Zhuang Zi – Capítulo IX, Cascos de caballo

 

Los cascos de los caballos están hechos para pisar la escarcha y la nieve, su pelaje para protegerse del viento y del frío. Pastar, beber del arroyo, levantar las patas y galopar: ésta es la verdadera naturaleza (chen hsing) de los caballos. Aunque posean grandes terrazas y bellas salas, no sabrían qué uso darles.

Luego llega Po Lo (1) y anuncia: — ¡Yo sé cómo manejar caballos!—, y procede a chamuscar sus crines, a trasquilarlos, a recortarles las pezuñas, a marcarlos, a amarrarlos con riendas y a atarlos en las cuadras. Para entonces dos o tres de cada diez caballos han muerto. Luego los mata de hambre y de sed, los hace correr, saltar, alinearse, y los fuerza para que corran a la par, con la constante preocupación del freno y la rienda ante ellos y del látigo y la vara por detrás. Para entonces la mitad de los caballos han muerto.

El alfarero dice: —Yo sé manejar la arcilla. Para redondearla aplico el compás; para hacerla cuadrada, aplico la escuadra. El carpintero dice: —Yo sé manejar la madera. Para arquearla, aplico la curva; para enderezarla, aplico la plomada. Pero en lo que concierne a la naturaleza innata, la arcilla y la madera seguramente no desean estar sujetas al compás y la escuadra, a la curva ni a la plomada. Sin embargo, generación tras generación canta alabanzas diciendo: “¡Po Lo sabe manejar los caballos! El alfarero y el carpintero saben manejar la arcilla y la madera! Y los hombres que manejan los asuntos del mundo cometen el mismo error!”

En mi opinión, el que sabe manejar los asuntos del mundo no lo andaría diciendo así. La gente tiene su naturaleza innata constante. Tejer para vestirse, cultivar para comer: ésta es la Virtud/Naturaleza (te) que comparten. Son uno sólo en ello y no hay partidismos, y esto se llama la Emancipación del Cielo. Por lo tanto, en una época de Naturaleza/Virtud Perfecta el andar de los hombres es lento y cadencioso; su mirada es estable y blanda. En tal época las montañas no tienen senderos o huellas, los lagos no tienen botes ni puentes. Los diez mil seres viven especie por especie, un grupo asentado cerca del otro. Los pájaros y las bestias forman sus manadas y rebaños, el pasto y los árboles crecen hasta su altura máxima. Tanto que es posible atarle una cuerda a los pájaros y bestias y pasearlos por ahí, o bajar una rama y pispiar el nido del cuervo o de la urraca. En esta época de Naturaleza Perfecta los hombres viven igual que los pájaros y las bestias, se agrupan uno al lado del otro con los diez mil seres. ¿Quién habla entonces del “caballero” o del “hombre pequeño” ? Simples como el Bloque intallado (2), los hombres carecen de sabiduría; por lo tanto su Naturaleza no se aleja de ellos. Simples como el Bloque intallado, no tienen deseo; esto se llama simpleza sin tallar. En el estado de simpleza sin tallar la gente alcanza su verdadera naturaleza. (3)

Luego llega el sabio, soplando y resoplando detrás del humanitarismo, estirándose en puntillas para alcanzar la equidad, y el mundo por primera vez tiene dudas; fantaseando y mascullando acerca de su música, recortando y remendando sus ritos, y el mundo por primera vez está dividido. Así, si no se hubiera arruinado la simple sustancia en bruto, ¿cómo podrían existir las copas sacrificiales? Si no se hubiera destrozado el jade blanco, ¿cómo podrían existir los cetros y los bastones? Si no se hubieran descartado el Tao y su Naturaleza, ¿cómo podría haber una vocación por el humanitarismo y la equidad? Si no se hubiera abandonado la verdadera forma de la naturaleza innata, ¿cómo podría darse uso a los ritos y a la música? Si los cinco colores no hubieran confundido a los hombres, ¿quién diseñaría dibujos y tonalidades? Si las cinco notas no los hubieran confundido, ¿quién trataría de afinar las cosas según los seis tonos? Que se arruinara la sustancia en bruto para diseñar implementos, fue el crimen del artesano. Que se destruyeran el Tao y su Naturaleza para crear el humanitarismo y la equidad, fue culpa del sabio.

Cuando los caballos viven en la planicie, comen pasto y beben del arroyo. Complacidos, entrelazan los cogotes y se frotan entre sí; enojados, se ponen de espaldas y se patean. Esto es todo lo que saben hacer los caballos. Pero si apilas palos y yugos sobre ellos y los alineas con palos y pértigas, aprenderán a soltarse, romperán el yugo, volcarán el carruaje, tascarán el freno y masticarán las riendas (4). De esta forma los caballos aprenden a cometer las peores travesuras. (5) Esto es culpa de Po Lo.

En los días de Ho Hsü (6), la gente se quedaba en su casa sin saber qué hacía, caminaba por ahí sin saber adónde iba. Sus bocas se llenaban de comida, estaban contentos; tamborileando sobre sus panzas, pasaban el tiempo. Esto era tanto cuanto podían hacer. Luego vino el sabio con las genuflexiones y reverencias de los ritos y la música, con la intención de reformar los cuerpos del mundo; con el estirarse para conseguir el premio colgante del humanitarismo y la equidad, cuyo objetivo era reconfortar los corazones del mundo. Entonces por primera vez la gente aprendió a ponerse de puntillas y codiciar la sabiduría, a pelear hasta la muerte por la ganancia, y ya no hubo cómo detenerla. Esto al final fue todo culpa del sabio.

 

Notas al capítulo 9

1- Frecuentemente mencionado en textos tempranos como un experto evaluador de caballos.

2- Leyendo t’ung con el radical de hombre.

3- Los términos su y p’u (simpleza sin tallar), aparecen frecuentemente en el Tao-te ching , por ejemplo en el cap. XIX. Waley lo traduce como “simplicidad” y “el bloque intallado”, respectivamente.

4- Hay muchas interpretaciones de los términos de esta oración. Sigo las enmiendas e interpretaciones de Ma Hsü-lun.

5- Legendario gobernante de la alta antigüedad.

 

Versión castellana: Alex Ferrara

Vilmalakirti Nirdesa – La liberación inconcebible

 

En esto, el venerable Shariputra tuvo este pensamiento: "No hay ni siquiera una sola silla en esta casa. Dónde irán a sentarse estos discípulos y bodhisattvas?"

El Licchavi Vimalakirti leyó el pensamiento del venerable Shariputra y dijo: "reverendo Shariputra, vino usted por el bien del Dharma? O vino por el bien de una silla?"

Shariputra respondió: "Vine por el bien del Dharma, no por el bien de una silla".

Vimalakirti continuó: "Reverendo Shariputra, aquel que está interesado en el Dharma no está interesado ni siquiera en su propio cuerpo, mucho menos en una silla. Reverendo Shariputra, aquel que está interesado en el Dharma no tiene interés en la forma, sensación, intelecto, motivación o conciencia. Él no tiene interés en esos agregados, o en los elementos, o en los sentidos. Interesado en el Dharma, él no tiene interés en el reino del deseo, el reino de la forma, o el reino inmaterial. Interesado en el Dharma, él no tiene interés en el apego al Buddha, apego al Dharma, o apego a la Sangha. Reverendo Shariputra, aquel que está interesado en el Dharma no está interesado en reconocer el sufrimiento, abandonar su origen, comprender su cesación, o practicar el camino. Por qué? El Dharma es finalmente sin formulación ni verbalización. Quien verbaliza: "el sufrimiento debe ser reconocido, la originación debe ser eliminada, la cesación debe ser comprendida, el camino debe ser practicado" no está interesado en el Dharma sino que está interesado en la verbalización. Reverendo Shariputra, el Dharma es calmo y apacible. Aquellos que están enganchados en producción y destrucción no están interesados en el Dharma, no están interesados en la soledad, sino que están interesados en producción y destrucción. Más aun, reverendo Shariputra, el Dharma es sin mancha y libre de impureza. Aquel que está interesado en algo, aun en la liberación, no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en la mancha del deseo. El Dharma no es un objeto. Aquel que persigue objetos no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en los objetos. El Dharma es sin aceptación ni rechazo. Aquel que se mantiene en las cosas o deja ir las cosas no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en mantener y dejar ir. El Dharma no es un refugio seguro. Aquel que disfruta de un refugio seguro no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en un refugio seguro. El Dharma es sin signos. Aquel cuya conciencia persigue signos no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en signos. El Dharma no es una sociedad. Aquel que busca asociarse con el Dharma no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en la asociación. El Dharma no es una visión, un sonido, una categoría, o una idea. Aquel que está involucrado en visiones, sonidos, categorías o ideas no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en visiones, sonidos, categorías e ideas. Reverendo Shariputra, el Dharma es libre de cosas compuestas y cosas no compuestas. Aquel que adhiere a las cosas compuestas y a las cosas no compuestas no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en adherir a cosas compuestas y cosas no compuestas. Por lo tanto, reverendo Shariputra, si estás interesado en el Dharma, no debes tener interés en nada".

Cuando Vimalakirti hubo hablado este discurso, quinientos dioses obtuvieron la pureza del ojo del Dharma en el ver todas las cosas. Luego, el Licchavi Vimalakirti dijo al príncipe coronado Manjusri: "Manjusri, tu ya has estado en innumerables cientos de miles de campos de Buddha a través de los universos en las diez direcciones. En qué campo de Buddha viste los mejores tronos de león de las cualidades más finas?

Manjusri respondió: "Noble señor, si uno cruza los campos de Buddha hacia el este, los cuales son más numerosos que todos los granos de arena de treinta y dos ríos Ganges, uno descubrirá un universo llamado Merudhvaja. Allí reside un Tathagata llamado Merupradiparaja. Su cuerpo mide ochenta y cuatro mil leguas de alto, y la altura de su trono es de seis mil ochocientos miles de leguas. Los bodhisattvas allí miden cuatro mil doscientos miles de leguas de alto y sus propios tronos miden tres mil cuatrocientos miles de leguas de altura. Noble señor, el más fino y más soberbio trono existe en aquel universo Merudhvaja, el cual es el campo de Buddha del Tathagata Merupradiparaja".

En ese momento, el Licchavi Vimalakirti, habiéndose enfocado a sí mismo en la concentración, practicó un hecho milagroso tal que el Señor Tathagata Merupradiparaja, en el universo Merudhvaja, envió a ese universo tres mil doscientos miles de tronos. Esos tronos eran tan altos, espaciosos y hermosos que los bodhisattvas, grandes discípulos, Sakras, Bramas, Lokapalas, y otros dioses nunca antes habían visto así. Los tronos descendían del cielo y llegaban a descansar en la casa del Licchavi Vimalakirti. Los tresmil doscientos tronos se acomodaron a sí mismos sin amontonarse y la casa parecía agrandarse a sí misma de acuerdo a eso. La gran ciudad de Vaisali no se volvió oscura; ni la tierra de Jambudvipa (o "tierra de los árboles jambu", esta es una tierra poblada por gente con muy mal karma) ni el mundo de cuatro continentes. Todo lo demás aparecía exactamente como era antes. Entonces, el Licchavi Vimalakirti dijo al joven príncipe Manjusri: "Manjusri, permite que los bodhisattvas se sienten sobre estos tronos, habiendo transformado sus cuerpos a un tamaño acorde!"

Entonces, aquellos bodhisattvas, quienes habían obtenido el super conocimiento, transformaron sus cuerpos a una altura de cuatro mil doscientas leguas y se sentaron sobre los tronos. Pero los bodhisattvas principiantes no eran capaces de transformarse a sí mismos para sentarse sobre los tronos. Entonces, el Licchavi Vimalakirti enseñó a esos principiantes bodhisattvas una enseñanza que les permitió obtener los cinco super conocimientos y, habiéndolos obtenido, ellos transformaron sus cuerpos a una altura de cuatro mil doscientas leguas y se sentaron sobre los tronos. Pero aun los grandes discípulos no podían sentarse sobre los tronos.

El Licchavi Vimalakirti dijo al reverendo Shariputra: "Reverendo Shariputra, tome asiento en un trono".

Él respondió: "Buen señor, los tronos son demasiado altos y grandes, y yo no puedo sentarme sobre ellos".

Vimalakirti dijo: " Reverendo Shariputra, inclínese ante el Tathagata Merupradiparaja, y usted podrá tomar su asiento."

Entonces, los grandes discípulos se inclinaron ante el Tathagata Merupradiparaja y se sentaron sobre los tronos.

Luego, el venerable Shariputra dijo al Licchavi Vimalakirti: "Noble señor, es asombroso que estos miles de tronos, tan grandes y tan altos, debieran ajustarse a una casa tan pequeña y que la gran ciudad de Vaisali, las villas, ciudades, reinados, capitales de Jambudvipa, los otros tres continentes, las residencias de los dioses, los nagas, los yakshas, los gandharvas, los asuras, los garudas, los kimnaras y los mahoragas – que todos ellos aparecieran sin ningún obstáculo, así como eran antes!"

