Oráculos Caldeos – Los abismos maternos

 

A los Senos o Simas (¿remolinos, vorágines, torbellinos, eones, átomos?) también se les llama Abismos -un término técnico que aparece con mucha frecuencia en todas las escuelas gnósticas de la época-. El Gran Abismo (g) de todos los abismos era el del Padre, el Abismo Paterno. Así, podemos leer en uno de los Oráculos:

 

Vosotros, quienes al entender, conocéis el Abismo Paterno que trasciende el cosmos.

Este Abismo Paterno es el misterio último; pero, desde otro punto de vista, puede pensarse como el Orden Intelegible de todas las cosas. Cuando el cosmos se considera como el orden sensible o manifestado, se lo llama supercósmico o cosmos que trasciende; representa el Tipo Oculto, Encubierto y Eterno de los universales o totalidades que se interpretan simultáneamente, no divididas (desde el punto de vista sensible) aunque divididas (desde el inteligible).

 

En relación a esta profundidad «super-cósmica» o «transmundana» el Oráculo dice:

Es todas las cosas menos lo inteligible [todo].

Es decir, en el Abismo las cosas no están divididas en tiempo y espacio; no hay separación perceptible. Este no es el estado específico o estado de las especies sino el de las totalidades o categorías. No es ni el Padre ni la Madre sino ambos. Es el estado de «inmediatamente» o «de una vez»; y quizá esto explique el extraño término « Una Vez Más allá» -es decir, inmediatamente en el más allá (o lo inmediato en el estado del más allá), más allá del cosmos dividido y perceptible-. Proclo y Damascio hablan de él como de «la forma de la unicidad» y «lo indivisible»; y un verso del Oráculo así lo describe:

 

Aquello que no puede ser cortado; lo que mantiene unidas todas las fuentes.

Como tal se lo considera el aspecto materno de las cosas, y así lo llaman:

Fuente de [todas] las fuentes, Vientre que mantiene unidas todas las cosas.

Los comentaristas neoplatónicos comparan esto con el auto-zoom de Platón, «aquello que vive en sí mismo», la fuente de vida para todo, «aquello que da vida a sí mismo» y, por ende, el Vientre de todas las criaturas vivientes. De cualquier modo, los Oráculos lo consideran el Vientre de la Vida o Madre Divina.

 

Ella es la Energizadora [lit., Mujer que Trabaja] y Dadora del Fuego que otorga la Vida.

«Ella llena el Seno Dador de Vida, o Vientre, de Hecate.» Según sostiene Proclo basándose en un Oráculo, es el autoreflejo de la Madre Sobrenatural en el universo sensible:

 

Fluye de nuevo y nuevamente [o una y otra vez] en los vientres de las cosas.

Los «vientres de las cosas» son, literalmente, «lo que mantiene unidas las cosas». Son reflejos de «Aquel que mantiene unidas todas las fuentes» que se menciona más arriba. Esta expresión poética de los Abismos Maternos y los infinitos reflejos en su propia naturaleza múltiple, fue desarrollada por loscomentaristas neoplatónicos en la forma de una jerarquía -los Sinoques (h)- y lo que ella proclama se define como:

 

La Fuerza Dadora de Vida del Fuego poseedor de absoluto poder.

Todos estos conceptos pertenecen al aspecto materno de las cosas, pero nunca se los debe sepa rar del aspecto paterno, como es posible constatar si se analiza la misteriosa naturaleza del Eón.

 

Los oráculos caldeos, G.R.S. Mead

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