Canto triste de los Itzaes


La muerte reina sobre todo


Damaceno. Este es el nombre de la llanura en que fue formado el Primer Padre de Adán, por Dios. Este es su nombre, su primer nombre: Adán. Y le entró su alma y habitó el Paraíso. Nacido Adán, nació la Primera Madre, Eva, la primera mujer, la madre de todo el mundo. Fue de pronto, como una gota escurrida de Adán. Y nació.

Allí donde no había cielo antiguamente, he aquí que la Palabra nació por sí misma, dentro de lo oscuro. He aquí que las piedras fueron creadas de una sola vez y fueron las montañas. Y esta tierra, la que fue cogida para labrar a Adán, también. Por eso él es su hijo. Y entraron al Lugar de los Gemidos. Así lo llamaron cuando fueron labrados, aquellos que fueron el primer tronco de los hombres.

Dios el Verbo, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo, son el Dios de toda la tierra. Ellos crearon la Piedra Preciosa que se desprendió de la tempestad, con el velo de la gracia. El Verbo es su nombre: Josus tin gracia.

He aquí que al mismo tiempo nació de su Piedra el Espíritu de las estrellas; berbuntuorom es su nombre. El hijo natural de la Piedra, el hijo natural de la Tierra, tomó entonces a la Señora de la Tierra y fue a sentarse al altísimo cielo, a lo más alto del cielo.

Un gran resplandor llegó hasta abajo desde el Espíritu de la Sustinal gracia.

***

Trece veces ocho mil Katunes había estado reposando en su Piedra, cuando se movió la Semilla del Señor Hunacceel.

Aunque no eran lo mismo que el Sol, de la Joya del Pecho del Sol bajó la casta de los hombres buenos. «Mis ropas, mis vestidos », hubieran dicho los dioses.

Así, pues, lo sabéis, y lo dice cualquiera. A la tierra suave de la Orilla del Pozo llegaron conquistando, al golpe de la guerra.

—Estaban en Chichén los Itzaes... los herejes ¿Vinieron o estaban?

Uno Imix, el día que alcanzaron el cielo, fue el Rey al Poniente del Pozo, en donde está abierto el templo. El Uno Imix es el día en que se dice en Chichén de los Itzaes: «¿Llegaron o estaban?».

«¡Oculto es, oculto es!» —dicen gritando—. «¡Oculto es, oculto es! ¡Lo saben las almas de los muertos!».

Con trabajoso clamor gritan las almas de los muertos, solitarias en el día que es el primero. Resplandeciente día fue, y otra vez fue de noche, cuando vinieron.

—¡Estaban, estaban, estaban! ¿Llegaron o estaban?

¿Hay alguien por ventura que esté despierto?

Fuertemente dicen otra vez, en tres gemidos: ¡Estaban!

—¡En el día de Dios, aquí eran ya moradores, eran ya pobladores!

Se les oía así.

—¡No fue que llegaron a Chichén los Itzaes!

—¿Llegaron o estaban? ¡Los herejes!

Gimen así tres veces, en su día.

—¿Soy alguien yo? —dice en su espíritu el hombre.

—¿Soy éste que soy?

—¿Soy acaso un niño que llora? —dice en medio de la tierra.

Para que lo entendáis. Dicen que fui creado de noche. ¿Nosotros acaso nacimos? Se ha dicho que somos como animales domésticos para Miscit-Ahau(1).

Va llegando el final. ¿Quién es éste a quien amargué con mi canción? «¿Llegaron o estaban?».

—Dicen que estoy muerto. Lo dijo el Sacerdote del pueblo. Dicen que estoy escondido. Lo dijo «el que pierde al pueblo». Lo creyó en su deseo, lo creyó en su corazón. Porque «el que pierde al pueblo», el sabio, al punto se aflige con mi canción.

—«Estaban... ¿Llegaron o estaban?»

Este canto todo es cumplida alabanza del Señor Dios.


1. Miscit Ahau puede ser el nombre de uno de los capitanes de guerra relacionados con Hunac Ceel, como sugiere Roys, pero también parece el apelativo de una divinidad del viento. Mis significa barrer, y en México se decía que los vientos iban barriendo el camino al dios de la lluvia. Cit es padre y Ahau el título de majestad característico de los seres sobrenaturales y de los reyes.


En Los Libros de Chilam Balam de Chumayel