El Licchavi Viamalakirti respondió: "Reverendo Shariputra, para los Tathagatas y los bodhisattvas, hay una liberación llamada inconcebible. El bodhisattva que vive en la liberación inconcebible puede poner al rey de las montañas, Sumeru, que es tan grande, tan noble, y tan vasto, dentro de una semilla de mostaza. Él puede realizar este acto sin agrandar la semilla de mostaza y sin encoger la Monte Sumeru. Y las deidades de la asamblea de los cuatro Maharajas y de los cielos Trayastrimsa ni siquiera saben dónde están. Sólo aquellos seres que están destinados a ser disciplinados por milagros ven y comprenden el colocar al rey de las montañas, Sumeru, dentro de un grano de mostaza; esta, reverendo Shariputra, es una entrada al dominio de la liberación inconcebible de los bodhisattvas. Más aun, reverendo Shariputra, el bodhisattva que vive en la liberación inconcebible pueden verter en un solo poro de su piel todas las aguas de los cuatro grandes océanos, sin dañar a los animales acuáticos tales como el pez, las tortugas, los cocodrilos, las ranas, y otras criaturas, y sin que los nagas, yakshas, gandharvas y asuras sean siquiera concientes de dónde están ellos. Y toda la operación es visible sin ningún daño o perturbación hacia aquellos seres vivos. Tal bodhisattva puede sacar con su mano derecha este universo galáctico de billones de mundos como si fuera una rueda de alfarero, y, haciéndola girar, echarla más allá de los universos tan numerosos como las arenas del Ganges, sin que los seres vivos incluidos conozcan su movimiento o el origen del mismo, y él puede tomarlo y ponerlo de nuevo en su lugar, sin que los seres vivos sospechen su ir y venir; y aun la operación total es visible. Más aun, reverendo Shariputra, hay seres que se vuelven disciplinados después de un inmenso periodo de evolución, y también están los que son disciplinados luego de un breve periodo de evolución. El bodhisattva que vive en la liberación inconcebible, por el bien de disciplinar a aquellos seres vivos que son disciplinados a través de innumerables periodos de evolución, puede hacer el paso de una semana como el paso de un eon, y él puede hacer el paso de un eon parecerse a una semana para aquellos que son disciplinados a través de un breve periodo de evolución. Los seres vivos que son disciplinados a través de un inconmensurable periodo de evolución realmente perciben una semana como el paso de un eon, y aquellos disciplinados por un breve periodo de evolución realmente perciben un eon como el paso de una semana. Así, un bodhisattva que vive en la liberación inconcebible puede manifestar todos los esplendores de las virtudes de todos los campos de Buddha en un solo campo de Buddha. Del mismo modo, él puede colocar a todos los seres vivos en la palma de su mano derecha y puede mostrarlos con la velocidad súper natural de pensamiento de todos los campos de Buddha sin dejar nunca su propio campo de Buddha. Él puede exhibir en un solo poro todas las ofrendas jamás ofrecidas a todos los Budas de las diez direcciones, y las órbitas de todos los soles, lunas y estrellas de las diez direcciones. Él puede inhalar todos los huracanes de las atmósferas del viento cósmico de las diez direcciones en su boca sin dañar su propio cuerpo y sin dejar que sean aplastados los bosques y las hierbas de los campos de Buddha. Él puede tomar todas las masas de fuego de todas las supernovas que finalmente consumen todos los universos de todos los campos de Buddha en su estómago sin interferir con sus funciones. Habiendo cruzado campos de Buddha tan numerosos como las arenas del Ganges hacia abajo, y habiendo levantado un campo de Buddha, él puede alzar a través de campos de Buddha tan numerosos como las arenas del Ganges y colocarlos en la altura, así como un hombre fuerte puede levantar una hoja de jojoba en la punta de una aguja. Así, el bodhisattva que vive en la liberación inconcebible puede mágicamente transformar cualquier clase de ser vivo en un monarca universal, un Lokapala, un Sakra, un Brama, un discípulo, un sabio solitario, un bodhisattva, e incluso en un Buddha. El bodhisattva puede transformar milagrosamente todos los gritos y ruidos, superiores, mediocres, e inferiores, de todos los seres vivos de las diez direcciones, en la voz del Buddha, el Dharma y la Sangha, habiéndoles proclamado: "impermanente! Miserable! Vacío! Sin yo! " Y él puede causarles que reciten las palabras y sonidos de todas las enseñanzas enseñadas por todos los Buddhas de las diez direcciones. Reverendo Shariputra, te he mostrado sólo una pequeña parte de la entrada al dominio del bodhisattva que vive en la liberación inconcebible. Reverendo Shariputra, explicarte la enseñanza de la plena entrada en el dominio del bodhisattva que vive en la liberación inconcebible requeriría más de un eon, y aun más que eso."

Luego, el patriarca Maha Kasyapa, habiendo escuchado esta enseñanza de la liberación inconcebible de los bodhisattvas, fue maravillado, y le dijo al venerable Shariputra: "venerable Shariputra, si uno fuera a mostrar una variedad de cosas a una persona ciega de nacimiento, él no podría ser capaz de ver ni una cosa. De este modo, venerable Shariputra, cuando esta puerta de la liberación inconcebible es enseñada, todos los discípulos y sabios solitarios están sin visión, como el hombre ciego de nacimiento, y no pueden comprender ni siquiera una sola causa de liberación inconcebible. Quién entre los sabios es el que, escuchando acerca de esta inconcebible liberación, no concibe el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi? Como para nosotros, aquellas facultades están deterioradas, como una semilla podrida y quemada, qué más podemos hacer si no nos volvemos receptivos a este gran vehículo? Nosotros, todos los discípulos y sabios solitarios, al escuchar esta enseñanza del Dharma, deberíamos expresar un grito de arrepentimiento que pudiera sacudir esta universo galáctico de billones de mundos! Y como para los bodhisattvas, cuando ellos escuchan acerca de esta inconcebible liberación ellos deben estar tan gozosos como un joven príncipe coronado cuando él toma la diadema y es ungido, y ellos deben incrementar hasta el máximo su devoción hacia esta liberación inconcebible. De hecho, qué podría hacerle jamás el ejército entero de Maras a uno que está dedicado a esta liberación inconcebible?"

Cuando el patriarca Maha Kasyapa hubo expresado este discurso, treinta y dos mil dioses concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi.

Entonces el Licchavi Vimalakirti dijo al patriarca Maha Kasyapa: "Reverendo Maha Kasyapa, los Maras que hacen el mal en los innumerables universos de las diez direcciones son todos bodhisattvas residiendo en la liberación inconcebible, quienes están haciendo el mal en función de desarrollar a los seres vivos a través de su habilidad en técnica liberadora. Reverendo Maha Kasyapa, todos los mendigos miserables que acuden a los bodhisattvas de los innumerables universos de las diez direcciones a pedir una mano, un pie, una oreja, una nariz, algo de sangre, músculos, huesos, médula, un ojo, un torso, una cabeza, un miembro, un trono, un reinado, un país, una mujer, un hijo, una hija, un esclavo, una esclava, un caballo, un elefante, una carruaje, un carro, oro, plata, joyas, perlas, conchas, cristal, coral, berilio, tesoros, comida, bebida, elixires, y ropas – esos mendigos demandantes son usualmente bodhisattvas viviendo en la liberación inconcebible quienes, a través de sus habilidades en técnicas liberadoras, desean probar y así demostrar la firmeza de la gran resolución de los bodhisattvas. Por qué? Reverendo Maha Kasyapa, los bodhisattvas demuestran esa firmeza por medio de austeridades terribles. Las personas ordinarias no tiene poder para ser así demandantes de los bodhisattvas, a menos que se les conceda la oportunidad. Ellos no son capaces de matar y privar de tal manera sin que se les de libremente la oportunidad. Reverendo Maha Kasyapa, así como una luciérnaga no puede eclipsar la luz del sol, así reverendo Maha Kasyapa, no es posible sin permiso especial que una persona ordinaria pueda atacar así y privar a un bodhisattva. Reverendo Maha Kasyapa, así como un burro no podría lograr un ataque sobre un elefante salvaje, aun así, reverendo Maha Kasyapa, uno que no es él mismo un bodhisattva no puede atacar a otro bodhisattva, y sólo un bodhisattva puede tolerar el ataque de otro bodhisattva. Reverendo Maha Kasyapa, tal es la introducción al poder del conocimiento de la técnica liberadora de los bodhisattvas que viven en la liberación inconcebible".

Vilmalakirti Nirdesa, capítulo 6

Hui Neng – No logro y no enseñanza

 

La realización sin logro se le llama la verdadera realización; la enseñanza sin la prédica se le llama la verdadera enseñanza. Por lo tanto el sutra continúa con una sección en el no-logro y la no-prédica.

“Subhuti, qué piensas – ¿ha el Realizado obtenido la iluminación perfecta, completa e insuperable? ¿Tiene el Realizado alguna doctrina que predicar?”

Subhuti dijo, “Como yo entiendo los principios expuestos por el Realizado, no hay un estado fijo llamado la iluminación perfecta,completa e insuperable, y no hay una doctrina fija para que el realizado la predique.”

Lo “insuperable” no es obtenido desde el exterior – mientras no haya sujeto y objeto en la mente, eso es todo. La medicina es prescrita de acuerdo a la enfermedad, la enseñanza es dada de acuerdo con la aplicabilidad de la situación – ¿cómo puede haber una doctrina fija?

En la enseñanza verdadera insuperable del Realizado, la mente fundamentalmente no tiene logro, y sin embargo no se dice que no se logra. Es justamente porque la percepción de las personas no es la misma, que el Realizado adapta sus facultades con varios métodos convenientes para inducirlos a despegarse de las obsesiones. Él señala que la mente errante de las personas ordinarias fluctúa incesantemente, actuando en la persecución de los objetos. Del surgimiento momentario del pensamiento que precede o antecede, el pensamiento que procede o resulta debe estar alerta: dado que la alerta no habita, el punto de vista tampoco permanece. Siendo eso así, ¿cómo puede haber una doctrina fija para que el Realizado la exponga?

En el término insuperable, el prefijo in – significa que no hay pensamientos errantes en la mente; “superable” significa que no hay presunción en la mente. “Completa” significa que la mente está siempre en un estado de estabilización correcta y discernimiento preciso. “Iluminación perfecta” significa que la mente está siempre vacía y en silencio. Si la mentalidad ordinaria se aparta incluso por un momento, ves la naturaleza búdica.

“¿Por qué? Las doctrinas enseñadas por el Realizado no son para ser asidas, ni para ser predicadas; ellas no son verdades ni tampoco no-verdades.”

Por miedo de que las personas obtengan fijaciones en las expresiones verbales usadas por del Realizado, y fallen en realizar la verdad sin forma, creando erróneamente interpretaciones, el Buda dijo que no se apegaran a ellas. ¿Cómo puede haber alguna fijación en las explicaciones dadas por el Realizado en acuerdo al potencial y capacidad para edificar toda clase de personas?

Los estudiantes que no entienden el significado profundo del Realizado sino que simplemente recitan las enseñanzas expuestas por Él sin realizar la mente original nunca obtienen la budeidad. Es por eso que el sutra dice que las doctrinas no deben de ser predicadas.

La repetición verbal sin la aplicación mental no es la verdad; la repetición verbal con la aplicación mental, realizando que nada es obtenido, no es la no-verdad o la mentira.

“¿Cuál es la razón? Todos los santos y sabios existen a través de la verdad no-creada, sin embargo ellos tienen diferencias.”

Los entendimientos de las mentalidades de los tres vehículos no son los mismos; sus percepciones tienen diferencias en la profundidad. Por eso es que se dice que ellas tienen diferencias.

La verdad no creada expuesta por el Buda no es habitable. La no-habitabilidad es sin forma, la no forma no tiene origen; lo que no se origina no tiene destrucción. Clara, libre, vacía y silente, la percepción y la acción igualmente iluminadas, la alerta reflejando como un espejo sin obstrucción – esto es verdaderamente la naturaleza búdica liberada.

El Buda es el despertar, el despertar es la observancia alerta, la observancia alerta es la sabiduría del discernimiento, la sabiduría del discernimiento es prajnaparamita.

Hui Neng, Sexto Patriarca del budismo Zen

Comentario sobre el Sutra del Diamante, cap.7

Evangelio de Bernabé (fragmento italiano)

 

1. En el momento en que los judíos se preparaban para ir a capturar en el huerto de los Olivos a Jesús, éste fue arrebatado al tercer cielo.

2. Porque no morirá hasta el fin del mundo, y se crucificó a Judas en su lugar.

3. Dios permitió que el discípulo traidor pareciese a los judíos hasta tal punto semejante en su rostro a Jesús, que lo tomasen por él, y que, como a tal, lo entregasen a Pilatos.

4. Aquella semejanza era tamaña, que la misma Virgen María y los mismos apóstoles fueron engañados por ella.

5. Y, el día en que se publicó el decreto del Gran Sacerdote, la Virgen María volvió a Jerusalén con Jacobo, con Juan y conmigo.

6. Y, temerosa de Dios, y aun sabiendo que el decreto del Gran Sacerdote era injusto, ordenó a los que residían con ella que olvidasen a su Hijo, profeta tan santo, y muerto, sin embargo, con tanta ignominia.

7. Mas Dios, que conoce lo que pasa en el corazón de los hombres, comprendía que estábamos abrumados de dolor, a causa de la muerte de Judas, la cual mirábamos como la de Jesús mismo, nuestro maestro, y que experimentábamos el más vivo deseo de verlo, después de su resurrección.

8. He aquí por qué los ángeles que guardaban a la Virgen María subieron al tercer cielo, en que Jesús estaba acompañado de sus ángeles, y lo enteraron de lo que ocurría.

9. Entonces Jesús pidió a Dios que le diese medios de ver a su madre y a sus discípulos.

10. Y Dios, lleno de misericordia, ordenó a cuatro de sus ángeles más queridos, Gabriel, Miguel, Rafael y Uriel, que llevasen a Jesús a la casa de su madre, y que lo guardasen allí durante tres días consecutivos, no dejándolo ver por más personas que por las que creyesen en su doctrina.

11. Y Jesús, rodeado de esplendor, llegó a la habitación en que estaba la Virgen María, con sus dos hermanas, y Marta con María Magdalena, y Lázaro conmigo, y Juan con Jacobo y con Pedro. Y, al verlo, fuimos presa de tal pavor, que caímos todos al suelo como muertos.

12. Mas Jesús, levantando a su madre y a sus discípulos, dijo: No temáis, ni lloréis, porque vivo estoy, y no difunto, como habéis creído.

13. Y cada cual permaneció largo tiempo como fuera de sí, ante el asombro de ver a Jesús, a quien juzgaban muerto.

14. Y, con grandes gemidos, la Virgen exclamó: Te ruego, hijo mío, que me digas por qué, habiéndote dado Dios el poder de resucitar a los muertos, has sufrido la muerte tú, con gran vergüenza para tus parientes y para tus amigos, y con gran oprobio para tu doctrina, de suerte que todos los que te aman están como heridos de estupor y de agonía.

15. Mas Jesús, abrazando a su madre, repuso: Puedes creerme, madre mía, cuando afirmo que nunca he muerto, y que Dios me ha reservado hasta el fin del mundo.

16. Y, habiendo hablado así, ordenó a los cuatro ángeles que se dejasen ver, y que diesen testimonio del modo como las cosas habían ocurrido.

17. Y los ángeles aparecieron como cuatro soles deslumbrantes, y de nuevo todos los asistentes, presa de pavor, cayeron como muertos.

18. Entonces Jesús dio cuatro velos a los ángeles para que se cubriesen, y para que, de esta manera, su madre y sus discípulos pudiesen soportar su aspecto, y oírlos hablar.

19. Y, animándolos a ello, dijo: He aquí a los ministros de Dios. Gabriel anuncia los secretos divinos. Miguel combate a los enemigos del Altísimo. Rafael recibe las almas de los muertos. Uriel, en el último día, llamará a juicio a todos los hombres.

20. Y los ángeles contaron a la Virgen lo que Dios les había mandado, y cómo Judas había sufrido una transformación para que sufriese la pena que había querido infligir a otro.

21. Y yo, Bernabé, dije a Jesús: ¿Me permitirás, oh maestro, dirigirte una pregunta, como cuando habitabas entre nosotros?

22. Y Jesús repuso: Pregunta, Bernabé, todo lo que quieras, y te responderé.

23. Y yo inquirí: Maestro, puesto que Dios es misericordioso, ¿por qué nos ha atormentado así, y por qué ha consentido que creyésemos que había muerto, mientras tu madre te lloraba hasta el punto de hallarse muy cerca de morir también? Y a ti, que eres el Santo de Dios, ¿cómo éste te ha dejado expuesto a la infamia de morir sobre el Calvario, entre dos ladrones?

24. Y Jesús contestó: Créeme, Bernabé. Siendo Dios la pureza misma, no puede ver en sus servidores la menor falta, que no castigue severamente. Y, como mi madre y mis discípulos me amaban con un afecto demasiado terrestre y humano, Dios, que es justo, ha querido castigar este afecto en el mundo mismo, y no hacerlo expiar por las llamas del infierno. Aunque yo hubiese llevado en la tierra una vida inocente, no obstante, como los hombres me habían llamado Dios e Hijo de Dios, mi Padre, no queriendo que fuese, en el día del juicio, un objeto de burla para los demonios, prefirió que fuese en el mundo un objeto de afrenta por la muerte de Judas en la cruz, y que todos quedasen persuadidos de que yo había sufrido este suplicio infamante. Y esa afrenta durará hasta la muerte de Mahoma, que, cuando venga al mundo, sacará de semejante error a todos los que creen en la ley de Dios.

