Oráculos Caldeos – Los Iniciadores

 

En la frontera entre el mundo inteligible y el mundo sensible existen los Iynges -seres misteriosos cuyo nombre podría traducirse como Ruedas, Remolinos e incluso Urladores-. Como en los tres Principios regidores me parece detectar una correspondencia con los creadores, preservadores y destructores, o más bien regeneradores (perfeccionadores o acabadores) de la teosofía hindú, llamaré a estos Iynges «Iniciadores», en el sentido de quien Comienza o Establece el impulso inicial.

Ante todo, es menester dejar por sentado el significado del léxico que usaremos al tratar este tema tan enigmático, advirtiendo al lector que su atención podría estar centrándose en un aspecto equivocado de las cosas, es decir, interpretar un sentido de pequeñez y superstición, allí donde los Oráculos intentan transmitir una revelación de una cierta grandeza.

Iynx es el ave al que llamamos torcecuello. Se lo denominaba iynx en griego debido a que emite un agudo chillido, mas en castellano se conoce como torcecuello haciendo referencia al movimiento que ejerce con la cabeza. Iyge y iygmós son términos usados para describir gritos, chillidos, alaridos, tanto de alegría como de dolor, incluso para definir el silbido de las serpientes.

Se dice que los magos de la antigüedad solían atar el torcecuello a una rueda, y creían que haciéndola girar arrastraban también, junto al ave, el corazón de los hombres y lo encadenaban a la obediencia. Por consiguiente, esta rueda mágica se usaba frecuentemente como medio para recuperar amantes infieles. Esta práctica se llamaba la escena del pájaro mágico o la curiosa rueda mágica. Se ligaba el desafortunado pájaro a la rueda con las patas y alas estaqueadas en cruz, de modo que formara cuatro rayos. Esto le daba la apariencia de un águila con las alas desplegadas. Así, la palabra iynx tomó el significado de un suspiro encantador, hechicero y apasionado.

Según parece, la idea de base fue la de una «rueda alada» que emitía sonidos, lo que recuerda a las criaturas aladas o las ruedas en la famosa Visión de Ezequiel, quien asistió a la mística escena en Babilonia. Esto sugiere que, probablemente, había captado algunas reminiscencias del simbolismo de los misterios caldeos.

Resta un enigma por descubrir: cómo se introdujo inicialmente el torcecuello y cómo, luego, asumió el papel preponderante. Acude a la mente la historia del becerro en el rito védico, el cual molestaba tanto durante la ceremonia que oficiaba el sabio, que éste tuvo que atarlo a algún sitio para poder continuar con la celebración. ¡Este incidente casual se convirtió finalmente en el rasgo principal del rito! Una cosa cierta es que los Iygnes de los Oráculos Caldeos no tienen nada que ver con los torcecuellos; por lo tanto, pondremos énfasis en traducirlo como Ruedas o Iniciadores. Probablemente, fueron ideadas como Esferas de Vida que daban vueltas como un remolino, desde el centro hacia afuera, en todas las direcciones, y después de haber alcanzado los límites del borde o periferia, volvían, girando, al centro del cual habían partido. Quizá también fueran concebidas como Globos Alados -una figura familiar en el arte de Babilonia y Egipto- que simbolizaban poderes del Aire, a mitad de camino entre el Cielo, el Gran Borde y la Tierra, el centro fijo. En otras palabras, eran los Niños del Eón.

Un antiguo escritor anónimo sostiene 44 que es la mezcla del orden intelectual (o gnóstico) con el orden inteligible (o ideal) lo que hace «brotar» al inicio el Único Iynx, y luego los tres Iynges definidos como paternales e inexpresables. Esta mezcla representa la unión de los prototipos que distinguimos como sujeto y objeto en el mundo sensible de la diversidad, es decir, lo que llamaríamos, en el plano de la realidad, la energía de la Mente capaz de reflexionar sobre sí misma. Este escritor también define el Iynx como «el Único que trae consigo los tres Abismos» (lo cual está señalando una naturaleza eónica), y agrega que esta jerarquía del tres-en-uno es la que divide los mundos en tres -a saber, empírico, etéreo y terrenal.

El aporte de Damascio refina y complica la idea al señalar que «la Mente del Padre propone [en la escena de la manifestación] el orden de la tríada -Iynges, Sinoques, Teletarchae-», términos que podemos traducir, tentativamente, como Remolinos, Aquello que mantiene unido y Lo que Perfecciona.

