Homenaje a la gran compasión.
Homenaje a todos los maestros espirituales.
Homenaje a las deidades de devoción.
Abandona todas las dudas y ama
el esfuerzo por cumplir la práctica.
Abandona el adormilamiento, la torpeza y la pereza
y ejerce, siempre, esfuerzo entusiasta.
Con recogimiento, alerta y atención,
guarda siempre cada puerta de los sentidos.
Tres veces en el día y tres veces en la noche, una y otra vez,
investiga el continuo de tu mente.
Proclama de ti mismo las faltas
y no busques errores en otros.
Esconde las buenas calidades de ti mismo,
mas proclama las buenas cualidades de los demás.
Rechaza adquisiciones y honores
y siempre rechaza el deseo por la fama.
Poco desea, sé contento
y devuelve los actos de bondad.
Medita sobre amor y compasión
y estabiliza la mente del Despertar.
Evita las diez acciones no íntegras
y estabiliza siempre tu fe.
Conquista la ira y la arrogancia
y posee una mente humilde.
Evita medios de vida equivocados
y vive una vida de Verdad.
Abandona todas las posesiones mundanas
y está adornado por las gemas de los superiores.
Abandona todas las frivolidades
y permanece en soledad.
Abandona toda charla sin sentido
y controla siempre tu habla.
Cuando veas a tu maestro o enseñante
ejecuta servicios con respeto.
Hacia una persona que tenga el Ojo de la doctrina
y hacia los seres sensibles que son principiantes,
desarrolla el reconocimiento de ellos como maestros.
Cuando veas a cualquier ser que sienta, desarrolla
el reconocimiento de ellos como padres e hijos.
Abandona a amigos que conducen al error
y apóyate en compañeros espirituales virtuosos.
Abandona mentes de ira e infelicidad
y, doquiera que vayas, sé feliz.
Abandona el apego por todo
y permanece libre de apego.
El apego nunca te procurará un renacimiento feliz:
el apego mata la vida de liberación.
Donde quiera que veas prácticas (conducentes) a la felicidad,
siempre ejerce esfuerzo por ellas.
Lo que sea que hayas comenzado a hacer,
eso cumple primero.
Haz todo bien de esta manera,
de otro modo nada será acabado.
Apártate siempre de gustar hacer el mal.
Cuando quiera que surja una mente pomposa,
desinfla [una] arrogancia tal.
Rememora las enseñanzas de tu maestro.
Cuando una mente cobarde surja,
alaba lo sublime de la mente.
Cualesquiera objetos de atracción o aversión surjan,
medita sobre la vacuidad de ambos:
míralos como ilusiones y emanaciones.
Cuando escuches cualesquiera palabras ofensivas,
vélas como un eco.
Cuando tu cuerpo sea afligido por daños,
mira esto como tus acciones previas.
Permanece bien en soledad, más allá de los límites de la ciudad,
como los cadáveres de la caza montesa.
Permanece solo, ocúltate,
y mora sin apego.
Si ves a otros,
habla calmadamente y sinceramente.
Evita una expresión colérica y ceñuda
y permanece siempre jovial.
Cuando veas continuadamente a otros
complácete en dar, sin ser avaro.
Desecha toda codicia.
Para proteger la mente de otro,
evita todo conflicto
y ten siempre paciencia.
No seas un adulador o un picaflor,
pero siempre sé capaz de ser resuelto.
Evita menospreciar a los demás y
permanece respetuoso en tus maneras.
Cuando des consejo a otros,
ten compasión y pensamientos para su beneficio.
No rebajes a las doctrinas espirituales
y sé fijo en lo que sea que admires.
A través de la puerta de las diez prácticas del Dharma,
ejerce un esfuerzo a través del día y de la noche.
Cualesquiera virtudes sean recolectadas durante los tres tiempos,
dedícalas al gran insuperable despertar.
Distribuye tu mérito entre todos los seres capaces de sentir.
Ofrenda, siempre, la plegaria de siete miembros
y grandes aspiraciones, por el Sendero.
Si actúas de esta manera, las dos acumulaciones
-de mérito y sabiduría- serán cumplidas.
También, con la erradicación de los dos oscurecimientos,
la que llena el propósito de haber ganado una forma humana,
el gran despertar insuperable será acabado.
La gema de la fe, la gema de la ética,
la gema de la generosidad, la gema de la escucha,
la gema de la consideración,
la gema de la vergüenza y la gema de la inteligencia:
estas son las siete gemas supremas.
Estas siete gemas no se agotan nunca.
No cuentes esto a los no humanos.
Examina tu habla cuando [estés] entre muchas gentes.
Examina tu mente cuando vivas solo.
Esto ha sido redactado por el maestro indio Dipamkara Shrijñana, el Glorioso Iluminador, la Esencia de Consciencia Primordial.
Dipamkara Shrijñana
El rosario de joyas de un guerrero para el despertar