Fuente: Los Evangelios Apócrifos, por Edmundo González Blanco

Bhagavad Gita – capítulo 13

El campo y el conocedor del campo

 

Krishna y Arjuna 

Arjuna dijo:

13:1. ¡Sobre la prakriti y el purusha, y también sobre «el campo» y «el conocedor del campo», sobre la sabiduría y sobre todo que se necesita saber, me gustaría escuchar de Ti, oh Keshava!

El Señor Krishna dijo:

13:2. Este cuerpo, oh Kaunteya, se llama «el campo». A aquel que lo conoce, los sabios le llaman «el conocedor del campo».

13:3. Conóceme como «el Conocedor del campo» en todos «los campos». ¡El verdadero conocimiento del campo y también del «Conocedor del campo» es lo que Yo llamo la sabiduría, oh Bharata!

13:4. Qué es este campo, cuál es su naturaleza, cómo cambia y de donde viene y también quién es Él y cuál es Su Poder, escucharás brevemente de Mí.

13:5. De diferentes maneras cantaron eso los sabios en varios himnos y palabras presagiosas de Brahmasutra, lleno de razón.

13:6. El conocimiento de los grandes elementos[1], de los «yo» individuales, de la mente, y también de Lo No Manifestado, de los once indriyas y de cinco pastos de los indriyas,

13:7. la humildad, la honestidad, la mansedumbre, perdón absoluto, la simplicidad, el servicio al maestro, la pureza, la firmeza, el autodominio,

13:8. la actitud desapasionada hacia los objetos terrenales y también la ausencia de egoísmo, penetración en la esencia de sufrimiento y del mal de nuevos nacimientos, de vejez y de enfermedad,

13:9. la ausencia de ataduras terrenales, la libertad de ser esclavizado por los hijos, por la esposa o por la casa y el equilibrio permanente del alma en medio de los acontecimientos deseados y los indeseados,

13:10. el amor inquebrantable y puro hacia Mí, la propensión absoluta de deshacerse de la comunicación vana con las personas, la estancia en la autosuficiencia[2],

13:11. la constancia en la búsqueda espiritual, la aspiración a lograr la verdadera sabiduría: ¡todo esto se reconoce como verdadero, el resto es la ignorancia!

13:12. Te revelo lo que debe ser conocido, y lo que, habiendo sido conocido, lleva a la Inmortalidad: esto es el Brahmán Supremo sin principio ni fin Que está más allá de los límites de la existencia e inexistencia (de los seres).

13:13. Teniendo manos, pies, ojos, cabezas y bocas por todas partes, omnisciente, Él mora en el mundo, abrazando todo.

13:14. Teniendo todas las sensaciones, pero sin los órganos de los sentidos, sin alguna atadura, pero sosteniendo a todos los seres, libre de las tres gunas, pero usando éstas,

¡13:15. fuera y dentro de todos los seres, permaneciendo en la tranquilidad y moviéndose, no atrapable en Su sutileza, siempre cercano, aun así en la lejanía indescriptible, así es Él, imperecedero!

13:16. No dividido entre los seres y aun así existiendo separadamente en cada uno, Él se conoce como el Auxiliador de todos. Él abraza a todos con Él Mismo y los dirige en su desarrollo.

13:17. Sobre Él, sobre la Luz de todas las luces, se dice que Él está fuera de la oscuridad. ¡Él es Sabiduría, la Meta de toda sabiduría, la Sabiduría que se conoce por medio de la sabiduría, la que reside en los corazones de todos!

13:18. Así son «el campo», la sabiduría y el objeto de sabiduría en pocas palabras. Habiéndolos conocido, el discípulo fiel a Mí concibe Mi Esencia.

13:19. Que sepas que el purusha y la prakriti igualmente no tienen principio. También debes saber que el avance en las gunas sucede gracias a la existencia de uno en la prakriti.

13:20. La prakriti es considerada como la fuente de las causas y efectos. Y el purusha es culpable de que saborees lo agradable y lo desagradable.

13:21. Estando en la prakriti, el purusha encarnado obligatoriamente se une con las gunas que se originaron en la prakriti. La atadura a una cierta guna es la causa de la encarnación del purusha en buenas o malas condiciones.

13:22. El Que observa, apoya, recibe todo, Quien es el Señor Altísimo y también el Atman Divino se llama el Espíritu Supremo en este cuerpo.

13:23. ¡El que ha conocido así el purusha, la prakriti y las tres gunas —en cualesquiera condición que se encuentre— ya no está sujeto a los nuevos nacimientos!

13:24. Meditando en el Atman, algunos conocen el Atman desde el Atman. Otros (conocen el Atman) a través del samkhya yoga. Otros (van a esto) a través del karma yoga.

13:25. También aquellos que no saben sobre todo esto, pero escuchando de los otros, adoran sinceramente, salen fuera del camino de la muerte iniciándose en lo que escucharon!

13:26. ¡Oh, el mejor de los Bharatas! ¡Que sepas que todo lo existente —inmóvil y moviente— se origina de la interacción entre el campo y «el Conocedor del campo»!

13:27. ¡El que ve al Señor Supremo, el Imperecedero en lo perecedero e igualmente existente en todos los seres, el que ve así, ve de verdad!

13:28. ¡El que realmente ve el Ishvara estando por todas partes, no puede desviarse del verdadero camino!

13:29. ¡El que ve que todas las acciones se realizan sólo en la prakriti, pero el Atman se queda en la tranquilidad, ve de verdad!

13:30. Cuando él concibe la existencia multiforme de los seres tiene raíces en Uno y emana de Él, entonces logra el Brahmán.

13:31. ¡El Atman Divino, eterno y no ligado por la prakriti, aunque reside en los cuerpos, pero no actúa y no es sujeto a la influencia, oh Kaunteya!

13:32. Como la vacuidad omnipresente no se mezcla con nada debido a su sutileza, así mismo el Atman, que reside en los cuerpos, no se mezcla con nada.

13:33. ¡Pero al igual que el Sol ilumina la tierra, el Señor del «campo» ilumina el campo entero, oh Bharata!

13:34. ¡El que, con los ojos de sabiduría, ve esta diferencia entre «el campo» y «el Conocedor del campo» y conoce el proceso de liberación de los indriyas de la prakriti, se está acercando a la Meta Suprema!

Bhagavad Gita

Edición y comentarios deVladimir Antonov

Traducción: Anton Teplyy y Eduardo Muñoz


[1] La Tierra, el Agua, el Fuego, el Aire y el Akasha.

[2] Respecto a otras personas.

Lao Zi - Dao De Jing, capítulo XXVII (Versión Feng)


Un buen caminante no deja huellas.
Un buen orador no se equivoca ni ofende.
Un buen contable no necesita útiles de cálculo.
Un buen cerrajero no usa barrotes ni cerrojos,
y nadie puede abrir lo que ha cerrado.
Quien ata bien no utiliza cuerdas ni nudos,
y nadie puede desatar lo que ha atado.
Así, el sabio que siempre ayuda a los hombres,
no los rechaza.
El sabio que siempre conserva las cosas,
no las abandona.
De él se dice que está deslumbrado por la luz.
Por esto, el hombre bueno no se considera maestro
de los hombres;
y el hombre que no es bueno estima como buenas las
cosas de los hombres.
No amar el magisterio ni la materia de los hombres,
y aparentar ignorancia, siendo iluminado,
éste es el secreto de toda maravilla.

El evangelio de Felipe

 

1. Un hebreo hace un hebreo y se [le] denomina de esta manera: «prosélito». Pero un prosélito no hace otro prosélito; [algunos] son como [...] y crean otros; [otros sin embargo] se contentan con llegar a existir.

2. El [esclavo] sólo aspira a ser libre y no ambiciona los bienes de su señor; pero el hijo no es sólo hijo, sino que reclama para sí la herencia del padre.

3. Los que heredan de los muertos están muertos ellos mismos y son herederos de quienes están muertos. Los que heredan de quien está vivo viven ellos mismos y son herederos de quien está vivo y de quienes están muertos. Los muertos no heredan de nadie, pues ¿cómo va a heredar el que está muerto? Si el muerto hereda de quien está vivo, no morirá, sino que vivirá con tanto mayor motivo.

4. Un hombre pagano no muere, pues realmente no ha vivido nunca, para que luego (pueda) morir. El que ha llegado a tener fe en la verdad, ha encontrado la vida y corre peligro de morir, pues se mantiene vivo.

5. A partir de la venida de Cristo, el mundo es creado, las ciudades son embellecidas y se retira lo que ha fenecido.

6. Mientras éramos hebreos, éramos huérfanos: teníamos (sólo) nuestra madre. Pero al hacernos cristianos surgieron un padre y una madre para nosotros.

7. Los que siembran en invierno, cosechan en verano. El invierno es el mundo; el verano es el otro eón . ¡Sembremos en el mundo para que podamos cosechar en verano! Por ello es conveniente para nosotros no hacer oraciones en invierno. Al invierno le sucede el verano; pero si uno (se empeña en) cosechar en invierno, no hará cosecha, sino que erradicará.

8. De la misma manera que uno como este, él [no] producirá fruto —y no sólo [...]—, sino que incluso en el otro sábado permanece [...] estéril.

9. Cristo vino para rescatar a algunos, para salvar a otros y redimir a otros. Él rescató a los foráneos y los hizo suyos. Él segregó a los suyos, pignorándolos según su voluntad. No sólo al manifestarse se desprendió del alma cuando le plugo, sino que desde el día mismo en que el mundo tuvo su origen, la mantuvo depuesta. Cuando quiso vino a recuperarla, ya que ésta había sido (previamente) pignorada: había caído en manos de ladrones y había sido hecha prisionera. Pero Él la liberó, rescatando a los buenos que había en el mundo y (también) a los malos.

10. La luz y las tinieblas, la vida y la muerte, los de la derecha y los de la izquierda son hermanos entre sí, siendo imposible separar a unos de otros. Por ello ni los buenos son buenos, ni los malos malos, ni la vida es vida, ni la muerte muerte. Así que cada uno vendrá a disolverse en su propio origen desde el principio; pero los que están por encima del mundo son indisolubles y eternos.

11. Los nombres que se dan (a las cosas) del mundo son susceptibles de un gran engaño, pues distraen la atención de lo estable (y la dirigen) hacia lo inestable. Y así quien oye (la palabra) «Dios» entiende no lo estable, sino lo inestable. Lo mismo ocurre con el «Padre», el «Hijo», el «Espíritu Santo», la «Vida», la «Luz», la «Resurrección» , la «Iglesia» y tantos otros: no se entienden los (conceptos) estables, sino los inestables, de no ser que se conozca (de antemano) los primeros. Éstos están en el mundo [...]; si [estuvieran] en el eón, no se les nombraría nunca en el mundo ni se les echaría entre las cosas terrenas; ellos tienen su fin en el eón.

12. Sólo hay un nombre que no se pronuncia en el mundo: el nombre que el Padre dio al Hijo. Es superior a todo. Se trata del nombre del Padre, pues el Hijo no llegaría a ser Padre si no se hubiera apropiado el nombre del Padre. Quienes están en posesión de este nombre lo entienden , pero no hablan de él; mas los que no están en posesión de él no lo entienden. La verdad ha creado (diversos) nombres en este mundo, porque sin ellos es de todo punto imposible aprehenderla. La verdad es (pues) única y múltiple por causa nuestra, para enseñarnos a través de muchos este único (nombre) por amor.

13. Los Arcontes quisieron engañar al hombre, viendo que éste tenía parentesco con los verdaderamente buenos: quitaron el nombre a los que son buenos y se lo dieron a los que no son buenos con el fin de engañarle a través de los nombres y vincularle a los que no son buenos. Luego —en el caso de que quieran hacerles un favor— harán que se separen de los que no son buenos y los integran entre los que son buenos, que ellos (ya) conocían. Pues ellos pretendían raptar al que es libre y hacerlo su esclavo para siempre.

14. Hay Potencias que [son] otorgadas al hombre [...], pues no quieren que éste [llegue a salvarse] para que ellas consigan ser [...]; pues si el hombre [se salva], se hacen sacrificios [...] y se ofrecen animales a las Potencias. [Es a éstas] a quienes se hacen tales ofrendas, (que) en el momento de ser ofrecidas estaban vivas, pero al ser sacrificadas murieron. El hombre, por su parte, fue ofrecido a Dios estando muerto y vivió.

15. Antes de la venida de Cristo no había pan en el mundo. Lo mismo que en el paraíso —lugar en que moraba Adán—, había aquí muchos árboles para alimento de los animales, pero no había trigo como alimento para el hombre. Éste se nutría como los animales, pero al venir Cristo —el hombre perfecto— trajo pan del cielo para que el hombre se nutriera con alimento de hombre.

16. Los Arcontes creían que por su fuerza y por su voluntad hacían lo que hacían; pero es el Espíritu Santo el que operaba en todo ocultamente a través de ellos según su voluntad. Ellos siembran por todas partes la verdad, que existe desde el principio, y muchos la contemplan al ser sembrada; pero pocos de los que la contemplan la cosechan.

17. Algunos dicen que María ha concebido por obra del Espíritu Santo: éstos se equivocan, no saben lo que dicen. ¿Cuándo jamás ha concebido de mujer una mujer? María es la virgen a quien ninguna Potencia ha manchado. Ella es un gran anatema para los judíos, que son los apóstoles y los apostólicos. Esta virgen que ninguna Potencia ha violado, [... mientras que] las Potencias se contaminaron. El Señor no [hubiera] dicho: «[Padre mío que estás en] los cielos», de no haber tenido [otro] padre; sino que habría dicho simplemente: «[Padre mío]».

18. El Señor dijo a los discípulos  [...]: «Entrad en la casa del Padre, pero no toméis ni os llevéis nada de la casa del Padre».

19. «Jesús» es un nombre secreto, «Cristo» es un nombre manifiesto. Por eso «Jesús» no existe en lengua alguna, sino que su nombre es «Jesús», como se le llama generalmente. «Cristo», sin embargo —por lo que toca a su nombre en siríaco—, es «Mesías» y en griego Cristos. Y todos los demás lo tienen asimismo con arreglo a la lengua de cada uno. «El Nazareno» es (el nombre) que está manifiesto en lo oculto.

20. Cristo encierra todo en sí mismo —ya sea «hombre», ya sea «ángel», ya sea «misterio»—, incluso al Padre.

21. Los que dicen que el Señor primero murió y resucitó, se engañan; pues primero resucitó y (luego) murió. Si uno no consigue primero la resurrección, <no> morirá; (tan verdad como que) Dios vive, éste [morirá].

22. Nadie esconde un objeto grande y precioso en un gran recipiente, sino que muchas veces se guardan tesoros sin cuento en un cofre que no vale más de un maravedí . Esto ocurre con el alma: es un objeto precioso (y) ha venido a caer en un cuerpo despreciable.

