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Musō Soseki - El malo


Pregunta.– ¿Porqué se dice que aquellos que practican el Dharma del Buddha entran a veces en la vía del Malo?.

Respuesta.– Se llama a todo lo que obstaculiza en la Vía del Buddha: acto del Malo. Si uno comete un acto del Malo, entra sin falta en la vía del Malo. Eso se explica en detalle en el capítulo de los asuntos del Malo del Mahâprajnâpâramitâ Sûtra, en el Sûrangama Sûtra, y en la cesación y contemplación del Tendai. No puedo citarlos en detalle a causa de que su longitud los hace fastidiosos. En cuanto a lo esencial se distinguen dos suertes de Malo: El Malo interior y el Malo exterior. El rey Malo, el pueblo Malo, etc., designan lo que viene del exterior para atormentar al practicante, y es el Malo exterior. Este rey Malo que reside en el sexto cielo del mundo del deseo se llama Malo celeste. El pueblo Malo está constituido por lo que se llama en general los genios de nariz larga. El rey Malo considera que los seres vivos del triple mundo son su propia familia, y es por lo que molesta a todos aquellos que quieren entrar en la Vía del Buddha. Sin embargo, aquellos que descuidan la práctica del Dharma del Buddha y que se dan únicamente a los asuntos mundanos no saldrán jamás de la vida-y-muerte. Es por eso por lo que el Malo celeste no los molesta. Todos los Malos tienen la capacidad de volar, de proyectar rayos luminosos de su cuerpo, de conocer el pasado y el porvenir, de tomar la forma del Buddha y de los Bodhisattvas, de predicar el Dharma sin ninguna dificultad en sus discursos. El Nirvâna Sûtra cuenta que: «Un día, Ananda, en su camino de retorno, encontró a los nueve millones de Malos celestes que habían tomado todos el aspecto del Buddha, retratos exactos del Venerado Sâkya. Cada uno de ellos predicaba el Dharma y todos murmuraban unos de otros. Ananda, petrificado, no podía distinguir cual era verdaderamente su maestro, el Venerado del mundo. Entonces, mirando a Ananda, el Venerado del mundo ordenó a Manjusrî que recitara una encantación divina. Todos los Malos celestes desaparecieron ... » . ¡Si Ananda mismo se encontró tan embarazado, con mucha mayor razón, lo estará un necio!. Los Malos celestes tienen la capacidad de tomar el aspecto exacto del Buddha y de explicar la doctrina como el Buddha. ¿Cuál obstáculo iban a encontrar entonces para tomar otras formas y predicar otras cosas?. Hay gentes que pretenden que desparramar flores y proyectar luz son cosas espléndidas. Ineludiblemente caerán en la vía del Malo.

Inclusive si un malo exterior no viene a causar así trastornos al practicante, si nacen pasiones en el corazón de este último, entonces se aferra a una visión falsa, el orgullo nace en él, se fija en la concentración del Zen, está orgulloso de su sabiduría, o bien, cayendo en el espíritu de los dos Vehículos, no busca la salida-del-mundo mas que para él solo, o bien, limitándose a la gran misericordia teñida por el deseo, le gusta aportar provechos a los seres vivos; todo eso es obstáculo al Despertar-sin-Superior y se designa bajo la denominación: Malo interior. A veces, retrocediendo en la práctica de la Vía a consecuencia de una enfermedad o bien destruyendo su cuerpo y su vida al sufrir condiciones kármicas, uno no puede cumplir la práctica de la Vía; todas estas situaciones son malignas. O bien, por la aparición repentina y bizarra de la idea de la Vía, uno no quiere ya perder un instante y vierte abundantes lágrimas día y noche, lamentándose de no alcanzar la Iluminación; eso es también una forma de obstáculo del Malo. Ocurre también, que es solo la pereza la que se desarrolla de día en día y que inclusive si en raros momentos uno tiene el deseo de practicar, eso deviene como un enfermo sin apetito delante de una comida; eso es también un obstáculo del Malo. Si ha devenido posible que uno no sienta ninguna repugnancia inclusive de comer las heces y de beber la orina de un tal monje es porque uno cree demasiado en él; eso es también un obstáculo del Malo. Cuando uno constata que la conducta de un tal monje es mala, uno rechaza el verdadero Dharma y se aleja; eso es también un obstáculo del Malo. Las pasiones fuertemente atizadas tales como la codicia y la cólera son también una obstrucción del Malo. Si uno teme que las pasiones no se aticen, uno se aflige; es también una obstrucción del Malo. Tales obstrucciones del Malo se producen a causa de la falsa vigilancia del practicante, o bien actúan justo antes de su propia destrucción causada por la vigilancia verdadera. Eso sería por ejemplo, como se intensifica la luz justo antes de extinguirse. En todas los casos, si uno no tiene el espíritu agitado, no cometerá falta.

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