Sin tu nada y sin tu ser




Más te vale buscarte defectos escondidos
que intentar descubrir
las cosas invisibles que te están veladas.

Allah no está velado:
en tus ojos está el velo,
pues para velar a Allah habría que cubrirle
y cubrirle es contenerle y abarcarle:
"Pero Allah domina
por encima de Sus servidores" (Qur'an, 6, 18).

Para mantenerte siempre atento
a la llamada de Allah
y cerca de Su presencia,
suprime de tu humanidad todo atributo
contrario a tu condición de servidor.

Estar satisfecho de sí mismo:
tal es la raíz de toda desobediencia,
de todo descuido y de toda pasión.
Pero no estar nunca contento de ti
es la fuente de toda obediencia,
de toda vigilancia y de toda pureza.
Toma por compañero a un ignorante,
descontento de sí:
¡verás cómo para ti vale más
que un sabio satisfecho de sí!
Además, ¿de qué vale la ciencia
de un sabio contento de sí?
Y ¿sigue siendo ignorante
el que no está satisfecho de sí mismo?

El rayo de tu mirada interior
te permite ver Su cercanía;
la realidad de tu mirada interior
te hace ver que no eres nada ante Su ser;
la verdad de tu mirada interior
te permite ver Su ser
sin tu nada y sin tu ser.

Allah era, y nada era con El:
¡Y ahora es como era entonces!



Ahmad Ibn Ata'Illah
Kitab al-Hikam, capítulo 5