Dando instrucción a los monjes, Unmon les dijo: “Yo no les pido nada acerca de antes del decimoquinto día. Denme una frase acerca de después del decimoquinto día”. Sin esperar la respuesta de los monjes, Unmon se respondió a sí mismo: “Cada día es un buen día”.
Hekiganroku, Crónicas del Acantilado Azul, caso 6