El humanitarismo y la equidad


Cada uno en el mundo arriesga su vida por algo. Si la arriesga por humanitarismo y equidad, luego la costumbre lo llama un caballero; si la arriesga por bienes y riqueza, la costumbre lo llama un hombre pequeño. El riesgo es el mismo, y sin embargo, aquí tenemos un caballero, allí un hombre pequeño. En cuanto a la destrucción de sus vidas y al arruinar su naturaleza innata, el Ladrón Chih y Po Yi eran de la misma clase. ¿Cómo puede distinguirse al caballero del hombre pequeño en tal caso?

El que aplica su naturaleza al humanitarismo y a la equidad puede ir tan lejos con ella como Tseng y Shih, pero yo no lo llamaría un experto. El que aplica su naturaleza a los cinco sabores puede ir tan lejos con ella como Yü Erh, pero yo no lo llamaría un experto. El que aplica su naturaleza a las cinco notas puede ir tan lejos con ella como el Maestro de música K’uang, pero yo no llamaría a esto escuchar bien. El que aplica su naturaleza a los cinco colores puede ir tan lejos con ella como Li Chu, pero yo no llamaría a esto buena visión. Mi definición de habilidad y destreza no tiene nada que ver con el humanitarismo y la equidad; significa ser experto respecto de su Naturaleza, eso es todo. Mi definición de habilidad y destreza no tiene nada que ver con el humanitarismo y la equidad; significa seguir la verdadera forma de su naturaleza innata, eso es todo. Cuando hablo de escuchar bien, no me refiero a escuchar a los otros; quiero decir simplemente escucharse a sí mismo. Cuando hablo de buena visión, no me refiero a mirar a los otros; quiero decir simplemente mirarse a sí mismo. El que no se mira a sí mismo sino a los otros, el que no se sostiene a sí mismo sino que se sostiene de los otros, eso es obtener lo que obtuvieron los otros y dejar de obtener lo que él mismo tiene. Ese encuentra felicidad en lo que le da felicidad a los otros, pero no encuentra felicidad en lo que le da felicidad a él mismo, entonces, ya sea un Ladrón Chih o un Po Yi, se encuentra en el mismo estado de engaño y perversión. Tengo un sentido de vergüenza ante el Tao y su Naturaleza, y por esa razón no oso elevarme con actos de humanitarismo y equidad, ni rebajarme con prácticas de engaño y perversión.


Zhuang Zi, capítulo 8

Por esta joven que los burló a todos


Cuando Supremo Maestro Mago, Principal Maestro Mago, llegaron ante Supremo Muerto. Principal Muerto. “¿Dónde está mi tabaco, dónde está mi pino, que se os llevaron ayer noche?”, [les] fue dicho. “Los acabamos, oh jefes”. “Muy bien. Ahora acabaremos vuestros días, moriréis; seréis perdidos, seréis cortados ; aquí vuestra faz será escondida; seréis sacrificados”, dijeron Supremo Muerto, Principal Muerto. Entonces se les sacrificó, se les enterró en el Juego de Pelota de los Sacrificios, así llamado. Se cortó la cabeza de Supremo Maestro Mago, y el primogénito fue enterrado con el segundón. “Que se ponga su cabeza en el árbol que está en el camino”, dijeron Supremo Muerto, Principal Muerto. Cuando se fue a colocar la cabeza en medio del árbol, entonces el árbol dio frutas; no había frutas antes de que fuera puesta la cabeza de Supremo Maestro Mago en medio del árbol. Ahora bien, esta cabeza es la que llamamos ahora Cabeza de Supremo Maestro Mago, como se dice. Supremo Muerto, Principal Muerto, consideraron asombrados las frutas del árbol, frutas enteramente redondas. No se veía en dónde estaba la cabeza de Supremo Maestro Mago, fruta idéntica a las frutas del calabacero. Toda Xibalbá vino a mirar, a ver aquello. Grande se volvió en su espíritu el carácter de aquel árbol a causa de lo que se había súbitamente hecho en él cuando se había colocado en medio de él la cabeza de Supremo Maestro Mago. Entonces los Xibalbá se dijeron entre sí: “Que ninguno coja sus frutas. Que ninguno venga al pie del árbol”; [así] dijeron todos los Xibalbá, vedándose mutuamente, prohibiéndose mutuamente. Desde entonces la cabeza de Supremo Maestro Mago no se descubrió ya más; no formó más que un todo con las frutas del árbol llamado Calabacero.

