“Radiando y reabsorbiendo rayos de luz mientras recito, consigo mi objetivo y el de otros seres y purifico las oscuridades. Debo repetir, tantas veces como me sea posible y sin distracción, esta quintaescencia de los cien sagrados clanes búdicos, para purificar las oscuridades emocionales e intelectuales.”
El mantra es demasiado largo como para traducirlo aquí en su totalidad. Tiene significado a muchos niveles, desde ser un simple requerimiento para purificar los pecados y oscuridades, hasta conventirse en invocación de la semilla-quintaescencia de las cien deidades del mandala. Se recita al menos en veintiuna ocaciones por sesión, visualizando las brillantes letras que giran en una rueda de energía en el centro del corazón, radiando purificadores rayos luninosos de arco iris hacia todos los seres y luego absorbiendo en las letras rayos aún más luminosos provenientes del gozo de los seres al sentirse más purificados.
del Libro Tibetano de los Muertos
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