Instruyendo a la asmblea, Joshû dijo: “El camino Supremo no es dificultoso, simplemente no admite distinciones; pero con sólo pronunciar una palabra ya estamos “distinguiendo” o adhiriéndonos a la “claridad”. Este viejo monje no habita en la claridad. Ustedes, monjes, ¿quieren controlar esto firmemente o no?”
En ese momento un moje preguntó: “Dices que no moras en la claridad, entonces ¿qué es lo que hay que controlar con firmeza?” Joshû contestó: “Eso tampoco lo sé”. El moje repuso: “Si tú, Maestro, no lo sabes ¿cómo dices que no habitas en la claridad?” Joshû contestó: “Ya preguntaste demasiado. Inclínate y retírate”