Pero una joven oyó ese gran relato, y he aquí, pues, que contaremos su aventura.

Y he aquí la historia de una joven, hija de un jefe llamado Reúne Sangre. Y he aquí que una joven, hija de un jefe, oyó. Reúne Sangre, [era] el nombre de su padre. La de la Sangre, [era] el nombre de la joven. Cuando oyó la historia de las frutas del árbol, que le fue contada por su padre, se maravilló grandemente de tal relato. “¿Por qué no iría yo a ver ese árbol del cual se habla? Por lo que oigo decir, esas frutas son verdaderamente agradables”, se dijo ella. Entonces partió sola, [y] llegó al pie del árbol plantado en medio del Juego de Pelota de los Sacrificios. “¡Ah, ah! ¿Son ésas las frutas del árbol? ¡Cuan agradables las frutas de ese árbol! ¿Moriré, me perderé si cojo algunas?”, dijo la joven. Entonces el hueso que estaba en medio del árbol habló. “¿Qué deseas? Estas bolas redondas en las ramas de] árbol no son más que huesos”, dijo la cabeza de Supremo Maestro Mago, hablándole a la adolescente. “¿Las deseas todavía?”, añadió. “Ése es mi deseo”, dijo la joven. “¡Muy bien! Extiende solamente el extremo de tu mano”. “Sí”, dijo la adolescente, alargando su mano que extendió ante el hueso. Entonces el hueso lanzó con fuerza saliva en la mano extendida de la joven; ésta, al instante, miró con mirada curiosa el hueco de su mano, pero la saliva del hueso ya no estaba en su mano, “En esa saliva, esa baba, te he dado mi posteridad. He aquí que mi cabeza no hablará ya más; ya no es más que un hueso descarnado. Así son igualmente las cabezas de los grandes jefes. Sólo la carne vuelve buena la cara, de donde [proviene], cuando mueren, el terror de los hombres a causa de las osamentas. Lo mismo pasa con los hijos, cuyo ser es como la saliva, la baba, la cual, sea de hijos de jefes, sea de hijos de Sabios, de oradores, no se pierde sino que se extiende, se continúa, sin que se extinga, sin que se aniquile la faz del jefe, del Varón, del Sabio, del Orador. Tal como pasa con los hijos que vienen, así he hecho contigo. Sube, pues, a la tierra sin morir. Que en ti penetre mi Palabra . Que así sea”, dijo la cabeza de Supremo Maestro Mago, Principal Maestro Mago. Ahora bien, esta Magia la habían hecho ellos por la Palabra de Maestro Gigante [Relámpago], Huella del Relámpago, Esplendor del Relámpago.

