La profunda bondad de los padres



En una ocasión el Buda dirigió su Asamblea de monjes errantes en una caminata hacia el sur. De repente encontraron al lado del camino un montón de huesos. El Bendito los observó e hizo una venia en señal de respeto.

Ānanda, el ayudante personal del Buda, le preguntó:

- ¿Por qué?

Buda contestó:

- Este montón de huesos podrían haber pertenecido a mis ancestros. Esa es la razón por lo cual ahora les presento mis respetos.

Ananda le dijo al Buda:

- Bendito, cuando los hombres están vivos en la tierra adornan sus cuerpos con batas, cinturones, zapatos, sombreros y otros aparejos para estar bien. Cuando las mujeres están vivas, utilizan cosméticos, perfumes, polvos y fragancias elegantes para verse mejor

A continuación el Buda comentó:

- La mayoría de las mujeres también dan a luz y crían a sus niños, como un deber innato. Cada infante depende de la leche de su madre para vivir y alimentarse. Cada niño bebe grandes cantidades de la leche de su madre. Eso puede agotar a la madre si esta no se alimenta bien.

Ananda al escuchar estas palabras sintió dolor en su interior y le dijo al Bendito:

- ¿Cómo se puede pagar la bondad y la virtud de una madre?

El Buda dijo:

- Es difícil pagar la profunda bondad y los esfuerzos de los padres.

Otros monjes preguntaron:

- ¿Oh, cómo podemos pagar la profunda bondad de nuestros padres?

El Buda contestó:

– Reciten este Sutra en nombre de ellos. Arrepiéntanse de transgresiones y ofensas en nombre de ellos. Por el bien de sus padres, mantengan el precepto de la alimentación pura, y cultiven bendiciones. Sin son capaces de hacer estas tareas, serán hijos fieles.

El Buda le contó a Ānanda:

– Si una persona no es filial [amor con devoción], al finalizar su vida arrastrará un sufrimiento difícil de superar, difícil de sobrellevar.

A la Asamblea:

– Si desean pagar la bondad de sus padres, entonces impriman este Sutra. Esto es pagar verdaderamente su bondad, pues el resultado será que los Budas podrán renacer a los padres de dichas personas en los cielos y dejar atrás los sufrimientos de los infiernos.

En ese momento Ananda y la Gran asamblea lloraron y declararon:

- Nunca iremos en contra de las sabias enseñanzas del Tathagata.


El Sutra de la profunda bondad de los Padres