Ya hemos mencionado los Sinoques anteriormente; en cuanto al término Teletarchía es usado por los escritores eclesiásticos como sinónimo de Trinidad.

A Orfeo se lo considera un teletárches en cuanto fundador de misterios o actos de perfeccionamiento. El significado esencial que yace detrás de los nombres de los miembros de esta tría da sugiere -como ya se dijo- las ideas de creación (o, preferiblemente, comienzo), preservación (o mantenimiento) y finalización (o perfeccionamiento o acabado).

Damascio piensa que las últimas palabras de los siguientes dos versos se refieren a la tríada del Único Iynx.

 

Muchas son aquellas que de un salto suben a los mundos resplandecientes; entre ellas están las tres excelencias [o alturas].

El significado de la primera cláusula es dudoso. Tampoco queda claro quiénes son las «muchas”. Podría referirse a la existencia de Iynges huéspedes o subordinados. Por el contrario, puede que no tenga ninguna correlación con estas figuras de la Naturaleza de los Iynges en el Camino del Descenso (o sea, en la consecución de la manifestación) y, en cambio, podría referirse a las almas que en la Ascensión ganan su camino hacia los mundos resplandecientes o Mundos de Luz y, conscientemente, se convierten en Iynges. De acuerdo con la opinión de Damascio y Proclo, la Orden de los Iynges se caracteriza por poseer ambos poderes, el de proceder o emanar y el de reunir o contraer, es decir, fusionan los conceptos de expansión y contracción, de exhalación e inspiración; más que nada son Inteligencias libres.

 

Los Remolinos [Iynges] creados por el Pensamiento del Padre también son inteligentes [o gnósticos] en sí mismos, movidos por Voluntades inefables, imposibles de entender.

Los Remolinos son creados por el Pensamiento Divino, como Hijos de la Voluntad y el Yoga, y procrean a través del pensamiento; nacen de la Mente y dan a luz a otras mentes. El epíteto que los caracteriza es «Inefables» o «Inexpresables». Más adelante, los Oráculos los llaman «veloces», y se dice que proceden del Padre y que corren velozmente y desean ardientemente llegar al Padre.45 Son los Poderes del Padre, en relación a los cuales Proclo sostiene:

 

Pues no sólo estas tres divinidades {o naturalezas divinas} se manifiestan a sí mismas y se contraen {a partir de la manifestación} sino que son también, de acuerdo a los Oráculos, Guardianes [o Vigilantes o Protectores] de las Obras del Padre -si, de la única Mente que se crea a sí misma.46

Según Proclo, Iynx, en su significado esencial, denota «el poder de la transmisión», lo que, para los Oráculos, representa «el sustento de las fuentes». La misma idea se trasluce en el siguiente verso:

 

Porque todo el cosmos tiene sustentadores inflexibles e inteligentes.

El significado aparece suficientemente claro cuando Proclo, en otro contexto, afirma que la Orden de los lynges «tiene un poder de transmisión, [es decir, de intermediario o transportador], como lo llaman los teólogos, de todas las cosas desde el Orden Inteligible [o Arquetípico a la Materia], y nuevamente de todas las cosas desde la Materia a lo Inteligible». En otras palabras, existe un vínculo directo entre lo Divino y lo físico, y en alguna medida se sugiere la idea de la existencia de Ángeles o Mensajeros, sean éstos Ruedas, Remolinos o Vórtices -por una parte relacionados a átomos vortiginosos y por otra parte a individualidades-. Además, aunque se manifiesten en el tiempo y el espacio, en esencia, es prácticamente imposible ligarlos a ideas de extensión en el espacio y de secuencia en el tiempo. Porfirio ha conservado un curioso oráculo que dice:

 

Con ritos secretos extraemos el iynx del éter.

Sin embargo, este verso podría provenir de alguna fuente Teúrgica o de la Magia helenizada y no del Oráculo. Es posible que lo mismo ocurra con el siguiente verso citado por Proclo:

 

Sed activos [o actuad] alrededor del objeto girante de Hecate.

 

Es difícil establecer el significado exacto de strophalus, si bien en algunos casos podría significar trompa. (1) Así, en los Misterios, las trompas estaban incluidas en los juegos místicos del joven Baco, o Iacco y, entre otras cosas, éstas representaban las estrellas fijas y los trompos, los planetas. El Iynx era considerado activo o energizante en los tres planos -empírico, etéreo y terrenal.

 

G.R.S. Mead – Los oráculos caldeos

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