Himnos del cielo



"Y él se dirigirá al altar que está ante el Señor" [Lev. 16 : 18]. Al respecto, el Rabino Judah citó el verso: "Dios, Dios, el Señor ha hablado y ha llamado a la tierra desde donde sale el sol hasta donde se oculta" [Salmos 50: 1]. 

Él dijo: Se nos ha enseñado que al alba un coro de mil quinientas cincuenta miríadas canta himnos a Dios, y al mediodía mil quinientas cuarenta y ocho, y al momento conocido como "entre las tardes", mil quinientas noventa miríadas. 

El Rabino Yose comentó que a la hora crepuscular todas las legiones celestiales conocidas como "señores del grito" lo reciben con alabanzas, pues están todos jubilosos y entonces el juicio se ilumina. En este momento, el mundo se regocija y es bendecido y el Ser Supremo, bendito sea, levanta a Abraham [el representante de la Misericordia] y sostiene una alegre charla con él y le permite que gobierne al mundo. Pero en el momento conocido como "entre las tardes", los ángeles llamados 'maestros del aullido" levantan sus voces y a lo largo del mundo priva la conciencia. Entonces, el Ser Supremo, bendito sea, pidiéndole a Isaac [el representante del Juicio Severo] que se levante y vaya a juzgar a los transgresores de los preceptos de la ley. Vienen entonces siete ríos de fuego que descienden a las cabezas de los malos, y también los carbones ardientes de fuego. Ahora Abraham se retira, el día parte, y en Gehinnom los que han hecho el mal, gruñendo, claman: "¡Desdichados de nosotros!, pues el día declina, pues las sombras de la tarde se esparcen ya" [Jer. 6:4]. 

Así, a esta hora, un hombre debe tener cuidado de no olvidar su oración de la tarde. Con la llegada de la noche, se hacen venir desde afuera de la cortina las otras mil quinientas cuarenta y ocho miríadas y entonan himnos  ante lo cual los castigos del inframundo se levantan y vagan por el mundo, cantando alabanzas hasta la medianoche, que es un reloj y medio. Entonces, habiéndose ido y desatado el viento del norte, todos los presentes se congregan para cantar Salmos hasta el amanecer y hasta que entra la mañana y la alegría y la bendición regresan al mundo. 

Zohar. El libro del esplendor 
Selección y edición de Gershom Scholem