23. Hay quienes tienen miedo de resucitar desnudos y por eso quieren resucitar en carne: éstos no saben que los que están revestidos de carne son los desnudos. Aquellos que [osan] desnudarse son precisamente [los que] no están desnudos. «Ni la carne [ni la sangre] heredarán el Reino [de Dios]». ¿Cuál es la (carne) que no va a heredar? La que llevamos encima. ¿Y cuál es, por el contrario, la que va a heredar? La (carne) de Jesús y su sangre. Por eso dijo Él: «El que no come mi carne y bebe mi sangre, no tiene vida en sí». Y ¿qué es esto? Su carne es el Logos y su sangre es el Espíritu Santo. Quien ha recibido estas cosas tiene alimento, bebida y vestido.

Yo recrimino a los otros que afirman que (la carne) no va a resucitar, pues ambos yerran. Tú dices que la carne no resucitará. Entonces dime: ¿qué es lo que va a resucitar?, para que podamos hacerte los honores. Tú dices que el espíritu (está) dentro de la carne y que también esta luz está dentro de la carne. Mas el Logos es eso otro que asimismo está dentro de la carne, pues —cualquiera de las cosas a que te refieras— (nada podrás aducir) que se encuentre fuera del recinto de la carne. Es, pues, necesario resucitar en esta carne, ya que en ella está todo contenido .

24. En este mundo, aquellos que se ponen un vestido valen más que el propio vestido. En el reino de los cielos valen más (sin embargo) los vestidos que quienes se los han puesto por agua y fuego, que purifican todo el lugar .

25. Los que están manifiestos (lo son) gracias a los que están manifiestos y los que están ocultos (lo son) por los que están ocultos. Hay quienes (se mantienen) ocultos gracias a los que están manifiestos. Hay agua en el agua y fuego en la unción .

26. Jesús los llevó a todos a escondidas, pues no se manifestó como era (de verdad), sino de manera que pudiera ser visto. Así se apareció [...] a los grandes como grande, a los pequeños como pequeño, a los ángeles como ángel y a los hombres como hombre. Por ello su Logos se mantuvo oculto a todos. Algunos le vieron y creyeron que se veían a sí mismos; mas cuando se manifestó gloriosamente a sus discípulos sobre la montaña, no era pequeño: se había hecho grande e hizo grandes a sus discípulos para que estuvieran en condiciones de verle grande (a Él mismo). Y dijo aquel día en la acción de gracias : «Tú que has unido al perfecto a la luz con el Espíritu Santo, une también a los ángeles con nosotros, con las imágenes».

27. No despreciéis al Cordero, pues sin él no es posible ver al rey. Nadie podrá ponerse en camino hacia el rey estando desnudo.

28. Más numerosos son los hijos del hombre celestial que los del hombre terrenal. Si los hijos de Adán son numerosos —a pesar de ser mortales—, ¡cuánto más los hijos del hombre perfecto, que no mueren, sino que son engendrados ininterrumpidamente!.

29. El padre hace un hijo y el hijo no tiene posibilidad de hacer a su vez un hijo: pues quien ha sido engendrado no puede engendrar por su parte, sino que el hijo se procura hermanos, pero no hijos.

30. Todos los que son engendrados en el mundo son engendrados por la naturaleza, el resto por [el espíritu]. Los que son engendrados por éste [dan gritos] al hombre desde aquí abajo [para ...] de la promesa [...] de arriba .

31. [el que ...] por la boca; [si] el Logos hubiera salido de allí, se alimentaría por la boca y sería perfecto. Los perfectos son fecundados por un beso y engendran. Por eso nos besamos nosotros también unos a otros (y) recibimos la fecundación por la gracia que nos es común .

32. Tres (eran las que) caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su compañera. María es, en efecto, su hermana, su madre y su compañera .

33. «Padre» e «Hijo» son nombres simples; «Espíritu Santo» es un nombre compuesto. Aquéllos se encuentran de hecho en todas partes: arriba, abajo, en lo secreto y en lo manifiesto. El Espíritu Santo está en lo revelado, abajo, en lo secreto, arriba.

34. Las Potencias malignas están al servicio de los santos, después de haber sido reducidas a ceguera por el Espíritu Santo para que crean que están sirviendo a un hombre, siendo así que están operando en favor de los santos. Por eso —(cuando) un día un discípulo le pidió al Señor una cosa del mundo— Él le dijo: «Píde a tu madre y ella te hará partícipe de las cosas ajenas».

35. Los apóstoles dijeron a los discípulos: «que toda nuestra ofrenda se procure sal a sí misma». Ellos llamaban «sal» a [la Sofía], (pues) sin ella ninguna ofrenda [es] aceptable.

36. La Sofía es estéril, [sin] hijo(s); por eso se la llama [también] «sal». El lugar en que aquéllos [...] a su manera [es] el Espíritu Santo; [por esto (?)] son numerosos sus hijos.

37. Lo que el padre posee le pertenece al hijo, pero mientras éste es pequeño no se le confía lo que es suyo. Cuando se hace hombre, entonces le da el padre todo lo que posee.

38. Cuando los engendrados por el espíritu yerran, yerran también por él. Por la misma razón un idéntico soplo atiza el fuego y lo apaga.

39. Una cosa es «Echamoth» y otra es «Echmoth». Echamoth es la Sofía por antonomasia , mientras que Echmoth es la Sofía de la muerte, aquella que conoce la muerte, a la que llaman «Sofía la pequeña».

40. Hay animales que viven sometidos al hombre, tales como las vacas, el asno y otros parecidos. Hay otros, sin embargo, que no se someten y viven solos en parajes desiertos . El hombre ara el campo con animales domesticados y así se alimenta a sí mismo y a los animales, tanto a los que se someten como a los que no se someten. Lo mismo pasa con el hombre perfecto: con (la ayuda de las) Potencias que le son dóciles ara (y) cuida de que todos subsistan. Por esto se mantiene en pie todo el lugar, ya se trate de los buenos, de los malos, de los que están a la derecha o de los que están a la izquierda. El Espíritu Santo apacienta a todos y ejerce su dominio sobre [todas] las Potencias, lo mismo sobre las dóciles que sobre las [indóciles] y solitarias, pues él [...] las recluye para que [...] cuando quieran.

41. [Si Adán] fue creado [...], estarás de acuerdo en que sus hijos son obras nobles. Si él no hubiera sido creado, sino engendrado, estarías también de acuerdo en que su posteridad es noble. Ahora bien, él fue creado y engendró (a su vez). ¡Qué nobleza supone esto!.

42. Primero hubo adulterio y luego (vino) el asesino engendrado de adulterio, pues era el hijo de la serpiente. Por ello vino a ser homicida como su padre y mató a su hermano. Ahora bien, toda relación sexual entre seres no semejantes entre sí es adulterio.

43. Dios es tintorero. Así como el buen tinte —que llaman «auténtico»— desaparece (sólo) con las cosas que con él han sido teñidas, lo mismo ocurre con aquellos a quienes Dios ha teñido: puesto que su tinte es imperecedero, gracias a él resultan ellos mismos inmortales. Ahora bien, Dios bautiza a los que bautiza con agua.

44. Ninguno puede ver a nadie de los que son estables de no ser que él mismo se asimile a ellos. Con la verdad no ocurre lo mismo que con el hombre mientras se encuentra en este mundo, que ve el sol sin ser el sol y contempla el cielo y la tierra y todas las demás cosas sin ser ellas mismas. Tú, en cambio, viste algo de aquel lugar y te convertiste en aquellas cosas (que habías visto): viste al espíritu y te hiciste espíritu; [viste a] Cristo y te hiciste Cristo; viste [al Padre] y te harás padre. Por eso tú [aquí] ves todas las cosas y no [te ves] a ti mismo; pero [allí] sí te verás, pues [llegarás a ser] lo que estás viendo.

45. La fe recibe, el amor da. [Nadie puede recibir] sin la fe; nadie puede dar sin amor. Por eso creemos nosotros, para poder recibir; pero para poder dar de verdad (hemos de amar); pues si uno da, pero no por amor, no saca utilidad alguna de lo que ha dado.

46. Aquel que no ha recibido al Señor es todavía un hebreo.

47. Los apóstoles antes de nosotros (le) llamaron así: «Jesús el Nazareno, Mesías» —que quiere decir—: «Jesús el Nazareno, el Cristo». El último nombre es «el Cristo», el primero «Jesús», el de en medio «el Nazareno». «Mesías» tiene un doble significado: «el Cristo» y «el Medido». «Jesús» en hebreo es la «Redención», «Nazareno» es la «Verdad». «El Nazareno» es, pues, la «Verdad». El Cristo ha sido medido; «el Nazareno» y «Jesús» son los que han sido medidos.

48. Si se arroja la perla a la basura, no por ello pierde su valor. Tampoco se hace más preciosa al ser tratada con ungüento de bálsamo, sino que a los ojos de su propietario conserva siempre su valor. Esto mismo ocurre con los hijos de Dios dondequiera que estén, pues conservan su valor a los ojos del Padre.

49. Si dices «soy judío», nadie se preocupará; si dices «soy romano», nadie se inquietará; si dices «soy griego, bárbaro, esclavo o libre, nadie se perturbará. [Pero si dices] «soy cristiano», [todo el mundo] se echará a temblar. ¡Ojalá pueda yo [...] este signo que [...] no son capaces de soportar [...] esta denominación!.

50. Dios es antropófago, por eso se le [ofrece] al hombre [en sacrificio]. Antes de que fuera inmolado el hombre se inmolaban bestias, pues no eran dioses aquellos a quienes se hacían sacrificios.

51. Tanto las vasijas de vidrio como las de arcilla se construyen a base de fuego. Las de vidrio pueden remodelarse si se rompen, pues ha sido por un soplo por lo que han llegado a ser. Las de arcilla, en cambio —de romperse—, quedan destruidas, pues no ha intervenido ningún soplo en su construcción.

52. Un asno, dando vueltas alrededor de una rueda de molino, caminó 100 millas y cuando lo desuncieron se encontraba aún en el mismo lugar. Hay hombres que hacen mucho camino sin adelantar un paso en dirección alguna. Al verse sorprendidos por el crepúsculo no han divisado ciudades, ni aldeas, ni creación, ni naturaleza, ni potencia o ángel. ¡En vano se han esforzado los pobres!.

53. La Eucaristía es Jesús, pues a éste se le llama en siríaco «Pharisata», que quiere decir «aquel que está extendido». Jesús vino, en efecto, a crucificar el mundo .

54. El Señor fue a la tintorería de Leví, tomó 72 colores y los echó en la tinaja. Luego los sacó todos teñidos de blanco y dijo: «Así es como los ha tomado el hijo <del Hijo> del hombre [...]».

55. La Sofía —a quien llaman «la estéril »— es la madre de los ángeles; la compañera [de Cristo es maría] Magdalena. [El Señor amaba a María] más que a [todos] los discípulos (y) la besó en la [boca repetidas] veces. Los demás [...] le dijeron: «¿Por qué [la quieres] más que a todos nosotros?» El Salvador respondió y les dijo: «¿A qué se debe el que no os quiera a vosotros tanto como a ella?».

56. Un ciego y un vidente —si ambos se encuentran a oscuras— no se distinguen uno de otro; mas cuando llegue la luz, el vidente verá la luz, mientras que el ciego permanecerá en la oscuridad.

57. Dijo el Señor: «Bienaventurado es el que existe antes de llegar a ser, pues el que existe existía y existirá».

58. La superioridad del hombre no es patente, sino oculta. Por eso domina las bestias que son más fuertes que él y de gran tamaño —tanto en apariencia como realmente— y les proporciona su sustento. Mas cuando se separa de ellas, éstas se matan unas a otras y se muerden hasta devorarse mutuamente por no hallar qué comer . Mas ahora —una vez que el hombre ha trabajado la tierra— han encontrado su sustento.

59. Si alguien —después de bajar a las aguas— sale de ellas sin haber recibido nada y dice «soy cristiano», este nombre lo ha recibido (sólo) en préstamo. Mas si recibe al Espíritu Santo, queda en posesión de (dicho) nombre a título de donación. A quien ha recibido un regalo nadie se lo quita, pero a quien se le da un préstamo, se le reclama.

60. Lo mismo ocurre cuando uno ha sido [...] en un misterio. El misterio del matrimonio [es] grande, pues [sin él] el mundo no existiría. La consistencia [del mundo depende del hombre], la consistencia [del hombre depende del] matrimonio. Reparad en la unión [sin mancha], pues tiene [un gran] poder. Su imagen radica en la polución [corporal].

61. Entre los espíritus impuros los hay machos y hembras. Los machos son aquellos que copulan con las almas que están alojadas en una figura femenina. Las hembras, al contrario, son aquellas que se encuentran unidas con los que están alojados en una figura masculina por culpa de un desobediente. Y nadie podrá huir de estos (espíritus) si se apoderan de uno, de no ser que se esté dotado simultáneamente de una fuerza masculina y de otra femenina —esto es, esposo y esposa— provenientes de la cámara nupcial en imagen. Cuando las mujeres necias descubren a un hombre solitario se lanzan sobre él, bromean con él (y) lo manchan. Lo mismo ocurre con los hombres necios: si descubren a una mujer hermosa que vive sola, procuran insinuarse e incluso forzarla con el fin de violarla. Pero si ven que hombre y mujer viven juntos, ni las hembras podrán acercarse al macho ni los machos a la hembra. Lo mismo ocurre si la imagen y el ángel  están unidos entre sí: tampoco se atreverá nadie a acercarse al hombre o a la mujer.

Aquel que sale del mundo no puede caer preso por la sencilla razón de que (ya) estuvo en el mundo. Está claro que éste es superior a la concuspiscencia [... y al] miedo; es señor de sus [...] y más frecuente que los celos. Mas si [se trata de ...], lo prenden y lo sofocan, y ¿cómo podrá [éste] huir de [...] y estar en condiciones de [...]? [Con frecuencia vienen] algunos [y dicen:] «nosotros somos creyentes» (a fin de escapar de ... y) demonios. Si éstos hubieran estado en posesión del Espíritu Santo, no se les habría adherido ningún espíritu inmundo.

62. No tengas miedo de la carne ni la ames: si la temes se enseñoreará de ti, si la amas te devorará y te entumecerá.

63. O se está en este mundo o en la resurrección o en lugares intermedios. ¡Quiera Dios que a mí no me encuentren en éstos! En este mundo hay cosas buenas y cosas malas: las cosas buenas no son las buenas y las malas no son las malas. Pero hay algo malo después de este mundo que es en verdad malo y que llaman el «Intermedio», es decir, la muerte. Mientras estamos en este mundo es conveniente que nos esforcemos por conseguir la resurrección para que —una vez que depongamos la carne— nos hallemos en el descanso y no tengamos que ir errando en el «Intermedio». Muchos de hecho yerran el camino. Es, pues, conveniente salir del mundo antes de que el hombre haya pecado.

64. Algunos ni quieren ni pueden, otros —aunque quieran— no les sirve de nada, por no haber obrado. De manera que un (simple) «querer» los hace pecadores, lo mismo que un «no querer». La justicia se esconderá de ambos. El «querer» [es ...], el «obrar» no.

65. Un discípulo de los apóstoles vio en una visión algunas (personas) encerradas en una casa en llamas, encadenadas [con grillos] de fuego y arrojadas [en un mar] de fuego. [Y decían ...] agua sobre [...]. Mas (éstos) replicaban que —muy en contra de su voluntad— [no] estaban en condiciones de salvar(las). Ellos recibieron [la muerte como] castigo, aquella que llaman «tiniebla [exterior]» por [tener su origen] en el agua y en el fuego.

