: puesto que el Buda fue Padre y Madre, también fue Hijo - el Loto Nacido y el Loto Sostenido por Maitreya, el Buda Futuro, el Julai. ¡Eso es ciertamente algo sobre lo que pensar! 

En Chan no estamos seguros de demasiadas cosas. Realmente solo sabemos una: ¡La Iluminación no puede encontrarse en un diccionario! El puente al Nirvana no está construido de frases. Como el viejo Maestro Lao Zi escribió, "El Dao del que puede hablarse no es el Dao que queremos." 

Así que Buda habló en silencio, pero ¿qué dijo? 

Quizás estaba diciendo – Fuera de las inmundicias del Samsara el Loto crece puro e inmaculado. ¡Trasciendan la ego-conciencia! ¡Sean Uno con la flor! 

¡Allí mismo! El Buda dio una conferencia y nadie tuvo que tomar notas. 

Las Enseñanzas del Maestro Hsu Yun: Nube Vacía 
Orden Hsu Yun del Budismo Chan/Zen

Juegos del niño Jesús


Juegos del niño Jesús


XXVI 1. Después de su vuelta de Egipto, y estando en Galilea, Jesús, que entraba ya en el cuarto año de su edad, jugaba un día de sábado con los niños a la orilla del Jordán. Estando sentado, Jesús hizo con la azada siete pequeñas lagunas, a las que dirigió varios pequeños surcos, por los que el agua del río iba y venía. Entonces uno de los niños, hijo del diablo, obstruyó por envidia las salidas del agua, y destruyó lo que Jesús había hecho. Y Jesús le dijo: ¡Sea la desgracia sobre ti, hijo de la muerte, hijo de Satán! ¿Cómo te atreves a destruir las obras que yo hago? Y el que aquello había hecho murio.
2. Y los padres del difunto alzaron tumultuosamente la voz contra José y María, diciendo: Vuestro hijo ha maldecido al nuestro, y éste ha muerto. Y, cuando José y María los oyeron, fueron en seguida cerca de Jesús, a causa de las quejas de los padres, y de que se reunían los judíos. Pero José dijo en secreto a María: Yo no me atrevo a hablarle, pero tú adviértelo y dile: ¿Por qué has provocado contra nosotros el odio del pueblo y nos has abrumado con la cólera de los hombres? Y su madre fue a él, y le rogó, diciendo: Señor, ¿qué ha hecho ese niño para morir? Pero él respondió: Merecía la muerte, porque había destruido las obras que yo hice.
3. Y su madre le insistía, diciendo: No permitas, Señor, que todos se levanten contra nosotros. Y él, no queriendo afligir a su madre, tocó con el pie derecho la pierna del muerto, y le dijo: Levántate, hijo de la iniquidad, que no eres digno de entrar en el reposo de mi Padre, porque has destruido las obras que yo he hecho. Entonces, el que estaba muerto, se levantó, y se fue. Y Jesús, por su potencia, condujo el agua por unos surcos a las pequeñas lagunas.

Los gorriones de Jesús

XXVII 1. Después de esto, Jesús tomó el barro de los hoyos que había hecho y, a la vista de todos, fabricó doce pajarillos. Era el día del sábado, y había muchos niños con él. Y, como uno de. los judíos hubiese visto lo que hacía, dijo a José: ¿No estás viendo al niño Jesús trabajar el sábado, lo que no está permitido? Ha hecho doce pajarillos con su herramienta. José reprendió a Jesús, diciéndole: ¿Por qué haces en sábado lo que no nos está permitido hacer? Pero Jesús, oyendo a José, batió sus manos y dijo a los pájaros: Volad. Y a esta orden volaron, y, mientras todos oían y miraban, él dijo a las aves: Id y volad por el mundo y por todo el universo, y vivid.
2. Y los asistentes, viendo tales prodigios, quedaron llenos de gran asombro. Unos lo admiraban y lo alababan, mas otros lo criticaban. Y algunos fueron a buscar a los príncipes de los sacerdotes y a los jefes de los fariseos, y les contaron que Jesús, hijo de José, en presencia de todo el pueblo de Israel, había hecho grandes prodigios, y revelado un gran poder. Y esto se relató en las doce tribus de Israel.


Evangelio del pseudo-Mateo