Zhuang Zi |
Dos dedos del pie unidos por una membrana, un sexto dedo a partir del meñique: estos nacen de la naturaleza innata pero son excreciones en lo relativo a la Naturaleza. (1) Los tumores inflamados o las verrugas protuberantes: nacen del cuerpo pero son excreciones en lo relativo a la naturaleza innata. ¡Los hombres que se exceden en el camino del humanitarismo y de la equidad tratan de ponerlos en práctica, hasta de igualarlos a los cinco órganos vitales! (2) Este no es el enfoque correcto del Tao y su Naturaleza (te). Por lo tanto, el que tiene dos dedos del pie unidos por una membrana ha desarrollado un trozo de carne inútil; al que tiene en la mano un sexto dedo a partir del meñique le ha brotado un dígito inútil; y el que impone excesos de humanitarismo, membranas y dedos sobre la forma original de los cinco órganos vitales se engañará y se volverá perverso en la práctica del humanitarismo y de la equidad así como excesivo en el uso de su oído y de su vista. Por lo tanto, el que tenga la vista unida por una membrana se confundirá con los cinco colores, se embrujará con las formas y los diseños, con los deslumbrantes matices de azul y amarillo, con los bordados y el brocato. ¿Me equivoco? Así tenemos a Li Chu.(3) El que se excede con su oído se confundirá con las cinco notas, se embrujará con los seis tonos, con los sonidos del metal y la piedra, con las cuerdas y los vientos, con las melodías huang-chung y ta-lü. ¿Me equivoco? Así tenemos al maestro de música K’uang. (4) El que tiene un sexto dedo de humanitarismo arrancará la Naturaleza que ha recibido y ahogará su propia naturaleza innata para conseguir fama y reputación, comandando al mundo al son de flautas y tambores al servicio de un ideal inalcanzable. ¿Me equivoco? Así tenemos a Tseng y a Shih. (5) El que tenga una membrana en la discusión apilará ladrillos, anudará las cañerías, aplicará la curva (6), dejando que su mente vague por el reino de lo “duro” y lo “blanco”, de la “igualdad” y la “diferencia”, jadeando y resoplando, loando sus palabras inútiles. ¿Me equivoco? Así tenemos a Yang y a Mo. (7) Todos estos hombres caminan por la senda de lo excedente, con membranas entre los dedos, con dedos de más, no por aquélla que es la Verdadera Rectitud del mundo.
El que se aferra a la Verdadera Rectitud (8) no pierde la forma original de su naturaleza innata. Entonces para él las cosas unidas no son dedos de palmípedo, las cosas que crecen al costado no son dedos superfluos, lo largo nunca es demasiado, lo corto nunca es muy poco. (9) Las patas del pato son cortas, pero estirarlas significaría preocuparlo; las patas de la cigüeña son largas, pero acortárselas la entristecerían. Lo que es largo por naturaleza no requiere ser recortado, lo que es corto por naturaleza no requiere ser estirado. Ésa no sería la manera de eliminar la preocupación. Me pregunto entonces si el humanitarismo y la equidad serán parte de la verdadera forma del hombre. Esos hombres humanitarios, ¡cuánto se preocupan!
El hombre con dos dedos unidos por una membrana lloraría si intentaran separárselos; el hombre con un sexto dedo en la mano gritaría si trataran de arrancárselo. De estos dos, unos tiene más del número usual, el otro tiene menos, pero en la preocupación son idénticos. En la actualidad los hombres humanitarios de hoy alzan ojos cansados; preocupándose sobre los males del mundo, mientras que los hombres no humanitarios desgarran la forma original de su naturaleza innata en su ambición por la eminencia y la riqueza. Por lo tanto me pregunto si el humanitarismo y la equidad serán realmente una parte de la forma verdadera del hombre. Desde las Tres Dinastías hasta la actualidad, ¡cuánto alboroto han hecho en el mundo!
Si debemos usar curva y plomada, compás y escuadra para enderezar algo, esto equivale a eliminarle su naturaleza innata; si debemos usar cuerdas y nudos, pegamento y laca para que algo tenga firmeza, esto equivale a violar su Virtud (te). Entonces, los pliegues y repliegues de los ritos y la música, las sonrisas y las luminosas miradas del humanitarismo y la equidad, destinadas a reconfortar los corazones del mundo, en realidad destruyen su naturalidad constante (chang jan).