66. El [alma] y el espíritu han llegado a la existencia partiendo de agua, fuego y luz (por mediación) del hijo de la cámara nupcial . El fuego es la unción, la luz es el fuego; no estoy hablando de este fuego que no posee forma alguna, sino del otro cuya forma es de color blanco, que es refulgente y hermoso e irradia (a su vez) hermosura.

67. La verdad no ha venido desnuda a este mundo, sino envuelta en símbolos e imágenes, ya que éste no podrá recibirla de otra manera. Hay una regeneración y una imagen de regeneración. Es en verdad necesario que se renazca a través de la imagen. ¿Qué es la resurrección? Es preciso que la imagen resucite por la imagen; es preciso que la cámara nupcial y la imagen a través de la imagen entren en la verdad que es la restauración final. Es conveniente (todo esto) para aquellos que no sólo reciben, sino que han hecho suyo por méritos propios el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Si uno no los obtiene por sí mismo, aun el mismo nombre le será arrebatado. Ahora bien, estos nombres se confieren en la unción  con el bálsamo de la fuerza [...] que los apóstoles llamaban «la derecha» y «la izquierda». Pues bien, uno así no es ya un (simple) cristiano sino un Cristo .

68. El Señor [realizó] todo en un misterio: un bautismo, nuna unción, una eucaristía, una redención y una cámara nupcial .

69. [El Señor] dijo: «Yo he venido a hacer [las cosas inferiores] como las superiores[y las externas] como las [internas, para unirlas] a todas en el lugar». [Él se manifestó aquí] a través de símbolos [...]. Aquellos, pues, que dicen: «[...] hay quien está encima [...]», se equivocan, [pues] el que se manifiesta [...] es el que llaman «de abajo» y el que posee lo oculto está encima de él. Con razón, pues, se habla de la «parte interior» y de «la exterior» y de «la que está fuera de la exterior». Y así denominaba el Señor a la perdición «tiniebla exterior, fuera de la cual no hay nada». El dijo: «Mi Padre que está escondido», y también: «Entra en tu habitación, cierra la puerta y haz oración a tu Padre que está en lo escondido», esto es, «el que está en el interior de todos ellos». Ahora bien, lo que está dentro de ellos es el Pleroma: más interior que él no hay nada. Éste es precisamente aquel de quien se dice: «está por encima de ellos».

70. Antes de Cristo salieron algunos del lugar donde no habían de volver a entrar y entraron en el lugar de donde no habían de volver a salir. Pero Cristo, con su venida, sacó fuera a aquellos que habían entrado y metió dentro a aquellos que habían salido.

71. Mientras Eva estaba [dentro de Adán] no existía la muerte, mas cuando se separó [de él] sobrevino la muerte. Cuando ésta retorne y él la acepte, dejará de existir la muerte.

72. «¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Por qué, Señor, me has abandonado?» Esto dijo El sobre la cruz  después de separar este lugar [de todo lo que] había sido engendrado por [...] a través de Dios. [El Señor resucitó] de entre los muertos [...]. Mas [su cuerpo] era perfecto: [tenía sí] una carne, pero ésta [era una carne] de verdad . [Nuestra carne al contrario] no es auténtica, [sino] una imagen de la verdadera.

73. La cámara nupcial no está hecha para las bestias, ni para los esclavos, ni para las mujeres mancilladas, sino para los hombres libres y para las vírgenes.

74. Nosotros somos —es verdad— engendrados por el Espíritu Santo, pero re-engendrados por Cristo. En ambos (casos) somos asimismo ungidos por el espíritu, y —al ser engendrados— hemos sido también unidos.

75. Sin luz nadie podrá contemplarse a sí mismo, ni en una superficie de agua ni en un espejo; pero si no tienes agua o espejo —aun teniendo luz—, tampoco podrás contemplarte. Por ello es preciso bautizarse con dos cosas: con la luz y con el agua. Ahora bien, la luz es la unción.

76. Tres eran los lugares en que se hacían ofrendas en Jerusalén: uno que se abría hacia el Poniente, llamado el «Santo»; otro abierto hacia el Mediodía, llamado el «Santo del Santo», y el tercero abierto hacia el Oriente, llamado el «Santo de los Santos», donde sólo podía entrar el Sumo Sacerdote . El bautismo es el «Santo», [la redención] es el «Santo del Santo», mientras que la cámara nupcial es el «[Santo] de los Santos». [El bautismo] trae consigo la resurrección [y la] redención, mientras que ésta se realiza en la cámara nupcial. Mas la cámara nupcial se encuentra en la cúspide [de ...]. Tú no serás capaz de encontrar [...] aquellos que hacen oración [...] Jerusalén [...] Jerusalén [...]. Jerusalén [...] llamada «Santo de los Santos» [...] el velo [...] la cámara nupcial, sino la imagen [...]. Su velo se rasgó de arriba abajo, pues era preciso que algunos subieran de abajo arriba .

77. Aquellos que se han vestido de la luz perfecta no pueden ser vistos por las Potencias ni detenidos por ellas. Ahora bien, uno puede revestirse de esta luz en el sacramento, en la unión .

78. Si la mujer no se hubiera separado del hombre, no habría muerto con él. Su separación vino a ser el comienzo de la muerte. Por eso vino Cristo, para anular la separación que existía desde el principio, para unir a ambos y para dar la vida a aquellos que habían muerto en la separación y unirlos de nuevo.

79. Pues bien, la mujer se une con su marido en la cámara nupcial y todos aquellos que se han unido en dicha cámara no volverán a separarse. Por eso se separó Eva de Adán, porque no se había unido con él en la cámara nupcial.

80. El alma de Adán llegó a la existencia por un soplo. Su cónyuge es el [espíritu; el espíritu] que le fue dado es su madre [y con] el alma le fue otorgado [...] en su lugar. Al unirse [pronunció] unas palabras que son superiores a las Potencias. Éstas le tomaron envidia [...] unión espiritual [...].

81. Jesús manifestó [su gloria en el] Jordán. La plenitud del reino de los cielos, que [preexistía] al Todo, nació allí de nuevo. El que antes [había sido] ungido, fue ungido de nuevo. El que había sido redimido, redimió a su vez.

82. Digamos —si es permitido— un secreto: el Padre del Todo se unió con la virgen que había descendido y un fuego le iluminó aquel día. Él dio a conocer la gran cámara nupcial , y por eso su cuerpo —que tuvo origen aquel día— salió de la cámara nupcial como uno que ha sido engendrado por el esposo y la esposa. Y asimismo gracias a éstos enderezó Jesús el Todo en ella, siendo preciso que todos y cada uno de sus discípulos entren en su lugar de reposo.

83. Adán debe su origen a dos vírgenes: esto es, al Espíritu y a la tierra virgen. Por eso nació Cristo de una Virgen, para reparar la caída que tuvo lugar al principio.

84. Dos árboles hay en el [centro del] paraíso: el uno produce [animales] y el otro hombres. Adán [comió] del árbol que producía animales y se convirtió él mismo en animal y engendró animales. Por eso adoran los [hijos] de Adán [a los animales]. El árbol [cuyo] fruto [comió Adán] es [el árbol del conocimiento]. [Por] eso se multiplicaron [los pecados]. [Si él hubiera] comido [el fruto del otro árbol, es decir, el] fruto del [árbol de la vida que] produce hombres, [entonces adorarían los dioses] al hombre. Dios hizo [al hombre y] el hombre hizo a Dios.

85. Así ocurre también en el mundo: los [hombres] elaboran dioses y adoran la obra de sus manos. Sería conveniente que fueran más bien los dioses los que venerasen a los hombres como corresponde a la verdad .

86. Las obras del hombre provienen de su potencia; por eso se las llama las «Potencias». Obras suyas son asimismo sus hijos, provenientes de un reposo. Por eso radica su potencia en sus obras, mientras que el reposo se manifiesta en los hijos. Y estarás de acuerdo en que esto atañe hasta la (misma) imagen . Así, pues, aquél es un hombre modelo, que realiza sus obras por su fuerza, pero engendra sus hijos en el reposo.

87. En este mundo los esclavos sirven a los libres; en el reino de los cielos servirán  los libres a los esclavos (y) los hijos de la cámara nupcial a los hijos del matrimonio. Los hijos de la cámara nupcial tienen un nombre [...]. El reposo [es común] a entrambos: no tienen necesidad de [...].

88. La contemplación [...].

89. [... Cristo] bajó al agua [...] para redimirle; [...] aquellos que Él ha [...] por su nombre. Pues Él dijo: «[Es conveniente] que cumplamos todo aquello que es justo».

90. Los que afirman: «Primero hay que morir y (luego) resucitar», se engañan. Si uno no recibe primero la resurrección en vida, tampoco recibirá nada al morir. En estos términos se expresan también acerca del bautismo, diciendo: «Gran cosa es el bautismo, pues quien lo recibe, vivirá».

91. El apóstol Felipe dijo: «José el carpintero plantó un vivero, pues necesitaba madera para su oficio. Él fue quien construyó la cruz con los árboles que había plantado. Su semilla quedó colgada de lo que había plantado. Su semilla era Jesús, y la cruz el árbol».

92. Pero el árbol de la vida está en el centro del paraíso y también el olivo, del que procede el óleo, gracias al cual (nos ha llegado) la resurrección.

93. Este mundo es necrófago: todo lo que en él se come [se ama también]. La verdad, en cambio, se nutre de la vida (misma), [por eso] ninguno de los que [de ella] se alimentan morirá. Jesús vino [del otro] lado y trajo alimento [de allí]. A los que lo deseaban dio Él [vida para que] no murieran.

94. [Dios plantó un] paraíso; el hombre [vivió en el] paraíso [...]. Este paraíso [es el lugar donde] se me dirá: «[Hombre, come de] esto o no comas [de esto, según tu] antojo». Éste es el lugar donde yo comeré de todo, ya que allí se encuentra el árbol del conocimiento. Éste causó (allí) la muerte de Adán y dio, en cambio, aquí vida a los hombres. La ley era el árbol: éste tiene la propiedad de facilitar el conocimiento del bien y del mal, pero ni le alejó (al hombre) del mal ni le confirmó en el bien, sino que trajo consigo la muerte a todos aquellos que de él comieron; pues al decir: «Comed esto, no comáis esto», se transformó en principio de la muerte.

95. La unción es superior al bautismo, pues es por la unción por la que hemos recibido el nombre de cristianos, no por el bautismo. También a Cristo se le llamó (así) por la unción, pues el Padre ungió al Hijo, el Hijo a los apóstoles y éstos nos ungieron a nosotros. El que ha recibido la unción está en posesión del Todo: de la resurrección, de la luz, de la cruz y del Espíritu Santo. El Padre le otorgó todo esto en la cámara nupcial, Él (lo) recibió .

96. El Padre puso su morada en el [Hijo] y el Hijo en el Padre: esto es [el] reino de los cielos .

97. Con razón dijo el Señor: «Algunos entraron sonriendo en el reino de los cielos y salieron [...]». Un cristiano [...] e inmediatamente [descendió] al agua y subió [siendo señor del] Todo; [no] porque era una broma, sino [porque] despreciaba esto [como indigno del] reino de [los cielos]. Si [lo] desprecia y lo toma a broma, [saldrá de allí] riendo.

98. Lo mismo ocurre con el pan, el cáliz y el óleo, si bien hay otro (misterio) que es superior a esto.

99. El mundo fue creado por culpa de una transgresión, pues el que lo creó quería hacerlo imperecedero e inmortal , pero cayó y no pudo realizar sus aspiraciones. De hecho no había incorruptibilidad ni para el mundo ni para quien lo había creado, ya que incorruptibles no son las cosas, sino los hijos, y ninguna cosa podrá ser perdurable de no ser que se haga hijo, pues ¿cómo podrá dar el que no está en disposición de recibir? .

100. El cáliz de la oración contiene vino y agua, ya que sirve de símbolo de la sangre, sobre la que se hace la acción de gracias. Está lleno del Espíritu Santo y pertenece al hombre enteramente perfecto. Al beberlo haremos nuestro al hombre perfecto.

101. El agua es un cuerpo. Es preciso que nos revistamos del hombre viviente: por eso, cuando uno se dispone a descender al agua, ha de desnudarse para poder revestirse de éste.

102. Un caballo engendra un caballo, un hombre engendra un hombre y un dios engendra un dios. Lo mismo ocurre con el esposo y [la esposa: sus hijos] tuvieron su origen en la cámara nupcial . No hubo judíos [que descendieran] de griegos [mientras] estaba en vigor [la Ley. Nosotros, en cambio, descendemos de] judíos [ apesar de ser] cristianos [...]. Éstos fueron llamados [...] «pueblo escogido» de [...] y «hombre verdadero» e «Hijo del hombre» y «simiente del Hijo del hombre». Ésta es la que llaman en el mundo «la raza auténtica».

103. Éstos son el lugar donde se encuentran los hijos de la cámara nupcial. La unión está constituida en este mundo por hombre y mujer, aposento de la fuerza y de la debilidad; en el otro mundo la forma de la unión es muy distinta.

104. Nosotros los denominamos así, pero hay otras denominaciones superiores a cualquiera de los nombres que pueda dárseles y superiores a la violencia (misma). Pues allí donde hay violencia hay quienes valen más que la violencia. Los de allí no son el uno y el otro, sino que ambos son uno mismo. El de aquí es aquel que nunca podrá sobrepasar el sentido carnal.

105. No es preciso que todos los que se encuentran en posesión del Todo se conozcan a sí mismos enteramente. Algunos de los que no se conocen a sí mismos no gozarán, es verdad, de las cosas que poseen. Mas los que hayan alcanzado el propio conocimiento, éstos sí que gozarán de ellas.

106. El hombre perfecto no sólo no podrá ser retenido, sino que ni siquiera podrá ser visto, pues si lo vieran, lo retendrían. Nadie estará en condiciones de conseguir de otra manera esta gracia, de [no] ser que se revista de la luz perfecta y [se convierta en hombre] perfecto. Todo aquel que [se haya revestido de ella] caminará [...]: ésta es la [luz] perfecta.

107. [Es preciso] que nos hagamos [hombres perfectos] antes de que salgamos [del mundo]. Quien ha recibido el Todo [sin ser señor] de estos lugares [no] podrá [dominar en] aquel lugar, sino que [irá a parar al lugar] intermedio como imperfecto. Sólo Jesús conoce el fin de éste .

108. El hombre santo lo es enteramente, incluso en lo que afecta a su cuerpo, puesto que si al recibir el pan él lo santifica —lo mismo que el cáliz o cualquiera otra cosa que recibe, él lo santifica—, ¿cómo no va a hacer santo también el cuerpo?.

109. De la misma manera que Jesús (ha hecho) perfecta el agua del bautismo, asimismo ha liquidado la muerte. Por eso nosotros descendemos —es verdad— hasta el agua, pero no bajamos hasta la muerte, para no quedar anegados en el espíritu del mundo. Cuando éste sopla hace sobrevenir el invierno, mas cuando es el Espíritu Santo el que sopla se hace verano.

