Retornados y caminantes


La muerte es el límite de toda adquisición. Los antiguos denominaban retornados (gui ren) a los muertos. Pero si se llaman retornados a los muertos, a los vivos habrá que llamarlos caminantes (xing ren). Caminar sin saber cómo volver es haber perdido la propia casa. Si un hombre pierde su hogar es de todos reprobado, mas cuando el mundo entero pierde su hogar, ¿cómo es posible que nadie sepa reprobarlo? ¿Qué clase de hombre sería aquél que alejándose de su país y abandonando a sus parientes y, tras dilapidar su hacienda viajando por los cuatro puntos cardinales, no regresara a su hogar? Nadie dejaría de tenerlo por demente. Mas por otro lado, ¿qué clase de hombre es aquél que da gran importancia a su persona y a su vida, que se esfuerza en desarrollar talento y habilidad, en cultivar su reputación, en brillar en el mundo, sin sentirse nunca satisfecho? Todos lo tendrán por un sabio de clarividente prudencia. Tanto uno como otro son hombres extraviados, y sin embargo, el mundo al uno lo elogia y al otro no. Solo el sheng ren sabe lo que hay que elogiar y lo que hay que rechazar.

Lie Zi
El libro de la pefecta vacuidad