Porque en el mundo puede haber naturalidad constante. Donde hay naturalidad constante, las cosas no se arquean por el uso de la curva, no se enderezan por el uso de la plomada, no se redondean con los compases ni se hacen cuadradas por el uso de la escuadra; no se unen con pegamento y laca ni se atan por medio de sogas o hilos. Así, todas las cosas en el mundo, simples y dóciles, viven y jamás saben cómo lo logran; todas las cosas, primitivas e inconscientes (12), consiguen lo que necesitan y jamás saben cómo lo logran. Ha sido igual en el pasado y en el presente; nada puede dañar este principio. ¿Para qué entonces venir con humanitarismo y equidad, con ese entrevero de pegamento y laca, de sogas e hilos, y tratar de pasearse por el reino del Tao y su Naturaleza? ¡Sólo confundirán al mundo!
Una pequeña confusión puede alterar el sentido de la dirección; una gran confusión puede alterar la naturaleza innata. ¿Cómo sé que esto es así? Desde que ese hombre del clan de los Yü (13) empezó a predicar el humanitarismo y la equidad y a agitar al mundo, todos los hombres del mundo se han lanzado de bruces al humanitarismo y a la equidad. Esto es porque el humanitarismo y la equidad han alterado su naturaleza innata, ¿no es así?
Trataré de explicar lo que quiero decir. Desde las Tres Dinastías en adelante, todo el mundo ha alterado su naturaleza innata debido a algo externo. ¿El hombre pequeño? Arriesgará su vida en pos de la ganancia. ¿El caballero? La arriesgará en pos de la fama. ¿El alto funcionario? La arriesgará por la familia. ¿El sabio? La arriesgará por el mundo. Todos estos hombres diversos manejan el asunto de maneras distintas, y son rotulados de forma diferente cuando se trata de fama y reputación; pero en términos de arruinar su naturaleza innata y arriesgar sus vidas por algo son iguales.
El niño esclavo y la niña esclava estaban juntos haciendo pastar las ovejas, y ambos perdieron sus rebaños. Pregúntale al niño esclavo cómo sucedió: pues él tenía un hato de papeles sueltos y estaba leyendo un libro (14). Pregúntale a la niña esclava cómo sucedió: pues estaba jugando al juego de lanzar y esperar su turno. Ambos manejaron sus asuntos de maneras distintas, pero en la pérdida de sus ovejas fueron iguales. Po Yi murió por su reputación al pie de la montaña Shou-yang; el Ladrón Chih murió por la ganancia en la cumbre del Montículo Oriental (15) Ambos murieron de manera distinta, pero en términos de destrucción de sus vidas y ruina de su naturaleza innata fueron iguales. ¿Por qué debemos decir entonces que Po Yi hizo lo correcto y el Ladrón Chih se equivocó?
Cada uno en el mundo arriesga su vida por algo. Si la arriesga por humanitarismo y equidad, luego la costumbre lo llama un caballero; si la arriesga por bienes y riqueza, la costumbre lo llama un hombre pequeño. El riesgo es el mismo, y sin embargo, aquí tenemos un caballero, allí un hombre pequeño. En cuanto a la destrucción de sus vidas y al arruinar su naturaleza innata, el Ladrón Chih y Po Yi eran de la misma clase. ¿Cómo puede distinguirse al caballero del hombre pequeño en tal caso?