La joven volvió entonces a su casa, habiéndole sido hechas numerosas advertencias . Y al instante, solamente por la saliva, sus hijos nacieron en su vientre. Tal fue el engendramiento de Maestro Mago, Brujito. La adolescente llegó a su casa. Seis lunas se acabaron. Entonces ella fue examinada por su padre; Reúne Sangre, nombre de su padre. Después del examen de la joven por el padre, éste vio que allí había un hijo. Entonces los jefes Supremo Muerto, Muerto Principal, juntaron toda su sabiduría con la de Reúne Sangre. “Oh, jefes, he aquí que por fornicación mi hija tiene un hijo”, dijo Reúne Sangre, al llegar junto a los jefes. “¡Y bien! Cava su boca . Si no habla que se la sacrifique, que se vaya a sacrificarla lejos de aquí”. “Muy bien, oh grandes jefes”, respondió él. Entonces [le] preguntó a su hija: “Oh, hija mía, ¿cuál es el posesor del hijo [que hay] en tu vientre? ”. Ella respondió: “Oh, padre mío, ahí no hay hijo; no hay ningún hombre del cual yo conozca la faz”. Él respondió: “¡Perfectamente! ¡Verdaderamente! ¡Oh fornicadora!” “Que se la lleven. Oh Consejeros de los Varones, sacrificadla, recoged su corazón en una copa. Volved hoy al lado de los jefes”, dijo él a los Búhos.

Entonces [los] cuatro [Búhos] fueron a coger la copa, caminaron, transportando a la adolescente en sus brazos, llevando el Blanco Pedernal para sacrificarla. “Oh mensajeros, no haríais bien en matarme, pues sin fornicación [concebí] lo que está en mi vientre, que se engendró cuando fui a admirar la cabeza de Supremo Maestro Mago, que está en el Juego de Pelota de los Sacrificios. Así, pues, no me sacrifiquéis, oh Mensajeros”, dijo la adolescente, “hablándoles. “¿Qué pondremos en cambio en tu corazón? Nos ha sido dicho por su padre: «Recoged su corazón, volved al lado de los jefes; cumpliréis, [y] después manifestaréis el cumplimiento; traed prontamente en una copa, colocad en el fondo de la copa el corazón». ¿No nos habló así? ¿Qué presentaremos, pues, en la copa? Sin embargo, desde luego, queremos que no mueras”, dijeron los mensajeros. “Muy bien. Este corazón no puede ser de ellos. Vuestra casa no puede tampoco estar aquí. No solamente tendréis poder sobre la muerte de los hombres, sino que, en verdad, vuestros serán los verdaderos fornicadores . Míos serán en seguida Supremo Muerto, Principal Muerto. Que sólo la sangre del Drago esté ante sus rostros. Este corazón no será quemado ante ellos. Poned el fruto del árbol”, dijo la joven. Y, roja, la savia del árbol salió y fluyó en la copa; se hinchó allí y se volvió bola en reemplazo del corazón. Brotante salió la savia del árbol rojo; semejante a sangre; la savia salió en cambio de la sangre; entonces la sangre, la savia del árbol rojo se formó en bola; semejante a sangre, apareció brillante, rojiza, en bola, en la copa. Entonces el árbol se volvió célebre a causa de la adolescente; fue llamado Árbol Rojo de Cochinilla; fue pues llamado Sangre a causa de la sangre del Drago, así llamado. “Allí pues seréis amados, y lo que está en la superficie de la tierra será vuestro”, dijo ella a los Búhos. “Muy bien, joven. Partimos, vamos a dar cuenta. Sigue tu camino. Vamos a presentar ante los jefes la imagen, el sustituto, de tu corazón”, respondieron los mensajeros.

Cuando llegaron ante los jefes, todos esperaban ansiosamente. “¿Se acabó?”, dijo entonces Supremo Muerto. “Se acabó, oh jefes. He aquí ahora el corazón en la copa”. “Muy bien. Que yo vea”, dijo Supremo Muerto. Entonces él levantó aquello. La savia rojiza se esparció como sangre. “Animad bien el resplandor del fuego. Poned esto en el fuego”, agregó Supremo Muerto. Después de que se le hubo puesto en el fuego, los Xibalbá comenzaron a oler [el olor], todos comenzaron a estar aturdidos, pues verdaderamente agradable era el perfume que olían del humo de la sangre. Mientras que permanecían [así], los Búhos, advertidos por la adolescente, subieron numerosos a la cavidad sobre la tierra, adonde subió también su [dadora de] aviso . Así fueron vencidos los jefes de Xibalbá por esta joven que los burló a todos.