110. Quien posee el conocimiento de la verdad es libre; ahora bien, el que es libre no peca, pues quien peca es esclavo del pecado. La madre es la verdad, mientras que el conocimiento es el padre. Aquellos a quienes no está permitido pecar, el mundo los llama libres. Aquellos a quienes no está permitido pecar, el conocimiento de la verdad eleva sus corazones, esto es, los hace libres y los pone por encima de todo el lugar. El amor, por su parte, edifica, mas el que ha sido hecho libre por el conocimiento hace de esclavo por amor hacia aquellos que todavía no llegaron a recibir la libertad del conocimiento; luego éste los capacita para hacerse libres. [El] amor [no se apropia] nada, pues ¿cómo [va a apropiarse algo, si todo] le pertenece? No [dice «Esto es mío»] o «Aquello me pertenece a mí», [sino que dice «Esto es] tuyo».

111. El amor espiritual es vino y bálsamo. De él gozan los que se dejan ungir con él, pero también aquellos que son ajenos a éstos, con tal de que los ungidos continúen (a su lado). En el momento en que los que fueron ungidos con bálsamo dejan de (ungirse) y se marchan, quedan despidiendo de nuevo mal olor los no ungidos que tan sólo estaban junto a ellos. El samaritano no proporcionó al herido más que vino y aceite. Ésto no es otra cosa que la unción. Y (así) curó las heridas, pues el amor cubre multitud de pecados.

112. Los (hijos) que da a luz una mujer se parecen a aquel que ama a ésta. Si se trata de su marido, se parecen al marido; si se trata de un adúltero, se parecen al adúltero. Sucede también con frecuencia que cuando una mujer se acuesta por necesidad con su marido —mientras su corazón está al lado del adúltero, con quien mantiene relaciones— da a luz lo que tiene que dar a luz manteniendo su parecido con el amante. Mas vosotros, que estáis en compañía del Hijo de Dios, no améis al mundo, sino al Señor, de manera que aquellos que vayáis a engendrar no se parezcan al mundo, sino al Señor.

113. El hombre copula con el hombre, el caballo con el caballo, el asno con el asno: las especies copulan con sus congéneres. De esta misma manera se une el espíritu con el espíritu, el Logos con el Logos [y la luz con la luz. Si tú] te haces hombre, [es el hombre el que te] amará; si te haces [espíritu], es el espíritu el que se unirá contigo; si te haces Logos, es el Logos el que se unirá contigo; si te haces luz, es la luz la que se unirá contigo; si te haces como uno de los de arriba, son los de arriba los que vendrán a reposar sobre ti; si te haces caballo, asno, vaca, perro, oveja u otro cualquiera de los animales que están afuera y que están abajo, no podrás ser amado ni por el hombre, ni por el espíritu, ni por el Logos, ni por la luz, ni por los de arriba, ni por los del interior. Estos no podrán venir a reposar dentro de ti y tú no formarás parte de ellos.

114. El que es esclavo contra su voluntad podrá llegar a ser libre. El que después de haber alcanzado la libertad por gracia de su señor se ha vendido a sí mismo nuevamente como esclavo, no podrá volver a ser libre.

115.  La agircultura de (este) mundo está basada en cuatro elementos: se recolecta partiendo de agua, tierra, viento y luz. Asimismo la economía de Dios depende de cuatro (elementos): fe, esperanza, amor y conocimiento. Nuestra tierra es la fe, en la que echamos raíces; el agua es la esperanza, por la que [nos alimentamos]; el viento es el amor, por [el que] crecemos; la luz [es] el conocimiento, por el que [maduramos].

116. La gracia es [...]; el labrador son [...] por encima del cielo. Bienaventurado es el que no ha atribulado a un alma. Éste es Jesucristo. Él vino al encuentro de todo el lugar sin onerar a nadie. Por eso dichoso es el que es así, pues es un hombre perfecto, ya que éste (es) el Logos.

117. Preguntadnos acerca de él, pues es difícil enderezarlo. ¿Cómo vamos a ser capaces de realizar esta gran obra?

118. ¿Cómo va a conceder el descanso a todos? Ante todo no se debe causar tristeza a nadie, sea grande o pequeño, no creyente o creyente. Luego hay que proporcionar descanso a aquellos que reposan en el bien. Hay gente a quienes aprovecha proporcionar descanso al hombre de bien. Al que practica el bien no le es posible proporcionar a éstos descanso, pues no está en su mano, pero tampoco le es posible causar tristeza, al no dar ocasión a que ellos sufran angustia. Pero el hombre de bien les causa a veces aflicción. Y no es que él lo haga adrede, sino que es su propia maldad la que los aflige. El que dispone de la naturaleza (adecuada) causa gozo al que es bueno, pero algunos se afligen a causa de esto en extremo.

119. Un amo de casa se proveyó de todo: hijos, esclavos, [ganado], perros, cerdos, trigo, cebada, paja, heno, [huesos], carne y bellotas. Era inteligente y conocía el alimento (adecuado) para cada cual. A los hijos les ofreció pan , [aceite y carne]; a los esclavos les ofreció aceite de ricino [y] trigo; a los animales [les echó], paja y heno; [a los] perros les echó huesos; [a los cerdos] les echó bellotas y [restos de] pan. Lo mismo ocurre con el discípulo de Dios: si es inteligente, comprende lo que es ser discípulo. Las formas corporales no serán capaces de engañarle, sino que se fijará en la disposición del alma de cada cual y (así) hablará con él. Hay muchos animales en el mundo que tienen forma humana. Si es capaz de reconocerlos, echará bellotas a los cerdos, mientras que al ganado le echará cebada, paja y heno; a los perros les echará huesos, a los esclavos les dará (alimentos) rudimentarios, y a los hijos lo perfecto.

120. Hay un Hijo del hombre y hay un hijo del Hijo del hombre. El Señor es el Hijo del hombre, y el hijo del Hijo del hombre es aquel que fue hecho por el Hijo del hombre. El Hijo del hom r.

121. Quien ha recibido la facultad de crear es una criatura, quien ha recibido la de engendrar es un engendrado. Quien crea no puede engendrar, quien engendra puede crear. Suele decirse «Quien crea engendra», pero lo que engendra es una criatura. Por [eso] los que han sido engendrados por él no son sus hijos, sino [...]. El que crea, actúa [visiblemente] y él mismo es [visible]. El que engendra, [actúa ocultamente] y él mismo permanece oculto: [...] la imagen. El que crea [lo hace] abiertamente, mas el que engendra [engendra] hijos ocultamente.

122. [Nadie podrá] saber nunca cuál es [el día en que el hombre] y la mujer copulan —fuera de ellos mismos—, ya que las nupcias de (este) mundo son un misterio para aquellos que han tomado mujer. Y si el matrimonio de la polución permanece oculto, ¿cuánto más constituirá el matrimonio impoluto un verdadero misterio? Este no es carnal, sino puro; no pertenece a la pasión, sino a la voluntad; no pertenece a las tinieblas o a la noche, sino al día y a la luz. Si la unión matrimonial se efectúa al descubierto, queda reducida a un acto de fornicación . No sólo cuando la esposa recibe el semen de otro hombre, sino también cuando abandona su dormitorio a vista (de otros), comete un acto de fornicación . Sólo le está permitido exhibirse a su propio padre, a su madre, al amigo del esposo y a los hijos del esposo. Éstos pueden entrar todos los días en la cámara nupcial . Los demás, que se contenten con el deseo aunque sólo sea de escuchar su voz y de gozar de su perfume y de alimentarse de los desperdicios que caen bre recibió de Dios la facultad de crear, él tiene (también) la de engendra de la mesa como los perros. Esposos y esposas pertenecen a la cámara nupcial. Nadie podrá ver al esposo y a la esposa de no ser que [él mismo] llegue a serlo.

123. Cuando a Abrahán [le fue dado] ver lo que hubo de  ver, circuncidó la carne del prepucio enseñándonos (con ello) que es necesario destruir la carne [...] del mundo. Mientras sus [pasiones están escondidas] persisten y continúan viviendo, [mas si salen a la luz] perecen [a ejemplo] del hombre visible. [Mientras] las entrañas del hombre están escondidas, está vivo el hombre; si las entrañas aparecen por fuera y salen de él, morirá el hombre. Lo mismo ocurre con el árbol: mientras su raíz está oculta, echa renuevos y (se desarrolla), mas cuando su raíz se deja ver por fuera, el árbol se seca. Lo mismo ocurre con cualquier cosa que ha llegado a ser en (este) mundo, no sólo con lo manifiesto, sino también con lo oculto: mientras la raíz del mal está oculta, éste se mantiene fuerte; pero nada más ser descubierta, se desintegra y —no bien se ha manifestado— se desvanece. Por eso dice el Logos: «Ya está puesta el hacha a la raíz de los árboles». Éste no podará, (pues) lo que se poda brota de nuevo, sino que cava(rá) hasta el fondo, hasta sacar la raíz. Mas Jesús ha arrancado de cuajo la raíz de todo el lugar, mientras que otros (lo han hecho únicamente) en parte.

Por lo que se refiere a nosotros, todos y cada uno debemos socavar la raíz del mal que está en cada cual y arrancar(la) enteramente del corazón. (El mal) lo erradicamos cuando lo reconocemos, pero si no nos damos cuenta de él echa raíces en nosotros y produce sus frutos en nuestro corazón; se enseñorea de nosotros y nos hacemos sus esclavos; nos tiene cogidos en su garra  para que hagamos aquello que [no] queremos y [omitamos] aquello que queremos; es poderoso porque no lo hemos reconocido y mientras [está allí] sigue actuando. La [ignorancia] es la madre del [...]; la ignorancia [está al servicio de ...]; lo que proviene [de ella] ni existía, ni [existe], ni existirá. [Mas aquellos que vienen de la verdad (?)] alcanzarán su perfección cuando toda la verdad se manifieste. La verdad es como la ignorancia: si está escondida, descansa en sí misma; pero si se manifiesta y se la reconoce, es objeto de alabanza porque es más fuerte que la ignorancia y que el error. Ella da la libertad. Ya dijo el Logos: «Si reconocéis la verdad, la verdad os hará libres». La ignorancia es esclavitud, el conocimiento es libertad. Si reconocemos la verdad, encontraremos los frutos de la verdad en nosotros mismos; si nos unimos a ella, nos traerá la plenitud.

124. Ahora estamos en posesión de lo que es manifiesto dentro de la creación y decimos: «Esto es lo sólido y codiciable, mientras que lo oculto es débil y digno de desprecio». Así ocurre con el elemento manifiesto de la verdad, que es débil y despreciable, mientras que lo oculto es lo sólido y digno de aprecio. Manifiestos están los misterios de la verdad a manera de modelos e imágenes, mientras que la cámara nupcial —que es el Santo dentro del Santo— permanece oculta.

125. El velo mantenía oculta en un principio la manera cómo Dios gobernaba la creación; pero cuando se rasgue y aparezca lo del interior, quedará desierta esta casa o más bien será destruida. Mas la divinidad en su conjunto no huirá [de] estos lugares (para irse) al Santo de los Santos, pues no podrá unirse con la [luz acrisolada] ni con el Pleroma sin [mancha]. Ella [se refugiará] más bien bajo las alas de la cruz [y bajo sus] brazos. El arca [les] servirá de salvación cuando el diluvio de agua irrumpa sobre ellos.

Los que pertenezcan al linaje sacerdotal podrán penetrar en la parte interior del velo con el Sumo Sacerdote. Por eso se rasgó aquél no sólo por la parte superior, pues (si no) sólo se habría abierto para los que estaban arriba; ni tampoco se rasgó únicamente por la parte inferior, pues (si no) sólo se habría mostrado a los que estaban abajo. Sino que se rasgó de arriba abajo. Las cosas de arriba nos quedaron patentes a nosotros que estamos abajo, para que podamos penetrar en lo recóndito de la verdad. Esto es realmente lo apreciable, lo sólido. Pero nosotros hemos de entrar allí a través de debilidades y de símbolos despreciables, pues no tienen valor alguno frente a la gloria perfecta. Hay una gloria por encima de la gloria y un poder por encima del poder. Por eso nos ha sido hecho patente lo perfecto y el secreto de la verdad. Y el Santo de los Santos se (nos) ha manifestado y la cámara nupcial nos ha invitado a entrar.

Mientras esto permanece oculto, la maldad está neutralizada, pero no ha sido expulsada de la simiente del Espíritu Santo, (por lo que) ellos siguen siendo esclavos de la maldad. Mas cuando esto se manifieste, entonces se derramará la luz perfecta sobre todos y todos los que se encuentran en ella [recibirán] la unción . Entonces quedarán libres los esclavos y los cautivos serán redimidos.

126. [Toda] planta que [no] haya plantado mi Padre que está en los cielos [será] arrancada. Los separados serán unidos [y] colmados. Todos los que [entren] en la cámara nupcial irradiarán [luz], pues ellos [no] engendran como los matrimonios que [...] actúan en la noche. El fuego [brilla] en la noche (y) se apaga, pero los misterios de esta bodas se desarrollan de día y (a plena) luz. Este día y su fulgor no tienen ocaso.

127. Si uno se hace hijo de la cámara nupcial, recibirá la luz. Si uno no la recibe mientras se encuentra en estos parajes, tampoco la recibirá en el otro lugar. Si uno recibe dicha luz, no podrá ser visto ni detenido, y nadie podrá molestar a uno de esta índole mientras vive en este mundo, e incluso, cuando haya salido de él, (pues) ya ha recibido la verdad en imágenes. El mundo se ha convertido en eón, pues el eón es para él plenitud, y lo es de esta forma: manifestándose a él exclusivamente, no escondido en las tinieblas y en la noche, sino oculto en un día perfecto y en una luz santa.

Evangelio según Felipe. Fuente: Los Evangelios Apócrifos, por Aurelio De Santos Otero, BAC

Zohar – Bereschit, fragmento

 

Génesis I. 1 – VI, 8


En la iniciación, la decisión del Rey hizo un trazo en el fulgor superior, una lámpara de centelleo, y allí surgió en los nichos impenetrables del misterioso ilimitado un núcleo informe incluido en un anillo, ni blanco, ni negro, ni rojo, ni verde, ni de color alguno. Cuando tornó las medidas, modeló colores para mostrar adentro, y dentro de la lámpara surgió cierto efluvio, que abajo llevaba impresos colores. El Poder más misterioso envuelto en lo ilimitado, sin hendir su vacío, permaneció totalmente incognoscible hasta que de la fuerza de los golpes brilló un punto supremo y misterioso. Más allá de ese punto nada es cognoscible, y por eso se llama Reschit (“Comienzo”), la expresión creadora que es el punto de partida de todo.

Está escrito: “Y los inteligentes brillarán como el esplendor del firmamento, y aquellos que justifican a muchos, como las estrellas por siempre jamás”.

Había efectivamente un “esplendor” (Zohar). El Más Misterioso golpeó su vacío, e hizo que este punto brillara. Este comienzo se extendió entonces e hizo para sí un palacio por su honor y gloria. Allí sembró una simiente sagrada que hubo de generar para beneficio del Universo y a la que puede aplicarse la expresión de la Escritura: “La santa simiente es mi tronco. Nuevamente hubo Zohar, en el que sembró una simiente para su gloria, exactamente como el gusano de seda se encierra en un palacio de su propia producción, que es a la vez útil y hermoso. Así, por medio de este “comienzo” el Misterioso Desconocido hizo su palacio. Este palacio es llamado Elohim, y esta doctrina se halla contenida en las palabras “por medio de un principio creó a Elohim”.

