Después Brujito llamó a todos los animales, puerco-espines, cerdos, todos los animales pequeños, los animales grandes, durante la noche, y la misma noche les preguntó lo que comían. "¿Cuál es vuestro alimento de cada uno? He aquí que os he llamado para que vayáis a tomar vuestro alimento", les dijo Brujito. "Muy bien", respondieron. Entonces fueron a tomar el suyo, entonces todos fueron a elegir. Hubo quienes fueron a tomar lo podrido, hubo quienes fueron a tomar la hierba, hubo quienes fueron a tomar la piedra, hubo quienes fueron a tomar la tierra. Diversos los alimentos de los [pequeños] animales, de los grandes animales. Detrás quedaba la Tortuga acorazada: fue a tomar [su parte] zigzagueando, llegó al extremo [del cuerpo], [y] se puso en el lugar de la cabeza de Maestro Mago; al instante se esculpieron los huesos de la faz. Numerosos sabios vinieron del cielo. Los Espíritus del Cielo, los mismos Maestros Gigantes, vinieron a cernerse, vinieron encima de la Mansión de los Murciélagos. Aunque la cabeza de Maestro Mago no se terminó en seguida, estuvo bien hecha, apareció con una bella cabellera y también habló. Y ahora he aquí que quiso hacerse de día que enrojeció, se coloreó el mundo, que se abrió [el día]. "¿El Opossum va a existir?". "Si", respondió el Abuelo. Entonces abrió [sus piernas]; después hubo de nuevo obscuridad; cuatro veces el Abuelo abrió [sus piernas]. "He aquí que se abre el Opossum", dicen ahora los hombres. Cuando él iluminó, entonces comenzó la existencia. "¿La cabeza de Maestro Mago está bien así?", se dijo. "Bien", fue respondido. Así se hizo el molde de la cabeza, y aquello fue verdaderamente semejante a una cabeza. En seguida tomaron sus decisiones, se recomendaron no jugar a la pelota. "No arriesgues más que tú". "Obraré solo", respondió Brujito. Ordenó en seguida a un Conejo. "Ve a ponerte encima del juego de pelota, y estáte sobre el reborde", fue dicho al conejo por Brujito. "Cuando la pelota llegue a ti, vete; yo obraré en seguida", dijo al conejo mandándole de noche. Ya venía el alba y buenos estaban los rostros de los dos [engendrados].
Se descendió entonces a pelotear allá adonde estaba suspendida la cabeza de Maestro Mago, encima del juego de pelota. "Somos vencedores. A vosotros es dada mucha vergüenza; vosotros os habéis entregado"; fue dicho. Entonces se gritó a Maestro Mago: "Arranca tu cabeza de la pelota", así se le dijo, pero él no sufría con sus injurias. Y he aquí que los jefes de Xibalbá lanzaron la pelota; Brujito fue en contra; la pelota se detuvo erguida ante el anillo y salió al instante. La pelota pasó rápidamente por encima del juego de pelota, y de un bote, se detuvo en el reborde. Entonces salió el Conejo quien se fue brincando, pero al instante fue perseguido por los Xibalbá quienes corrieron tumultuosamente, quienes chillaron detrás del conejo; bien pronto todo Xibalbá acabó por ir [tras el conejo]. Al instante Brujito cogió la cabeza de Maestro Mago y la puso en lugar de la tortuga: después fue a poner a la tortuga encima del juego de pelota. En verdad, aquella cabeza era la cabeza de Maestro Mago, lo que les regocijó a los dos. He aquí que los Xibalbá buscaban la pelota; habiendo cogido después la pelota en el reborde, gritaron: "Venid. He aquí la pelota; la hemos atrapado": [así] dijeron trayéndola. Entonces vinieron los Xibalbá. "¿Qué vimos?", dijeron al recomenzar a pelotear, Y se peloteó con igualdad, haciéndose [puntos] de los dos [lados]. La tortuga fue en seguida golpeada por Brujito; la tortuga cayó en el juego de pelota, se desparramó, habiendo estallado como una vasija de barro ante sus rostros. "¿Quién de vosotros irá a cogerla? ¿Dónde está el que la cogerá?", dijeron los Xibalbá. Así, pues, fueron vencidos los jefes de Xibalbá por Maestro Mago, Brujito. Grandes fueron los sufrimientos [de éstos] pero no murieron de todo lo que se les hizo.
Popol Vuh
Versión de Miguel Ángel Asturias y J. M. González de Mendoza
Versión de Miguel Ángel Asturias y J. M. González de Mendoza