Popol Vuh 12-13
Traducción: Miguel Ángel Asturias y José María González de Mendoza

Los extravíos del sabio


El Sr. Rengo Jorobado Sin Labios le habló al Duque Ling de Wei, y el Duque Ling estaba tan encantado con él que cuando miró a los hombres normales pensó que sus cuellos lucían demasiado delgados y huesudos. El Señor Tamaño de Jarra habló con el Duque Huan de Ch’i, y el Duque Huan estaba tan encantado con él que cuando miró a los hombres normales pensó que sus cuellos lucían demasiado delgados y huesudos. Por lo tanto, si la virtud es preeminente, el cuerpo será olvidado. Pero cuando los hombres no se olvidan de lo que puede olvidarse, sino que se olvidan de lo que no puede olvidarse, esto puede denominarse el verdadero olvido.

Estos son los extravíos del sabio. Para él, el conocimiento es una aberración; las promesas son goma de encolar; los favores, un remiendo; y la habilidad, un vendedor ambulante. El sabio no empolla planes; ¿qué uso le daría entonces al conocimiento? No talla la madera; ¿qué uso le daría entonces a la goma de encolar? No sufre ninguna pérdida, ¿qué uso le daría entonces a los favores? No almacena mercaderías, ¿qué uso le daría entonces al comerciar? Estos cuatro se llaman los Cereales del Cielo. Los Cereales del Cielo son el alimento del Cielo, y si él ya recibió alimento del Cielo, ¿qué uso sería para los hombres? Tiene la forma de un hombre pero no sus sentimientos. Como tiene la forma de un hombre, se junta con otros hombres. Como no tiene los sentimientos de un hombre, el bien y el mal no lo alcanzan. Pequeño e insignificante, se queda con el resto de los hombres. Inmenso y grandioso, perfecciona su Cielo solo.

Zhuang Zi
Capítulo 5

El peligro de ser útil


Tzu-ch’i de Nan-po estaba paseando por la Colina de Shang cuando vio un árbol enorme, diferente del resto. Mil carros con sus caballos podrían haberse refugiado bajo su copa y su sombra los habría cubierto a todos. Tzu-ch’i dijo: —¿Qué árbol es éste? ¡Ciertamente debe de tener alguna utilidad extraordinaria! Pero, al mirar hacia arriba, vio que las ramas más pequeñas estaban deformadas y torcidas, inservibles para vigas y machimbre, y al mirar más abajo, vio que el tronco estaba carcomido y podrido y no podía usarse para ataúdes. Al lamer una de sus hojas se le llagó e inflamó la boca. Aspiró su olor y era suficiente para dejar a un hombre borracho por tres días.

—Se convierte en un árbol completamente inutilizable —dijo Tzu-ch’i—, así es como ha podido llegar a semejante tamaño. ¡Ajá! ¡Es de esta inutilidad que se sirve el Hombre Santo! La región del Ching-shih en Sung es buena para cultivar catalpas, cipreses y moreras. Pero los que llegan a medir más de una o dos brazas de grosor son talados para la gente que quiere ramas para monos; las que superan las tres o cuatro se cortan para los postes de techos altos; y los de siete u ocho se talan para las familias de los nobles o de los ricos mercaderes que quieren laterales para sus ataúdes. Entonces nunca llegan a vivir los años que el Cielo les ha dado, sino que son cortados por hachas a mitad del viaje. Este es el peligro de ser útil. En el sacrificio Chieh, los bueyes con frentes blancas, los cerdos con los hocicos hacia arriba y los hombres con hemorroides no pueden convertirse en ofrenda para el río. Esto es algo que saben todos los chamanes, y por lo tanto son consideradas criaturas pocos propicias. Por la misma razón, el Hombre Santo las considera altamente auspiciosas.

Zhuang Zi
Capítulo 4