El Zohar es eso de lo cual fueron creadas todas las expresiones creadoras a través de la extensión del punto de ese esplendor misterioso. No hemos de sorprendernos por el empleo de la palabra “creó” en esta conexión, dado que luego leemos: “Y Dios creó al hombre a su imagen”

El evangelio según Tomás - Texto copto de Nag Hammadi

 

Estas son las palabras secretas que pronunció Jesús el Viviente y que Dídimo Judas Tomás consignó por escrito.

1. Y dijo: «Quien encuentre el sentido de estas palabras no gustará la muerte».

2. Dijo Jesús: «El que busca no debe dejar de buscar hasta tanto que encuentre. Y cuando encuentre se estremecerá, y tras su estremecimiento se llenará de admiración y reinará sobre el universo».

3. Dijo Jesús: «Si aquellos que os guían os dijeren: Ved, el Reino está en el cielo, entonces las aves del cielo os tomarán la delantera. Y si os dicen: Está en la mar, entonces los peces os tomarán la delantera. Mas el Reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros. Cuando lleguéis a conoceros a vosotros mismos, entonces seréis conocidos y caeréis en la cuenta de que sois hijos del Padre Viviente. Pero si no os conocéis a vosotros mismos, estáis sumidos en la pobreza y sois la pobreza misma».

4. Dijo Jesús: «No vacilará un anciano a su edad en preguntar a un niño de siete días por el lugar de la vida, y vivirá; pues muchos primeros vendrán a ser últimos y terminarán siendo uno solo».

5. Dijo Jesús: «Reconoce lo que tienes ante tu vista y se te manifestará lo que te está oculto, pues nada hay escondido que no llegue a ser manifiesto».

6. Le preguntaron sus discípulos diciéndole: «¿Quieres que ayunemos?¿Y de qué forma hemos de orar y dar limosna, y qué hemos de observar  respecto a la comida?» Jesús dijo: «No mintáis ni hagáis lo que aborrecéis, pues ante el cielo todo está patente, ya que nada hay oculto que no termine por quedar manifiesto y nada escondido que pueda mantenerse sin ser revelado».

7. Jesús dijo: «Dichoso el león que al ser ingerido por un hombre se hace hombre; abominable el hombre que se deja devorar por un león y éste se hace hombre».

8. Y dijo: «El hombre se parece a un pescador inteligente que echó su red al mar y la sacó de él llena de peces pequeños. Al encontrar entre ellos un pez grande y bueno, aquel pescador inteligente arrojó todos los peces pequeños al mar y escogió sin vacilar el pez grande».

9. Dijo Jesús: «He aquí que el sembrador salió, llenó su mano y desparramó. Algunos (granos de simiente) cayeron en el camino y vinieron los pájaros y se los llevaron. Otros cayeron sobre piedra y no arraigaron en la tierra ni hicieron germinar espigas hacia el cielo. Otros cayeron entre espinas —éstas ahogaron la simiente— y el gusano se los comió. Otros cayeron en tierra buena y (ésta) dio una buena cosecha, produciendo 60 y 120 veces por medida».

10. Dijo Jesús: «He arrojado fuego sobre el mundo y ved que lo mantengo hasta que arda».

11. Dijo Jesús: «Pasará este cielo y pasará asimismo el que está encima de él. Y los muertos no viven ya, y los que están vivos no morirán. Cuando comíais lo que estaba muerto, lo hacíais revivir; ¿qué vais a hacer cuando estéis en la luz? El día en que erais una misma cosa, os hicisteis dos; después de haberos hecho dos, ¿qué vais a hacer?».

12. Los discípulos dijeron a Jesús: «Sabemos que tú te irás de nuestro lado; ¿quién va a ser el mayor entre nosotros?» Díjoles Jesús: «Dondequiera que os hayáis reunido, dirigíos a Santiago el Justo, por quien el cielo y la tierra fueron creados».

13. Dijo Jesús a sus discípulos: «Haced una comparación y decidme a quién me parezco». Dijóle Simón Pedro: «Te pareces a un ángel justo». Díjole Mateo: «Te pareces a un filósofo, a un hombre sabio». Díjole Tomás: «Maestro, mi boca es absolutamente incapaz de decir a quién te pareces». Respondió Jesús: «Yo ya no soy tu maestro, puesto que has bebido y te has emborrachado del manantial que yo mismo he medido». Luego le tomó consigo, se retiró y le dijo tres palabras. Cuando Tomás se volvió al lado de sus compañeros, le preguntaron éstos: «¿Qué es lo que te ha dicho Jesús?» Tomás respondió: «Si yo os revelara una sola palabra de las que me ha dicho, cogeríais piedras y las arrojaríais sobre mí: entonces saldría fuego de ellas y os abrasaría».

14. Díjoles Jesús: «Si ayunáis, os engendraréis pecados; y si hacéis oración, se os condenará ; y si dais limosnas, haréis mal a vuestros espíritus. Cuando vayáis a un país cualquiera y caminéis por las regiones, si se os recibe, comed lo que os presenten (y) curad  a los enfermos entre ellos. Pues lo que entra en vuestra boca no os manchará, mas lo que sale de vuestra boca, eso sí que os manchará».

15. Dijo Jesús: «Cuando veáis al que no nació de mujer, postraos sobre vuestro rostro y adoradle: Él es vuestro padre».

16. Dijo Jesús: «Quizá piensan los hombres que he venido a traer paz al mundo, y no saben que he venido a traer disensiones sobre la tierra: fuego, espada, guerra . Pues cinco habrá en casa: tres estarán contra dos y dos contra tres, el padre contra el hijo y el hijo contra el padre. Y todos ellos se encontrarán en soledad».

17. Dijo Jesús: «Yo os daré lo que ningún ojo ha visto y ningún oído ha escuchado y ninguna mano ha tocado y en ningún corazón humano ha penetrado».

18. Dijeron los discípulos a Jesús: «Dinos cómo va a ser nuestro fin». Respondió Jesús: «¿Es que habéis descubierto ya el principio para que preguntéis por el fin? Sabed que donde está el principio, allí estará también el fin. Dichoso aquel que se encuentra en el principio: él conocerá el fin y no gustará la muerte».

19. Dijo Jesús: «Dichoso aquel que ya existía antes de llegar a ser. Si os hacéis mis discípulos (y) escucháis mis palabras, estas piedras se pondrán a vuestro servicio. Cinco árboles tenéis en el paraíso que ni en verano ni en invierno se mueven y cuyo follaje no cae: quien los conoce no gustará la muerte».

20. Dijeron los discípulos a Jesús: «Dinos a qué se parece el reino de los cielos». Díjoles: «Se parece a un grano de mostaza, que es (ciertamente) la más exigua de todas las semillas, pero cuando cae en tierra de labor hace brotar un tallo (y) se convierte en cobijo para los pájaros del cielo».

21. Dijo Mariham a Jesús: «¿A qué se parecen tus discípulos ?» Él respondió: «Se parecen a unos muchachos que se han acomodado en una parcela ajena. Cuando se presenten los dueños del terreno les dirán: Devolvednos nuestra finca. Ellos se sienten desnudos en su presencia al tener que dejarla y devolvérsela». Por eso os digo: «Si el dueño de la casa se entera de que va a venir el ladrón, se pondrá a vigilar antes de que llegue y no permitirá que éste penetre en la casa de su propiedad y se lleve su ajuar. Así, pues, vosotros estad también alerta ante el mundo, ceñid vuestros lomos con fortaleza para que los ladrones encuentren cerrado el paso hasta vosotros; pues (si no) darán con la recompensa  que vosotros esperáis. ¡Ojalá surja de entre vosotros un hombre sabio que —cuando la cosecha hubiere madurado— venga rápidamente con la hoz en la mano y la siegue! El que tenga oídos para oír, que oiga».

22. Jesús vio unas criaturas que estaban siendo amamantadas y dijo a sus discípulos: «Estas criaturas a las que están dando el pecho se parecen a quienes entran en el Reino». Ellos le dijeron: «¿Podremos nosotros —haciéndonos pequeños— entrar en el Reino?» Jesús les dijo: «Cuando seáis capaces de hacer de dos cosas una, y de configurar lo interior con lo exterior, y lo exterior con lo interior, y lo de arriba con lo de abajo, y de reducir a la unidad lo masculino y lo femenino, de manera que el macho deje de ser macho y la hembra hembra; cuando hagáis ojos de un solo ojo y una mano en lugar de una mano y un pie en lugar de un pie y una imagen  en lugar de una imagen, entonces podréis entrar [en el Reino]».

23. Dijo Jesús: «Yo os escogeré uno entre mil y dos entre diez mil; y resultará que ellos quedarán como uno solo».

24. Dijeron sus discípulos: «Instruyenos acerca del lugar donde moras, pues sentimos la necesidad de indagarlo». Díjoles: «El que tenga oídos, que escuche: en el interior de un hombre de luz hay siempre luz y él ilumina todo el universo; sin su luz reinan las tinieblas».

25. Dijo Jesús: «Ama a tu hermano como a tu alma; cuídalo como la pupila de tu ojo».

26. Dijo Jesús: «La paja en el ojo de tu hermano, sí que la ves; pero la viga en el tuyo propio, no la ves. Cuando hayas sacado la viga de tu ojo, entonces verás de quitar la paja del ojo de tu hermano».

27. (Dijo Jesús): «Si no os abstenéis del mundo, no encontraréis el Reino; si no hacéis del sábado sábado, no veréis al Padre».

28. Dijo Jesús: «Yo estuve en medio del mundo y me manifesté a ellos en carne. Los hallé a todos ebrios (y) no encontré entre ellos uno siquiera con sed. Y mi alma sintió dolor por los hijos de los hombres, porque son ciegos en su corazón y no se percatan de que han venido vacíos al mundo y vacíos intentan otra vez salir de él. Ahora bien: por el momento están ebrios, pero cuando hayan expulsado su vino, entonces se arrepentirán».

29. Dijo Jesús: «El que la carne haya llegado a ser gracias al espíritu es un prodigio; pero el que el espíritu (haya llegado a ser) gracias al cuerpo, es prodigio [de prodigios]. Y yo me maravillo cómo esta gran riqueza ha venido a alojarse en esta pobreza».

30. Dijo Jesús: «Dondequiera que hubiese tres dioses, dioses son; dondequiera que haya dos o uno, con él estoy yo».

31. Dijo Jesús: «Ningún profeta es aceptado en su aldea; ningún médico cura a aquellos que le conocen».

32. Dijo Jesús: «Una ciudad que está construida (y) fortificada sobre una alta montaña no puede caer ni pasar inadvertida».

33. Dijo Jesús: «Lo que escuchas con uno y otro oído, pregónalo desde la cima de vuestros tejados; pues nadie enciende una lámpara y la coloca bajo el celemín o en otro lugar escondido, sino que la pone sobre el candelero para que todos los que entran y salen vean su resplandor».

34. Dijo Jesús: «Si un ciego guía a otro ciego, ambos caen en el hoyo».

35. Dijo Jesús: «No es posible que uno entre en la casa del fuerte y se apodere de ella (o de él) de no ser que logre atarle las manos a éste: entonces sí que saqueará su casa».

36. Dijo Jesús: «No estéis preocupados desde la mañana hasta la noche y desde la noche hasta la mañana (pensando) qué vais a poneros».

37. Sus discípulos dijeron: «¿Cuándo te nos vas a manifestar y cuándo te vamos a ver?» Dijo Jesús: «Cuando perdáis (el sentido de) la vergüenza y —cogiendo vuestros vestidos— los pongáis bajo los talones como niños pequeños y los pisoteéis, entonces [veréis] al Hijo del Viviente y no tendréis miedo».

38. Dijo Jesús: «Muchas veces deseasteis escuchar estas palabras que os estoy diciendo sin tener a vuestra disposición alguien a quien oírselas. Días llegarán en que me buscaréis (y) no me encontraréis».

39. Dijo Jesús: «Los fariseos y los escribas recibieron las llaves del conocimiento y las han escondido: ni ellos entraron, ni dejaron entrar a los que querían. Pero vosotros sed cautos como las serpientes y sencillos como las palomas».

40. Dijo Jesús: «Una cepa ha sido plantada al margen del Padre y —como no está firmemente arraigada— será arrancada de cuajo y se malogrará».

41. Jesús dijo: «A quien tiene en su mano se le dará; y a quien nada tiene —aun aquello poco que tiene— se le quitará».

42. Dijo Jesús: «Haceos pasajeros».

43. Le dijeron sus discípulos: «¿Quién eres tú para decirnos estas cosas?» [Jesús respondió]: «Basándoos en lo que os estoy diciendo, no sois capaces de entender quién soy yo; os habéis vuelto como los judíos, ya que éstos aman el árbol y odian su fruto, aman el fruto y odian el árbol».

44. Dijo Jesús: «A quien insulte al Padre, se le perdonará; y a quien insulte al Hijo, (también) se le perdonará. Pero quien insulte al Espíritu Santo no encontrará perdón ni en la tierra ni en el cielo».

45. Dijo Jesús: «No se cosechan uvas de los zarzales ni se cogen higos de los espinos, (pues) éstos no dan fruto alguno. [Un] hombre bueno saca cosas buenas de su tesoro; un hombre malo saca cosas malas del mal tesoro que tiene en su corazón y habla maldades, pues de la abundancia del corazón saca él la maldad».

46. Dijo Jesús: «Desde Adán hasta Juan el Bautista no hay entre los nacidos de mujer nadie que esté más alto que Juan el Bautista, de manera que sus ojos no se quiebren. Pero yo he dicho: Cualquiera de entre vosotros que se haga pequeño, vendrá en conocimiento del Reino y llegará a ser encumbrado por encima de Juan».

47. Dijo Jesús: «No es posible que un hombre monte dos caballos y tense dos arcos; no es posible que un esclavo sirva a dos señores, sino que más bien honrará a uno y despreciará al otro. A ningún hombre le apetece —después de haber bebido vino añejo— tomar vino nuevo; no se echa vino nuevo en odres viejos, no sea que éstos se rompan, y no se echa vino añejo en odre nuevo para que éste no le eche a perder. No se pone un remiendo viejo en un vestido nuevo, pues se produciría un rasgón».

48. Dijo Jesús: «Si dos personas hacen la paz entre sí en esta misma casa, dirán a la montaña: ¡Desaparece de aquí! Y ésta desaparecerá».

49. Dijo Jesús: «Bienaventurados los solitarios y los elegidos: vosotros encontraréis el Reino, ya que de él procedéis (y) a él tornaréis».

50. Dijo Jesús: «Si os preguntan: ¿De dónde habéis venido?, decidles: Nosotros procedemos de la luz, del lugar donde la luz tuvo su origen por sí misma; (allí) estaba afincada y se manifestó en su imagen. Si os preguntan: ¿Quién sois vosotros.?, decid: Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente. Si se os pregunta: ¿Cuál es la señal de vuestro Padre que lleváis en vosotros mismos?, decidles: Es el movimiento y a la vez el reposo».

51. Le dijeron sus discípulos: «¿Cuándo sobrevendrá el reposo de los difuntos y cuándo llegará el mundo nuevo?» Él les dijo: «Ya ha llegado (el reposo) que esperáis, pero vosotros no caéis en la cuenta».

52. Sus discípulos le dijeron: «24 profetas alzaron su voz en Israel y todos hablaron de tí». El les dijo: «Habéis dejado a un lado al Viviente (que está) ante vosotros ¡y habláis de los muertos!».

