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Muso - Los ojos de Buda


Muso - Los ojos de Buda


Pregunta.– ¿Los ojos del Buddha no ven los fenómenos « nacidos de los objetos » como los ve el ignorante?.

Respuesta.– En la Doctrina, figura una teoría llamada « los cinco ojos » y aunque haya diferentes interpretaciones para cada uno de ellos, no citaré más que una: 1º) Los ojos corporales: visión de un ignorante ordinario. Aquel que ha alcanzado la pureza de las seis sensaciones llega a ver el triquiliocosmo con sus ojos corporales, tales cuales; 2º) Los ojos divinos: visión según los dioses, que ven las cosas inclusive más allá de las montañas, ríos, muros y paredes, pero que es también la del ignorante. Los ojos divinos del santo pueden ver inclusive el triquiliocosmo; 3º) Los ojos de sapiencia: la sapiencia de « todos los fenómenos están vacíos ». Esta es únicamente la visión de los Bodhisattvas. Se admite a veces, en los dos Vehículos, tener un poco de esta sapiencia; 4º) Los ojos del dharma: sapiencia consistente en ver el aspecto de los fenómenos fantasmáticos; es también una visión del Bodhisattva. Estos « cuatro ojos », aunque difieren según que su visión sea mundana o supramundana varían los cuatro en cuanto a su posición respecto de los fenómenos « nacidos de los objetos »; y 5º) Los ojos del Buddha: sapiencia de la intuición interior del Buddha. Desde los ignorantes hasta los Bodhisattvas, nadie puede conocerla. Se puede leer en el Nirvâna Sûtra: « Aun cuando un profano tuviera ojos divinos, con todo no son más que ojos carnales. Aún cuando un estudiante del Mahâyâna tenga ojos carnales, con todo se les llama: ojos del Buddha... ». Si uno se conforma al texto, de ahí es menester no deducir que los ojos del Buddha no se encuentran sino en el Tathâgata solo y jamás en un ignorante. Un Antiguo venerable ha dicho: « Para los cuatro ojos y las dos sabidurías [es decir, sabiduría fundamental y sabiduría subsecuente o sabiduría sin-discriminación y sabiduría con discriminación]todos los fenómenos están presentes, y para los ojos del Buddha y su omnisapiencia todo es el verdadero Vacío tranquilizado... » Sin embargo, puesto que el Buddha estaba provisto de cada uno de los cinco ojos, veía los fenómenos mundanos asimilándose a un ignorante; el principio del vacío de todos los fenómenos devenía claro para Él, y también comprendía el espíritu fantasmático « nacido de los objetos » asimilándose a un Bodhisattva. Pero, aunque se haya asimilado a un ignorante, no ha caído en los aspectos de producción-y-destrucción, de ir-y-venir; aunque se haya asimilado al Bodhisattva, no se ha estancado tampoco en su principio vacío ni en los aspectos fantasmáticos.

En consecuencia, hacer una clasificación de las diferencias que existen entre los cinco ojos es hablar temporáneamente vulgarizando. Según la sapiencia del Buddha, no hay ni distancia entre extravío e Iluminación, verdadero y profano, ni división entre esencia y aspecto, hecho y principio. Eso puede compararse a la diferencia que presentan para un ignorante: oro, plata, teja, piedra, agua, fuego, hierba, y árbol. Puesto que un Buddha hace del oro una piedra y del fuego hace agua, no tiene calor al penetrar en la llama ni frío en el agua. Y es como si el oro o la plata no fueran superiores a una teja o a una piedra, y como si una teja o una piedra no fueran menores que el oro o la plata. Si aquel que no ha obtenido todavía esta libertad pretende que el agua y el fuego no tienen ninguna diferencia y que el oro y la piedra son una misma cosa, comete un error. Ocurre lo mismo con aquel que no comprende la sapiencia del Buddha y que pretende: « No hay ninguna distancia entre extravío e Iluminación, esencia y aspecto ».

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