La enseñanza Zen
Si aspiras a convertirte en maestro Zen, debes apartar los bueyes del arado y robar la comida del hambriento.
Cuando separes los bueyes del arado la cosecha prosperará y cuando despojes al hambriento de su comida le liberarás del hambre para siempre.
Para mucha gente lo que acabo de decir carece de sentido. ¿Cómo es posible que la cosecha florezca si dejas de arar? ¿Cómo saciarás el apetito del hambriento si le despojas de la comida?
Para ser un verdadero maestro debes separar los bueyes del arado, robar la comida del hambriento y dar un empujón por sorpresa para que la gente abandone su modo rutinario de pensar. Diles entonces: “La
satisfacción jamás es completa. Las calamidades nunca vienen solas”.
Algo indescriptible
En el mundo hay algo que no pertenece a la esfera de lo sagrado ni de lo profano, algo que está más alla del reino de lo verdadero y de lo falso.
Alción
Cuando el cielo está despejado y las nubes no empañan su claridad, el sol y la luna resplandecen sin dificultad.
Los generales pueden instaurar la paz, pero la paz no está hecha para los generales.
La meta del Zen
Para estudiar Zen debes comenzar orientándote hacia el objetivo final. Los sonidos y las visiones están más allá de los conceptos pero ¿cuántos saben que cada noche el resplandor de la luna en el
firmamento ilumina todas las ventanas y que su reflejo se posa en el plácido estanque?
Buscar sin encontrar
Pocos buscadores logran alcanzar el Zen. ¿Cuándo cesarán de una vez los juicios? Mientras utilices conceptos para referirte a lo superior y a lo inferior, no habrás alcanzado todavía la iluminación.
Cualquiera puede llegar
Hay un camino muy fácil para alcanzar la vacuidad. Cuando arribes a él descubrirás que su delicioso sabor es permanente, que el terreno de la mente no produce plantas estériles y que el cuerpo resplandece de manera natural.
Hablando del Zen
Hablar constantemente del Zen es como ponerse a pescar en el lecho de un río seco.
La escencia del Zen
Edición de Thomas Cleary