53. Sus discípulos le dijeron: «¿Es de alguna utilidad la circuncisión o no?» Y él les dijo: «Si para algo valiera, ya les engendraría su padre circuncisos en el seno de sus madres; sin embargo, la verdadera circuncisión en espíritu ha sido de gran utilidad».

54. Dijo Jesús: «Bienaventurados los pobres, pues vuestro es el reino de los cielos».

55. Dijo Jesús: «Quien no odie a su padre y a su madre, no podrá ser discípulo mío. Y (quien no) odie a sus hermanos y hermanas (y no cargue) con su cruz como yo, no será digno de mí».

56. Dijo Jesús: «Quien haya comprendido (lo que es) el mundo, ha dado con un cadáver. Y quien haya encontrado un cadáver, de él no es digno el mundo».

57. Dijo Jesús: «El Reino del Padre se parece a un hombre que tenía una [buena] semilla. Vino de noche su enemigo y sembró cizaña entre la buena semilla. Este hombre no consintió que ellos (los jornaleros) arrancasen la cizaña, sino que les dijo: No sea que vayáis a escardar la cizaña y con ella arranquéis el trigo; ya aparecerán las matas de cizaña el día de la siega, (entonces) se las arrancará y se las quemará».

58. Dijo Jesús: «Bienaventurado el hombre que ha sufrido: ha encontrado la vida».

59. Dijo Jesús: «Fijad vuestra mirada en el Viviente mientras estáis vivos, no sea que luego muráis e intentéis contemplarlo y no podáis».

60. (Vieron) a un samaritano que llevaba un cordero camino de Judea y dijo a sus discípulos : «(¿Qué hace) éste con el cordero?» Ellos le dijeron: «(Irá) a sacrificarlo para comérselo.» Y les dijo: «Mientras esté vivo no se lo comerá, sino sólo después de haberlo degollado, cuando (el cordero) se haya convertido en un cadáver». Ellos dijeron: «No podrá obrar de otro modo». El dijo: «Vosotros aseguraos un lugar de reposo para que no os convirtáis en cadáveres y seáis devorados».

61. Dijo Jesús: «Dos reposarán en un mismo lecho: el uno morirá, el otro vivirá». Dijo Salomé: «¿Quién eres tú, hombre, y de quién? Te has subido a mi lecho y has comido de mi mesa». Díjole Jesús: «Yo soy el que procede de quien (me) es idéntico; he sido hecho partícipe de los atributos de mi Padre». (Salomé dijo): «Yo soy tu discípula». (Jesús le dijo): «Por eso es por lo que digo que si uno ha llegado a ser idéntico, se llenará de luz; mas en cuanto se desintegre, se inundará de tinieblas».

62. Dijo Jesús: «Yo comunico mis secretos a los que [son dignos] de ellos. Lo que hace tu derecha, no debe averiguar tu izquierda lo que haga».

63. Dijo Jesús: «Había un hombre rico que poseía una gran fortuna, y dijo: Voy a emplear mis riquezas en sembrar, cosechar, plantar y llenar mis graneros de frutos de manera que no me falte de nada. Esto es lo que él pensaba en su corazón; y aquella noche se murió. El que tenga oídos, que oiga».

64. Dijo Jesús: «Un hombre tenía invitados. Y cuando hubo preparado la cena, envió a su criado a avisar a los huéspedes. Fue (éste) al primero y le dijo: Mi amo te invita. Él respondió: Tengo (asuntos de) dinero con unos mercaderes; éstos vendrán a mí por la tarde y yo habré de ir y darles instrucciones; pido excusas por la cena. Fuese a otro y le dijo: Estás invitado por mi amo. Él le dijo: He comprado una casa y me requieren por un día; no tengo tiempo. Y fue a otro y le dijo: Mi amo te invita. Y él le dijo: Un amigo mío se va a casar y tendré que organizar el festín. No voy a poder ir; me excuso por lo de la cena. Fuese a otro y le dijo: Mi amo te invita. Éste replicó: Acabo de comprar una hacienda (y) me voy a cobrar la renta; no podré ir, presento mis excusas. Fuese el criado (y) dijo a su amo: Los que invitaste a la cena se han excusado. Dijo el amo a su criado: Sal a la calle (y) tráete a todos los que encuentres para que participen en mi festín; los mercaderes y hombres de negocios [no entrarán] en los lugares de mi Padre».

65. El dijo: «Un hombre de bien poseía un majuelo y se lo arrendó a unos viñadores para que lo trabajaran y así poder percibir de ellos el fruto. Envió, pues, a un criado para que éstos le entregaran la cosecha del majuelo. Ellos prendieron al criado y le golpearon hasta casi matarlo. Éste fue y se lo contó a su amo, quien dijo: Tal vez no les reconoció; y envió otro criado. También éste fue maltratado por los viñadores. Entonces envió a su propio hijo, diciendo ¡A ver si respetan por lo menos a mi hijo! Los viñadores —a quienes no se les ocultaba que éste era el heredero del majuelo— le prendieron (y) le mataron. El que tenga oídos, que oiga».

66. Dijo Jesús: «Mostradme la piedra que los albañiles han rechazado; ésta es la piedra angular».

67. Dijo Jesús: «Quien sea conocedor de todo, pero falle en (lo tocante a) sí mismo, falla en todo».

68. Dijo Jesús: «Dichosos vosotros cuando se os odie y se os persiga, mientras que ellos no encontrarán un lugar allí donde se os ha perseguido a vosotros».

69. Dijo Jesús: «Dichosos los que han sufrido persecución en su corazón: éstos son los que han reconocido al Padre de verdad». (Dijo Jesús): «Dichosos los hambrientos, pues el estómago de aquellos que hambrean se saciará».

70. Dijo Jesús: «Cuando realicéis esto en vosotros mismos, aquello que tenéis os salvará; pero si no lo tenéis dentro, aquello que no tenéis en vosotros mismos os matará».

71. Dijo Jesús: «Voy a des[truir esta] casa y nadie podrá [re]edificarla».

72. [Un hombre] le [dijo]: «Di a mis hermanos que repartan conmigo los bienes de mi padre». El replicó: «¡Hombre! ¿Quién ha hecho de mí un repartidor?» Y se dirigió a sus discípulos, diciéndoles: «¿Es que soy por ventura un repartidor?».

73. Dijo Jesús: «La cosecha es en verdad abundante, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al Señor que envíe obreros para la recolección».

74. El dijo: «Señor, hay muchos alrededor del aljibe, pero no hay nadie dentro del aljibe».

75. Dijo Jesús: «Muchos están ante la puerta, pero son los solitarios los que entrarán en la cámara nupcial».

76. Dijo Jesús: «El reino del Padre se parece a un comerciante poseedor de mercancías, que encontró una perla. Ese comerciante era sabio: vendió sus mercancías y compró aquella perla única. Buscad vosotros también el tesoro imperecedero allí donde no entran ni polillas para devorar(lo) ni gusano para destruir(lo)».

77. Dijo Jesús: «Yo soy la luz que está sobre todos ellos. Yo soy el universo: el universo ha surgido de mí y ha llegado hasta mí. Partid un leño y allí estoy yo; levantad una piedra y allí me encontraréis».

78. Dijo Jesús: «¿A qué salisteis al campo? ¿Fuisteis a ver una caña sacudida por el viento? ¿Fuisteis a ver a un hombre vestido de ropas finas? [Mirad a vuestros] reyes y a vuestros magnates: ellos son los que llevan [ropas] finas, pero no podrán reconocer la verdad».

79. Le dijo una mujer de entre la turba: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». El [le] respondió: «Bienaventurados aquellos que han escuchado la palabra del Padre (y) la han guardado de verdad, pues días vendrán en que diréis: Dichoso el vientre que no concibió y los pechos que no amamantaron».

80. Dijo Jesús: «El que haya reconocido al mundo, ha encontrado el cuerpo. Pero de quien haya encontrado el cuerpo, de éste no es digno el mundo».

81. Dijo Jesús: «Quien haya llegado a ser rico, que se haga rey; y quien detente el poder, que renuncie».

82. Dijo Jesús: «Quien esté cerca de mí, está cerca del fuego; quien esté lejos de mí, está lejos del Reino».

83. Dijo Jesús: «Las imágenes se manifiestan al hombre, y la luz que hay en ellas permanece latente en la imagen de la luz del Padre. Él se manifestará, quedando eclipsada su imagen por su luz».

84. Dijo Jesús: «Cuando contempláis lo que se os parece, os alegráis; pero cuando veáis vuestras propias imágenes hechas antes que vosotros —imperecederas y a la vez invisibles—, ¿cuánto podréis aguantar?».

85. Dijo Jesús: «El que Adán llegara a existir se debió a una gran fuerza y a una gran riqueza; (sin embargo), no llegó a ser digno de vosotros, pues en el supuesto de que hubiera conseguido ser digno, [no hubiera gustado] la muerte».

86. Dijo Jesús: «[Las zorras tienen su guarida] y los pájaros [su] nido, pero el Hijo del hombre no tiene lugar donde reclinar su cabeza (y) descansar».

87. Dijo Jesús: «Miserable es el cuerpo que depende de un cuerpo, y miserable es el alma que depende de entrambos».

88. Dijo Jesús: «Los ángeles y los profetas vendrán a vuestro encuentro y os darán lo que os corresponde; vosotros dadles asimismo lo que está en vuestra mano, dádselo (y) decíos: ¿Cuándo vendrán ellos a recoger lo que les pertenece?».

89. Dijo Jesús: «¿Por qué laváis lo exterior del vaso? ¿Es que no comprendéis que aquel que hizo el interior no es otro que quien hizo el exterior?».

90. Dijo Jesús: «Venid a mí, pues mi yugo es adecuado y mi dominio suave, y encontraréis reposo para vosotros mismos».

91. Ellos le dijeron: «Dinos quién eres tú, para que creamos en ti». El les dijo: «Vosotros observáis el aspecto del cielo y de la tierra, y no habéis sido capaces de reconocer a aquel que está ante vosotros ni de intuir el momento presente».

92. Dijo Jesús: «Buscad y encontraréis: mas aquello por lo que me preguntabais antaño —sin que yo entonces os diera respuesta alguna— quisiera manifestároslo ahora, y vosotros no me hacéis preguntas en este sentido».

93. [Dijo Jesús]: «No echéis las cosas santas a los perros, no sea que vengan a parar en el muladar; no arrojéis las perlas a los puercos, para que ellos no las [....]».

94. [Dijo] Jesús: «El que busca encontrará, [y al que llama] se le abrirá».

95. [Dijo Jesús]: «Si tenéis algún dinero, no lo prestéis con interés, sino dádselo a aquel que no va a devolvéroslo».

96. [Dijo] Jesús: «El reino del Padre se parece a [una] mujer que tomó un poco de levadura, la [introdujo] en la masa (y) la convirtió en grandes hogazas de pan. Quien tenga oídos, que oiga».

97. Dijo Jesús: «El reino del [Padre] se parece a una mujer que transporta(ba) un recipiente lleno de harina. Mientras iba [por un] largo camino, se rompió el asa (y) la harina se fue desparramando a sus espaldas por el camino. Ella no se dio cuenta (ni) se percató del accidente. Al llegar a casa puso el recipiente en el suelo (y) lo encontró vacío».

98. Dijo Jesús: «El reino del Padre se parece a un hombre que tiene la intención de matar a un gigante: desenvainó (primero) la espada en su casa (y) la hundió en la pared para comprobar la fuerza de su mano. Entonces dio muerte al gigante».

99. Los discípulos le dijeron: «Tus hermanos y tu madre están afuera». El les dijo: «Los aquí (presentes) que hacen la voluntad de mi Padre, éstos son mis hermanos y mi madre; ellos son los que entrarán en el reino de mi Padre».

100. Le mostraron a Jesús una moneda de oro, diciéndole: «Los agentes de César nos piden los impuestos». El les dijo: «Dad a César lo que es de César, dad a Dios lo que es de Dios y dadme a mí lo que me pertenece».

101. (Dijo Jesús): «El que no aborreció a su padre y a su madre como yo, no podrá ser [discípulo] mío; y quien [no] amó [a su padre] y a su madre como yo, no podrá ser [discípulo] mío; pues mi madre, la que [...], pero [mi madre] de verdad me ha dado la vida».

102. Dijo Jesús: «¡Ay de ellos, los fariseos, pues se parecen a un perro echado en un pesebre de bueyes!: ni come, ni deja comer a los bueyes».

103. Dijo Jesús: «Dichoso el hombre que sabe [por qué] flanco van a entrar los ladrones, de manera que (le dé tiempo a) levantarse, recoger sus [...] y ceñirse los lomos antes de que entren».

104. [Le] dijeron: «Ven, vamos hoy a hacer oración y a ayunar». Respondió Jesús: «¿Qué clase de pecado he cometido yo, o en qué he sido derrotado? Cuando el novio haya abandonado la cámara nupcial, ¡que ayunen y oren entonces!».

105. Dijo Jesús: «Quien conociere al padre y a la madre, será llamado hijo de prostituta».

106. Dijo Jesús: «Cuando seáis capaces de hacer de dos cosas una sola, seréis hijos del hombre; y si decís: ¡Montaña, trasládate de aquí!, se trasladará».

107. Dijo Jesús: «El Reino se parece a un pastor que poseía cien ovejas. Una de ellas —la más grande— se extravió. Entonces dejó abandonadas (las) noventa y nueve (y) se dio a la búsqueda de ésta hasta que la encontró. Luego —tras la fatiga— dijo a la oveja: Te quiero más que a (las) noventa y nueve».

108. Dijo Jesús: «Quien bebe de mi boca, vendrá a ser como yo; y yo mismo me convertiré en él, y lo que está oculto le será revelado».

109. Dijo Jesús: «El Reino se parece a un hombre que tiene [escondido] un tesoro en su campo sin saberlo. Al morir dejó el terreno en herencia a su [hijo, que tampoco] sabía nada de ello: éste tomó el campo y lo vendió. Vino, pues, el comprador y —al arar— [dio] con el tesoro; y empezó a prestar dinero con interés a quienes le plugo».

110. Dijo Jesús: «Quien haya encontrado el mundo y se haya hecho rico, ¡que renuncie al mundo!».

111. Dijo Jesús: «Arrollados serán los cielos y la tierra en vuestra presencia, mientras que quien vive del Viviente no conocerá muerte ni (...); pues Jesús dice: Quien se encuentra a sí mismo, de él no es digno el mundo».

112. Dijo Jesús: «¡Ay de la carne que depende del alma! ¡Ay del alma que depende de la carne!».

113. Le dijeron sus discípulos: «¿Cuándo va a llegar el Reino?» (Dijo Jesús): «No vendrá con expectación. No dirán: ¡Helo aquí! o ¡Helo allá!, sino que el reino del Padre está extendido sobre la tierra y los hombres no lo ven».

114. Simón Pedro les dijo: «¡Que se aleje Mariham de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de la vida». Dijo Jesús: «Mira, yo me encargaré de hacerla macho, de manera que también ella se convierta en un espíritu viviente, idéntico a vosotros los hombres: pues toda mujer que se haga varón, entrará en el reino del cielo».

Fuente: Los Evangelios Apócrifos, por Aurelio De Santos Otero, BAC