El que aplica su naturaleza al humanitarismo y a la equidad puede ir tan lejos con ella como Tseng y Shih, pero yo no lo llamaría un experto. El que aplica su naturaleza a los cinco sabores puede ir tan lejos con ella como Yü Erh, (16) pero yo no lo llamaría un experto. El que aplica su naturaleza a las cinco notas puede ir tan lejos con ella como el Maestro de música K’uang, pero yo no llamaría a esto escuchar bien. El que aplica su naturaleza a los cinco colores puede ir tan lejos con ella como Li Chu, pero yo no llamaría a esto buena visión. Mi definición de habilidad y destreza no tiene nada que ver con el humanitarismo y la equidad; significa ser experto respecto de su Naturaleza, eso es todo. Mi definición de habilidad y destreza no tiene nada que ver con el humanitarismo y la equidad; (17) significa seguir la verdadera forma de su naturaleza innata, eso es todo. Cuando hablo de escuchar bien, no me refiero a escuchar a los otros; quiero decir simplemente escucharse a sí mismo. Cuando hablo de buena visión, no me refiero a mirar a los otros; quiero decir simplemente mirarse a sí mismo. El que no se mira a sí mismo sino a los otros, el que no se sostiene a sí mismo sino que se sostiene de los otros, eso es obtener lo que obtuvieron los otros y dejar de obtener lo que él mismo tiene. Ese encuentra felicidad en lo que le da felicidad a los otros, pero no encuentra felicidad en lo que le da felicidad a él mismo, entonces, ya sea un Ladrón Chih o un Po Yi, se encuentra en el mismo estado de engaño y perversión. Tengo un sentido de vergüenza ante el Tao y su Naturaleza, y por esa razón no oso elevarme con actos de humanitarismo y equidad, ni rebajarme con prácticas de engaño y perversión.
1- Naturaleza (te) aquí parece significar el poder interior o la fuerza vital; ver cap. 7, nota 10. Esta y las siguientes tres secciones están mucho más cerca en pensamiento al Tao Te Ching de Lao Tzu que las secciones anteriores, y el uso de la palabra te parece de acuerdo con su uso en el Tao Te Ching . También aquí encontramos por primera vez en Chuang Tzu el término hsing, o “naturaleza innata”, que es tan importante en el pensamiento confuciano.
2- Los cinco órganos vitales- hígado, pulmones, corazón, riñones y bazo- estaban relacionados con los cinco elementos y, más tarde, con las Cinco Virtudes confucianas- humanitarismo, ritual, buena fe, equidad y sabiduría.
3- También llamado Li Lou, conocido por su vista excepcional.
4- Famoso músico ya mencionado en el cap. 2. Comparar con este pasaje el cap. XII del Tao Te Ching; “Los cinco colores confunden la vista, los cinco sonidos confunden el oído.”
5- Tseng Shen, un discípulo de Confucio, y Shih Yü, historiador del estado de Wei, son parangones de humanitarismo y equidad respectivamente.
6- Todas parecer ser metáforas de la construcción, aunque el significado de la última es dudoso. Leo kou en lugar de chü.
7- El filósofo hedonista Yang Chu y el defensor del amor universal Mo Ti. Se esperaría una referencia a los lógicos, sin embargo, ya que eran quienes discutían acerca de “lo duro, “lo blanco”, etc. Ver cap. 2, n° 9.
8- Leyendo chih-cheng como en la oración anterior.
9- A esta altura el significado del simbolismo parece cambiar (con algo de violencia a la lógica de la discusión). Los dedos de palmípedo y los dedos extra, que antes representaban la moralidad forzada y artificial del confucianismo, se convierten ahora en deformidades naturales tales como hemos visto en capítulos anteriores, que sería erróneo tratar de corregir.
10- Siguiendo la interpretación de Ma Hsü-lun.
11- Las dinastías Hsia, Shang y Chou.
12- Siguiendo a Fukunaga, leo t’ung con el radical de hombre. Una expresión similar, t’ung-hu,aparece en la sección 9 y t’ung-jan en la sección 23.
13- El emperador sabio Shun, ídolo de los filósofos confucianos.
14- Un niño esclavo poco común quien, en una perfecta conducta confuciana, estaba tratando de mejorar su mente.
15- Acerca de Po Yi, el modelo de la equidad, ver cap. 16, n° 3; el Ladrón chih, que aparece más adelante como tema de la sección 29, representa el máximo exponente de la ambición y la violencia.
16- Aparentemente un famoso chef y conocedor del sabor.
17- Esta cláusula es excesivamente verborrágica y repite meramente lo que se dijo anteriormente. Sospecho que se ha corrompido, y que en su forma original contenía alguna referencia a los cinco sabores.
Zhuang Zi - Capítulo VIII
Versión de Alex Ferrara